Como todos los viernes, vuelve la única encuesta más idiota que las preguntas de Vicky Dávila desde su cuenta de Twitter. La semana pasada confesamos que, como todos los medios responsables de este país, estamos del lado de multinacionales como Pacific Rufianes y Drummondá, sobre la que ustedes no entienden que botan sus residuos al mar como un mal necesario para hacernos progresar. Por eso, pensando en la locomotora minetera, les preguntamos qué les gustaría derramar en el mismo mar que nos ha servido para llenar de cocaína el mundo. Entre las opciones, como siempre, el grueso (guiño, guiño) de los votantes reveló que la indignación es nuestro deporte nacional: 48% de los colombianos respondió que no derramaría nada porque indignarse con la Drummond ya pasó de moda, mientras que en el segundo y tercer lugar, los mismos indignados confesaron que botarían al mar las cenizas de sus porros y las latas de atún que cargan en sus morrales cuando van a conectarse con la naturaleza al Tayrona.
Esta semana, para no perder la costumbre de botar nuestros desechos, el tema se repite, pero con otros componentes: ahora son los taxistas quienes, indignados por las promesas incumplidas de las autoridades –¿para qué sirven las autoridades si no es para incumplir sus promesas?–, anunciaron que quieren derramar su caca en la Plaza de Bolívar. Convocada por una ONG con nombre de laxante –Ayudaltax–, la cagatón pone a Bogotá en la vanguardia de las manifestaciones y, además, soluciona en algo los trancones. Al menos los intestinales.
Esta caca editorial se suma a la noble iniciativa, que consideramos la protesta más sincera en la historia de este cagadero llamado Colombia. Y para estar a la altura, gastaremos todo nuestro dinero en Andrés Carne de Res, cuya comida produce las heces más exquisitas del país. También queremos que ustedes, bobos y estreñidos lectores, se sumen a esta gran cagada nacional.
¿Cuál debería ser el eslogan de la cagatón?
Lleva un mojón en tu corazón (o un taxista, que es lo mismo).
Cagar te hace libre.
No lo puedo llevar porque estoy que me cago.
Cagaos los unos a los otros.
Yo por allá no voy porque eso es un cagadero.
Yo por allá no voy porque eso es un cagadero.
¿Qué otras lindas causas deberían adelantarse para demostrar la indignación?
La meatón, a través de la cual todos orinamos la Plaza de Bolívar para hacer mea culpa.
La peatón, en la que los transeúntes se pegan una pea y vomitan dentro de los taxis –no aplica los viernes–.
La tetatón, una marcha hasta la finca de Carolina Sanín para defender a Margarita Posuda y el libre derecho a ponerse silicona.
La bobatón, una manifestación en la que todos los que se han enojado con La Bobada Literaria nos gritan al unísono que somos unas bobas.
que triste esto... yo no se por que no podemos nosotros los colombianos mismos explotar los recursos mineros . controlar la tasa de residuos y ganar dinero de la explotación minera. En vez de venderle un paramo al primer gringo que aparece... O hasta gratis se lo dan. Colombia.. como es de noble....
ResponderEliminarEl eslogan de la cagatón debería ser Bogotá es una mierda, que la patrocine Dulcolax. Con toda esas deposiciones es suficiente por ahora :S
ResponderEliminarFalta ver si Juanma ve en la caca un nuevo negocio rentable para el país... (ni cuantos europeos puedan estar interesados en la caca de estos "indios patirajados", pero no viene al caso, todos sabemos que los Canadienses son los que quieren toda la caca)
ResponderEliminarSi la caca diera plata, los pobres nacerían sin culo....
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