TransMilenio
TrashMilenio tiene el innegable talento de tratar a sus usuarios como basura: en este mediocre de transporte los buses son insuficientes y el pasaje tiene el mismo precio de un tiquete de metro en Berlín. Tal vez sea por eso que sus usuarios lo tratan como basurero y nunca le hicieron caso a la advertencia de que no se podían atrangantar de chitos dentro de los articulados. A los males propios de este monopolio busetero se suman los de sus vías, que parece que hubieran estado a cargo de los Nule pero en realidad fueron responsabilidad de los Nule de hace diez años. Y los usuarios, claro, también ponen su granito de arena: se paran en las puertas de los buses a estorbar, no dejan cerrar las puertas de las estaciones para entrar más rápido (y después quejarse cuando se dañan), se sientan en el piso y ocupan más espacio cuando el bus va lleno mientras chatean, ponen reggaeton (o lo que sea) a todo volumen en sus StupidPhones, no le dan la silla a quien la necesita y se restriegan el uno contra el otro. Superar las leyes de la física apretujando a más personas que en un carrito de payasos es una tradición que hay que conservar porque hace parte de nuestra cultura, como celebrar la llegada del año nuevo echando tiros al aire o pegarle a la esposa (especialmente en Barranquilla). Estos exclusivos buses nos han demostrado que lo que tenemos en Bogotá son miedos de transporte.
Santa Marta
Eso de “pueblo olvidado de Colombia” es un pleonasmo. Ya todos sabemos que no hay otra opción en este país. Que grupos de supuestos desmovilizados (más falsos positivos del mejor presidente que ha tenido la familia Uribe y del mejor Ministro de Defensa que ha tenido la familia Santos) puedan paralizar las actividades de la ciudad durante días habla muy mal de un gobierno que en todo caso habla muy mal: les dice a los paramilitares bandas criminales y a una toma paramilitar, paro armado. Además, en Santa Marta cualquier llovizna (de agua, no de balas) causa estragos similares a los de un huracán. Controlada por pudientes familias de gente divinamente que le pega a las reinas de belleza por un subsidio agrícola, aquí tenemos la marina de yates más moderna de la región mientras lo más moderno que han oído cientos de miles de habitantes es el tropipop de Carlos Vives. En este puerto, les mostramos a los borrachos que llegan en los cruceros la tierra donde nació el Pibe, pero inevitablemente ven a cientos de pibes llenos de tierra. En todo caso, y si todavía hay dudas de por qué esta ciudad es un basurero, una canción ya nos había explicado que en este pueblo todo se hace al revés: Santa Marta, Santa Marta tiene tren, Santa Marta tiene tren, pero no tiene tranvía.
La Zona T
Esta hermosa e incluyente zona capitalina no es un basurero sólo porque por ella circulen cartas anónimas diciendo que por una módica suma es posible deshacerse de los ladrones que pululan en el sector (y no se refieren a Harry Sasson), ni porque algunos de los locales la hayan pagado para mantener las calles más tranquilas que sus conciencias. También es un basurero por el triste espectáculo de nieve de jabón con la que baña a sus cochinos visitantes durante la Navidad, y que lo convierte en uno de los sitios más arribistas de un país donde no nos importa que nos den basura (en vasos de cerveza o en platos cuadrados) desde que sea play. Este mismo concepto aplica, por supuesto, a todos los restaurantes, centros comerciales y rumbeaderos ubicados alrededor de las tres cuadras más ridículas de Colombia. La T de su nombre es por Trash, que por ser en inglés a todos nos parece que suena genial.
Bogota Beer Company
No, no es un pésimo chiste: la compañía de cerveza de Bogotá lleva su nombre en inglés, el idioma oficial de las presentadoras de farándula. De ahí que este sea el mejor lugar para encontrar damas de cosa desesperadas por un gringo, oficinistas enloquecidos por ver a una gringa y aspirantes a yuppies gringos. En el único mercado artesanal que aún no han explotado los hermanos Uribe Moreno, el de la cerveza, esta compañía es la demostración de por qué las borracheras saben mejor cuando se las confiamos a las grandes fábricas: el hostigante toque de colorante de sus cervezas es el auténtico sabor artificial que a todos encanta. Pero a la BBC (se pronuncia bibicí, para que suene más chévere) hay que agradecerle su honestidad: al dar una prueba de todos sus sabores en un TransMilenio, sabemos que simbólicamente están aceptando que su cerveza apesta y que sus locales son más incómodos que un bus articulado.
