Apenas publicamos hace quince días la crónica de Daniel Petardo sobre Buenos Aires recibimos un correo eléctrico de un joven escritor colombiano radicado en París que, viendo que estábamos inaugurando el más novedoso género de no ficción en Latinoamérica, quiso aportar su propia crónica al periodismo petardo y nos mandó su primera colabobación. Su nombre es Petardo Abdallah y, estamos seguras, causará sensación entre los editores más bobos de nuestro país.
La última tanga en París
Nueva sede del Centro Georges Pompidou, en Belleville, que no es muy "belle" que digamos.
Porque en París hasta un camión es una obra de arte.
Un diploma en literatura, una bufanda de lana, un gato con nombre de escritor y apellido de filósofo, fumar mucho, preferir el vino, usar gafas culo de botella, idolatrar suicidas, una boina de un solo color y no tener Master Card: lo único que me faltaba para graduarme como escritor era pasar una temporada de mi vida en París, preferiblemente en una buhardilla con olor a moho y con poco más que libros en lugar de muebles. Así que empaqué mi maleta, me despedí de mis amigos en InVitro y me vine a la ciudad de Balzac después de dos meses de espera e interminables explicaciones para que me dieran la visa Schengen.Porque en París hasta un camión es una obra de arte.
La ciudad luz iluminó mis pensamientos con su poesía. Junto al Sena –que, por suerte, no tiene nada que ver con esa inmunda cloaca universitaria para pobres en Colombia– le clochard escribía en un pequeño Moleskine rojo y daba puños a las paredes con rabia lírica, expulsaba sus demonios con el misticismo de unas letras iracundas; yo caminaba por cada uno de los veinte around this mans en busca de las huellas de Rubén Darío, de Henry Miller, de Vargas Llosa, de Cortázar, de las botellas vacías que hubiera dejado Bryce Echenique. Incluso, perdí mi tiempo en busca de la tumba de Proust en el Père Lachaise.
Un día tuve que tomar una decisión pulpopólica entre el Café de Flore y Les Deux Magots. Terminé escogiendo este último para escribir unas líneas inspirado en los existencialistas que se sentaban allí a dialogar: después de escuchar durante horas a los turistas hablar sobre su día de compras en Lafayette, y sin haber escrito una sola línea porque mi cabeza estaba saturada con la genialidad de esta ciudad, recibí la cuenta del café y la propina. Tuve que pagarla lavando los platos de cientos de turistas durante quince días. Nunca pensé que un café costara 30 euros, pero ese es el precio del vuelo intelectual parisino.
Ya antes de llegar a París había aprendido en los libros –incluso en los de Santiago Gamboa– que todo escritor debe tener una musa, por lo que decidí buscarme mi propia madame en las rues de esta literaria ciudad: en la Gare St. Lazare un hombre le decía a su amigo que se arreglara un botón mientras algunas mujeres viejas que querían ser mis musas salían a la calle con muy poca ropa, olvidando que era invierno. A una de ellas le hablé de París, del amor de París, de Natalia París, de los enamorados de París que se besaban en la calle, en el ómnibus, en las terrazas floridas de los cafés, para ver si me ayudaba a encontrarlos. Me invitó a pasar a su chambre, pero le dije que no quería ninguna chamba y me fui de allí evadiendo los insultos que sonaban tan poéticos porque estaban en francés, rumbo a la colina, rumbo a la punta de París que divisa desde su divisadero más blanco toda la magnífica divisación de la amplitud de la ciudad que habría de volverme un novelista de pípiripao.
En el espectáculo del Lido se presentan las mujeres más hermosas de París.
Sus novios (en la puerta) las llevan en moto.
Sus novios (en la puerta) las llevan en moto.
Pero antes de alcanzar a mi sagrado corazón en el barrio de Amélie, pasé por una estación que lleva el nombre del protagonista de Un tranvía llamado deseo en un barrio con nombre de escultor, y desde entonces me empecé a sentir un poquito como un escritor colombiano: lleno de referentes cultos que nadie entiende pero que lo hacen a uno parecer de lo más de interesante, hipertextual y hasta movido literario.
