¿Se siente inseguro cuando tiene que tomar un taxi? ¿Le molesta que el taxista le pregunte para dónde va? ¿Odia que el conductor le converse mientras usted clava la mirada en el celular para tratar de hacerle entender que está muy ocupado mirando la hora en la pantalla? No se preocupe: La Bobada Literaria acaba de lanzar su servicio de transporte Üriber, que resolvió todos estos problemas cambiando un articulito. ¿Cómo funciona? En realidad, Üriber lo hace de una forma tan básica que resulta idiota. Aquí se la presentamos:
1. Olvídese de los paseos millonarios: los conductores de Üriber no usan armas blancas ni de fuego, ni siquiera crucetas. Como, a pesar de su maestría, manipular motosierras en un taxi es muy difícil, los paseos millonarios son imposibles en uno de sus carros.
2. Üriber cuenta con conductores en todo el mundo: en la clandestinidad de los Estados Unidos, en Panamá, en Miami. Y no se preocupe: los conductores que no han empezado una carrera en el exterior tienen una trayectoria impoluta hasta que se demuestre lo contrario –y aun cuando se ha demostrado sobradamente lo contrario–.
3. Cuando uno de nuestros taxistas atropella a alguien o le pasa a propósito por encima –sea campesino, periodista o Constitución–, nuestros abogados salen en su defensa negando que sea un criminal y diciendo que, en realidad, es opositor. Que se oponga a las leyes de tránsito es sólo cuestión de lenguaje.
4. Los carros de Üriber cuentan con un carril exclusivo: aunque se van por el puro centro de las autopistas, se sienten muy cómodos usando las bermas de la extrema derecha para adelantar en los trancones. ¡Y lo mejor!: como en Colombia nos gustan tanto los tramposos y el carril de la extrema derecha, nadie les dice nada.
5. Üriber es tan seguro que, gracias a él, pudimos volver en taxi a la finca. A la llegada, el taxista lo ayuda a subirse a su caballo y le sirve un tinto, ¡completamente gratis!
6. Los conductores de Üriber nunca le preguntan para dónde va: lo llevan adonde más les conviene a ellos. El único destino al que se niegan a ir es La Paz: ellos por allá no van.
7. Los conductores de Üriber no hablan con los pasajeros a menos que ambos estén de acuerdo en todo. Por eso, no se le ocurra pedirle que frene cuando el semáforo esté en rojo ni impedirle acelerar cuando un peatón pase por la cebra, ni mucho menos crea que puede preguntarle por qué hace este tipo de cosas. ¡Siguiente pregunta, amigo!
8. Una de las ventajas de Üriber es que el pasajero no debe cargar efectivo. No, tampoco es necesario que pague con tarjeta: los taxímetros debidamente adulterados de Üriber le descuentan el dinero directamente de sus impuestos.
9. Gracias a su moderna app, lo único que tiene que hacer para que le hagan la vuelta con prontitud en hora pico es decir que su ubicación en realidad corresponde a las coordenadas donde se suspendieron acciones militares para permitir la salida de guerrilleros a La Habana. Además, gracias a su tecnología no necesita aprenderse los últimos números de ningún teléfono: para comprobar que fue usted quien pidió el servicio basta con que apenas se suba al carro acuse a todos de castrochavistas y/o ateos y/o excrementales.
10. Ahora que ya sabe que Üriber es lo máximo, móntese usted también en el carro amarillo y ayude a difundir el mensaje. Sabemos que nos está leyendo y ojalá nos esté grabando, porque si no difunde el mensaje, los taxistas de Üriber le darán en la cara, marica.
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