martes, 31 de enero de 2012

El mundo al bobo según Pirry: hoy, la isla Boquerón

Gracias a Guillermo Petardo Prieto, a quien invitamos a la aventura extrema de pasar sus vacaciones en una isla colombiana, el periodismo petardo nunca había sido más petardo. Hoy, este género periodístico, que nos ha ofrecido piezas tan imprescindibles como esta crónica de París y esta otra en Estambul, se degenera aún más para terminar en la denuncia más importante que se ha hecho en el país desde que Pirry narró el drama y sufrimientos padecidos por la cola de Jessica Cediel. Abrochen sus cinturones, bobos lectores, y prepárense para subirse al bus de la denuncia antisocial con el periodista que nos enseñó que ser sensacionalista es sensacional.

La desolación en la isla de Boquerón, un mal del siglo XXI

No es Miami: es un colegio de Sucre donde se les enseña a los niños el orgullo de ser gringos. 

Escuela Olga Victoria Moreno Greisfeesten (sic), Isla de Boquerón, Sucre, Colombia. Son las nueve de la mañana y no hay vuelos directos a la isla. Primero hay que ir a un pueblo que se llama Montería, que en la plaza principal tiene un busto de Laureano Gómez al que todavía no le han puesto un petardo ni biopolímeros. La siguiente parada es Sincelejo, adonde se llega en un bus con las gallinas y otras gentes del campo que están tratando de salir adelante en este país del Sangrado Corazón que no quiere ver a sus hijos triunfar. Después hay que coger otro bus hacia San Onofre, un lugar donde los habitantes llevan décadas sin ver el milagro de la civilización –mis comerciales de Inteligencia Vial–, y de ahí se toma un mototaxi para que un muchacho verraco lo lleve a uno con el sudor de sus nalgas a un pueblo echaopalante llamado Berrugas donde, paradójicamente, nadie tiene verrugas. Esta es la ruta que hay que seguir para llegar a la isla de Boquerón: la ruta de la desolación.
De ahí uno se embarca en las lanchas que van para el Decameron Isla Linda Palma. Con la amabilidad de un lanchero de a pie, uno puede ir a la isla de Boquerón a cambio de alguna propina. Esta es una isla donde Camilo Jiménez se sentiría a gusto, pues está llena de nativos pero no hay nativos digitales y es más fácil así que todos aprendan a escribir párrafos y se dejen descrestar por su erudición envigadeña y ganapán. Pero en toda la extensión de la isla –que, para que se hagan una idea, no es más grande que mi finca en Suesca– no hay un solo hotel de siete estrellas, sólo casas de descanso y casas de los mayordomos que cuidan las casas de descanso. Mayordomo es como les dicen aquí a los negros trabajadores, curtidos al sol. El que quiere luz tiene que ponerse las pilas y comprar una planta de energía. Todas las casas de los blancos tienen una, pero el presupuesto que me dieron los de La Bobada Literaria era de bajo voltaje, pues como colombianos no quieren ver a sus compatriotas triunfar, y tuve que iluminarme con una linterna, con el patrocinio de Andrea Eveready.
La isla podría ser un paraíso para los 22 propietarios que la usan para pasar vacaciones y las 80 personas que los propietarios usan siempre para que les cuiden y limpien sus mansiones a cambio del derecho a pescar cuando quieran; pero poco a poco, después de tomar la primera limonada y ver las cosas como un ciudadano común, se va revelando otra verdad, una verdad terrible que sacude hasta lo más íntimo y que se descubre en esos momentos de clarividencia cuando uno ha ido al baño y se está sacudiendo lo más íntimo. Una verdad como un elefante blanco. Una verdad que, como ese elefante blanco, salió de aquel Palacio de Nariño donde los ladrones de cuello blanco no se preocupan por el destino de los colombianos comunes y silvestres Dangond. Es la verdad de la Escuela Olga Victoria Moreno Greisfeesten, un mal de Boquerón. Y en pleno siglo XXI.
El lugar se llama así en honor a una prima de Lina Moreno de Uribe que tenía una casa de recreo en la isla y que siempre sintió ternura por los negritos que le hacían el oficio y estuvo muy atenta de su bienestar trayéndoles la ropa que tiraban sus vecinos. Ella llevaba una escuelita en su corazón. Parece que la señora, antes de morir, gestionó con su prima, la entonces prima dama, los recursos para construir una escuela en la isla. Antes de la llegada de “materiales”, los veinte niños de la isla recibían materias en un kiosco de paja y madera en medio del viento y con vista al mar. Las risas de aquellos días todavía resuenan bajo la paja que vio sus sueños truncados porque a los del interior les pareció que nunca podrían aprender cosas útiles, ni adquirir competencias, ni escribir un buen párrafo sin paredes ni techo de zinc. El calor dizque acelera las neuronas y como esos niños no comen sino pescado tienen mucha neurona. Pero como los ricos entienden que el desarrollo es cemento, convencieron a unos altruistas y al mejor presidente en la historia de la familia Uribe de construir una escuela “decente”.

El colegio cuenta con la misma tecnología de inundación de la Universidad de la Sabana.

Las fotos que tomé con mi cámara Piscisonic® –estamos entrando a la era del humor en Colombia, protagonizando campañas publicitarias– dejan ver las buenas intenciones de esta linda causa: los casi 600 millones de pesos que dicen que costó la escuela sirvieron para hacer educación con concepto ecológico:

En un genial acto de reciclaje, esta valla sirve para identificar a la escuela y para proyectar sobre ella las presentaciones del video beam que aún no ha llegado a la isla.

