Las emociones en la casa editorial estudio no paran. El lunes, después de revisar correos atrasados, Efraím Medina despertó a sus compañeros de contienda celebrando la muerte de Jaime Espinal. Pero la sorpresa fue para él cuando vio al mismísimo Espinal pintándose las uñas al borde de la piscina y diciéndole “sé que mis obras nacieron muertas, pero yo sigo vivo”. Demostrando a los televidentes que no sabe leer, y con la banana desinflada, Medina revisó la noticia para ver que el finadito era Jaime Espinel, viejo nadaísta paisa que no tiene nadaísmo que ver con La pantera rosa uñipintada.
Quizás por eso Medina tuvo una semana negra: se salvó de ser eliminado por apenas dos votos y, además, tuvo que ver partir a la única jeva que quedaba en la contienda, la única persona dispuesta a inflarle la banana, Piedad Dubonnet. Visiblemente compungida, ella declaró a la salida de la casa editorial estudio que “esto es el desprestigio de la belleza, nunca me había sentido tan ofendida, ni siquiera cuando Alvarado Tenorio me llamó culifruncida; sin embargo, una espectacular licuadora Paul Oster siempre será bienvenida”. Sus poéticas lágrimas fueron recibidas con la sarcástica sonrisa de Isabella, que ahora sí puede considerarse la reina de la bobada y que se despidió de ella con un “sorry, darling”.
Y como buena reina, la Santodomingo se lanzó sin miedo a dirigir la nueva prueba del reality: como no estaba el enano que escribe sus libros y libretos, sólo se le ocurrió hacerles la misma pregunta a todos los concursantes, a los que sentó en el escenario como si se tratara de un debate presidencial dirigido por Clara Elvira Ospina, la lectora postdiluviana. Como si estuviera en uno de sus divertidísimos actos de stand-up comedy, habló durante casi media hora sobre sexo, hombres y sus experiencias en otros desafíos para cerrar con la genial pregunta: “¿Con qué personaje literario le gustaría hacer el amor?”. En ese momento, apareció desde ultratumba el jurado de esta prueba, Germán Espinosa, quien sin ser invitado y después de robarse el whisky de Andrés Boyos, demostró sus distintos niveles de onanismo al decir: “Me gustaría hacer el amor con Genoveva Alcocer”, tal como afirmó alguna vez para un suplemento de libros.
Tras esta aparición –que todos pensaron que hacía parte de los defectos especiales de la producción–, se produjo otra aparición, aún más aterradora: Juan Pablo Plata, que tenía en la mano una demanda a los libretistas del programa porque las entrevistas de Germán Espinosa sólo le interesan a él, el único que, por llevarle la contraria a todo el mundo, considera que el autor de La tejedora de coronas es el verdadero maestro de las letras colombianas, en desmedro de García Marketing, que a su juicio es sólo un paticosteño pantallero.
Sin embargo, y como es costumbre en el mundillo literario nacional, todos lo ignoraron y se concentraron en contestar la pregunta, salvo Miguel Ángel Manrique, que celebraba su segunda impunidad buscando convocatorias para escritores en internet.
Escojan ustedes la respuesta más boba, bobos lectores, y participen en la rifa de un viaje a Cartagena a la grabación del capítulo final del Desafío Literario: Los más inteligentísimos escritores.
Andrés Boyos
Con Soledad Acosta de Samper, la única persona más aburrida que yo.
Efraím Memima
A mí no me gustaría hacerle al amor a nadie; hacer el amor es para señoritas, intelectuales y directores de revistas. A mí me gusta es bajarme la bragueta y follar. Me gustaría follarme a Platero con mi verga de 25 centímetros.
Gabriel Ruin
Con Marla Singer o cualquier personaje de Chuck Palahniuk, incluso con Marilyn Manson, que me parece muy sexy después de la entrevista que le hizo Chuck. Si algún día escribo la onomatopeya del viejo mete-saca, sería en su honor: chuck, chuck, chuck, chuck, chuck, chuck, chuck.
Gustá Bobo Lívar
Con alguna de Las muñecas de la mafia, a ver si son tan buen polvo y tienen tan buenas tetas como las de El capo.
Jaime “La pantera rosa” Espinal
La pregunta en verdad debería ser a qué personaje de la literatura no le gustaría hacer el amor conmigo. Además, por supuesto, no me acuerdo de ningún personaje literario.
Mario “El animal literario” Mendoza
A la ciudad, penetrando sus oscuras avenidas, untándome el olor de sus cañerías, acariciando su pelo plateado y lleno de canas, calentando sus frías madrugadas con la sordidez de mi sexo.
Nanook Montt
Con Renata.
Ricky Ricón Silva Romero
¿Cómo se hace el amor?
Santiago Gagamboa
Voy a replicar a Germán Espinosa, de cuya existencia me enteré en mis años de diplomático en Francia: le haría el amor a cualquiera de las protagonistas de mis novelas. Son las únicas mujeres que se fijarían en mí.
Como habrán notado, nuestro jurado no se pronunció. Aunque estaba dispuesto a hacerlo, el fantasma de Germán Espinosa no resistió el asedio de Plata, que lo perseguía por toda la casa editorial estudio para mostrarle el borrador de su novela sobre el mundillo literario colombiano. Condescendiente, Espinosa se llevó el manuscrito a ultratumba y, cuando leyó la primera frase en el camino, prometió nunca más volver al mundo de los avivatos.
esta temporada ha sido muy erótica, me ha inflado la banana varias veces
ResponderEliminarpiedad se fue a lanzar su nueva novela, que pudo llamarse Culifruncida pero picosa... igual, tiene la caja tipográfica más grande que se ha visto desde Lara, la novela de Nahum, una excelente forma de hacer "grandes novelas"
ResponderEliminarGermán Espinosa soy yo...
ResponderEliminarGermán Espinosa es Juan Pablo Plata.
ResponderEliminarBueno, en verdad Germán Espinosa es Efraím Medina.
ResponderEliminarhttp://labobadaliteraria.blogspot.com/2009/09/efraim-medina-es-milli-vanilli_03.html
ResponderEliminar¿Soledad a Costa de Samper no era Horacio Serpa?
ResponderEliminarHoracio Serpa solló.
ResponderEliminar¿y él?¿quién es él?
ResponderEliminarLa salida de Piedad Bonnet es una pura estrategia de mercadeo de la Casa editorial estudio. Sólo así se explica que el mismo día de su salida lance una novela:
ResponderEliminarhttp://elespectador.com/impreso/cultura/articuloimpreso198487-una-novela-sobre-los-prestigios-da-belleza
No deberían prestarse para esas cosas, bobas.
¡¡¡Uy, sí señoras!!! ¡¡¡Están pilladas!!! ¿Cómo es posible que apoyen una estrategia de mercadeo tan digna de Moreno de Caro, tan de Ricky Martin? Exigimos una explicación.
ResponderEliminarNos descubrieron. Lo hicimos con toda la sutileza que pudimos –pensábamos que la espectacular licuadora Paul Oster era la mejor cortinilla de humo–, pero ustedes, bobos lectores, por lo visto son más bobos de lo que pensábamos. Íbamos a usar la misma estrategia con el libro de María José Martínez pero ya nos arrepentimos.
ResponderEliminarqué iban a hacer con maría josé, echarla de tu voz estéril o de la wc?
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