La Feria del Libro
Muchos la describen como una enorme librería con descuentos. Pero en realidad tiene la apariencia de un mercado de las pulgas, con libros y revistas desteñidos por el sol y llenos de polvo pero con precios de edición de lujo. Además, lo que alguna vez fue una agenda atractiva para un país cuyos habitantes leen 0.1 libros al año ahora es el punto de encuentro de la gente chévere (tanto que hasta los noticieros la abordan desde su sección de entrenimiento) y de una cantidad considerable de insomnes anónimos buscando una cura para su mal. A pesar de que acceder a este enorme basurero es cada vez más caro, la gente sigue pagando precios ridículos para entrar a comprar los mismos libros que están en las librerías durante todo el año (y algunos que estarán un poco después), y a comer en El Corral únicamente porque en televisión dicen que hay que ir (así como también siguen creyendo que durante el diluvio uno se puede dedicar a leer).
Si los periódicos, revistas y canales de televisión están llenos de profesionales en producción de basura, Twitter llegó para cambiarlo todo y demostrar que los aficionados (vulgarmente conocidos como tuiteros) también son expertos en hacer basura. Basta con mirar los tropical tenders para enterarse de que lo que más preocupa a los colombianos es el culo de Jessica Cediel, las uñas de Laura Acuña o el cumpleaños de Amparo Grisales y comprender que, por los comentarios que allí se ven, las redes sociales son simplemente las versiones 2.0 de las peluquerías.
Buenos Aires
Argentina, ese país que ha sido idealizado por publicistas para quienes creativo sólo tiene una acepción autodescriptiva, es tan colombiano como creer que la guerrilla se acaba matando desempleados de Soacha y disfrazándolos de guerrilleros. Como en el caso de Colombia, lo peor de Argentina no es el país sino los colombianos: los que escriben BsAs porque se cansan agregando siete letras, los que escriben Baires porque se ve más chévere, los que acaban de descubrir que en el sur es verano cuando en el norte invierno e invierno acá cuando allá es estío, los que creen que Verano Eterno es una evolución de las telenovelas o los que creen que los argentinos son más cultos porque escuchan tango. Todos esos colombianos que se fueron a gastar su plata en universidades de garaje o a pasear porque les negaron la visa Chinguen han convertido a una capital como cualquier otra ciudad de Latinoamérica en un basurero de dudoso prestigio.
Bogotá
Se fue Samuel Moreno y con él todos los males de Bogotá: se acabó la corrupción, se acabaron los trancones, los carros les dan paso a los peatones y ya no hay robos ni atracos. Es que el problema de Bogotá es su gobernante y no su gente, no, para nada. Mientras todos exigimos a los funcionarios del distrito que hagan bien las cosas, insultamos al que nos pide que paremos el carro en las cebras, apretamos el acelerador cuando el semáforo cambia a amarillo a rojo, exigimos que los buses paren a recoger o a dejar pasajeros cada diez metros porque caminar da cáncer; al igual que los policías, nos quedamos mirando para otro lado mientras atracan a alguien en la acera de enfrente y nos robamos las tapas de las alcantarillas para inyectarle adrenalina a los recorridos urbanos. Por eso hay quienes se quejan de que en Colombia sean capaces de votar por un guerrillero desmovilizado hace décadas en lugar de bombardearlo para continuar la guerra. Sumándole las enormes oportunidades laborales que, según el DANE, se encuentran en cada semáforo, la oferta gastronómica a cifras astronómicas mientras hay barrios donde la gente vive con un vaso de agua de panela al día, la inclusión cultural en la que lo que importa es la gestión del manager y una malla vial que, literalmente, parece una malla (entre otras muchas cosas), Bogotá no tiene arreglo. Lo peor de todo es que está llena de colombianos.