Con el patrocinio de Dolex Gripa, la escuela fue inaugurada en diciembre de 2005, cuando Lina Moreno de Uribe y el presidente de la Fundación Mario Santo Domingo, Pablo Gabriel Obregón, desafiaron dos horas de lancha en el mar Caribe, que estaba picado, para llegar al paradisíaco lugar. Eso es inteligencia vial.
La escuela que hicieron tiene dos aulas, una casa-biblioteca para la maestra (que siguió viviendo en el continente y llegaba el martes y se iba el jueves y no dejaba entrar a los niños a clase si no se ponían zapatos), un kiosco, un parque con juegos infantiles que la furia colombiana del mar ya acabó y que fueron acuáticos mientras duraron, y una cocina en la que esperaban darles clases a las muchachas de servicio para que dejaran de hacer patacón, arroz con coco y pescado frito –porque, como me dijo una niñita, “acá no hay carne, tienen que traerla de Colombia”– y aprendan a hacer bandeja paisa, champús y ajiaco.
Lo que no calcularon los constructores, al mejor estilo Nule, fue que el terreno se hundiría, que no habría niños suficientes para las clases y que la Secretaría de Educación de Sucre jamás mandaría un docente decente de planta, mucho menos dos. Por eso ahora no se ve ni un libro, ni un biblioburro, ni un Traper Keeper, ni un iPad y mucho menos un iMac en la escuela de la desolación. La realidad es que ahora sólo van diez niños, pues los padres prefieren mandarlos a donde algún familiar en Berrugas o Lorica, donde sí hay profesores y Chitos.
Así que hoy van sólo algunos párvulos y un profesor de vez en cuando, cuando no está escribiendo cartas de renuncia porque no entiende a los nativos análogos en la era digital. No hay escuela primaria, ni hay clases de cocina, ni hay juegos, ni patines, ni bicicletas, ni un centro audiovisual o un centro comercial para que puedan ver películas en las que aprendan lo que es la vida. Es difícil sacar conclusiones o tratar de hacerlo en un tema tan hiriente como un biopolímero. Lo único que quiero decirles es que mientras hay vida hay esperanza y que todo puede ser mejor, aunque Bancolombia® no me haya pagado por decirlo.
Eso era todo por hoy. Recuerden que nos quieren callar, pero no pueden. Nos vemos el próximo domingo en Especiales Pírricos.

lunes, 30 de enero de 2012

Martín de Francisco, personaje del mes en La Bobada Literaria

Debemos admitirlo: nuestro personaje del mes es tan bobo que fue una enorme influencia para este boblog. Tanto, que desde antes de empezar a escribir aquí ya habíamos tenido trabajos mediocres en televisión, páginas web, radio, prensa escrita y –lo más ruin– agencias de publicidad. Y aunque el panita se volvió tan bobo que puso su irreverencia al servicio de las televentas y se enoja con todo el que se burla de él, sólo autodefinirse como el papá de La Bobada Literaria es suficiente para convertirse en bobo vitalicio.

En esta foto, el Profesor Súper O no ce conforma con un carro #masherrores

Pero el historial de bobadas de Martín de Francisco no tiene ninguna relación con el nacimiento de esta ridícula página. En realidad, todo empezó en un zarzal (Valle del Cauca), en donde tanto su hermana, la niña Mencha, como él, el niño Menso, siguieron los pasos escénicos de su papá y entraron a hacer parte de la farándula criolla desde abajo: ella primero, como reina de belleza, y él después, cuando su cuñado, Carlos Vives, lo puso a hacer alguna cosa. Con su pelo largo y su tono socarrón –imitado por varias generaciones de payasos de colegio, por Antonio García Ángel y por el mismísimo Pirry– don Francisco demostró su talento para burlarse de la gente: señalar la mediocridad ajena es muy jacarandoso, muy chispeante, muy burlesco, muy chocarrero, muy sandunguero, muy saleroso cuando los objetos de burla son personas que poco pueden contestar: la entrenadora pobre de voleyball, la Negra Candela, el recreador de fiestas infantiles, Marbelle, el plomero… Ah, y los actores malos de nuestra tele –exceptuando a Margarita Rosa–, de quienes se burla todo el mundo, hasta Nosotras.


Lo cierto es que gracias a esa original copia de Caiga quien caiga, nuestro papi se hizo un lugar en los sueños húmedos de las niñas hipsters de los noventa –lo que es la groupie alternativa, ¿oigá?– y se ganó un nombre en las páginas doradas de Wikipedia, donde en su perfil es definido como “crítico del estilo de vida del colombiano promedio y de si mismo (sic)”. Ese perfil es un trabajo para el Profesor Súper O, y miente porque si algo ha demostrado es que él no es un crítico de sí mismo –con tilde en la i de sí–: ahora, en  Twitter, se agarra de las niñas mechas con cualquiera que se burle de él; él, que tanto se burló de cualquiera.
Pero sigamos en el pasado. Tras su paso por La Tele –el Oki Doki para adolescentes– y por la excelente emisora Radioacktiva, Martín Guillermo creó junto a su amigo Santiago Moure un programa en el que maravillosos dibujos animados se burlaban de la farándula desde su sofá y desde un programa radial bautizado con unas siglas que incluso para la época ya estaban trilladas: PQEK Activa. El estilo, muy alejado de la mediocridad que acusaba, apenas era igualito a Beavis y Butthead pero mucho peor animado y sin la menor idea de qué es lip sync. Sus historias no se desarrollaban en Colombia, faltaba más, sino en Chibchombia, porque decirles chibchas a los colombianos es una forma nada mediocre de sentirnos superiores. Y, claro, popularizar palabras como mediocre o iguazo para señalar a los demás no es, para nada, una muestra del más mediocre arribismo del típico iguazo colombiano. Para nada.
Desgraciadamente, después de El siguiente programa, la carrera del Germán es el man de los noventa nunca volvió a ser la misma. Es decir, nunca pudo volver a burlarse de los demás porque son unos indios sino que le tocó ser el bufón de fiestas a las que iba para hacer, según él mismo dice, antropología (engendrando de paso al antropopólogo del humor, Andrés López), o poner discos en programas junto al iguazo de Julio Correal en CityTV. Como si fuera poco, salió en espacios del horario triple Z de la televisión nacional apenas comparables con Padres e Hijos, como Tres puntos aparte –junto a su pisoteado Pacheco y a la presidiaria Adriana Arango–, un programa que demuestra por qué el humor de Sábados Felices ya casi va a cumplir cuarenta años al aire y sigue imbatible:


