Nuestro escrotinio

El espíritu democrático de La Bobada Literaria no se ha visto opacado por la distancia. Aunque no alcanzamos a inscribir nuestra cédula en el consulado de Barcelona, hemos seguido minuto a minuto la apasionante jornada erectoral de nuestra pacífica tierra natal. A espectaculares titulares como “Se quemaron los ex secuestrados” se suman gratas noticias como la pelea de Rodrigo Lara con un portero de Corferias –que por su homenaje a los mejores movimientos de el Happy Lora se convierte de ahora en adelante en el Happy Lara– o que el audaz Uribito no haya podido votar. Sin embargo, lamentamos el hecho de que, de nuestros candidatos favoritos, únicamente salieran elegidos el sensual Nerthink Mauricio Aguilar Ha Hurtado –el egresado más ilustre del jardín infantil Mi primera motosierra– y el aún más sensual Bernabé Celis –que demuestra que el vallenato genera más recordación que un stand up comedy–. Por eso, invitamos a Culito de la WC para que nos diera su columna, en la que junto al balance de estos comicios presenta al candidato a la presidencia al que le hará toda la publicidad política no pagada.


Son las 5 de la mañana en Bogotá y las 5 de la mañana en Miami. No voté porque tenía mi cédula inscrita en el consulado de London y estoy en New York, pero al igual que las bobas literarias estuve al tanto de las elecciones en Colombia, tomándome un martini y leyendo la última edición de Variety que trae en exclusiva un adelanto de la tercera parte de Twilight. Y hablando de vampiros, es sorprendente que el Partido de la U haya alcanzado los primeros lugares en las votaciones: ese impredecible giro a la derecha en un país tan liberal y progresista como Colombia demuestra la pluralidad de nuestras instruidas masas.

Aunque su líder es socio de los españoles de la competencia, no duden que voy a ir por él en las presidenciales: estoy lleno de falso positivismo y lameré todas las suelas que me digan con tal de tapar sus errores. Doctor Juan Manuel, usted puede contar con la WC para agrandar todas las cortinas de humo que necesite su gobierno. En sus manos queda la seguridad democrática, que puso al país en el lugar que se merece: nosotros en nuestras fincas y ellos vendiendo basura Made in China en los semáforos. Usted me gusta tanto que hasta preparé unas vallas para su campaña:


Ahora se me ocurre hacer una creativa lista de quiénes ganaron y quiénes perdieron con este escrotinio: ganaron los que sacaron mayor votación y perdieron los que no alcanzaron el umbral. Lo importante es que todos aspiraron. Por otra parte, el eslogan “Vote PIN y haga PUN” caló hondo entre los electores. Es lamentable que José Galat haya perdido: sólo un hombre tan bien conservado puede representar al Partido Conservador. También es triste que el folclor nacional no tenga mayor cabida en el nuevo parlamento: Cumbia Radical ofrecía lo mejor del país, incluyendo al actor con más cara de mecánico del mundo, Gregorio Pernito, y otras personalidades que no alcanzaron ni los 200 votos.

Por el contrario, gana Rexona, que piensa contratar a Noemí Sanín para que protagonice sus comerciales de desodorante. Ganan los vecinos de Moreno de Caro, que ya no tendrán que soportar las rumbas de los escoltas. También ganan los medios de comunicación, que corrían el riesgo de perder a algunas de sus figuras más talentosas: junto al orgullo de Somondoco, también se quemaron figurines como la señora de Padres e Hijos, el comentarista del Gol Caracol y Aura Cristina Geithner, quien se quedó sin el pan y sin el perro y ahora tendrá que esperar un año para regresar a su trabajo favorito: presentar el Desafío Literario.

Pero sin duda ganó la democracia: con más del 60% de abstencionismo, Colombia se consolida como la democracia más sórdida del continente.