En La Bobada Literaria, como los ciudadanos de bien que somos, también estamos en contra de la libertad de expresión, al menos para que Gustavo Bolívar se dedique a la hotelería y deje de hacer telenovelas de paramilitares. Por eso, apoyamos a nuestros decentes encuestados, que votaron masivamente para prohibirle a la comunidad LGBTI que se ponga más letras en la sigla y para que los homosexuales accedan a los derechos de los demás volviéndose monaguillos desde pequeños para que los curas abusen de ellos. Esa es la única forma de sexo recreativo que consentimos en la JuCo (Juventud Conservadora).
Y así como Fernando Londoño afirmó que Carlos Castaño era un intelectual, en este blog estamos indignados por el hecho de que a nuestros militares los estén juzgando por llenar al país de falso positivismo y de que, encima, los mamertines se quejen de que los dejen tener privilegios en las cárceles a las que los meten. ¿Cómo es posible que nuestros sacrificados militares –no en el sentido de la palabra aplicado para los jóvenes de Soacha que no andarían recogiendo café– no puedan hacer fiestas o visitar a sus familiares durante un mes seguido?
Un, dos, tres por los militares que están detrás del atentado a Ricardo Calderón –verde es, firme se pone y en Tolemaida se come–. Sin embargo, sabemos que tanta claridad pronto empezará a volverse más y más oscura (tan pronto que ya en La Luciérnaga dijeron que el mismo Calderón se había inventado el atentado, tal vez para hacer innecesario el proyecto de ley que busca prohibir las parodias). Por eso, hoy queremos facilitar el trabajo de los investigadores y demostrar que en Colombia los héroes sí existen y que ni siquiera tenemos libertad de excreción, preguntando a la opinión pública:
¿A quién le van a echar la culpa de querer matar a Ricardo Calderón?
A la revista Carrusel de la Contratación.
Hay que esperar a que Séptico Día revele que fue el crimen organizado.
Al crimen desorganizado.
A los bandidos de Lafar.
¿Qué deberían hacer nuestros héroes ante tantas acusaciones injustificadas?
La revista Tolemaida, para que las demás dejen de difamarlos.
La revista Tolemaida y Maruja, antes de que prohíban las parodias.
La película Un chihuahua en Tolemaida, con Manolo Cardona.
Aprender a disparar.
¿Cree que deberían prohibir la parodia?No, pero sí a Gina Parody.
Sí, con tal de que se acabe La Bobada Literaria.
No, con que hagan más telenovelas es suficiente parodia de nuestra realidad.
Sí, aunque no he leído el proyecto de ley que las prohibe.
Lo que entendí de este post es que el que le disparó a Ricardo Calderón fue un chihuahua de Tolemaida.
ResponderEliminarEn tolemaida no hay chihuahuas, todos los chichuahuas de Colombia se los llevó Paris Hilton la semana pasada.
ResponderEliminarprobando, probando. -Ano-nimio
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