Desesperado –como dice que se ve en este programa–, Marti pensó en el futuro y se compró un tesauro para crear un nuevo programa en el que dice ser el defensor del idioma. El Profesor Súper O tiene como objetivo "reducir los índices de ignorancia un poquitico", pero todo el esfuerzo de este defensor del castellano se vio borrado con su llegada a Twitter:
El dicho "Querer es poder" se saltó un paso. Después de querer, hacer para poder. No se saltó casi nada......?ah?
En sus momentos más brillantes, este adalid de la idiotez apenas alcanza el estilo del hombre de letrinas @alejodorowsky y nos hace pensar que la Chimoltrufia era una filósofa:
¿Qué queda? La eternidad adelante. 
Nadie vive su vida, todos somos la vida, la vida nos vive. 
Hay gente que quiere pero el miedo de hacer no la deja.
Es decir, Mártir de Francisco quería hacer pero nunca jamás quería hacerlo en la radio:

Aclaramos que este video fue tomado de www.maserrores.com. La Negra Candela combina con nuestro fondo. 

Es que antes de convertirse en la nueva guía automotriz de Colombia, Marteen no quería volver a la radio. Y por eso no tuvo reparo en incursionar en uno de sus temas más vilipendiados: la televisión. Pero, como nos daremos cuenta en el siguiente fragmento de la serie Hombres, seguir los pasos de su hermana no se le daba nada bien. Panita, tus primeros pinitos en la actuación dan penita:

El joven Martín era un actor de carácter.

Debemos resaltar sus despampanantes escenas en los minutos 3:30 y 6:20.

Pero volvamos al presente, panitas:


Después de que nuestro papichulo terminó volviendo a la radio (y la televisión) para hacer excelentes programas deportivos junto a expertos tan calificados como Antonio Cassale y Andrés Marocco, descubrimos que la mediocridad, como la corrupción, es inherente al ser humano: Muertín se convirtió en uno de los personajes de los que él mismo despotricaba, difamaba, blasfemaba, renegaba, imprecaba desde su sofá. Es que uno ya no sabe si el que narra fútbol es él o su imitador de La Luciérnaga:


Pero querer es perder un poco y Mamertín anunció su regreso, ante lo que la masa más ignara de sus seguidores se entusiasmó como hace décadas no lo hacía. Sin embargo, el que muchos esperaban que fuera su regreso triunfal a la tele no fue más que otra de sus lamentables incursiones en la televenta. Para los más suspicaces, podía estar vendiendo Liquid Paper o papel higiénico, pero al estilo de la gente más honrada del país dijo lo siguiente, henchido de orgullo, en uno de sus trinos retuiteados por Natalia París:
Elegancia es tener una vuelta coronada antes de empezarla, panitas
Y la vuelta era en camioneta: con su entrada a la red social que nació para defraudar a los fans de las estrellitas, Martontín no hizo otra cosa que convertirse en la versión chibchombiana de Krusty y su publicidad de Canyonero: una tan mediocre que se llena de arrogancia para decir “colombianos, déjense ayudar” cuando, claramente, www.nomaserrores.com fue un error. No obstante, admitirlo y dejarse ayudar sería muy poco chibchombiano.



Es que con los años Marteen, mi sangre, mi pana, mi socio se volvió todavía más bobo que cuando actuaba en telenovelas: después de darse a conocer burlándose de lo que podía, ahora se pone como un energúmeno cuando alguien lo critica por vender su imagen o, lo que es peor, cuando a alguien simplemente no le gusta que lleve veinte años repitiendo el mismo tonito chistoso que ya no es chistoso, jocoso, gracioso, jacarandoso, hilarante, bromista, burlesco, cómico, guasón, pendenciero, retozón, payaso, travieso, recochero: algo así como si en su momento –es decir, hace dos décadas– Poncho Rentería, Moreno de Caro o José Gabriel se le hubieran envalentonado por las bobadas que les decía.
Y como la irreverencia ya pasó de moda, y lo que está de moda es la reverencia –sobre todo hacia él y hacia los anunciantes–, nuestro bobo del mes habla como esos iguazos a los que tanto criticaba, como esos colombianos que solucionan sus problemas con machete, rompiéndoles la cara a los maricas y afirmando, como las barras bravas del Junior o como su criticadísimo Édgar Perea, ser nuestro papi (nos hubiera encantado que nos dijera que era nuestro papi en otras circunstancias, cuando todavía no nos había roto el corazón al convertirse en el siguiente producto publicitario con menos gracia que los comerciales de Bon Ice).

Why so serious, Marteen?

Y ahora saldrán sus fanáticos a acusarnos de envidiosas, cuando la verdad es que no nos gustó lo de la camioneta porque sabíamos que, como no tenemos las curvas de Verónica Orozco, nunca nos dará un borondo en ella. Y por eso, resentidas porque solíamos ser sus flans –y dolidas de que sea tan bobo pero tan bobo que se haya vuelto amigo de Elsy, la misma que le hizo un fake–, dijimos tres bobadas sobre su decepcionante campaña.
A mí me parece bien que hayan cogido a dos errores como ejemplo de esa campaña.
Apague La Tele y vámonos, en camioneta.
El siguiente programa es para vender merengones en las camionetas.
Compre carro. Aumente los índices de contaminación un poquitico. #máserrores
Mandan a decir los de Renault que su campaña es de irreverencia vial.
A un tipo que le hiciera publicidad así a una camioneta, en los 90, estos dos no lo hubieran bajado del calificativo de iguazo.