Las universidades
Durante un año de movimientos estudiantiles y el inicio de un debate sobre la educación en Colombia, los estudiantes de la Universidad Javeriana no pudieron aportar su grano de arena de la playita porque los que mejor deberían saber escribir párrafos, los comunicadores, nunca aprendieron a hacerlo. Pero mientras en la Javeriana llueve, en la Sabana no escampa: tras dos inundaciones consecutivas durante el invierno de finales de 2009, los ingenieros graduados de universidades colombianas no supieron prever que, si pasa dos veces seguidas, es probable que un terreno pantanoso se vuelva a anegar con nuevas lluvias (cosa que, en efecto, pasó). Sumen a eso la pericia de los egresados uniandinos, a quienes se les puede desbaratar la fachada de su recién estrenado edificio, el excelente estado de las instalaciones de la Nacional, que ahora cualquiera tiene una maestría aunque escriba maestria y tendrán evidencia de que el problema no es del ambiente sino de la educación.
Los taxis
Taxistas en Cartagena que cobran diez dólares por una carrera de cinco minutos, taxistas en Barranquilla que cobran cinco mil pesos por la carrera mínima porque no eres de Barranquilla, taxistas en Cali que van armados porque esta noche tienen una fiesta, taxistas en Medellín que van armados porque esta ciudad es muy peligrosa, taxistas en Bogotá que te llevan de paseo porque eres millonario… Las ciudades de este basurero que es Colombia son gobernadas por los conductores de los carros amarillos, a quienes los políticos les tienen miedo porque si no se cumplen sus caprichos paralizan las calles durante días, quienes toman la justicia por sus propias manos porque ellos son rápidos y furiosos y cuyos representantes más honestos sólo te redondean la cifra que indica el taxímetro, en el caso de que tengan taxímetro y no esté adulterado. Para completar de hacer de este país un basurero, ellos botan su basura en las calles cuando no las orinan. Pero cuidado con decirles algo, porque son los únicos dueños de las vías.
Artículo lleno de verdades que molestan a mas de uno, pero nadie dice nada.
ResponderEliminarSin embargo tambien existe resentimiento y degradación hacia nuestra cultura, uno de los principales cambios está en empezar a valorar positivamente nuestras buenas acciones y comportamientos y proponer soluciones con lo que esta fallando.
Se puede decir más alto pero no más claro y cierto
ResponderEliminarMuy bueno. Aunque el "bogocentrismo" sigue muy presente. Cuanta razon en todo
ResponderEliminarUn artículo sin fotos ¡gas! ¡foo! así la bobada literaria no dejara de ser un blog con poco estilo RCN y con con nada que aportar a la información con rating que nos interesa... #QUEMAMERTOS HAHAHA LOL WTF!
ResponderEliminarFoo and bar come from the US Army WWII acronym FUBAR, "F-ed Up Beyond All Recognition"
Eliminaru re so FUMTU (fucked up more than usual)
Bobas, todo es tan cierto como decir que ustedes son unas desocupadas twiteras que rajan de la uña torcida de acuña o de la "pompis" explisva de Cediel. Rajados por todo lado, esa es mi Colombia!
ResponderEliminarBah esto es basura hagan un artículo constructivo o una crítica objetiva pero esto apesta
ResponderEliminarEl basurero número 11: El perifoneo 2.0 de la bobada literaria, donde crudamente se reúne todo lo peor de lo peor de eso tan feo que es ser Colombiano y vivir en Colombia.
ResponderEliminarFalto la bobada literaria en el listado de basureros.
ResponderEliminar¿Hay una boba nueva?... Porque bobea diferente...Más agresiva
ResponderEliminarDebe ser más boba que las demás.
EliminarParece que es una boba nueva (como dice Germana ) no por lo agresiva sino porque el estilo no agrada . No sabría elegir en cuál de los 10 basureros arrojar este escrito , faltó humor , o será alguien de El Espectador quien escribe ??
ResponderEliminarError en un articulo en el párrafo de Twitter: “...por LAS comentarios que allí se ven”.
ResponderEliminarel problema es el de siempre, los colombianos... raza infecta de cuarterones, eso es lo que somos!!
ResponderEliminarAlgo pasó en este post...éste no es el estilo de mis bobas preferidas...plop!!
ResponderEliminarBueno, pero deben aceptar que igual de trillado que BsAs es hablar mal de: Bogotá, TransMilenio y Twitter. Siento que son las Sid Vicious de los años dos mil. Que rebeldes. Miedo.
