A pesar de sus intenciones de no robar al país a cambio de subsidios, el horrorable cenador Juan Manuel Corzo abandonó La Picota Estudio justo a tiempo para visitar Uganda en una importante gira diplomática en la que les enseñará a sus pares africanos a mendigar gasolina y dejará en alto el nombre de Colombia con nuestros impuestos. Pero no hubo lágrimas: él sabe que su honradez tarde o temprano lo traerá de vuelta al verdadero resort de siete estrellas de Colombia: La Picota. Por su parte, Luis Paras se llevó la impunidad gracias a su confesión:
Sin tetas no hay paraíso es su libro favorito porque su título dice la verdad. Al que no le alcanzó fue a Juan Carlos Martínez, que ocupó el segundo lugar luego de admitir que Uribe se había convertido en su modelo a seguir gracias a
El señor de las sombras (biografía no autorizada de Álvaro Uribe).
Como el país quedó contagiado de literatura porque Diego Luna vino a Cartagena a leer un poema, abrimos las venas poéticas de América Latina con una prueba clave para el devenir político de nuestra nación: que los políticos, antes que ser estadistas, hagan poesía.
El jurado no podía ser nadie más que el mejor pusilánime de nuestra historia: Belisaurio Betancur, quien defendió la democracia mientras veía un partido Millonarios – Unión Magdalena y distrajo la atención del Palacio de Justicia con una cortina de lodo: Armero. Para mostrar que es tan buen poeta como presidente de la república, les dio este abrebocas a los concursantes del
reality y dijo que ganaba el que no se quedara dormido, pero tuvimos que recordarle que nuestro público es el que escoge quién es el mejor poeta y, por lo tanto, el más calificado para gobernar este país. Antes de empezar, deleitó al púbico con este poema (que debería, bobo lector, por su bien, saltarse sin miramientos).
Oda a las plazas de La Vega
Héroe de Colombia, miliciano
de huesos fidedignos, de huesos de marrano,
cuando marcha a retomar tu corazón
colombiano, no sé verdaderamente
qué hacer, qué ponerme;
traje de soachuno o de santandereano;
corro, escribo, aplaudo,
me escondo en la cafetería, digo
que un tanque de guerra dispare en la puerta, que venga,
y quiero desgraciarme;
como si fuera un perro que merece ser quemado.
Desaparézcome de la televisión
y lávome las manos de tricolor,
porque tu misión era defender la democracia,
y desaparecer la evidencia del holocausto
para deshonra del militar que me honra;
refluyen mis instintos a sus tanques, Cascabel,
humea ante la tumba de guerrilleros la alegría
y, otra vez, sin saber qué hacer, sin nada, déjame,
desde mi mente en blanco, déjame,
solo,
no me llames, atiende tú,
al no caber entre mi cabeza atender a este llamado,
cuelgo con rapidez a las llamadas de Palacio
mi pequeñez en traje de poeta.
Ninguno de los concursantes entendió, ni siquiera Noemí. A todos, sin embargo, les pareció que sí, que qué indignante pedir disculpas por semejante adefesio, que eso no tenía presentación. Y se pusieron manos a la obra con sus propios poemas.
Angelino Garzón
Tenía bellas coplas,
pero hablar no puedo,
hasta los gallos cantan,
pero callar yo debo.
Armando Benedetti
Tengo ganas de robarte
preocupación de robarte
certidumbre de robarte
pobres dudas de robarte
les digo con urgencia óigansen
con alegría óigansen
con buena suerte óigansen
y con temores óigansen
o sea
resumiendo
estoy jodido
y con el pelo
radiante
quizá más lo primero
que lo segundo
y también
viceversa
del mismo
modo
en sentido
contrario.
Enrique Peñalosa
He visto a las mentes más brillantes de mi generación sofocadas en Transmilenio.
Histéricos, famélicos, muertos de hambre arrastrándose por las calles, bolardos al amanecer buscando una rodilla furiosa.
Samuel Moreno ganarme las elecciones demostrando que soy más inútil que Castrojaime.
Fabio Valencia Cossio
Padre he venido nuevamente ante la casa que antes era tu casa
Ha pasado un año y en tu cara todo es sombra
Muchas cosas conocí:
El erario para saquear
El sabor de evadir respuestas
La desbocada sensación de la embriaguez
La alucinación secreta de Arias
En noches que no tuvieron día participé en misteriosos ritos
que conjugaban las notarías y el interior
En días que no tuvieron ocaso bañé mi cuerpo en robos
que tus fieles llamaban sagrados
Sentí la inmortalidad en la impunidad
y la muerte en el dolor del exilio.
Gilma Jiménez
Nadia mira a nadie de frente,
de norte a sur el abuso, el manoseo y la manoseo
entre sonrisas y cuidadas cortesías.
Turbios el aire y el miedo
en todos los zaguanes y zaguanas, en las camas.
Una lluvia floja cae
como este blog: pena de muerte
que no conocerá la alegría.
Olores blandos que l@s niñ@s padecen
tras tantos años que en el ICBF están.
Gina Parody
Noble baúl de mis abuelos: nada
como sacar, ajadas camisetas,
de tiempos de la cruz y la espada,
del ahumado candil y los pajuelos...
Bogotá, ¡localidad de Chapinero!
Fuiste heroica en los tiempos del Revertex,
cuando tus hijos, comunidad LGBT,
no eran una caterva de árbitros vencejos.
Mas hoy, plena de rancio desaliño,
bien puedes inspirar ese cariño
que uno le tiene a sus gafas viejas.
Juan Carlos Martínez
Hay perros de perros. Yo era uno de los elegidos.
Mis papeles estaban en regla y por mis venas corría
sangre de lobos.
Vivía en el puerto y aspiraba el olor del contrabando:
cumbres de containers, todos llenos de nieve
y pedazos de gente bajo la nieve.
Liliana Rendón
Pues yo he dicho que el hombre debe odiar a las hembras.
O pegarles.
Que debe ser cautivo de su propia belleza,
darle un morado a la segunda y con un bastón a la primera.
Noemí Sanín
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Escribir, por ejemplo: "El equipo está estrellado,
y pierden, azules, los troncos, de lejos".
Piedad Córdoba
A la una la casa está vacía;
a las dos, el secuestrado fue liberado;
a las tres, los amantes yacen separados,
ya realizado el comercio de la extorsión.
Y ahora las luminosas manecillas del reloj
indican que son más de las cuatro,
hora de pedir que vuelvan a Colombia
los extraditados a seguir matando.
Simón Gaviria
Sol, solecito, caliéntame un poquito.
Por hoy, por mañana, por toda la semana.