Un país que se ufana de su biodiversidad y también está dispuesto a aprobar la construcción de hoteles en sus parques nacionales es, sin duda, el lugar más feliz del mundo. De igual manera, muy oportunamente las autoridades mandan a arreglar al tiempo sus dos –porque no alcanza para tres– naves de protección de las áreas naturales para que buques extranjeros puedan entrar a masacrar a sus tiburones. Claro, los jóvenes emprendedores están moviendo las locomotoras del desarrollo con turismo de siete estrellas y aletas fortificadas mientras ustedes no hacen más que quejarse en Twitter; por eso, hoy presentamos unas propuestas para que el medio ambiente en Colombia sea menos que medio. No nos interesa correrle la butaca a Frank Pearl –quien, siguiendo la tradición en nuestra política, ni siquiera ha tenido la decencia de empezar a trabajar en su cargo–, lo que pasa es que como somos gente de ambiente, vamos a TheAntrón y vivimos en Chapinero queremos que no nos discriminen y nos escuchen. Además, nos interesa que nos dejen de llamar resentidas y hippies trasnochadas porque no nos alcanza para pagar una noche de estadía ni en la Cafachiva. La premisa es, insistimos, que estamos haciendo todo lo posible para que el mundo se acabe el próximo año.
Sin más preámbulos, y para que después no estén preguntando qué proponemos en lugar de estar criticando, aquí están nuestras propuestas llenas de preposiciones:
1. Hacer un hotel de siete estrellas en todos los parques nacionales naturales. Lo ideal es que cuenten con aire acondicionado, piscina climatizada, restaurante de los hermanos Rausch, tienda de SalvArte, vías pavimentadas –que en el resto del país no existen– y aeropuerto privado. Por supuesto, serán sostenibles (entendiendo con eso que son muy sostenibles económicamente). Para estar seguros de no hacerle daño a ninguna población nativa, la guerrilla y/o los paramilitares se encargarán de desplazarla para que la confianza inversionista también sea extorsionista. Lo mejor será que, como los hoteles de siete estrellas difícilmente pueden ser pagados por la población colombiana, sus precios garantizarán la exclusión de los hippies piojosos que hasta ahora han invadido nuestros hermosos parques.
2. Matar a los tiburones y presentarlos como guerrilleros caídos en combate. La idea es uniformarlos, dar la noticia con alardes de efectividad y despejar las dudas diciendo que seguramente esos animales no nadaban por allá en esas aguas recogiendo café. Para que además vean que pensamos en todo, no sólo con sus aletas se pueden hacer sopas en los hoteles siete estrellas de cada parque nacional, sino también con sus vísceras; así, nuestro esnobismo seguirá teniendo cada vez menos límites y aprovecharemos mejor los recursos.
3. Reciclar sólo el papel maché. Ahora que se viene el TLC con Estados Unidos, Colombia tendrá el innegable privilegio de recibir aún más basura que la que ya le trae China. La clave para que el futuro –es decir, la Profecía Maya– siga siendo muy promisorio es que jamás se implemente una política eficaz de reciclaje. Por el contrario, jóvenes emprendedores (así como los Dávila, pero esta vez de apellido Uribe) se encargarán de sacarle plata a lo que sea más fácil y rentable de reciclar pero no pensarán en qué hacer con un parque automotor que va en aumento y, entre otras muchas cosas, con los millones de teléfonos celulares que se tiran a la basura cada día porque ya salió el iPhone 5, mrk, qué oso tener BlackBerrinche o iPhone 3.
4. Implementar la fumigación obligatoria con glifosato en todos los vuelos comerciales nacionales e internacionales. De esta forma, se asegurará la erradicación definitiva de la mata de cocaína (como le dicen los expertos en ecología del Gobierno), ese mal que tanto les preocupa a los líderes de nuestro país –los gringos– y, de paso, se acabará con toda la naturaleza que encuentren a su paso: esos son sólo daños colaterales y la culpa será de la guerrilla. Mientras tanto, importaremos de California la mota que meto.
