lunes, 2 de agosto de 2010

Felicidonia

Desde que volvimos de Barcelona para empelotarnos en la revista SoHo nos hemos sentido más felices que nunca, tal vez porque vivimos en uno de los países más felices del mundo y porque fracasar –como fracasamos en nuestro intento desnudista o en tener a un presidente decente– llena de felicidad a nuestros bobos espíritus. Al menos eso es lo que dice la marca de guías de viaje Lonely Planet, que en cualquier caso están peor investigadas que un libro de Germán Castro Caycedo o un episodio de El mundo según Pirry. Nosotras (ahora para tanguitas) también nos pusimos a investigar, y encontramos los diez sitios más felices de uno de los países más felices del mundo. Son esos destinos que nos llenan de felicidad y orgullo. Diez sitios que, en casos como el de Cartagena, demuestran nuestros mezquinos atributos y en otro, como el del Tayrona, nos dejan claro que los únicos que pueden ser felices son los ricos. Conozcan estos diez epicentros de la felicidad, bobos lectores, y muéranse de la dicha en esta gran fosa fuera de lo común llamada República de Colombia.

La Candelaria
Cualquier paseo por este barrio capitalino es suficiente para saber por qué se llama centro histórico: basta con un par de horas para conocer decenas de historias de robos, atracos y peleas callejeras que tienen lugar en un escenario más sucio que la conciencia de Santos, donde con suerte se puede encontrar una esquina donde los borrachos no hayan orinado y los perros y burros –burros de todas las especies y nacionalidades– no se hayan cagado. Por eso, porque los vagos pueden orinar y defecar donde quieran, los ladrones robar al que quieran y los visitantes contar las historias que quieran, La Candelaria se convierte en un lugar donde la felicidad no da tregua.

Cali
Si quiere saber qué es ser colombiano debe ir a la Sultana del Valle. Allí conocerá algunos de los mayores índices de pobreza y desempleo del país y ejemplos de inconciencia política como la elección de locutores de radio y ciegos corruptos para la Alcaldía o guapetones hijos de parapolíticos para la Gobernación. También es la ciudad del escritor Andrés Caicedo, tal vez el primer hipster colombiano, y de un movimiento cinematográfico tan sobrevalorado y egocéntrico que le pusieron Caliwood. Aunque la leyenda dice que la llaman "La sucursal del cielo" porque sus mujeres son como ángeles, eso no es cierto: la silicona y el bótox las ha convertido en inmundos demonios. En realidad le dicen así por la cantidad de gente que mandan anualmente a la eternidad. Es más, le queda mejor el apodo de "La sucursal del suelo".

Parque Nacional Natural Tayrona
Los colombianos felices gastan sus fortunas en habitaciones más caras que las de cualquier hotel en Dubai y en "tilapias" que no son más que mojarras pescadas en las límpidas aguas de Barranquilla. También pueden ir a un spa en el que les hacen lo mismo que en cualquier ciudad, pero con vista a un hermoso mar lleno de las latas de atún que tiran los hippies que acampan por ahí. Además, el Ministerio de Aviatur y Mediocreambiente ofrece cómodos planes que incluyen tiquetes y comida tres veces al día por tres veces el valor que se pagaba antes de privatizar su ingreso. Lo mejor es que está tan lleno de argentinos que parece una agencia de publicidad bogotana, así muchas nos ahorramos el tiquete a Buenos Aires.

Cartagena
A la felicidad que produce pagar platos de más de 50.000 pesos en un restaurante de una de las ciudades más pobres de Colombia, se suma la alegría de caminar por cuadras que recuerdan a los parques temáticos gringos –no por la organización o las atracciones sino por la cantidad de rednecks tomando cerveza y buscando putas–. Por supuesto, es muy romántico montar en carrozas que huelen a popó y sentarse en la playa con el riesgo de pincharse con una jeringa que, felizmente, todavía contenga algo de heroína –la principal razón para seguir apodando a esta ciudad como "La Heróica"–.

