El antiguo Egipto en 140 caracteres
Junto al Nilo, este cairota sube al DeLorean egipcio –el carro que transporta a los árabes al futuro–, mientras lo observan con recelo unas cabras revolucionarias.
En el aeropuerto me recibió un señor con un cartón que decía en letra infantil: Dani El-Petardo.
El guía me quería dar un beso en la mejilla, pero yo no me dejé. No le entendí si se llama Ahmed o Muhammed. Creo que se llama Ahmed Muhammed.
No hay semáforos hasta el centro de El Cairo, donde todos cruzan velozmente cuando está en verde y más rápido aún cuando cambia a rojo.
Luego de 3 horas de trancones por los burros, cabras y bueyes, llegué al hotel en Guiza, con vista a las pirámides. Huele a guisa.
Lo primero que quiero hacer es visitar las tumbas de Kaops, Kafrén y Miserio.
Antes de las pirámides, cientos de cairotas venden entradas a las tumbas y para un concierto de Lady Gaga disfrazada de momia.
También venden paseos en camello, papiros, llaveros con forma de camello, té, camellos de peluche y camisetas que dicen #Mebarak.
También venden té con sabor a camello, pelo de camello, fotos de camellos y pitas con sabor a pelo de camello.
No compré nada, así que me acompañan todos hasta la entrada, donde me extienden la mano para que se las llene de money. Sigo derecho.
150 metros de descenso para llegar a un cuarto oscuro que huele a sobaco egipcio.
150 metros de ascenso por un túnel no apto para claustrofóbicos.
Al salir, un hombre me cobró 10 libras por subir a su camello. Dio una vuelta alrededor de Ahmed Muhammed y se detuvo.
Por bajarme del camello me cobran 100 libras. En Colombia podrían hacer muchos chistes con “bajarse del camello”.
Pienso. Luego insisto. Busco en mi iPad y descubro que este animal es un dromedario, así que no debo un peso. Nos vamos.
No, no es San Victorino: es Guiza. Y no, no es una protesta: es el fluir natural del tráfico en Egipto.
Visito a la esfinge y le tomo una foto a su rinoplastia. Espero que me haga una pregunta, pero nada.
Llegamos a la Plaza Tahrir. Hay miles de personas rezando para que caiga el faraón.
Íbamos para el Museo pero un montón de gente en las calles con pancartas y cánticos agresivos se atravesó. Parece otra vez la revolución.
Me invitan a sacar piezas del museo pero apenas tengo 20 kilos de equipaje porque viajo con Avianca.
Además, ¿para qué quiero esas cosas tan viejas de ese Museo?
No cortaron el acceso a internet porque estoy conectado a Twitter. ¿Entonces por qué protestan?
Ahmed Muhammed se perdió entre la multitud y quedé a merced de los hombres que se saludan de besos y caminan de la mano.
La especiada comida de Egipto logra acabar con todos mis problemas de estreñimiento.
Necesito encontrar a #AhmedMuhammed. No sé cómo salir de este gentío. Por favor RT.
En El Cairo, la ciudad más poblada de África, hay más antenas parabólicas que habitantes. Hay quienes aseguran que en realidad no hubo corte intencionado de internet, sino que el proveedor temporal era el perrito de Telmex.
Un tipo que se parece a #AhmedMuhammed y responde a su nombre me dijo que me llevaba al hotel por 50 libras.
Por cuarta vez en el día necesito un baño. Y no precisamente para orinar.
El nuevo #AhmedMuhammed me dijo algo de Horny Mebarak. Parece que no les gusta Shakira.
Para salir del tumulto, todos exigían money. Ya entendí el problema del mundo árabe: todos quieren propina.
Pienso qué habría hecho Ryszard Kapuscinski, pero ya no me acuerdo de sus libros. Papá, perdí el tiempo estudiando periodismo.
Este joven emprendedor debe sostener un centenar de pitas para sostener a sus cuatro esposas, a las que consiguió a cambio de 17 camellos.
El faraón no va a otra reelección, pero el Ministro de Defensa (reconocido asesino de pobres) se quedó en el poder #ynoesColombia
Visité Jan El-Jalili. Me cobraban miles de dólares hasta para tomar el té. Tomé té con un colombiano. Le pagué mil dólares.
Después me dicen que puedo pagar en especias. #fail
Hay muchas cosas para conocer en este país. Me sigue gustando más NY, pero es bueno ver que hubo historia antes del iPad.
Estoy cansado de comer pitas y kebab, creo que ya no aguanto más roces de papel higiénico. Voy a comer arena.
Se me acabó el papel higiénico. Ahora me toca #egyptianstyle
La basura se asienta en cada esquina. El Cairo parece Girardot pero con más chucha y más gente pidiendo money.
Las autoridades egipcias, que van vestidas como miembros de una tuna, me pararon cuando vieron que tengo un iPad. #envidiosos
No contaban con mi iPhone. Ahora estoy escribiendo desde él. La revista Ké O Kién dice que mi crónica de Egipto es un hit.
Acabo de conocer a un paisa que se hace pasar por egipcio y vende un tour en camello hasta Aswan. Ahora estoy escribiendo desde un café internet.
El paisa me robó el iPhone. Fui a la embajada colombiana pero todos se han ido. #malhermano
Compré un papiro en papel de arroz. Dice "sobreviví al corte de internet en El Cairo", pero en jeroglíficos.
Me quedé sin conocer la mezquita construida en honor al boxeador Muhammad Ali.
Voy a aprovechar que estoy por acá y todavía puedo recibir giros de mi papá para ir hasta Libia. Dicen que allá está la acción.
hubieran puesto a petardo abdahllah el arabecolombiano mas avivado despues de shakira mubarak
ResponderEliminarMucho bobo.
ResponderEliminarLa verdad bobas es que yo no leo sus publicaciones sobre Daniel Petardo, pues ese tipo es tan fastidioso y sus posts son tan largos que no amerita ponerle atención. Aguanta que verifiquen, bien sea con una encuesta a los bobos lectores, si vale la pena que usen su tiempo para mofarse de esa criatura.
ResponderEliminarJajajajajajajaja Bobísimo!!!...jajajaajaja
ResponderEliminarEsta cosa es real?? Este tipo estaba hablando en serio?? Creo que este idiota le gana a todos los que he leído antes aquí. Este tipo da es asco.
ResponderEliminarSí, Anónimo, Daniel Petardo es tan real como Hannah Montana, Jesucristo y las buenas intenciones de Juan Manuel Santos.
ResponderEliminarY a nosotras también nos da asco.
Lo más interesante de su "reportaje" es que el mismo se da cuenta de que la platica de la carrera en periodismo se perdió.
ResponderEliminarMe gusta su blog. Visiten el mio si les queda tiempo. Dejen la bobada ¿si?
ResponderEliminartsi?
ResponderEliminarA mí también me dió la maldición del TUTANKAGÓN cuando fuí!
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