No me venga con chilangaderas, Chilango. Su conversación cuando está borracho, que suele coincidir con su vigilia, me parece una falsedad, como sus elogios, sus escritos y su trato – en pos del árbol que más dé trago – con Camilo Jiménez, Chicharro o Nahum Montt.
Usted y yo sabemos que Eduardo Bechara Navratilova es el escritor más mediocre de Colombia. Sabemos muchas cosas más que tampoco vienen a cuento, pero qué más da.
Y deje de decir que soy burgués.
Yo jamás he dicho que usted es burgués, oligarca.
ResponderEliminarSus pretensiones literarias son tan exageradas como el tamaño de su carro francés. Y si yo me arrimo al árbol que más trago da, al menos no lo hago para verme interesante, como usted que sólo habla para hablar de Boris Vian y los profundos coloquios que vio en Londres sobre Harry Potter.
En cuanto a Bechara, el Karol Márquez de las letras, al menos él ha publicado algo, ¿usted qué ha publicado?
Tiene razón en cuanto a que no he publicado nada que valga la pena, osea que me merezco bajito un perfil en Arcadia. También sé que usted no se arrima a nadie para verse interesante, porque al menos entiende que esa tarea ya no la pasó. Y si no hago más que citar a Boris Vian es para darle seguridad a mis opiniones, como hace el artista de pan integral Lucas Ospina. Y si usted publicó una calumnia de opinión contra Bechara, siguiendo su “línea” de pensamiento – y la de Santiago Gamboa – ¿con qué derecho lo hizo, si nunca ha publicado una novela? Al menos él tiene cómo pasar de la primera página, así sea citando a Shakira y otros orgullos patrios.
ResponderEliminarClaro, ahora dice que Shakira es un orgullo patrio, pero cuando está de viaje en Nueva York (perdón, New York, como dice usted) se avergüenza de nuestra cultura y sólo va a conciertos de jazz en el Soho.
ResponderEliminarA propósito de Soho, ¿usted sí lee algo más que revistas? No sé por qué me da la impresión de que pretende saber un montón de libros porque lee las reseñas y ya.
Invierta su fortuna en libros de verdad, como los de Bechara, en lugar de estar pirateando opiniones de internet.
El único libro que me he leído (o no) es Cómo hablar de libros sin haberlos leído, de Pierre Bayard, y créame que le haría bien leerlo, a usted que ha cometido aquellos faux-pas, como diría mi querido Boris Vian, de decir que lo que más le gusta de El otoño en Pequín son las imágenes otoñales y que lo que más aprecia de El extranjero es su crítica de la diáspora. Al menos yo tengo una cultura basada en SoHo y otras ligerezas para alguien de nariz tan respingada como la suya, pero no pregono a los cuatro vientos que conozco a Houellebecq porque oí un disco de Iggy Pop.
ResponderEliminarNo metamos a Iggy Pop en esto, no tengo la culpa de que la pretenciosa revista El Malpensante –con el árbol que más trago da, Camilo Jiménez, como vocero– me haya pedido hacer una recomendación literaria de un párrafo.
ResponderEliminarEse pasquín, que se jacta de ser el más interesante del país, sí que comete un faux-pas en ese sentido (a propósito, ¿cómo se pronuncia faux-pas?). Deberían seguir el ejemplo de La movida literaria y hacer verdaderas reseñas, sin afanes (o Afanadores).
Pero mejor no me desvío del tema central: Iván, ¿por qué fue que empezó esta sesuda discusión? Ah, ya, porque usted es un resentido social, que porque tuvo educación en 8 países y en la Javeriana cree que tiene derecho a desacreditarme por haber validado mi bachillerato y haberme graduado de Diseño Gráfico en la Nacional.
Más bien vaya a comprar un carro nuevo, que el suyo ya tiene 2 años y está out.
