La cultura realizada por burócratas siempre necesita innovar, con líderes y liderezas, con inclusión y participación, con vasos y pocillos comunicantes, con tejidos sociales menos rotos que la ropa de los pobres y, en conclusión, con cualquier bobada que sirva para gastarse el presupuesto y justificar los salarios de los digestores, digestoras y demás ladrones y ladronas del presupuesto y presupuesta nacional que hilvanan acciones que buscan un montón de cosas pero que difícilmente las logran. Por eso, el comunicado de prensa de la semana es una convocatoria naturalmente boba, en la que “el árbol del amor” –ese lugar donde sumercé se escondía con su amiguita a hacer cochinadas– se convierte en patrimonio de la ciudad.
Ante una premisa tan genérica como “árboles que nos resulten familiares”, quedan preguntas como ¿puedo enviar una foto del árbol que más le gustaba orinar a mi perro?, ¿o del que más le gusta orinar a mi novio cuando está borracho? ¿Esta convocatoria ya no se la ganó Efraím Medina con Cinema Árbol? ¿Puede presentarse Árbol de Ojos? ¿Puedo mandar a los tíos que odio, que están en mi árbol genealógico? Al final, también queremos destacar la definición de árbol –que nos recuerda el límite de nuestra infancia– según la digestión cultural, por si alguien no sabía qué carajos era un árbol. Así que, bobos lectores, saquen ya esas sensacionales fotos vintage de su álbum familiar, tan kitsch y tan incluyentes, y participen de esta verdadera bobada que pretende rescatar la memoria de la Capital, Así, Con Mayúscula Inicial:
“ÁRBOL FAMILIAR”, UNA CONVOCATORIA NATURALMENTE PATRIMONIAL
La Alcaldía Mayor de Bogotá, a través del Instituto Distrital de Patrimonio Cultural, entidad adscrita a la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte, hilvana acciones para rescatar y vigorizar la memoria colectiva de la ciudad, sustento del patrimonio cultural de la Capital. Para ello, invita a la ciudadanía a participar en la convocatoria “Árbol Familiar”, la cual se constituirá en una manera atractiva y diferente de construir parte de la historia de la ciudad, mediante fotografías tomadas a “árboles que nos resulten familiares”. Así se busca generar un reconocimiento a estos elementos naturales de Bogotá, los cuales son fuente inagotable de memoria e historias.
En la convocatoria “Árbol Familiar” podrán participar todas las personas que tengan imágenes fotográficas de árboles en Bogotá que nos resulten familiares, como los siguientes:
- Árbol familiar de la niñez.
- Árbol familiar que demarca, delimita o identifica un lugar de Bogotá.
- Árbol familiar del amor.
- Árbol familiar sembrado en conmemoración de alguien.
- Árboles familiares de los cerros de Bogotá.
- Árboles familiares de los humedales de Bogotá.
- Árbol familiar de un parque de Bogotá.
- Árbol familiar antiguo o histórico de algún lugar de Bogotá.
- Árbol familiar de las afueras de Bogotá.
Los árboles
Un árbol nos puede recordar el límite de nuestro barrio, pero también de nuestra infancia como lugar de juegos al permitirnos subir hasta su copa y luego saltar al suelo; conmemorar a alguien que se ha ido o a alguien que ha nacido durante su siembra; reconocer el tiempo transcurrido a través de su crecimiento o ser la superficie predilecta para trazar una marca de amor. A su vez, los árboles pueden constituirse en un emblema silencioso y purificador de la ciudad, bien sea en la espesura vegetal de los cerros o bien en humedales y parques que enmarcan y caracterizan la historia y geografía de la ciudad.
Ante una premisa tan genérica como “árboles que nos resulten familiares”, quedan preguntas como ¿puedo enviar una foto del árbol que más le gustaba orinar a mi perro?, ¿o del que más le gusta orinar a mi novio cuando está borracho? ¿Esta convocatoria ya no se la ganó Efraím Medina con Cinema Árbol? ¿Puede presentarse Árbol de Ojos? ¿Puedo mandar a los tíos que odio, que están en mi árbol genealógico? Al final, también queremos destacar la definición de árbol –que nos recuerda el límite de nuestra infancia– según la digestión cultural, por si alguien no sabía qué carajos era un árbol. Así que, bobos lectores, saquen ya esas sensacionales fotos vintage de su álbum familiar, tan kitsch y tan incluyentes, y participen de esta verdadera bobada que pretende rescatar la memoria de la Capital, Así, Con Mayúscula Inicial:
“ÁRBOL FAMILIAR”, UNA CONVOCATORIA NATURALMENTE PATRIMONIAL
La Alcaldía Mayor de Bogotá, a través del Instituto Distrital de Patrimonio Cultural, entidad adscrita a la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte, hilvana acciones para rescatar y vigorizar la memoria colectiva de la ciudad, sustento del patrimonio cultural de la Capital. Para ello, invita a la ciudadanía a participar en la convocatoria “Árbol Familiar”, la cual se constituirá en una manera atractiva y diferente de construir parte de la historia de la ciudad, mediante fotografías tomadas a “árboles que nos resulten familiares”. Así se busca generar un reconocimiento a estos elementos naturales de Bogotá, los cuales son fuente inagotable de memoria e historias.
En la convocatoria “Árbol Familiar” podrán participar todas las personas que tengan imágenes fotográficas de árboles en Bogotá que nos resulten familiares, como los siguientes:
- Árbol familiar de la niñez.
- Árbol familiar que demarca, delimita o identifica un lugar de Bogotá.
- Árbol familiar del amor.
- Árbol familiar sembrado en conmemoración de alguien.
- Árboles familiares de los cerros de Bogotá.
- Árboles familiares de los humedales de Bogotá.
- Árbol familiar de un parque de Bogotá.
- Árbol familiar antiguo o histórico de algún lugar de Bogotá.
- Árbol familiar de las afueras de Bogotá.
Los árboles
Un árbol nos puede recordar el límite de nuestro barrio, pero también de nuestra infancia como lugar de juegos al permitirnos subir hasta su copa y luego saltar al suelo; conmemorar a alguien que se ha ido o a alguien que ha nacido durante su siembra; reconocer el tiempo transcurrido a través de su crecimiento o ser la superficie predilecta para trazar una marca de amor. A su vez, los árboles pueden constituirse en un emblema silencioso y purificador de la ciudad, bien sea en la espesura vegetal de los cerros o bien en humedales y parques que enmarcan y caracterizan la historia y geografía de la ciudad.
Grabé en la penca de un maguey tu nombre, bobita linda, juntito al mío...
ResponderEliminary luego Samu dice que no hay plata...
ResponderEliminarUstedes creen que no, pero este tema del árbol es una oportunidad perfecta hacer puentes entre el pasado y el presente, elaborar vínculos entre localidades y generar procesos de inclusión. El problema es que fueron unas niñas desgraciadas, que no disfrutaron de la vida. Como Elsy.
ResponderEliminar¿cuántos árboles hacen falta para imitar a la Ola verde?
ResponderEliminarme dio indigestión cultural
ResponderEliminarViendo ese blog de Casalontana, está como para bobo del mes...
ResponderEliminarEsta sí que es La bobada en los medios:
ResponderEliminarhttp://www.elespectador.com/noticias/bogota/articulo-202869-samuel-moreno-sera-presidente-si-saca-adelante-el-sistema-integrado-