lunes, 31 de enero de 2011

La bobada futurista: Taberna Averno, lo nuevo de Mario Mendoza

Ya alguna vez les mostramos cómo todos podían ser el próximo Ricky Ricón Silva Romero. Incluso sabemos que Juglar del Zipa inventó una fórmula para escribir como Santiago Gamboa pero ni siquiera a Santiago Gamboa le funcionó y el link ya no aparece. Pues bien, hoy queremos mostrarles que para ser Mario Mendoza no hace falta sino posar siempre con cara de afligido sin tener la menor idea de cómo escribir; algo así como ser un emo literario y pensar que estar triste es escuchar Radiohead.

El año pasado, como no teníamos nada más que hacer, estuvimos buscando trabajo como aseadoras y dimos con la casa del escritor famoso por ese mamotreto de lugares comunes llamado Satanás. Mendoza nos contrató para limpiar el polvo de su biblioteca (guiño, guiño) y, después de leer nuestro Twitter y ver que teníamos más talento que el enano que solía escribirle los libros, nos pidió que lo reemplazáramos para su siguiente aventura literaria. Lo hicimos a cambio de unos cuantos miles de euros planetarios –por eso nos fuimos de vacaciones a Hawái– y enviamos el manuscrito de Taberna Averno firmado por Mario Mendoza a Sex Barrial, la editorial que publica sus libros sin jamás haberlos leído.

Por eso, les tenemos en exclusiva el texto de la contraportada de otra novela que Mario Mendoza publicará seguramente en una de las actividades más importantes de la Feria del Libro.
Esteban Romero es un profesor de literatura golpeado por la vida que narra su historia desde una sórdida casa del barrio Santa Fe en Bogotá, un territorio sombrío donde la prostitución y la droga revelan lo más decadente de la naturaleza humana. Siendo aún un niño, Romero perdió a sus padres a manos de un despiadado delincuente común y, desde entonces hasta que su esposa lo dejó por motivos que aún está por revelarnos, ha buscado la forma de hacer parte del mundo, tratando de socializar en inmundos lupanares como la Taberna Averno y sobrellevando el hedor de las cloacas que se confunden con el de las mujeres que mira desde su ventana.

Esta apasionante novela que mezcla la crónica roja con la salsa rosa recorre de la mano del protagonista dos décadas de incesante violencia que, como la energía, no se crea ni se destruye: se transforma. Mientras escribe un "Diario del lóbrego desastre de la Avenida El Dorado" que parece despertar el odio de algunos poderosos, Romero es acompañado por un vagabundo que puede recitar de memoria las obras completas de Shakespeare, una pelandusca que sabe más de artes oscuras que amatorias, un famélico perro callejero que lo espera en la puerta de su edificio todas las mañanas y un misterioso borracho que perdió su prosperidad a causa de los recovecos que la ciudad impone a sus habitantes. Todos tienen mejor vocabulario que Andrés Ospina. El olor dulzón del basuco, el vómito del aguardiente y el eucalipto de los orinales de la Taberna Averno generan una atmósfera que atrapa al lector como si fuera un sortilegio.

Mario Mendoza, ganador del Premio Biblioteca Peye en 2002 con Satanás, ha construido un sólido y potente universo literario con un marcado sentido crítico. En Taberna Averno traza un nuevo camino para escudriñar el alma de la ciudad, que se nos muestra con toda su desgarradora fuerza destructiva a medida que carcome el espíritu de los personajes, seres anónimos que no tienen más remedio que aceptar con resignación el destino que ella y el hado les depararon.

Con esta novela, Mendoza se ratifica como el autor más importante de los últimos tiempos.

viernes, 28 de enero de 2011

Mitos y leyendas sobre La Bobada Literaria

Termina una semana más de bobadas, aunque la mayor bobada de todas –el Hay Festival– apenas comienza: todos los ricos ovacionaron ayer el acartonado discurso sobre la pobreza que se echó Rubén Blades –como aclara un lector, ellos pronuncian “Rúben Bleids”–, luego de lo cual se fueron satisfechos a almorzar al Club de Pesca y a dormir en sus habitaciones del Hotel Santa Teresa. Después, los asistontos al festival recorrieron una noche impregnada de cultura, preguntándose cuál sería la extrema pobreza de la que hablaban muchos: violinistas que los esperan junto a la carta de la entrada del restaurante, amables lugareños que piden monedas siguiendo una antigua tradición popular, vendedores de cualquier cosa que terminan haciendo monerías ante las mesas por quinientos pesos, prostitutas que ofrecen una cara –y un cuerpo– más que amable al visitante. En fin, I felicining Cartagening.

Cambiando de tema, de nuestras profundas encuestas de la semana pasada sacamos importantes resultados que demuestran, una vez más, que una de las mayores pruebas de la bobada de los colombianos es su capacidad de elegir lo peor cuando se les da la oportunidad. Para la muestra tres mojones: el 46% de la población cree que los taxistas no son malos, que en realidad aprendieron de Álvaro Uribe Vélez el respeto por los demás, mientras que un respetable 18% cree que los taxistas pertenecen a una raza superior, como los nazis; en temas más importantes para el país, el 51% de los colombianos cree que la separación de Shakira es el inicio de un tórrido romance entre Juanes y Shakira del que nacerá el Anticristo –que probablemente se parecerá a Juan Manuel Satán– y apenas un 17% sabe que se trata de un complot para desmentir la homosexualidad de Piqué; por último, el 57% es consciente de que lo mejor del Hay Festival será que, aunque nadie lea libros en Colombia, nos sentimos el epicentro de la cultura mundial. Un sensato 21% piensa que lo mejor será el cubrimiento de RCN, preguntándole a los escritores por el diluvio con los barrios inundados de Cartagena como fondo. Nosotras sabemos que lo mejor será Mario Jursich arrastrando las erres para sonar como Cortázar y que el momento más divertido será cuando Francisco Santos descubra que Shashi Tharoor es un político y escritor y no una variación del sushi.