Las mujeres aquí son como me las imaginé, y tenían razón los colombianos cuando decían que sirve tener pinta latina en Europa, pues todas ellas me miraban, coquetas: desde las más viejas que fuman con sus elegantes carteritas Luis Vuiton hasta las despampanantes jóvenes que demuestran que usar minifalda y silicona representa la nueva elegán de parí. Y pensar que el Moulin Rouge está ahí al lado, y que Boris Vian vivía por aquí, y que las fotos de Cartier-Bresson se tomaron por acá, y que cualquiera de estas mujeres podía ser una musa para mí. Me fui con una de ellas, de voz gruesa, manos grandes y una manzana de Adán sexy como la de las mujeres que solían acompañarme en mis solitarias noches en la Caracas con 57, pero con un delicioso acento francés que le daba sentido a la tosquedad de sus formas. Después me fui con otra más, y luego con otra y otra hasta que me vi perdido en innumerables ménage à trois en los que a veces había hasta cinco y seis personas. Oh, las parisinas, oh, París, ciudad de literatura donde no hay meras putas sino elegantes y literarias proustitutas.
Esas relaciones me causaban un profundo dolor, pero era incapaz de alejarme de ellas. Y cuando pensé que no podría salir de ese dulce abismo, apareció ella, que decía la erre como egue porque era gaga, la verdadera musa que buscaba: un diploma en literatura, una bufanda de lana, un gato con nombre de escritor y apellido de filósofo, fumar mucho, preferir el vino, usar gafas culo de botella, idolatrar suicidas, una boina de un solo color, no tener Master Card, irse de ese país de malvivientes que es Colombia y vivir en su propia buhardilla en París. Sólo le faltaba yo para convertirse en escritora.
Discoteca Internacional Charles de Gaulle, contigua al aeropuerto internacional del mismo nombre y perfecta para las largas horas de conexión. Su eslogan es "Rumbee sin escalas".
Me da mucha risa, me gustan los artículos de Daniel, las de la bobada se fajaron.
ResponderEliminarBuenísimo!!
ResponderEliminarEstuvo excelente. Qué risa. ¡Cuanta bobada!
ResponderEliminarTodos tenemos derecho a 30 minutos de lenocinio
ResponderEliminarOuh la la!
ResponderEliminarme encantó. Que polvo mas literario con una proustituta
ResponderEliminarZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZ
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarESTUVO BUENO BOBALICONES.
ResponderEliminarMUCHOS POTENCIALES ESCRITORES AÚN NO ENTIENDEN QUE MÁS QUE PARECER ESCRITOR A FIN DE OBTENER VENTAJAS MEDIÁTICAS, IMPORTA MÁS EL REALMENTE TENER ALGO QUE DECIR Y ESCRIBIRLO DE MODO QUE TENGA UNA CONNOTACIÓN ESTÉTICA ATRACTIVA PARA EL LECTOR Y AFÍN CON EL CONTENIDO DEL ESCRITO. AUNQUE NO ME GUSTAN MUCHO LOS ARGUMENTOS POR AUTORIDAD (QUE EN REALIDAD SON FALACIAS), EL ESCRITOR SARAMAGO ALGUNA VEZ DIJO QUE TAL VEZ PORQUE NO TENÍA NADA QUE DECIR FUE LO QUE LO LLEVÓ A ESCRIBIR EN FORMA ESTANDO TAN MAYOR; QUIZÁS SARAMAGO HUBIERA SIDO DISTINTO SIÉNDOLO EN FORMA PERO DURANTE SU JUVENTUD P. EJ., TOTAL TODOS LOS ESCRITORES TIENEN ETAPAS EN SU TRABAJO; LO QUE SÍ NO AGUANTA ES QUE CONSIDERE POR ETAPAS IR A BUSCAR INSPIRACIÓN A NO SÉ DÓNDE, VESTIRSE DE FORMA TAL, Y METERME CON SI SÉ CUANDO PARA BUSCAR UNA INSPIRACIÓN ARTIFICIAL CON LA FINALIDAD DE PRETENDER ESCRIBIR.
PSD: POR QUÉ BORRARON EL COMENTARIO ANTERIOR, MANCILLARON EL CHISME!! JEJEJE
uy que boletas me quitaron mi comentario..
ResponderEliminarQueremos aclarar a la opinión púbica que nunca hemos eliminado comentarios en nuestro blog, pues apoyamos la libertad de excreción. Cuando Google dice que "el autor ha eliminado esta entrada" se refiere, con "el autor", al autor del comentario y no del blog.