El caso es que la vuelta estaba hecha, y muchos de sus más ciegos seguidores se sintieron defraudados e hicieron lo que hubiera hecho el Ejército de la Verdad que Martín y Santiago comandaban:
@juanmurs De los mismos "creativos" de #Transmitarjeta y #nomaserrores, llega “yo apoyo el día de los amigos” que promocionará cerveza

@FrauMedina Sobre como cagarte en tu imagen en un 4x4 #NoMásErrores

@Oso_Perezoso7 Conclusión : la necesidad tiene cara de Renault #NoMasErrores

@Ariasvilla Ricostilla es mejor cliente que Renault #NoMasErrores

@TrinoTuta Cuando sea grande quiero ser la imagen para vender buses y taxis. #nomaserrores
@TrinoTuta En un 2x3 de irreverente a vender 4x4
@pelucavieja De Francisco y Moure ya pueden regresar tranquilos a sus cápsulas criogénicas.
Sus respuestas, como si se tratara de cualquier Moreno de Caro o cualquier Poncho Rentería, fueron de lo menos mediocres:
@mdefrancisco12 @pelucavieja Tú sí puedes salir o entrar de tu cápsula cuando quieras, igual nadie se va a dar cuenta.
A los muy pocos que buscan ofenderme, sígan haciéndolo, yo no me doy por ofendido. Sientan esa pequeña embriaguez de poderío.
Pero Martín es tan bobo que sí se ofende y escribe con la ortografía que ataca el Profesor Súper O. A nosotras (que soñamos con protagonizar un comercial de toallas higiénicas) nos trató peor: después de que llevamos dos años trinando bobadas sobre cualquier bobada y dijimos algo sobre él, Martín Guillermo (o el enano que escribe por él, alias Community Manager) se puso a actuar como el gallito Ramírez del colegio, a quien sólo le faltó decir "a la salida nos vemos":
Yo he frenteado vueltas elegantes y salsas. A la final yo no como ni de almuerzo. Soy un pana màs de la esquina. Si me buscan me encuentran.

No traten de destruir al que no pueden alcanzar porque éso es mediocridad,
Le tiraron piedras a lo que no pudieron alcanzar con sus propias manos. 
Hay tres peces a los que se les está agotando el agua en su pantano. No se los coman parceros, se envenenan. 
Yo soy un hombre de paz, pero porqué me la tengo que dejar montar de estos tres. La próxima discusión que sea cara a cara. 
Y como ignoramos sus comentarios, que parecían sacados de un foro de El Tiempo, dijo que estábamos acabadas. También nos dijo que no teníamos carácter, aunque nunca dejamos de decir lo que dictaba nuestro corazón roto. El público, por su parte, a falta de escándalos en La W, habló de una pelea de verduleras entre él y este blog, aunque el único que peleaba era el vendedor de camionetas. Nosotras, mientras tanto, pasábamos nuestras vacaciones en Jamaica –con el gentil auspicio de los traquetos que nos mantienen–. En cualquier caso, decidimos darle la importancia que reclamaba a gritos y hacer un recuento de su arrollador talento. Y nos encontramos con que hace unos años Marteen ya había demostrado sus dotes publicitarias, poniendo su irreverencia al servicio de una campaña sobre algo relacionado con algo relacionado con algo que se llama Internet. Es decir, Coca-Cola:

En el minuto 6, la marca Coca-Cola hace su inesperada aparición.  

Es una campaña sensacional, con unas puestas en escena que no tienen nada que envidiarle a otras que, como las de Sexo en Pance, hacían las delicias del mismo Di Francesco en sus años de Butthead:

Después de su debut en Hombres, Martintín se convirtió en un actor maduro.

Y en este último video habla sobre cómo se ha visto afectada “Martín de Francisco, la marca”.

 "Me gustaba más en muñequitos", dijo el crítico de televisión Oh Maricón.

La serie, que pretendía dar consejos sobre la mesura con la que hay que tomarse internet –y también la Coca-Cola Zero–, no parece haberle enseñado nada a este paladín de la mensura:
Los atiendo cuando quieran. Si se van a poner "salsas" tienen que estar dispuestos a salir al ruedo. 
Y como ahora Martín™ se convirtió en la irreverencia hecha publicidad, cree que todo el mundo quiere pagarle:
Si estos tres quieren publicidad que paguen. Si asì sin pagar ya les ha salido caro . Para venir a frentear al Papá se necesita carácter. 
Aquí alguna publicidad es gratis. No toda mi pez. 

Al final, los hechos hablan por sí solos: el niño Mencho llegó a Twitter para hacerle caso a Elsy Rosas Crespo, a quien se le pudo ver lamiéndole las botas Dr. Martins y demostrando una vez más sus falencias interpretativas.
@ensayista No Elsy, simplemente a esos tres les quiero decir que fue un placer volverlos una mermelada de mierda. Cuando quieran quiero.
¿Mermelada de mierda? ¿En serio? Está bien, mi pez, ahora somos una mermelada de mierda, popó, boñiga, excremento. Es decir, uno de tus chistes con palabras rebuscadas en el tesauro, mi hez. Y eso que ahora, en tu papel de adalid del éxito (que siempre va a toda velocidad en una camioneta), habías demostrado querer ser un hombre maduro, de esos para quienes Twitter no es la vida y cosas así.
La vida es real, el twitter es virtual, mi vida no es el twitter, mi vida es frentear. Pónganse finos que llegó el Papá.
Para después, tan maduro como un papá, darle demasiada importancia a detalles tan infantiles como el número de seguidores, que en todo caso está todavía muy lejos del de celebridades tan influyentes como Amparo Grisales, Alejandra Azcárate, Vladdo o Gregorio Pernía.
Yo tengo enemigos, pero yo no soy enemigo de nadie. En twitter la familia está grande y hay que cuidarla. Si estos manes la montan, frenteo. 
A esos tres cada vez los siguen menos. A ver locas, ¿van a frentear o qué? Aquí hay melao pa' salsas mi perro. Cariños, su Papi.
Este trino, y el hecho de que después lo hayás borrado, también es muestra de tu madurez tan frentera:
Papá: Llegando a 40.000 en semanita y media. 4 espurios: 30.000 en 2 años. Pfff Tunda. Contra el Papá uno tiene todas las de perder. 
Sí, Martín, tenés el mismo número de seguidores desde 1990. Sos grande y nosotras somos una bobada que no da la cara, aunque quien quiera saber quiénes somos nos puede conocer aquí. Sos tan grande que en esta historia también había otro man, Moure, pero lo opacaste e hiciste que le perdiéramos el rastro un día que lo vimos en un reality de lo más iguazo.