Volviendo a cambiar de tema, las bobas que escribimos este blog estamos cansadas de los mitos que se han generado alrededor de nuesras identidades y de cómo, a pesar del nombre La Bobada Literaria, siguen tomándonos en serio. Por eso, esta semana decidimos volver a nosotras mismas y desnudarnos –simbólicamente– para desmentir los mitos sobre el blog, que han sido tantos y tan bobos como aquellos sobre la mamá del bebé de Cristiano Ronaldo o la verdadera sexualidad del General Palomino. Antes, sin embargo, queremos hacer un anuncio muy importante: el guión entre apellidos pasó de moda, ahora es más chévere el guión bajo entre apellidos; así que, desde ahora, nuestro director se llamará José Gabriel Ruiz_Navarro. Esperen y verán cuando salga el próximo libro de Enrique Vila_Matas.

¿Quién financia este blog?
El hijo de Andrés Hoyos, el bebé más intelectual de Colombia.
La familia Ruiz_Navarro, propietaria de una próspera cadena de puestos de arepaehuevo en Barranquilla.
El cheque del desempleo que reclaman gracias a que una de las bobas se casó con un catalán mientras hizo su residencia literaria en Barcelona.
Álvaro Uribe Vélez, para que no digan que en este país no hay deposición. Lo que no hay es oposición.
Shakira, que en realidad es novia de uno de los siete integrantes del blog.
La Fundación Pies Descalzos, porque cree que lo escribe Ángela Becerra.
La industria neoyorquina del porno gay virtual.
El tercero de los hermanos Uribe Moreno, que está recluido en el ático.

¿Qué son quienes escriben la bobada?
Tres batracios enlatados.
Cuatro vampiros enanos. Uno de ellos alza a otro para parecer una sola persona de estatura normal.
Tres transformistas que, en la noche, se prostituyen en Chapiyork.
Nueve semanas y media.
Un grupo de bobos con suéter.
Los hermanos Uribe Moreno.

¿Aparte de La Bobada Literaria, de qué otra forma malgastan su tiempo los autores de este blog?
Escribiendo jingles para La Fina.
Llenando encuestas que demuestren la popularidad de Santos.
Siendo los titiriteros y la voz de Jorge Barón.
Escribiendo comentarios en las columnas de Andrés Hoyos para que se sienta un líder de opinión.
Enseñándole redatsión y ortografia a los hermanos Uribe Moreno.

¿Cómo nació La bobada?
Por un pedo de Harold Alvarado Tenorio.
Un día en que nuestros periodos menstruales se sincronizaron y estábamos muy sensibles.
Gracias a la propina que le dio Andrés Hoyos a una de nosotras en Andrés W.C.
Llorando y pataleando.
Cuando los hermanos Uribe Moreno necesitaron una nueva cortina de humo.

¿Sobre qué es el libro que supuestamente están escribiendo las de La Bobada Literaria?
Sobre la verga de Efraím Medina.
Sobre la importancia de la chiva en Colombia: se llama La fiesta de la chiva.
Sobre un siquiatra forense demente.
Sobre el hipérbaton.
Sobre las videorockolas.
Sobre la honestidad de los hermanos Uribe Moreno.
Sobre el fundillo literario colombiano.

jueves, 27 de enero de 2011

Un supermercado en Chapinero

Esta semana decidimos unirnos a la verdadera bobada literaria: el Hay Festival, lo único que en Colombia supera en esnobismo a la revista Arcada. Enviamos una ruana para que hiciera un cubrimiento especial, pero está haciendo mucho calor en Cartagena y no ha servido de nada. Por eso, hurgamos en los bolsillos de nuestros poetas –conocidos popularmente como mercados de las pulgas– y encontramos que alguno de ellos guardaba un texto escrito por Allen Ginsberg a su querido William Burro cuando éste todavía no había muerto sino que andaba de parranda por Colombia. Gracias a este conmovedor poema nos enteramos de que las gafas culo de botella lo habían hecho un vidente, pues sus versos nos revelan los más íntimos deseos de uno de nuestros autores más aburridos –así esto sea una redundancia–: William Ospina. Sin más preámbulos, los dejamos con esta obra maestra de la bobada literaria, para que entren en la onda del Hay Festival –que se puede pronunciar "ay", "ey" o "gay"– y para que se deleiten poniéndose este poema en prosa debajo del brazo cuando caiga un nuevo diluvio.