Medellín
Definitivamente, la mejor ciudad del mundo: al menos 200 homicidios diarios –según cifras oficiales–, al menos dos terceras partes de la ciudad bajo la línea de pobreza –y la de fuego– y uno de los mayores índices de bulimia y anorexia del mundo, demuestran que la belleza y la pobreza no están necesariamente separadas. Aunque llevan años diciendo que Colombiamoda pone a nuestro país a la vanguardia de la alta costura, eso todavía no sucede –o quizás se refieran a la costura hecha con motosierra–; lo bueno es que seguimos viendo a las mujeres más ricas modelando ropa que sólo las más ricas de verdad pueden pagar. Eso sí, admitamos que tener metro y edificios inteligentes hace de Medellín una ciudad menos boba que Bogotá.

Putumayo
Fue el único departamento en el que ganó Antanas Mockus en las elecciones presidenciales. Eso no significa que sean precisamente felices: apenas un año antes todos tenían su dinero en DMG esperando a que se multiplicara por arte de mafia y, dos años antes, la moneda corriente era la cocaína. Aunque, pensándolo bien, sólo sitios completamente abandonados y olvidados por el Gobierno, en los que las únicas opciones de supervivencia son ilegales, pueden ser felices.

La Macarena
Un verdadero paraíso natural al que la felicidad llega cada semana en un avión destartalado. Así suene a chiché lópez, eso del río de colores –para quienes lo hemos visto en vivo y en directo– es realmente impresionante. Se vuelve más impresionante al saber que la guerrilla convirtió a esta serranía en un paraíso para cultivar coca, traficar uranio y esconder secuestrados, con tan buena fortuna que el Ejército no encontró otra forma de pelear con ella que asesinando indiscriminadamente al que se atravesara por ahí, dejando como consecuencia una fosa común más grande que el mismo pueblo y al otrora paraíso natural erosionado y quedándose sin agua. La Macarena de Bogotá, en cambio, sí es del putas, mrk, sobre todo porque es el barrio con mayor densidad de sombreritos y restaurantes conceptuales para los artistas de la televisión y la publicidad.

Soacha
Varios millones de personas son felices en este lindo terruño que, para ventaja de las estadísticas contra Samu, no pertenece a Bogotá. Es más, por la forma en que los militares se hacen los desentendidos con los desaparecidos de este pueblo, pareciera que Soacha ni siquiera pertenece a Colombia. En otras palabras, ese municipio es un falso positivo. Desde la "autopista" –que no es más que una calle de dos carriles– que nos lleva a nuestras fincas, se ve tan bonita esa montaña de ladrillos llena de fritanga y almojábanas que uno no entiende por qué se quejan tanto los pobres: ¿es que acaso no los llena de felicidad poder venir a limpiar los inodoros bogotanos?

El Peñón
Bien sea el condominio para traquetos en Girardot, el meteorito cerca de Medellín o el parque bohemio de Cali, El Peñón representa todo lo que hace felices a los colombianos: casas que aún en Miami se verían lobas, celadores que no dejan entrar a nadie hasta que revisan incluso el bolsillo de las moneditas de los transeúntes, un estilo de vida de suburbio gringo pero con las calles llenas de huecos y la ropa que les sobra a los gringos, además de un balneario tan sucio como el pasado de Uribe. El Peñón es lo único más pretencioso que las casas de Anapoima.

Chocó
Chocó es una síntesis fundamental de Colombia: una tierra llena de tradición, baile, una gastronomía envidiable, innumerables recursos naturales y el único departamento suramericano con costas en los dos océanos. Lo malo es que el 100 por ciento de su población está en la pobreza, no hay acueducto, ni salud, ni escuelas, ni colegios. Pero como Colombia es Pasión, la gente del Chocó se destaca por su alegría, esa que genera paliativos como este hermoso reportaje gráfico sobre la importancia de sus colores y que los hace ser visitados por ricos que a lo máximo que llegan es a vivirlo como una experiencia exótica.