viernes, 27 de enero de 2012

Expedición Róbensen. Capítulo 5: sí hay festival

Se acabaron las vacaciones y los concursantes de Expedición Róbensen, el peor reality de la televisión colombiana, tuvieron que regresar de los paraísos fiscales donde pasaron unos días posando para la revista Jet Set. Todos volvieron muy sonrientes y bronceados quince días después de lo planeado y, ante los reclamos de la producción, alzaron los hombros y nos dijeron que en este programa las cosas también se hacían a la manera de la política colombiana: tarde y mal. El único concursante que no volvió fue Alejandro Ordóñez, quien con un 23% de los más de mil votos del capítulo anterior fue considerado por nuestros democráticos lectores el candidato con el peor deseo para este nuevo año. Extrañaremos sus flagelaciones matutinas, y por su culpa, bobos lectores, nunca veremos el capítulo en el que se descubría que tenía un niño escondido en su habitación, lo que iba a provocar un tremendo escándalo de Gilma Jiménez.
Pero las emociones en la Picota Estudio no se detienen, y Fabio Valencia Cossio fue el ganador de la prueba de impunidad, cosa que espera conservar cuando condenen a todos los ministros de Uribe.
Y en La Bobada Literaria también hay espacio para las bobadas literarias. Por eso, la prueba de hoy para nuestro espectacular absurdity show está inspirada en el nuevo gobernador del Valle del Cauca, Héctor Fabio Useche, y en el candidato a la presidencia de México, Enrique Peña Nieto, quienes demuestran que los políticos latinoamericanos son los verdaderos biblioburros:





Lo bueno de este oportuno regreso es que coincide con ese festival literario que confirma que Cartagena es la capital cultural del mundo, si entendemos por mundo a cinco familias ricachonas y un millón de limosneros. Y el reto de la semana va en esa onda: invitamos a los concursantes a contarnos cuál es su libro favorito. En sus respuestas, es evidente que no los han leído, pero igual tras cada respuesta los ovacionamos como corresponde.

Angelino Garzón
La carretera, de Cormac McCarthy, un libro muy bonito porque habla de las locomotoras del progreso que estamos gestando junto al presidente Juan Manuel Santos.

Armando Benedetti
Todo lo que sé se lo debo a las enciclopedias de El Tiempo.


Enrique Peñalosa
Las ciudades invisibles, de Italo Calvino. Es un libro muy profundo que habla de las únicas ciudades donde tengo la oportunidad de gobernar.

Gilma Jiménez
Lolita, porque muestra la sicología de los degenerados y las degeneradas. Lo único que no me gusta es el final: debió terminar con la pena de muerte.

Gina Parody
De esta agua no beberé y otros libros de Madame Bobarí, mi escritora favorita.

Juan Carlos Martínez


El señor de las sombras (biografía no autorizada de Álvaro Uribe). Ha sido todo un aprendizaje, ese señor es mi modelo a seguir. 

Juan Manuel Corzo

La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina. No me acuerdo cómo se llama el autor y, en realidad, no lo he leído porque no me alcanza la plata para comprarlo –tengo dos casas que mantener–, pero me siento muy identificado con esa chica.

Liliana Rendón
De caballos y mujeres de Edilberto Barreto Vargas, líder del Movimiento Machista Casanareño, una linda obra sobre las mujeres que merecen que les peguen por cansonas.

Luis Pérez


Sin tetas no hay paraíso, porque es verdad. 

Noemí Sanín

Todo en otra parte, la novela de mi sobrina. La recomiendo porque soy la única persona que la ha leído. Vale.

Piedad Córdoba
1001 turbantes que hay que usar antes de morir. Me lo regaló un jeque árabe y se ve muy bien en mi mesa de centro.

Simón Gaviria
Con cara de niño, biografía no autorizada de Jerry Rivera.

jueves, 26 de enero de 2012

Las profecías de 2012

Como ya no sabemos sobre qué escribir ni qué hacer con el presupuesto que nos asignaron en la agencia para hacer este blog, llamamos a un chamán y le pedimos que nos hiciera una lluvia de ideas. En contraste con los demás contratistas del Estado, este hombre sí se puso a trabajar y nos aseguró que, pase lo que pase, el mundo se acabará y todos seremos felices para siempre. El problema es que no será este año. Mierdas tanto, estas son algunas de sus profecías:

Escándalo nacional
El país se paralizará varios días cuando pase algo inaceptable: que a una reconocida modelo y presentadora de farándula le salga la nariz torcida en las fotos para una revista. Pirry hará un especial sobre el drama de las modelos con los editores de revistas y Anonymous bloqueará la página web de Photoshop. Culito, alcanzando el mayor rating del año, entrevistará a la afectada, quien dirá en inglés que esas fotos se las tomaron a sus espaldas. Un blog aclamado por Kienyké dirá que esas fotos son fusiladas de una revista francesa, donde todas las modelos tienen la nariz torcida. Catalinapordios citará a Guattari en su columna defendiendo el derecho a llevar la nariz torcida. Al final, Carolina Sanín seguirá odiando a todos los colombianos y, durante los siguientes meses, se harán chistes flojos en Twitter con el hashtag #porunanariz.

Colombia triunfa en el extranjero
El hijo de una mujer que se casó con un hombre que alguna vez leyó un libro sobre Colombia dejará en alto el nombre del país en el mundo con su destacado restaurante en una insignificante ciudad de Europa, según un tabloide local. Cuando los enviados especiales de El Tiempo le pregunten por sus raíces colombianas, responderá que ya no se acuerda de la trama del libro que leyó su papá adoptivo y que le encantaría venir al país cuando deje de ser tan peligroso. Por su parte, un tenista muy guapo nos llenará de orgullo porque estamos muy bien en materia deportiva: pasamos a la segunda ronda de un torneo de grand slam, jugamos contra un top 30. Lo mismo pasará con un director de cine muy guapo, cuya excelente película, alabada por la crítica nacional por su técnica –es decir, por estar bien hecha–, será comprada por Hollywood y protagonizada por María Conchita Alonso. 