Un supermercado en Chapinero

Qué cosas he pensado de ti esta noche, William Ospina, mientras caminaba por las franjas amarillas de las calles laterales esquivando mojones con un dolor de cabeza, autoconsciente, mirando la luna llena detrás del esmog.
En mi hambriento cansancio y en busca de imágenes que comprar, entré al fruver del supermercado, ¡soñando con un buen ensayo tuyo!
¡Qué sombreritos y qué penumbras! ¡Familias de hipsters comprando de noche! ¡Pasillos repletos de maridos! ¡Sus maridos entre los aguacates, las lesbianas en los tomates! –y tú, Jotamario, ¿qué hacías allá mirando las papayas?–
Te vi, William Ospina, sin hijos, viejo mendigo solitario con cola de caballo y alopecia, hurgando entre las carnes del refrigerador, mirando insistentemente los libros de autoayuda de la caja.
Te oí preguntándoles a todos: ¿Quién mató a Pedro de Ursúa? ¿A cuánto las banana republics? ¿Dónde está la franja amarilla? ¿Eres tú, García Ángel?
Vagaba entrando y saliendo por entre los brillantes montones de globos siguiéndote, perseguido en mi imaginación por el libertador de Suramérica.
Dimos zancadas por los amplios corredores juntos en nuestra solitaria fantasía saboreando cubios, poseyendo cada una de las congeladas delicias del Tolima, nunca pasando por la caja.
¿Adónde vamos, William Ospina? Las puertas cierran en una hora. ¿A qué dirección tu barba apunta esta noche? ¿TheAntron? ¿BodyTech?
(Toco tu libro y sueño con nuestra odisea en el supermercado y me siento absurdo, como tu libro).
¿Caminaremos toda la noche por las góndolas ahora llenas de chicos con Wayfarer comprando ginebra? ¿Con quién habla Virginia caminando hacia el agua? Las impulsadoras agregan sombras a las sombras, están apagadas las luces de las casas porque ya no son casas, son oficinas; ambos estaremos solos.
¿Nos pasearemos soñando la perdida América del amor pasando por los azules automóviles aparcados en parqueaderos azules carísimos, de regreso a nuestra cabaña silenciosa?
Ah, querido poeta, de barba teñida, solitario y viejo maestro del aburrimiento, ¿con qué América te encontraste cuando Cabeza de Vaca dejó de impulsar su barca y saliste a una nebulosa rivera y te quedaste mirando cómo desaparece el bote en las negras aguas del Río Bogotá?

miércoles, 26 de enero de 2011

¿Usted qué propone? Hoy, el cine

Las bobas iletradas que escribimos este remedo de blog sin remedio estamos cansadas de tanta negatividad en el país, donde todos los pueblos están medio vacíos de desplazados o medio llenos de guerrilleros o paramilitares. También estamos cansadas de que a nadie le guste el cine colombiano, y de que hagan cosas como salirse a la mitad de las películas porque el protagonista es otra vez Marlon Moreno, porque nuestras peores obras literarias se vuelven películas aún peores o porque Harold Trompetero se ríe muy duro.

Por eso, continuamos hoy con la sección que todos los políticos nos fusilarán en sus campañas antes de fusilarnos, una vez en el poder: ¿Usted qué propone?, una propuesta para sacar a Colombia adelante de Somalia. En esta edición, por supuesto, queremos hablar sobre nuestro séptico arte.

Ley de Cine Colombia es Pasión

Como las buenas personas que somos, no soportamos tanta violencia en la calle pero, sobre todo, no la soportamos en el cine. ¿No han visto cómo todas las películas colombianas remedan nuestra violencia pero no logran retratarla, hablan de guerrillas, paramilitares, collares bomba, robos, secuestros, violaciones, prostitutas, jefes, demonios, embajadores de la India y taxistas millonarios? ¿Han visto cómo todas están mal hechas? Y, sobre todo, ¿han visto cómo la gente se queja de que no muestren una cara bonita del país, excepto en las falacias de Dago Norrea (por cara bonita entendemos Natalia París, Carolina Gómez, Enrique Carriazo)? Pues bien, nosotras estamos con la gente. Por eso queremos proponer una modificación a la Ley de Cine:

1. Que todas las películas que se hagan en Colombia sean dirigidas por funcionarios de Colombia es Pasión. Con esto garantizaremos que las cintas se conviertan en publicidad de Colombia, que debe ser el objetivo del cine nacional. Así los funcionarios no sepan nada de dirección cinematográfica, es probable que dirijan mejor que Jorge Navas, Ciro Güeva o cualquiera de los directores sombrerito.


2. Que se prohíban las historias con muertos en el cine nacional. Más si son muertos del susto.


3. Que sólo se contraten personas bonitas. No importa que no sepan actuar, la idea es mostrar que los colombianos no somos feos.

4. Que, aunque el punto anterior ya se viene aplicando, se empiece a hacer por ley y no porque sí, y se confinen en el teatro a los feos que hasta ahora han logrado colarse en la pantalla grande.

5. Que aumentemos el presupuesto para hacer lobby en todos los festivales de cine del mundo para que nuestras películas sean escogidas en todas las categorías. De seguro no nos ganaremos ningún premio –como ya viene sucediendo–, pero al menos en el mundo hablarán de la cara linda de Colombia.


6. Que se les dé cualquier cantidad de incentivos y motivaciones a Juan Fischer, Gago Darcía y Harold Puñetero para que no vuelvan a dirigir ni escribir. No porque sus películas muestren la mala cara del país, sino sencillamente porque son demasiado malas.

7. Que se hagan nuevas versiones de las películas hechas hasta ahora en Colombia. Cuando no se pueda recurrir a estos remakes, deberá por lo menos grabarse una nueva banda sonora para reemplazar el audio original con la voz de Culito, de forma que las señoras estén felices.