Villa de Leyva
Este paraíso psicotropical representa otra faceta de la felicidad colombiana: mientras los yuppies van a pagar millonadas por una ruana fashion, los hippies van a comer millonadas de hongos que crecen en la caca de las vacas para sentirse antifashion. Al final, los unos y los otros salen con la conciencia limpia y la boca sucia. Las peleas a las tres de la mañana entre los niños bien de la amable ciudad y algunos turistas, son el hongo de cada día.

19 comentarios:

  1. La moda de los lugares comunes aderezado con dosis de torpe cinismo e irreverencia en la que colindan las mismas descripciones- se pueden intercambiar y no pasa nada-no cambia el texto, es como visitar el twitter colombiano, quejetas y quejitas que se las lleva el tiempo y el matoneo. Se le suma ahora a toda esta "boutade" la new entry del término "hipster", ahora todo es hipster, el horror al hipster de un grupito de amiguetes de clase media colombiana que sin haber superado sus complejos, divierte al resto a punta de fáciles clasificaciones. Ustedes son lo más de hipster, no mamen!

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    1. ESTA COMO LLAMARLA..."IRREVERENCIA" YA ESTA COMO VIEJA, REPOSADA, REPASADA, RECALENTADA...DE QUIEN APRENDERIAN? DEL POST LO MEJOR ES ESTE COMENTARIO...TANTO RESENTIMIENTO SI SERÁ BUENO, ENTRETENIDO O AL MENOS INTELIGENTE?.HAY COSAS QUE NI QUE...

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  2. Viejas resentidas: devuelvanse a Barcelona.

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  3. mejor descripcion, no se puede hacer. Es nada mas la verdad, nose porque la gente lo toma tan mal la muestra de decadencia de una cultura sin cultura. Mas bien deberia ser una razon para cambiar y buscar una autentica identidad. un abrazo bobas

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    1. Estoy de acuerdo. Esa es la razón por la que confrontar esas críticas vale la pena. Pero somos un pueblo iluso, endurecido y terco hasta los tuétanos y vivimos en un mundo de fantasía que sólo refleja lo patéticos que somos como ente cultural (Si eso existe), cuando debería reflejar lo poderosos que podríamos ser.

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  4. Quiero madrearlas pero ya les dijeron "no mamen", "hipsters" y "resentirlas".
    Tocó decirles "mamertas" ¡Mamertas!

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  5. Anónimos traigamos a Quevedo, cuya lectura os recomiendo por necesaria.

    "La pobreza. El dinero."

    Pues amarga la verdad,
    Quiero echarla de la boca;
    Y si al alma su hiel toca,
    Esconderla es necedad.
    Sépase, pues libertad
    Ha engendrado en mi pereza
    La Pobreza.

    ¿Quién hace al tuerto galán
    Y prudente al sin consejo?
    ¿Quién al avariento viejo
    Le sirve de Río Jordán?
    ¿Quién hace de piedras pan,
    Sin ser el Dios verdadero
    El Dinero.

    ¿Quién con su fiereza espanta
    El Cetro y Corona al Rey?
    ¿Quién, careciendo de ley,
    Merece nombre de Santa?
    ¿Quién con la humildad levanta
    A los cielos la cabeza?
    La Pobreza.

    ¿Quién los jueces con pasión,
    Sin ser ungüento, hace humanos,
    Pues untándolos las manos
    Los ablanda el corazón?
    ¿Quién gasta su opilación
    Con oro y no con acero?
    El Dinero.

    ¿Quién procura que se aleje
    Del suelo la gloria vana?
    ¿Quién siendo toda Cristiana,
    Tiene la cara de hereje?
    ¿Quién hace que al hombre aqueje
    El desprecio y la tristeza?
    La Pobreza.