Rock al Parque
Después de años de promesas, por fin vendrá Jimi Hendrix al festival de rock más grande del Parque Simón Bolívar: un mechón de pelo del famoso guitarrista –que se murió hace cuarenta años– generará una romería apenas comparable con la de la sangre de Juan Pablo II. Sin embargo, lo más importante del festival será el cierre a cargo de Delfín Quishpe, quien hará que los hipsters se quiten el sombrerito ante los organizadores y que los medios hablen de lo incluyente que se volvió un festival que, este año, lo único que tendrá de rock será su nombre.

Juan Manuel Santos va por la reelección
Colombia seguirá siendo la democracia más sólida del mundo. Tal como su antecesor, Juan Manuel Satán negará sus aspiraciones reeleccionistas pero hará varios guiños llenos de la picardía que demostró en campaña. Cuando algún atrevido periodista le pregunte sin rodeos por su posición respecto al tema, el mejor presidente que ha tenido la familia Santos responderá con una frase memorable que dejará claro que sólo aspirará a una reelección si eso es lo mejor para el país. También podría decir que tendría que ocurrir una hecatombe, lo cual es una salida muy fácil porque en Colombia hay hecatombes todos los días.


Periodista da el salto a la literatura


Los periodistas encontrarán una nueva oportunidad de usar una de sus frases favoritas cuando anuncien que un(a) conocido(a) periodista dará el salto a la literatura para escribir su primera novela en clave de burla al periodismo que durante años ha ejercido y le ha pagado su apartamento en Rosales. Modestamente, dirá que lo suyo es un ajuste de cuentas con la literatura latinoamericana y una forma de enseñarles a los escritores del mundo a escribir Literatura, con mayúscula. Esto demostrará una vez más que todo periodista colombiano viene con su novela debajo del brazo.


Duro golpe contra las Farc
Tras el éxito de la Operación Sodoma llegará la Operación Sodomiza II, el más duro golpe a las Farc desde el golpe más duro a las Farc. Será un combate de precisión quirúrgica que demostrará que el glorioso ejército nacional no sólo vela por la seguridad de Colombia levantando el pulgar en la carretera: también puede matar de vez en cuando a algún guerrillero en lugar de apresarlo y acrecentar el odio entre la ciudadanía. El que nos hará celebrar en nuestras casas u oficinas esta vez será el contador del secretariado bilingüe de las Farc, que sucedió al contador anterior, alias “Alias”, quien a su vez fue dado de baja en el más duro golpe a las Farc desde el bombardeo al tesorero del frente 15 del ELN. En su alocución presidencial, que hará desde Cartagena con una gorrita, Santos dirá muchas veces la palabra bandidos. 

Petro anunciará un nuevo sistema de transporte
Gustavo Petro no sólo continuará con su estrategia de declaraciones populistas para causar polémica, sino que hará algo peor: seguir el ejemplo de Juan Manuel Satán, anunciando planes ante los medios para ver si tienen acogida en Twitter. El más importante será la Metrochiva, una novedosa novedad que solucionará los problemas de movilidad de la ciudad hasta en diciembre, cuando el colapso vial alcanza la perfección. El sistema transportará a los habitantes de la capital en vehículos absolutamente inseguros, pero a nadie le importara porque será al ritmo de vallenatos y tropipop. Será muy incluyente: les permitirá a las papayeras subirse a pedir monedas. Y hará felices a los usuarios con trago durante los trayectos de veinte cuadras en dos horas. “El transporte es una fiesta” será el lema de este genial medio de transporte, que será acogido en las redes sociales como la #Petrochimba.

La bobopolítica
Después de la parapolítica, la farcpolítica, el uribismo, el carrusel de la contratación, la revista Carrusel y otros escándalos, los periodistas de Noticias Huno destaparán la olla más podrida de Colombia –y no estamos hablando de la de Harry Sasson–. Importantes integrantes del Senado y la Cámara, así como gobernadores y alcaldes de diferentes regiones, estarán dando clic en los anuncios de La Bobada Literaria –que incluyen irreverentes campañas para vender camionetas– y recibirán espectaculares promociones de Groupon a manera de comisión. La indignación generalizada se apaciguará con una marcha nacional promovida por RCN, Gustá Bobo Lívar y Vladdo, que afirman ser los poseedores absolutos de la bobada en Colombia. Lo bueno es que todos se sentirán mejores personas después de marchar y van a salir a comprar camionetas porque nosotros les decimos que lo hagan.




miércoles, 25 de enero de 2012

Usted qué propone: hoy, las corridas

Cuando los indiegnados nos pidieron que escribiéramos sobre la fiesta brava nos pusimos felices de tener que pasar una noche con Diomedes Díaz, pero después nos dimos cuenta de que, como el perico, la expresión fiesta brava se presta para muchas interpretaciones. En este caso, una menos divertida de lo que pensábamos, un tema que demuestra que en Colombia todo el mundo pelea: los veganos, los alcaldes, los columnistas, los tuiteros, los feisbuqueros, los humoristas, los antitaurinos, los futboleros, los pacifistas, los toreros y hasta los toros (que según los defensores de esta práctica también llevan la pelea en la sangre). Nosotros, en cambio, no peleamos y ni siquiera criticamos: proponemos. Por eso, antes de que nos vuelvan a decir que al menos Shakira no usa zapatos en solidaridad con los niños de Burkina Faso, hoy nos cortamos una oreja para apoyar una linda causa: los cuadros de Van Gogh, que esperamos comprar con la plata de la camioneta que obtendremos porque ustedes lean esta entrada. Estas son nuestras propuestas en torno a las corridas de toros:

