Mientras el mundo entero sigue minuto a minuto los pormenores de la sorprendente salida del baúl rosado del varonil Ricky Martin y espera la aparición de sus memorias, Living la vida, loca, Jaime Espinal, Efraím Medina, Santiago Gamboa, Mario Mendoza y Gabriel Ruiz-Navarro siguieron los pasos del boricua de las caderas tintineantes: también salieron, pero del barco pirata en el que esperaban volver a estar en forma para regresar al Desafío Literario.
Ya no fue sorpresa para los demás concursantes, que en el capítulo anterior se enteraron de la noticia gracias al escándalo de Jaime Espinal cuando García Márketing le impidió entrar antes de tiempo. De hecho, los damnificados de La lucha de la bobada fueron recibidos con los brazos abiertos por Los más inteligentísimos escritores: Isabella quedó enamorada del pintauñas de Jaime Espinal y a Piedad Dubonnet se le hizo agua la boca al ver de nuevo a su traga maluca de la década antepasada, Efraím Medina. Miguel Ángel Manrique no cabía de la dicha tras conocer a un escritor tan desconocido como él: Gabriel Ruiz-Navarro. Nanook Montt estaba muy borracho para molestarse por la presencia de los colados. Por su parte, Ricky Ricón Silva Romero hablaba por teléfono con sus papás y sólo se enteró de la llegada de sus nuevos rivales dos horas después, con los ojos aún aguados porque a su osito de peluche se le cayó un ojo en la lavadora. Contra todos los pronósticos, Boyos y Caballero mostraron una socarrona alegría al ver a este “ejército de mamarrachos” entrar a la competencia, “es que ni siquiera tienen apellidos importantes, ¿qué clase de escritores pueden ser?”. Con su insaciable creatividad, a Gustá Bobo Lívar se le ocurrió hacer una telenovela basada en la vida de Jaime Espinal y sus abrigos de plumas: Sin plumas no hay escritura. Incluso, en un exceso de efusividad, Juan Conrad Vásquez se tomó una foto con sus viejos amigos.
Después de los saludos, en una reunión al borde de la piscina, Isabella les entregó a los nuevos viejos concursantes las camisetas con sus remoquetes: “La pantera rosa” para Espinal, “Leidi Gagamboa” para Santi, “Memima” para Medina, “El animal literario” para Mendoza y “Ruin” para Ruiz-Navarro. Al único al que no le gustó fue a Espinal, que pidió que le pusieran plumas rosadas en el cuello, sin importar el calor de Cartagena.
Ya no fue sorpresa para los demás concursantes, que en el capítulo anterior se enteraron de la noticia gracias al escándalo de Jaime Espinal cuando García Márketing le impidió entrar antes de tiempo. De hecho, los damnificados de La lucha de la bobada fueron recibidos con los brazos abiertos por Los más inteligentísimos escritores: Isabella quedó enamorada del pintauñas de Jaime Espinal y a Piedad Dubonnet se le hizo agua la boca al ver de nuevo a su traga maluca de la década antepasada, Efraím Medina. Miguel Ángel Manrique no cabía de la dicha tras conocer a un escritor tan desconocido como él: Gabriel Ruiz-Navarro. Nanook Montt estaba muy borracho para molestarse por la presencia de los colados. Por su parte, Ricky Ricón Silva Romero hablaba por teléfono con sus papás y sólo se enteró de la llegada de sus nuevos rivales dos horas después, con los ojos aún aguados porque a su osito de peluche se le cayó un ojo en la lavadora. Contra todos los pronósticos, Boyos y Caballero mostraron una socarrona alegría al ver a este “ejército de mamarrachos” entrar a la competencia, “es que ni siquiera tienen apellidos importantes, ¿qué clase de escritores pueden ser?”. Con su insaciable creatividad, a Gustá Bobo Lívar se le ocurrió hacer una telenovela basada en la vida de Jaime Espinal y sus abrigos de plumas: Sin plumas no hay escritura. Incluso, en un exceso de efusividad, Juan Conrad Vásquez se tomó una foto con sus viejos amigos.
Después de los saludos, en una reunión al borde de la piscina, Isabella les entregó a los nuevos viejos concursantes las camisetas con sus remoquetes: “La pantera rosa” para Espinal, “Leidi Gagamboa” para Santi, “Memima” para Medina, “El animal literario” para Mendoza y “Ruin” para Ruiz-Navarro. Al único al que no le gustó fue a Espinal, que pidió que le pusieran plumas rosadas en el cuello, sin importar el calor de Cartagena.
Todo parecía alegría hasta que Isabella les espetó que la Semana Santa también implica sacrificios: el eliminado era Antonio Caballero –que, igual, ya se había ido–, el impune Miguel Ángel Manrique y la nueva prueba consistía en rezar para no ser el próximo eliminado. El público –es decir, ustedes, bobos lectores– sacará del programa al concursante con el remoquete menos bobo.
Así, dejaremos al reality más famoso de la bobósfera en una santa semana de ascuas. Voten ahora y participen en la rifa de una edición autografiada de Los callos de Moncayo, la novedad literaria más importante del año, sobre la que ya se prepara una versión cinematográfica que protagonizaría Daniel Day Lewis, elegido por los productores por su actuación en Mi pie izquierdo (1989).
* Los remoquetes que no se dijeron en esta entrada pueden consultarse en el primer capítulo de nuestra segunda temporada.
con espinal de regreso a la casa editorial estudio esto se vuelve pelea de tigre contra mamaburra amarrado
ResponderEliminar...El panorama no sé si es zurdo, desde luego sí siniestro.....
ResponderEliminarBobas sois necesarias y el resto sólo somos contingentes !!
ya hay que sacar a Conrad, por jarto y por pirata
ResponderEliminary por perrata
Me gustan más los apodos de los ciclistas.
ResponderEliminarConque entonces decidieron tomarse la pascua... ¿Do está la entrada de hoy? ¡A trabajar, bobas!
ResponderEliminarSi no hay refresque corren el riesgo de quedarse sin sus babosos lectores de babosadas, entrellos el suscrito.
ResponderEliminarYo sí las espero, si es necesario, hasta dentro de 10 años.
ResponderEliminarPubliquen, bobas, no vaya ser que la gente se pase a La movida, jajajajjaa
ResponderEliminar¡¡ Quiero mi dosis ya !! ¡ me cagüen los Mass Mierda!
ResponderEliminarEn nombre de todo el equipo del FITB, queremos agradecerles por todas y cada una de las notas que hicieron alrededor del Festival, desde la más breve hasta la más extensa. El festival sería otro sin su apoyo. Espero que hayan disfrutado tanto como nosotros.
ResponderEliminarUn placer trabajar con ustedes.
¡Mil gracias!
Margarita Posada J.
Jefe de prensa
Carrera 19 N° 37 – 53
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Y así, gracias a margarita posuda, aparece un nuevo género literario: el agradecimiento de prensa...
ResponderEliminar...Margarita (tequila y zumo de lima) Posuda...¿es jefe, o jefa de prensa?
ResponderEliminarNo quisiera pensar que se aburguesaron por la presencia de plata.
ResponderEliminarlos agradecimientos de Margarita son como haikús, tan bonitos.
ResponderEliminary ustedes bobas, ya es miércoles quiubo a ver!
¿Se quedaron sin tema? Lo sospeché desde un principio: ingenios legos.
ResponderEliminarEstábamos primavereando en el Mediterráneo, pensábamos que dos días de receso no iban a hacerle daño a nadie.
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