ResponderEliminarBonyourt
ResponderEliminarOui, j'ai borré le commentairé parce qué je me suis équivoqué.
Mais je voudré agradecir les très jolies bobes pour avoir pensé à moi.
A proposité de c'est que c'est la vie à Paris, je n'aurais pas pu l'escriber meijeur!
merci, je vous garde un cruasán!
R.
pédé:
Abdahllah est avec deux hachés!
"j'ai borré" jejeje
ResponderEliminarxD
ResponderEliminarahora Petardo los va a demandar como Jean Paul Silver?
ResponderEliminarjejeje
ResponderEliminarUna vez yo acusé a Ricardo Abdhallah de haberme robado una revista (Pie de página) que me acababa regalar Alejandro Martín. Tendré que esperar mi muerte para saber la verdad. Otra vez firmé un contrato de agencia con él (Ricardo) y después se hizo el zorro (dizque lo de la agencia no cubría la escritura para cine, bla bla) cuando llevé un guión suyo, adaptación de Opio en la nubes, a una productora decente que no necesita ganar convocatorias ni lagartear por ahí. Ese Ricardo es un avión, cuidado que él si es capaz tomar acciones legales y de venir a Colombia. No le importaría dejar de pasar trabajos en Francia, por no decir hambre, ni dejar de gorrear con descaro al argentino Guillermo Bravo y dejar de hacer esta súper revista http://contenu.albamagazine.com/index.php con la ayuda de Sebastián Pineda, Diana Mesa, la mujer sin facciones o cara de globo, entre otros.
ResponderEliminarAsí como Velandia y la Tigra ya quebró a Juanes y a Shakira, a Virgin Records y vea que vienen de Piede Cuesta y del colectivo Umpalá (Sí se puede! Sí se puede), pronto Alba Paris, Alba Pekín y Alba (Magazine), la de la cuca calva, acabaran por llevar a la quiebra a los medios impresos mundiales.
Oigan bobas, y cambiando de tercio, ese que se ganó el premio de novela de Bogotá 2010, conocido como el del distrito (Humberto Ballesteros Capasso, ganador del único concurso de cuento hecho por La Movida Literaria) y el otro (Santiago Cepeda) de novela la embajada de España no habían publicado en la desaparecida revista La Movida Literaria?
Es que definitivamente si era muy mala mi revista entonces o qué. Mejor está Alba. Yo me aburrí de la independencia y de darle cancha a nuevos escritores y de tener un nombre que ustedes perratiaron y de sacarle exiguas monedas a la revista. Me cansé, pero nunca vayan a creer que cerré por culpa de ustedes. Nunca. Ahhh, esperen, antes de irme, si ven cómo me quitaron un poco lo grosero? Gracias. Ni el colegio militar pudo.
Ahhh, esperen. Otra reflexión que les dejo es la desatención en medios al ganador el premio del distrito 2010 y al ganador del premio de novela de Xalapa, el señor Daniel Ferreira quien hace este blog http://unahogueraparaqueardagoya.blogspot.com/, muy bueno por cierto, y a años luz de sus tontadas.
Un abrazo muchachas, si lo quieren recibir.
De lo consignado arriba, ni asevero ni niego nada ni todo, ni partes, sino todo lo contrario. Salud!
Jean Paul Silver
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarHay una diferencia fundamental entre la Bobada y la Movida.
ResponderEliminarA la Bobada la leen.
por suerte esta entrada de la bobada salio antes de la pelicula una noche en paris, de woody allen. se adelantaron las chicas bobas al clisé del joven escritor en parí.
ResponderEliminarpero que perspicaz descripcion de bobera poetica... si parece me describieras a mi, la poeta de buenos aires perdida un año en paris... quoi?
ResponderEliminarEstúpidas, deliciosamente estúpidas. Gracias por perder el tiempo por nosotr@s.
ResponderEliminarEn el edificio en que vivo deben pensar que sufro algún trastorno cerebro-rectal pues mi evacuación está llena de carcajadas mientras leo publicaciones tan buenas como esta. ¡Excelente!
ResponderEliminarAbdahllah envejece y cada vez está más calvo y nada que escribe algo decente.
ResponderEliminar