1. Que dejemos de matar a los toros de Lidia, porque Lidia está furiosa y va a demandar a los asesinos (y Sábados Felices nos va a demandar por hacer este chiste tan flojo).
2. Que La Macarena se siga prestando para conciertos, pero que al final se sacrifique al cantante para que el espectáculo sea más acorde con el escenario. Todos los conciertos deben ser de tropipop.
3. Que, si es cierto que el toro encuentra en la corrida la forma más digna de morir, por ser en la batalla, los proveedores de McDonald's sean obligados a vestir con traje de luces y a matar a los pollos mutantes con espadas para que el mundo pueda comer horribles hamburguesas dignamente.
4. Que, si el toreo se trata de una tradición ancestral heredada de los españoles que debemos conservar, acabemos de una vez con los indígenas que aún quedan en Colombia. Según Wikipedia son más de ochenta etnias. ¡A por ellas!
5. Que, si los antitaurinos se van a disfrazar como pedazos de carne en sus manifestaciones, lleven la protesta hasta sus últimas consecuencias y pasen a formar parte del especial del día en Donostia.
6. Que, si se considera hipocresía estar en contra de las corridas pero comer carne, también se considere hipocresía estar en contra de la guerrilla y el paramilitarismo pero fumar marihuana. Así al menos se acabarán las marchas inútiles y las lindas causas.
7. Que, en lugar de prohibir las corridas de toros, se promuevan las corridas de todos (guiño, guiño).
8. Que, si le van a seguir cortando el rabo al toro, se le dé un uso consciente con el medio ambiente y se recicle para ser usado como implante de nalga, en lugar de esos biopolímeros que son tan feos.
9. Que Chayanne y su canción "Torero" reemplacen los pasodobles para hacer del toreo algo incluyente con la comunidad LGBTIJKLMNÑO. Los pases dobles que se esnifan los yuppies durante las corridas no serán reemplazados porque los espectadores se quedarían dormidos.
10. Que los enanos toreros tengan una curul en el Senado. Si van a la cárcel por parapolítica, sus suplentes serán los payasos toreros. Las chispitas torero serán declaradas patrimonio cultural de Colombia.
11. Que no prohiban las corridas porque ya no sabrían cómo terminar las películas porno. 

miércoles, 18 de enero de 2012

Las 10 doñajuanas del 2011

Inspirado en el periodismo basurero, el género periodístico inventado por la revista Donjuán que consiste en recopilar basura, este blog ofrece anualmente una imperdible edición especial dedicada a los basureros del año. Por ese motivo, y porque en Colombia siempre habrá basureros más grandes que Doña Juana, decidimos renunciar a nuestra renuncia y seguir llenando este blog de basura. Sin más preámbulos, invitamos a nuestros bobos lectores a que se pongan su mejor vestido y se tapen las narices para conocer a las 10 doñajuanas del 2011.

TransMilenio
TrashMilenio tiene el innegable talento de tratar a sus usuarios como basura: en este mediocre de transporte los buses son insuficientes y el pasaje tiene el mismo precio de un tiquete de metro en Berlín. Tal vez sea por eso que sus usuarios lo tratan como basurero y nunca le hicieron caso a la advertencia de que no se podían atrangantar de chitos dentro de los articulados. A los males propios de este monopolio busetero se suman los de sus vías, que parece que hubieran estado a cargo de los Nule pero en realidad fueron responsabilidad de los Nule de hace diez años. Y los usuarios, claro, también ponen su granito de arena: se paran en las puertas de los buses a estorbar, no dejan cerrar las puertas de las estaciones para entrar más rápido (y después quejarse cuando se dañan), se sientan en el piso y ocupan más espacio cuando el bus va lleno mientras chatean, ponen reggaeton (o lo que sea) a todo volumen en sus StupidPhones, no le dan la silla a quien la necesita y se restriegan el uno contra el otro. Superar las leyes de la física apretujando a más personas que en un carrito de payasos es una tradición que hay que conservar porque hace parte de nuestra cultura, como celebrar la llegada del año nuevo echando tiros al aire o pegarle a la esposa (especialmente en Barranquilla). Estos exclusivos buses nos han demostrado que lo que tenemos en Bogotá son miedos de transporte.

Santa Marta
Eso de “pueblo olvidado de Colombia” es un pleonasmo. Ya todos sabemos que no hay otra opción en este país. Que grupos de supuestos desmovilizados (más falsos positivos del mejor presidente que ha tenido la familia Uribe y del mejor Ministro de Defensa que ha tenido la familia Santos) puedan paralizar las actividades de la ciudad durante días habla muy mal de un gobierno que en todo caso habla muy mal: les dice a los paramilitares bandas criminales y a una toma paramilitar, paro armado. Además, en Santa Marta cualquier llovizna (de agua, no de balas) causa estragos similares a los de un huracán. Controlada por pudientes familias de gente divinamente que le pega a las reinas de belleza por un subsidio agrícola, aquí tenemos la marina de yates más moderna de la región mientras lo más moderno que han oído cientos de miles de habitantes es el tropipop de Carlos Vives. En este puerto, les mostramos a los borrachos que llegan en los cruceros la tierra donde nació el Pibe, pero inevitablemente ven a cientos de pibes llenos de tierra. En todo caso, y si todavía hay dudas de por qué esta ciudad es un basurero, una canción ya nos había explicado que en este pueblo todo se hace al revés:  Santa Marta, Santa Marta tiene tren, Santa Marta tiene tren, pero no tiene tranvía.

La Zona T
Esta hermosa e incluyente zona capitalina no es un basurero sólo porque por ella circulen cartas anónimas diciendo que por una módica suma es posible deshacerse de los ladrones que pululan en el sector (y no se refieren a Harry Sasson), ni porque algunos de los locales la hayan pagado para mantener las calles más tranquilas que sus conciencias. También es un basurero por el triste espectáculo de nieve de jabón con la que baña a sus cochinos visitantes durante la Navidad, y que lo convierte en uno de los sitios más arribistas de un país donde no nos importa que nos den basura (en vasos de cerveza o en platos cuadrados) desde que sea play. Este mismo concepto aplica, por supuesto, a todos los restaurantes, centros comerciales y rumbeaderos ubicados alrededor de las tres cuadras más ridículas de Colombia. La T de su nombre es por Trash, que por ser en inglés a todos nos parece que suena genial.

Bogota Beer Company
No, no es un pésimo chiste: la compañía de cerveza de Bogotá lleva su nombre en inglés, el idioma oficial de las presentadoras de farándula. De ahí que este sea el mejor lugar para encontrar damas de cosa desesperadas por un gringo, oficinistas enloquecidos por ver a una gringa y aspirantes a yuppies gringos. En el único mercado artesanal que aún no han explotado los hermanos Uribe Moreno, el de la cerveza, esta compañía es la demostración de por qué las borracheras saben mejor cuando se las confiamos a las grandes fábricas: el hostigante toque de colorante de sus cervezas es el auténtico sabor artificial que a todos encanta. Pero a la BBC (se pronuncia bibicí, para que suene más chévere) hay que agradecerle su honestidad: al dar una prueba de todos sus sabores en un TransMilenio, sabemos que simbólicamente están aceptando que su cerveza apesta y que sus locales son más incómodos que un bus articulado.