ResponderEliminarinfectos de cuarterones quienes aun piensan que el mundo está dividido en razas.. ¿Quién vive hoy diciendo ''cuarterón''? Me pregunto ¿quién habrá escrito eso? Hay que ser demasiado colonialista y demasiado estúpido para creer que Colombia es ''una raza'' o que en ella hay ''razas''.. Qué concepto más pasado de moda, y uso esa expresión porque es la que más llama la atención. Las razas NO EXISTEN, fueron creadas por los ''conquistadores'' (y va en comillas porque tal cosa nunca existió) para categorizar, etiquetar a los habitantes de las tierras ''descubiertas'' (y vuelve a ir en comillas porque aquí nadie ''descubrió NADA, ya existía) y facilitar su control. Así que para el futuro, POR FAVOR NO USE EL CONCEPTO DE RAZA, ESTÁ ERRADO, NO DICE NADA.
ResponderEliminarAlgo cambió en la redacción de esta entrada, y no el cambio no mejoró. Y bueno, el "Bogocentrismo", será porque viven allá y no tienen la oportunidad de ver la cantidad de basureros que hay en el resto del país si no lo muestran por RCN. Pero igual, chevere.
ResponderEliminarbacano este arti-culo, como buen colombiche resentido y emberracado con todos y todo también tengo ganas de hujueputiar a todo el mundo porque todo el mundo tiene la culpa menos yo. Es que criticar si que nos deja un sabor en la boca que solo se quita con guaro.
ResponderEliminarLos taxistas, al igual que a la mayoria de gobernantes, LOS ODIO
ResponderEliminar... con el patrocinio ANDRÉS CARNE DE RES® For people who love taking aguardiente to the face, arepas con choclo, and soup and empanadas before you go" uno de los sitios turísticos más importantes para los visitantes de BOBOTÁ®. Lleno de basura dispuesta energéticamente por taichi chamanico®( del mismo que hizo NO llover en el mundial sub 20®); , este votadero encanta a BOBOTANOS® que intentan acceder a una movilidad social, poniendo en su perfil de redes sociales alguna foto que muestre la magia que encierran las artesianas rusticas de muchos artesanos mal pagos ( es que que definitivamente los ubérrimos® le quedaron en pañales a nuestro ilustre empresario Andrés Jaramillo®, busura y artesanía? ); y a extranjeros® con su carnaval de uñas mal hechas y culos postizos. la basura más cara que se puede consumir ,ANDRES®, será una DOÑA JUANA ® como era un principio ahora y siempre...® dejando tripasecas a todos!
ResponderEliminarEl año comenzó mal, incluso para las bobas. Floja esta entrada.
ResponderEliminarBueno, se fueron de vacaciones.
ResponderEliminarPorque dejaron el blog botado. Eso asusta. Temía que les diera la menopausia prematura de Sanín, compraran un carro y se fueran al campo.
Trio de Bobas, por que cambiaron su estilo? ninguna de las cuatro escribió esto. Vuelvan a ser tan bobas como antes, sus bobos lo exigen.
ResponderEliminarAnónimo del 06:43, no es "bogocentrismo" es "bobocentrismo", no sea tan bobo.
ResponderEliminarTaxistas en Cúcuta que te cobran 10 mil pesos de carrera cuando la gasolina más barata del mundo la venden acá en una ciudad demasiado pequeña. En la ciudad con el hueco del Parque Bavaria en donde escogen de gobernador a uno de los que ayudó a abrir ese hueco. En la ciudad con calles dañadas y un Parque que entregó la anterior administración como compensación y adivinen, con baldosas mal puestas...En fin, dejen tanto Bogotá y capitales importantes que el resto de Colombia tienen más Doñajuanadas.
ResponderEliminarAceptable regreso de las bobas. Podrían aprovechar que renunciaron a su renuncia, para darle puesto a Camilo Jiménez y que él le de una revisadita a lo que escriben...hay unos párrafos...
ResponderEliminarPensé que lo de Buenos Aires era alucinación mía, gracias por corroborar lo que estaba observando
ResponderEliminarTodo eso es una verdad, pero seguramente podríamos hacerlo con cada país. Metafóricamente Colombia sería una papelera y el el mundo el basurero de doña juana.
ResponderEliminarEsta entrada brilla por la ausencia de humor y exceso de polvo facial y labial.Y es triste que todo eso que criticamos se concibe desde estas posturas tan autodestructivas y terroristas.
ResponderEliminarLectora decepcionada.