8. Que Juanes componga la música de todas las bandas sonoras. Si puede salir en algún momento de la cinta haciendo de bacán, mejor.

9. Que nuestros directores reciban la urgente capacitación que necesitan en 2D.

10. Que, aunque esto será consecuencia de los puntos anteriores, los críticos de los periódicos se unan a los intereses del país y califiquen todas las películas con cinco estrellas.



11. Que, para que todas las películas obtengan cinco estrellas, se considere a María Isabel Rueda la mejor crítica cinematográfica del país.

12. Que los comentarios de las presentadoras de entretenimiento de los noticieros también sean tomados como crítica cinematográfica.

martes, 25 de enero de 2011

Las Profecías de la Abeja Maya

Como las bobas que somos, las bobadas esotéricas siempre han cautivado nuestra atención. Por eso consultamos a brujos, adivinos, clarividentes, magos e indios para aclarar el oscuro futuro que nos espera. Este año aprovechamos el furor maya para contratar los servicios de la Abeja Maya quien, tocándose la bola de cristal, anuncia importantes hechos para el panorama cultural colombiano y confirma que este año José Miel tampoco encontrará a su mamá.

El Canal Mi Amigo Mac
Gracias al arrollador éxito del Canal ET –en el que todo el tiempo están enviando mensajes cifrados para que sólo los entiendan los extraterrestres–, la caca editorial El Espectador decidirá lanzarse al mágico mundo de la televisión con un canal dirigido a sus cuatro lectores pero dirigido por sus ochocientos columnistas.
Divértase como un hipster viendo el programa de Catalina Ruiz-Navarro, Pantalla Blanca, que consiste en dejar la pantalla en blanco durante media hora, con intervalos para los cortes de comerciales.
Si cree que leer a Pascual Gaviria es insoportable es porque no lo ha visto ante las cámaras: con argumentos más bobos que los de su columna, con su desesperante acento paisa y con más arrogancia que nunca, este gordito sabrosón pontificará sobre lo divino y lo humano en un programa que competira cabeza a cabeza con Yo, José Obdulio.
Y así, cada media hora un columnista más bobo que el anterior deleitará al teleinvidente con alguna noticia sobre Shakira.

Puja por la alcaldía
Un partido verde ilusionará a un pueblo desilusionado –concentrado en Farmville– que volverá a creerle sólo porque es desmemoriado. Aunque el partido verde no es ni partido ni verde, sí tendrá el carisma de un telepredicador y las propuestas más progresistas, y por lo tanto inviables, que jamás se hayan visto en Colombia.
Un expresidente dirá que no tiene ambiciones de gobernar en la capital pero hará lo posible por hacerlo, así sea a la sombra. A la sombra del Palacio de Liévano.
El actual alcalde contribuirá con su inacción a las campañas de todos los candidatos.
Al final, aumentará la popularidad de Santos un 104% más y El Tiempo se encargará de ratificarlo en su sección Debes Creer.
Algo que está muy claro en mi bola de cristal es que el próximo alcalde de Bogotá será aún más inútil que Samu, lo cual no importa porque el mundo se acabará unos meses después de su posesión.
Shakira cantará en la posesión.

La videorockola de Andrés
Consciente del esnobismo del pueblo colombiano, el líder del arribismo kitsch inaugurará un nuevo local que será un éxito rotundo a pesar de su falta de originalidad: una videorockola en el Parque de la 93. Para que la gente linda se divierta de lo lindo pero sin untarse de pueblo, este antro tendrá orinales de pared que no se limpiarán jamás pero que tendrán hojas de eucalipto en el desagüe y paredes llenas de afiches de Giovanni Ayala que harán las delicias de las personas que se creen de estrato 6 y otros extranjeros de su propia ciudad. La cerveza caliente no bajará de los 24.000 pesos sin IVA –fría vale el doble–, pero valdrá la pena con tal de sentirse parte de la gente chévere. Para entrar en la onda autóctona, las sillas serán canastas vacías de cerveza o costales de papas y se venderá salchichón por rodajas. Cada rodaja costará 14.000 pesos. La propina es involuntaria. Cada tres canciones sonará algo de Shakira.

@bebidaliteraria
Como todavía hay gente que se toma en serio el contenido de La Bobada Literaria, aparecerá un troll en Twitter que parodiará las bobadas de @bobadaliteraria. En su avatar aparecerá Juan Gabriel triplicado como el Elvis Presley de Warhol y se hará una apología al alcoholismo, a Candela Estéreo y a Shakira. La líder de esta cuenta será Carolina Ortiz-Chaparro, otrora colaboradora del blog que está resentida porque los demás integrantes de la redacción son hombres que dicen ser mujeres.

El premio Anagramo
Después de que un colombiano se ganara el premio Anagrama en 2010 –un honor comparable a un Grammy Latino pero con muchísimas menos ventas y titulares de prensa–, los narcotraficantes de Colombia encontrarán por fin una forma de redimir sus conciencias y recibir de frente el apoyo de políticos y gentes de bien que igual los apoyan pero en la sombra. Se trata de un premio literario en el que por primera vez los concursantes recibirán inspiración aún antes de participar –de ahí el sufijo “gramo”–. El ganador recibirá una dotación eterna de cocaína y un par de millones de dólares en billetes de dólar. El eslogan del premio Anagramo será “porque el narcotráfico también es cultura”. Diomedes Díaz está fuera de concurso. La obra ganadora será una biografía de Shakira.