La Feria del Libro
Muchos la describen como una enorme librería con descuentos. Pero en realidad tiene la apariencia de un mercado de las pulgas, con libros y revistas desteñidos por el sol y llenos de polvo pero con precios de edición de lujo. Además, lo que alguna vez fue una agenda atractiva para un país cuyos habitantes leen 0.1 libros al año ahora es el punto de encuentro de la gente chévere (tanto que hasta los noticieros la abordan desde su sección de entrenimiento) y de una cantidad considerable de insomnes anónimos buscando una cura para su mal. A pesar de que acceder a este enorme basurero es cada vez más caro, la gente sigue pagando precios ridículos para entrar a comprar los mismos libros que están en las librerías durante todo el año (y algunos que estarán un poco después), y a comer en El Corral únicamente porque en televisión dicen que hay que ir (así como también siguen creyendo que durante el diluvio uno se puede dedicar a leer).

Twitter
Si los periódicos, revistas y canales de televisión están llenos de profesionales en producción de basura, Twitter llegó para cambiarlo todo y demostrar que los aficionados (vulgarmente conocidos como tuiteros) también son expertos en hacer basura. Basta con mirar los tropical tenders para enterarse de que lo que más preocupa a los colombianos es el culo de Jessica Cediel, las uñas de Laura Acuña o el cumpleaños de Amparo Grisales y comprender que, por los comentarios que allí se ven, las redes sociales son simplemente las versiones 2.0 de las peluquerías.

Buenos Aires
Argentina, ese país que ha sido idealizado por publicistas para quienes creativo sólo tiene una acepción autodescriptiva, es tan colombiano como creer que la guerrilla se acaba matando desempleados de Soacha y disfrazándolos de guerrilleros. Como en el caso de Colombia, lo peor de Argentina no es el país sino los colombianos: los que escriben BsAs porque se cansan agregando siete letras, los que escriben Baires porque se ve más chévere, los que acaban de descubrir que en el sur es verano cuando en el norte invierno e invierno acá cuando allá es estío, los que creen que Verano Eterno es una evolución de las telenovelas o los que creen que los argentinos son más cultos porque escuchan tango. Todos esos colombianos que se fueron a gastar su plata en universidades de garaje o a pasear porque les negaron la visa Chinguen han convertido a una capital como cualquier otra ciudad de Latinoamérica en un basurero de dudoso prestigio.

Bogotá
Se fue Samuel Moreno y con él todos los males de Bogotá: se acabó la corrupción, se acabaron los trancones, los carros les dan paso a los peatones y ya no hay robos ni atracos. Es que el problema de Bogotá es su gobernante y no su gente, no, para nada. Mientras todos exigimos a los funcionarios del distrito que hagan bien las cosas, insultamos al que nos pide que paremos el carro en las cebras, apretamos el acelerador cuando el semáforo cambia a amarillo a rojo, exigimos que los buses paren a recoger o a dejar pasajeros cada diez metros porque caminar da cáncer; al igual que los policías, nos quedamos mirando para otro lado mientras atracan a alguien en la acera de enfrente y nos robamos las tapas de las alcantarillas para inyectarle adrenalina a los recorridos urbanos. Por eso hay quienes se quejan de que en Colombia sean capaces de votar por un guerrillero desmovilizado hace décadas en lugar de bombardearlo para continuar la guerra. Sumándole las enormes oportunidades laborales que, según el DANE, se encuentran en cada semáforo, la oferta gastronómica a cifras astronómicas mientras hay barrios donde la gente vive con un vaso de agua de panela al día, la inclusión cultural en la que lo que importa es la gestión del manager y una malla vial que, literalmente, parece una malla (entre otras muchas cosas), Bogotá no tiene arreglo. Lo peor de todo es que está llena de colombianos.

Las universidades
Durante un año de movimientos estudiantiles y el inicio de un debate sobre la educación en Colombia, los estudiantes de la Universidad Javeriana no pudieron aportar su grano de arena de la playita porque los que mejor deberían saber escribir párrafos, los comunicadores, nunca aprendieron a hacerlo. Pero mientras en la Javeriana llueve, en la Sabana no escampa: tras dos inundaciones consecutivas durante el invierno de finales de 2009, los ingenieros graduados de universidades colombianas no supieron prever que, si pasa dos veces seguidas, es probable que un terreno pantanoso se vuelva a anegar con nuevas lluvias (cosa que, en efecto, pasó). Sumen a eso la pericia de los egresados uniandinos, a quienes se les puede desbaratar la fachada de su recién estrenado edificio, el excelente estado de las instalaciones de la Nacional, que ahora cualquiera tiene una maestría aunque escriba maestria y tendrán evidencia de que el problema no es del ambiente sino de la educación.

Los taxis
Taxistas en Cartagena que cobran diez dólares por una carrera de cinco minutos, taxistas en Barranquilla que cobran cinco mil pesos por la carrera mínima porque no eres de Barranquilla, taxistas en Cali que van armados porque esta noche tienen una fiesta, taxistas en Medellín que van armados porque esta ciudad es muy peligrosa, taxistas en Bogotá que te llevan de paseo porque eres millonario… Las ciudades de este basurero que es Colombia son gobernadas por los conductores de los carros amarillos, a quienes los políticos les tienen miedo porque si no se cumplen sus caprichos paralizan las calles durante días, quienes toman la justicia por sus propias manos porque ellos son rápidos y furiosos y cuyos representantes más honestos sólo te redondean la cifra que indica el taxímetro, en el caso de que tengan taxímetro y no esté adulterado. Para completar de hacer de este país un basurero, ellos botan su basura en las calles cuando no las orinan. Pero cuidado con decirles algo, porque son los únicos dueños de las vías.