No veo por qué traer a colación lo de mi educación, pero si de eso se trata, hagamos una disección rápida de la suya y su consecuente inconsecuente carrera: tras su fracaso como diseñador, se dedicó a enseñar – ya sabemos, por ejemplo del Camilo Jiménez que lo tiene embobado cual indígena ante un espejo, lo que hacen quienes no saben –, pero lo echaron con razón y trató de ganarse la vida – pero la perdió – como periodista, mandando textos al New Yorker y apenas siendo aceptado en su versión del altiplano. Intentó sin éxito trabajar en la televisión cultural y prefirió, con esnobismo, irse para Europa que dizque porque allá sí se da la verdadera cultura (es de conocimiento público su admiración por los nombres con poquísimas vocales). Como fracasó en todo lo que no tuvo éxito, y en lo que no fracasó fue un absoluto fiasco, ahora se dedica a redactar boletines de prensa, que es de donde saca sus conocimientos musicales (y de su trabajo con la segundona de Luna Verde, uno de los que, no se atreva a decir lo contrario, está más satisfecho).
ResponderEliminarQue quede claro que no lo desacredito por su pobre educación, sino porque su obra magna es un compilado cuyo título le heredé y para el que escribe gratis las frases que a otros se les ocurren con el ingenio que a usted le falta.
Como además veo que su memoria es más corta que su entendimiento, le recuerdo el por qué de esta querella: porque, cansados de las pataletas de los suplementos nacionales, queremos subir, sin pretensiones, el nivel de la conversación pública. Nosotros y La movida literaria.
¿Puede alguien poner críticas en un blog sobre mi mediocridad y la persona de Chilango Páez cuando: 1. La mamá de uno ni siquiera conoce al Chilango. 2. Escribió y publicó un texto como el de arriba, cargado de esnobismo barato y de críticas gratuitas contra mí?
ResponderEliminarSi me fue mal en la televisión, seguro fue porque usted era mi jefe. Si no he publicado en el New Yorker es porque me han exigido unas correcciones que transformarían el sentido de mis artículos. Si trabajo para la que usted despectivamente llama "la segundona de Luna Verde" no es porque no tenga más opciones, ella es una periodista mucho más calificada y eficiente que usted –sin duda, es mucha mejor persona, jefe y profesional que usted–. Si el título de mi blog lo dio usted y cree que le robé la idea, fue porque yo soy un tipo emprendedor, como nos enseña nuestro excelentísimo señor presidente, y no me quedé proponiendo hacer agencias de noticias falsas o novelas sicariales que jamás se llevarán a cabo.
Ahora, para cualquier réplica a mis chilangaderas, le recomiendo usar pruebas y decir la verdad para evitarse problemas. Ah, y deje de hablar mal de mí y decir que soy novio de Vallejo, porque le rompo la madre si es que no sale a correr como siempre.
Definitivamente el nivel de la conversación subió. Deberían decirles Los profundos... Lo malo es que así les decían en la universidad a los de la otra movida...
ResponderEliminarno entiendo, esto es como una cosa de private jokes, igual a la cosa esa de nicks del chilango...
ResponderEliminarQuerido Anónimo, lea más abajito y verá que NO SOMOS UN CHISTE INTERNO.
ResponderEliminarcon esta entradita tan paila no parecen un chiste interno, sino sólo un chiste
ResponderEliminarparece que la bobada, que ha conquistado el ojo de decenas de internautas colombianos al no tomarse en serio a sus escritores, se toma bastnate en serio a sí misma. Y como que también a algún ex-compañero del colegio con el que todavía pelea como si estuvieran en bachillerato. Es más, pelean exactamente como los niños de bachillerato que acaban de leerse un diccionario y aprendieron palabras grandes. Lástima, porque la calidad de las entradas del blog es muy superior
yo hago una propuesta sencilla: expliquen esta vaina en un post nuevo, al mejor estilo de la bobada, o borren esta entrada maricona para que no figure como la primera y queden ustedes como chinos chiquitos y nosotros confundidos y decepcionados