La cara linda de Colombia
Como de costumbre, los colombianos seguirán ocupando papeles de relleno en el panorama internacional. Shakira hasta en la sopa, deportistas que no llegan ni a la segunda ronda de un campeonato pero que “paralizarán al país”, comentaristas deportivos con el léxico de un camionero engordando las pantallas de los canales argentinos, los antiguos ladrones de las arcas del país ocupando embajadas o cargos en el Banco Mundial y el país siendo noticia por sus desastres –tanto naturales como políticos–.
Sin embargo, estaremos muy orgullosos de que actrices como Martina García salgan en una escena de películas tan malas como Biutiful –que parece escrita por una anciana adicta a Corín Tellado– haciendo de putas o, con suerte, de sirvientas y apenas recitando un parlamento. Pero qué dicha: ¡salió en una escena junto a Bardem! ¡Ya casi es tan famosa como Shakira!

El Festival Maloliente
Después de arrojar pérdidas de cientos de millones cada año, la Caca Malpensante por fin entrará en razón: hacer cultura no es montar conversatorios con tus amigos en el teatro de un colegio de niños ricos. Por eso, este año darán un vuelco de cangrejo a su reputeado festival y lo dedicarán a lo que realmente importa: La Bobada Literaria. Durante tres días los integrantes de este blog se sentarán a tomar cerveza en una tarima y a hablar mal de todo el mundo. Especialmente de Shakira. Las entradas tendrán un costo de 50.000 pesos por cada hora. No incluyen cerveza. Las pérdidas serán donadas a los damnificados del verano. Habrá protestas de la Fundación Seamos Amigos de Shakira.

Shakira
Como si no fuera suficiente con tener que ver su cara todos los días en las buenas noticias del estreñimiento, donde nos contarán que la vieron ora con Piqué, ora con William Vinasco, Shakira anunciará que además de bruta, ciega, sordomuda, loba, loca y, obviamente, boba, también es una artista multimediocre. Desde su rolliza adolescencia había demostrado su carencia de dotes histriónicas pero, este año, Dago García se encargará de revivirlas y, por fin, hará la sensacional comedia Mamaburra Millonario –basada ligeramente en Slumdog Millionaire–, coprotagonizada por Shakira y Silvestre Nalgond. Efraím Medina estará en el papel del niño al que le tocan el pirulín.

lunes, 24 de enero de 2011

Samuel Moreno invita a no dejarse estafar

Habíamos olvidado durante meses una de las secciones favoritas de nuestro adorado púbico: el comunicado de prensa de la semana. No es que no lleguen suficientes comunicados dignos de ser reproducidos en nuestras pixeladas páginas, es sólo que la selección cada vez es más difícil: gracias a esta sección, los comunicadores de prensa se han esmerado por hacer mejor su trabajo. Hasta este comunicado, con el que hoy quisimos demostrar que el cinismo en materia política no es patrimonio exclusivo de Juan Manuel Satán y su 124% de popularidad mientras los responsables de los falsos positivos –cometidos bajo su ministerio– gozan de discoteca por cárcel. No, el cinismo también es una herencia de la familia Moreno Rojas desde que su abuelito mató algunas cuantas decenas de miles de campesinos opositores y ahora, después de tres años robando sin reparos las arcas de Bogotá, le advierten a la ciudadanía que no se deje estafar. De la calidad de la redacción, mejor ni hablemos; simplemente invitamos a nuestros bobos lectores a una estafa más de Samu El Alcalde:

Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte recomienda: No se deje estafar
Ante las continuas observaciones de la ciudadanía respecto a llamadas telefónicas por parte de supuestos representantes del Instituto Distrital de Cultura y Turismo y/o de la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte, que promueven la venta de “ Kits culturales que incluyen libros, cd's y otro tipo de publicaciones”, esta entidad se permite aclarar:
Que en ningún momento la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte, adelanta este tipo de mercadeo vía telefónica, puesto que nuestras publicaciones en su mayoría son de distribución gratuita y son material de archivo y de consulta en las Bibliotecas públicas y Centros de documentación de la ciudad como el Archivo de Bogotá y la misma Secretaría.
El Instituto Distrital de Cultura y Turismo dejó de existir desde 2006, año en que la reforma administrativa transformó esta entidad en la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte, por tanto si alguien se identifica como representante del Instituto Distrital de Cultura y Turismo está incurriendo en un engaño.
Reiteramos nuestra recomendación a la ciudadanía en general, de abstenerse de atender este tipo de llamadas ni acceder a los supuestos “ Kits culturales”, denunciando estos casos ante las autoridades competentes .

Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte.

viernes, 21 de enero de 2011

El futuro de Colombia

Pasó la tercera semana de bobadas en Colombia y la primera en este blog y nos acercamos un poco más al fin del mundo. Si no por tiempo, al menos por los resultados de nuestras encuestas, en las que Santos también demuestra su in mensa celebridad con un 95% de nuestros lectores manifestando que creen que es más popular que Lady Gaga o, al menos, más popular que la cheerleader de la prepa. El otro 5% está seguro de que su popularidad es muchísima o mucha. Pero no todo son malas noticias, a pesar de nuestro presidente pop, pues el 100% de nuestros lectores tienen empleos muy bien remunerados –de ahí que puedan leer este costoso blog–. La mayoría de ellos, como nos lo hicieron saber, consideran empleo pasarse el día en Twitter y gorrearle comida a sus papás. Como todos trabajan tanto, nos hicieron saber, además, en qué van a gastar su saludable 4% de aumento en el salario –saludable porque el 31% de ellos va a empezar a caminar porque el pasaje de TransMilenio está muy caro–: el 42% lo va a gastar en cerveza para emborracharse el resto del año y así, creemos, darle empleo al otro 58%. Así, empezamos un año llenas de falso positivismo.