5. Que la minería sea obligatoria, así no haya nada que explotar. Las minas –que no son las mujeres de los chilenos– y los yacimientos petroleros le traen mucho progreso a Colombia. Especialmente el progreso de la erosión, la deforestación y la contaminación. Por eso, seguiremos llenando nuestros corazones de falso positivismo y explotaremos cualquier mina, así se encuentre en un páramo, en un territorio indígena o en una fuente de agua y diremos que así es como llega la riqueza –aunque no aclararemos a quién le llega–. Este innegable avance en materia ambiental nos acercará cada vez más al fin del mundo, que no es Ushuaia. Contratar niños para que trabajen en las minas es opcional.
6. Matar animales a palazos es una tradición cultural que ustedes no entienden. Por eso, se declarará como patrimonio inmaterial de Colombia el exterminio de tortugas, guacamayas, cangrejos y otros de esos bichos feos que sólo sirven como afrodisíacos o amuletos. En algún puente del año se instaurará el reinado internacional de la iguana cercenada, con un cubrimiento muy positivo de RCN y Caracol y Bancolombia, más cerca.
Muy buenas las propuestas, pero se les quedó por fuera el sector agrícola, bobitas.
ResponderEliminarAlgunos países como Alemania, Bélgica y recientemente Paraguay, han anunciado su interés por deshacerse de agroquímicos caducos o de Categoría I: Extremadamente tóxicos. En vista de que algunos de éstos productos llegan a Colombia con otros nombres o empaques, podría emitirse un decreto que autorice su compra por parte del gobierno en grandes cantidades y su democratización a través programas e incentivos como AIS. Hasta podrían firmarse más TLC's solo con este propósito.
Si su uso se hace generalizado, se acabaría el problema de la tierra al acabar la fertilidad de los suelos, ya no habría desplazados sino "migrantes internos" como dice algún gran pensador y ex-asesor, porque la gente se iría del campo por su propia cuenta; Colombia importaría más productos alimenticios y habrían más oportunidades para que nuevos empresarios, de preferencia extranjeros, puedan tener sus hatos de ganadería tipo exportación.
Además, podría presentarse incluso que se elimine cualquier indicio de conocimiento ancestral que exista. Así será más fácil en un futuro desconocer a los indígenas y seguir construyendo hoteles de 7 estrellas, sin la molesta oposición de mugrosos hippies y mamertos ecologistas enemigos de la prosperidad democrática.
Como valor agregado, este país sería "el mejor basurero del mundo", para alegría de nuestros patrioteros y satisfacción de nuestro esnobismo.
Pd. Si se lanzaran a la política, lo más normal es que votase por uds, pero como soy un subnormal, seguiré votando por politiqueros de mierda.
lo de los escualos positivos esta brutal!
ResponderEliminarQue cercenen la iguana de ecopetrol
ResponderEliminaruy mrk ¿no saben que con el TLC vamos a poder instalar resorts en yosemite gn?
ResponderEliminar¿Sólo cuatro comentarios sin contar este? No jodás, la miseria literaria.
ResponderEliminar¿Ah y ya fueron a ArtBo? Ya da jartera ir a ese museo de arte luego de recordar que es una feria comercial de arte y la plata solo alcanza para la boleta y los buses. Ojalá se pronuncien al respecto.
ResponderEliminarY si van votar este domingo, por favor, voten por Nino Bravo.
Creo que su mecanismo de razonamiento esta en efecto logrando emular el de la clase política colombiana y sus coequiperos los empresarios. Esta lógica que subyace la genialidad del gobierno y el éxito económico de las élites es el Santo Grial que usamos de carbón -el nuestro ya se lo llevaron los gringos- para nuestra prosperidad. Enhorabuena, ahora ya pueden lanzarse de políticos socialmente amañados o emprendedores(cualquiera que no venda arepas en este país lo es). Ojalá se lancen ... al vació.
ResponderEliminarMano, están muy malas las últimas entradas de La Bobada Literaria, ¿fue que cambiaron de redactor?
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