    ¿Quién la Montaña derriba
    Al Valle; la Hermosa al feo?
    ¿Quién podrá cuanto el deseo,
    Aunque imposible, conciba?
    ¿Y quién lo de abajo arriba
    Vuelve en el mundo ligero?
    El Dinero.

    ANÓNIMOS ¿LO ENTENDÉIS, ENTÉNDÉIS DE QUÉ SE TRATA, CÓMO SE HACE?

    BOBAS SOIS NECESARIAS, PERO SI OS DESNUDÁIS OS APROXIMARÉIS AÚN MÁS LA VERDAD DESNUDA...¿NO?

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  6. la parte de medellin estuvo una gonorrea, sigan dando culo en barcelona mejor

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  7. medellin si que es un gonorrea

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  8. nos duele escuchar la verdad, mejor sigamos en el país del sagrado corazón y hagámonos los pendejos

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  9. Quiero agregar una bobada: Colombia, país de reinas sin coronas, que nunca ganan, donde se suben por atrás en los buses y se inventaron el almuerzo ejecutivo; y es normal preguntar si estudia o trabaja, y cuando vuelve del extranjero, donde respetó todas las normas, le echa el carro al peatón cuando, el muñequito verde está en verde. Y el taxista tiene derecho a ir detrás de las ambulancias y botar papeles a la calle, al lado del viejito que se echó un pedo, un chiste y cayó infartado haciendo una fila para reclamar su devaluada pensión.

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  10. Caramba felicidades chicas desde hoy soy su más ferviente admirador, tenéis en la boca palabras que nunca han nacido de la mía, seguid adelante con vuestra monografía y no os dejéis fastidiar de la chusma patriotera que defiende esta tierra manchada por sangre y sin historia.

    Para construir una nueva identidad es necesario destruir la actual, creada por campañas mediocres y maquilladas como Colombia es pasión.

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  11. Que quejadera la de ustedes... Es verdad, no todo es bueno. En barcelona también encontrarán desperdicios culturales. Pero, hay lugares, costumbres y personas que agrandan y ennoblecen nuestro amado país. Deberían también destacar los puntos positivos de colombia (también suya) porque hasta las bobas (y bobos) lo hacen.

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  12. excelente! me gusta mucho lo que escriben, me identifico plenamente ; y lo que mas me gusta es como le duele la verdad a la gente!
    me da risa esa gente que va a los concietos de reggae a cantar contra babylon y la sociedad de consumo y tambien fuman la bareta ( marihuana) que compran en las ollas que manejan los paracos jjj! adelante con la ironia!

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  13. Insisto en irrumpir en sus tangas y vulnerar sus clítoris. Adoro las niñas chillonas.

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  14. El metro y el edificio inteligente son lo único que diferencian a Medellín de cualquier pueblito aíslado entre montañas, porque hasta lo de aislado entre montañas lo tenemos. Y si por "ciudad de la eterna primavera" se entiende que casi todo el centro de la ciudad huele a orina humana; entonces, sí, esta es la ciudad de la eterna primavera.

    ¡Y lo de la cultura ciudadana es puro buque!, ¡MENTIRAS!. Si aquí alguien es amable con usted, es sólo por interés o porque seguramente quiere tumbarlo. Por eso es que los pocos paisas que son gente bien, se la rebuscan para irse a Bogotá o al extranjero; apesar de que ninguna de esas dos opciones sea garantía de una mejor calidad de vida.

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  15. Les faltó Barranquilla, una ciudad tan sucia que parece acabada de salir de un terremoto a exhibir a sus nativos y visitantes con máscaras de Caremondás durante un carnaval para el que los pobres trabajan todo un año para mamar ron y tirar prepagos, o al contrario, con dos guevas y una verga en la cara para pasar inadvertidos.

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  16. nada mejor que las bobadas de estas bobas, los hombres las prefieran bobas .

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