Por ahora, los dejamos con una nueva encuesta con temas de suma importancia para el futuro de Colombia: los taxistas, la separación de Shakira y la verdadera bobada literaria, el Hay Festival.

Los taxistas no son malos, en realidad:
pertenecen a una raza superior. Como los nazis.
son tan inteligentes y buenas personas que no necesitan cumplir las normas de tránsito ni de convivencia.
el malo es Samuel Moreno.
aprendieron de Álvaro Uribe Vélez el respeto por los demás.
la gente se merece que le den varillazos por subirse a un taxi.

La separación de Shakira es:
un complot para desmentir la homosexualidad de Piqué.
la excusa para que los de la Rúa vuelvan a Argentina a seguir robando.
la estrategia para que Shakira se lleve todos los Grammys este año.
una cortina de humo para que nadie hable de los ex paras.
el inicio de un tórrido romance entre Juanes y Shakira del que nacerá el Anticristo.

¿Qué va a ser lo mejor del Hay Festival?
Que Cartagena se va a llenar de gente linda otra vez durante el fin de semana.
Las charlas sobre farándula en los restaurantes de Juan del Mal.
Que los invitados internacionales podrán conocer de primera mano, y a precio de Big Mac, la verdadera inspiración de Colombia.
El cubrimiento de RCN, preguntándole a los escritores sobre el diluvio con los barrios que se inundaron al fondo.
Que, aunque nadie lea libros en Colombia, nos sentiremos el epicentro de la cultura mundial.

miércoles, 19 de enero de 2011

¿Usted qué propone? Hoy, los taxistas

Mientras intentamos darle la vuelta a la manzana el 31 de diciembre –vuelta que terminamos el 2 de enero, a causa de los trancones–, hicimos un propósito para el nuevo año: vamos a cambiar, a ser más positivas. Especialmente porque estamos cansadas de los comentaristas que nos reclaman por pasarnos el día criticando y no proponer nada. Por eso, y porque nuestro propósito este año es proponer, decidimos proponer una nueva y novedosa sección de nuestro blog: “¿Usted qué propone?” propone convertirse en el referente obligado de los políticos colombianos que, abrumados por la popularidad del 108% de Juan Manuel Santos –según la última y confiable encuesta de El Tiempo–, tendrán que recurrir a nuestras propuestas para convencer a los exigentes votantes colombianos. Sin más preámbulos, hoy presentamos la primera propuesta para hacer de este un mejor mundo:

Deje de quejarse de los taxistas

Los taxistas colombianos están en el podio de las personas que mejor representan a este país: patanes, abusivos, violentos, irrespetuosos y arrogantes, los integrantes de este gremio de transportadores se distinguen por su absoluto desconocimiento de las normas de tránsito, su nulo civismo y su homicida indiferencia por la vida ajena –de sus pasajeros, de los transeúntes, de los motociclistas e, incluso, de otros taxistas–. Por eso, hoy La Bobada Literaria quiere proponer que los ciudadanos hagamos algo para que los taxistas dejen de ser así:

1. Al subirse a un taxi, dígale al conductor “quiero llegar vivo a (la dirección a la que se dirija)”.
2. Adviértale, también, que por cada infracción de tránsito que cometa le descontará mil pesos del pago final. Si el gentil chofer no está de acuerdo –cosa muy poco probable–, bájese antes de que lo encienda a cruceta o llame a algunos de sus amiguitos con cruceta. Si está de acuerdo y usted logra llegar con vida a su destino, esta práctica le garantizará que el taxista le estará debiendo lo suficiente para la cuota inicial de un apartamento en el Chicó.
3. Si ya es demasiado tarde para bajarse, hágale el reclamo (y recuérdele que son mil pesos menos) cada vez que el taxista pite porque el semáforo pasó de rojo a amarillo, cada vez que se cambie de carril como si la vía siempre fuera suya y, sobre todo, cada vez que le dé el paso a un carro de escoltas pero no se lo dé a una ambulancia. Recuerde que los escoltas son los hijos bastardos de los taxistas y los policías.
4. Si resulta conversador, asegúrese de asentir ante todo lo que le diga y de hablarle de mujeres que están buenísimas.
5. Si usted es un conductor y es víctima de un taxista, asegúrese de llevar un bate de beisbol en el baúl y sacarlo apenas se baje del carro. Esta última propuesta, además, la queremos complementar con un servicio de radioteléfono para conductores de automóviles privados: cada vez que un taxista le haga algo, comuníquese a la central y cáigale en manada al taxista.
6. No olvide tener monedas de $500 siempre en el bolsillo. Pueden servirle para tirárselas a un vidrio –y, con suerte, rompérselo– o para pagarle la redondeada y salvarse de una paliza.

El mundo al bobo: Petard Evan-Chutes en Cartagena

Tras el éxito arrullador que tuvieron las crónicas del periodismo petardo publicadas en este blog a finales del año pasado, uno de nuestros incontables lectores en Harvard, amante del mercado colombiano en el exterior, decidió sumarse al naciente género periodístico y escribir sobre sus aventuras en el país con más necrodiversidad del mundo. Feliz porque aunque no le pagamos puede probar la exquisitez de los famosos productos de consumo made in Colombia, este etnobotánico nos presenta su primera entrega de lo que él bobotánicamente denomina “periodismae petardus”. Su nombre pasará a la historia, especialmente por su basto (con b de baboso) dominio del español. Antes de pasar por el corrector de estilo, les presentamos a Petard Evan-Chutes.

No le peguè ala negra
¿Venecia? No, Cartagena. ¿El mar? Sí, un poco sucio.

A Colombia llegó por Cartagena. Mis amigos que conocían a este país psicotropical me había dicho que pasar por esta ciudad era como caminar por la puerta principal de la percepción, y la intención de mi visita era lo que yo dije con un guiño a la policía de inmigración cuando le preguntó la razón de mi viaje: comprobar la calidad de las hierbas ancestrales de Colombia.

Las playas de Cartagena son un verdadero paraíso: las mujeres te hacen masajes y le dará un sabor del día además de la cogida, cada hombre que dijo vender ostras, gafas de sol o jugo de naranja, en realidad venden medicamentos a precios que asustan a Keith Richards. La ciudad amurallada está llena de casas antiguas y tiene un centro de servicio de transporte, a caballo, porque no ha llegado todavía la modernización y sigue siendo una ciudad de edad. Por lo tanto, todavía huele a caca de caballo. Balcones con gotas marcan el ritmo del día, y mientras tanto, la torre del reloj es la venta de dulces de ancianas que puederían matar a un diabético en el acto.

Cartagena, más allá de los muros para defenderla de los piratas parece otra ciudad: las casas de latas no paran de mantenerse sobre el agua y no hay gentes bien vestidas (de hecho la mayoría no usan ropa), ves muchos autobuses, pero las mujeres prefieren dormir en la calle con sus bebés en lugar de en una cama o un hotel. Ya no se parece a Disneyland. Por lo tanto, no es adecuado parar fuera de las murallas de la ciudad, y si lo hace, usted debe ir a la playa, donde las picaduras de cangrejo sustituye por la jeringa que dan a la ciudad su apodo: "La Heroina".

La noche se enfrió a Cartagena con una brisa salada que llega a las calles de herradura. Uno de los atractivos de la ciudad son los restaurants, así que voy dentro de un recomendado en Lonely Planet, propiedad del señor Juan del Mal, que es famoso por caminar desnudo. Como antes he comprado polvo blanco en la playa por el precio de un Big Mac, no tengo mucha hambre, pero he querido ir a probar esta comida del Caribe. Puedo pedir un cóctel de camarones que me traen en unas galletas y una cerveza fría, que aquí se le dice "el clima". Quiero un lugar más auténtico, donde la gente no se crean en la Riviera, aquí ni siquiera entran los negros. No es suficiente por hoy, pero pido la cuenta y cuando lo traen, me preguntaba si se puede lavar los platos y el camarero se ríe, esto es más caro que comer en un desayuno en Tiffany's. Me veo obligado a deshacerme de mi presupuesto para una semana y creo que será más fácil para sobrevivir sólo con polvo blanco, que es el único que tengo el dinero suficiente para traer. Ahora empiezo a entender por qué las gentes están tan delgadas en Cartagena.


La necrodiversidad en Cartagena llega hasta sus playas, donde las aves de carroña anidan y se alimentan libremente junto a los bañistas.

Camino por la ciudad amurallada en busca de la tradición cultural de la costa colombiana. Escucho un concierto de música clásica en una plaza y hay sólo diez mujeres bien vestidos viendo. Hay más gente en el Hard Rock Café escuchando U2. A su lado, un hombre me dice que me iba a enseñar la cultura de la costa, que lo acompañara a una fiesta donde se aprende mucho vallenato bebiendo ron y aguardiente y cantando y tocando el acordeón y los huevos. Tocar huevos dicen que es un hábito, me gustaba si lo hicieron las mujeres, pero sólo los hombres lo hacen. Vine a una fiesta en la muralla, y allí, detrás de una esquina, era la chica que me miró a los ojos y me hizo un saludo con la mano.

Cuando yo ya estaba borracho, la chica llegó, ella me besó de una forma para que mi amigo dijo: "andeneado" y me llevó a un lugar que parecía un bar, pero que era en realidad chicas medio desnudas. Me hicieron pagar 25 dólares y me llevaron a una habitación que estaba casi descarrilado el colchón de la cama de resortes. Comenzó a desnudarse y luego se reveló que no era la chica, pero el chico. Yo le dije que no me gustan esas cosas, y miró a mí y quería que me golpeaba con una botella. Me defendí y tiré el ventilador. Luego vinieron dos grandes negros, me agarró y me tiró a la calle por la puerta.
Esa no es la puerta de la percepción. Dijeron que pagara el abanico pero yo no rompí ningún abanico. La policía llegó y todas las chicas salieron a darles la bienvenida como si fueran sus novios. Me trataron muy bien, pero me llevó a la cárcel por no tener más dinero en el bolsillo para el chico/chica y el abanico.

Después de pasar la noche en una pequeña habitación con el olor de la orina con mis tres primeros amigos colombianos (todos negros) en una prisión húmeda y caliente, me fui a caminar de nuevo. Dejé a mis amigos mi reloj y una playera de Acapulco, apenas tenía mis zapatos viejos. Lo cual está bien, porque les tengo real cariño a los zapatos viejos. Tuve suerte porque hay tantos americanos en Cartagena que me ayudaron con algo de dinero para comprar ropa y continuar mi viaje. En una noche pasé más de lo que he pasado en mis dos años en Harvard. Además, uno de los estadounidenses que me ayudó a pagar la noche en el hostel trabaja como producer de un programa de televisión para un canal llamado Baba de Caracol.
Una chica me dice que soy el nuevo Pirry, pero no le entiendo, seguro está relacionado con el abanico. A partir de ahora yo soy el presentador y sólo tengo que hablar mal español y decir que todo está bien en Colombia: no hay robo, la guerra ha terminado, hacen deportes extremos, no venden drogas, todos bailan y cantan bonito, la modernidad ha llegado con el amable patrocinio de un banco. Es que no quiero salir de este país, diciendo lo que el anuncio en el aeropuerto: Colombia, el riesgo es que te quieras quedar.

Uno de los motivos por los que Cartagena fue escogida como sede del Hay Festival es que en la Heroica hasta el arte se confunde con la basura. Del mismo modo en el sentido contrario.

martes, 18 de enero de 2011

Andrés Ospina, personaje del mes en La Bobada Literaria

Nuestro bobo del mes es el Billy Pontoni de la multimediocridad: escritor, músico, jurado, actor de Pequeños Gigantes, periodista, radiodifusor, curador y experto en cosas pasadas de moda (para estar a la moda), su nombre vuelve a sonar cada cierto tiempo; este año, moja prensa gracias a un diccionario de bogotanismos que se ganó un estimulante estímulo samuelista porque la Secretaría Bilingüe de Cultura no sabe en qué gastarse el presupuesto. Hijo del excelente cantante de éxitos como Dime qué pasó y un comercial de Coca Cola, Andrés Ospina –que, originalmente, se llama Andrés García Ospina pero que le pareció aún más original cambiarse los apellidos para que no lo relacionen con su papá– se dejó seducir en sus inicios por el legado Pontoni –no del futbolista, sino del artista– e intentó iniciar la nueva-nueva ola, protagonizando así el primero de sus clichés, el de rockerito inconforme que cree que la educación es una prisión:



No lo podemos culpar: todos fuimos adolescentes alguna vez. Pero esa pose de muchacho loco le alcanzó a Andrés para llegar a la radio, aunque no a integrar parrilla alguna sino para hacer irreverentes programas para los adolescentes más bobos de la era siguiente a El Siguiente Programa. Esa Silla Eléctrica se convirtió en una pieza de culo para nuestra cultura, tanto que dos de los seis oyentes que tenía ese espacio piensan que este blog no existiría si no hubiera existido ese programa antes. Pero no: nuestro lenguaje nunca ha sido rimbombante y nuestro contenido nunca se ha centrado en decir qué canción sonó en el capítulo de Beverly Hills 90210 en el que Brandy le dio un beso a Brindis ni en hablar mal de Pink Floyd porque le gusta a todo el mundo.

Empero –como espetaría nuestro personaje del mes para no decir "sin embargo"–, consciente de que había nacido para ser un ser de otra época, Andrés optó por darle un giro a su existencia –como diría para no decir "vida" y demostrar que tiene un amplísimo vocabulario–. Además de músico (cosa que lamentablemente nunca dejará de ser), se convirtió en escritor y "experto en la materia", cualquiera que sea esa materia. Y sabe que para ser algo tan pretencioso e inclasificable también es más fácil convertirse antes en un estereotipo: pantaloncito de cuadros con Converse rotos, chalequito con sombrerito, corbatica con boína, enormes gafas de marco grueso, barba de tres días perfectamente delineada, pelo con gel –o aguapanela, para hacerlo a la usanza de los antiguos cachacos–, una original pasión por todo lo que no está de moda y un bucolismo que, sin nada de lo anterior, sería igual de exasperante. Para la muestra, apenas un tuit:
Prueba de la vulnerabilidad del humano ante su entorno es lo mucho que cambia el funcionamiento de una ciudad por causa de una lluvia.
Así, este delicioso y sensible representante de nuestra cultura decidió alejarse de las épocas sencillas en las que cantaba "no me hagan crecer, no me obliguen a ser" para, sin más, registrar con solemnidad la intrascendencia de la vida. Bueno, de su propia vida. Una vez más, algunos de sus geniales tuits:
Los hechos más determinantes de nuestra existencia, incluidos nacimiento, nombre y deceso, son variables que por lo general no decidimos.

Quizá por nuestra natural inconformidad con lo que en efecto tenemos, el pasado y el futuro nos parecen más divertidos que el presente.

Es saludable cometer errores deliberados para después arrepentirse, dado que el arrepentimiento es propio de los espíritus nobles.
Esto, por supuesto, no se podría observar de otra manera que con un tono pomposo, por el que le surerimos cordialmente a Andrés revisar el rumbo trazado por su progenitor y apodarse Pomponi –igual, a él le gustan esos loquitos de los libros de historia, como Pomponio–. Eso, sin duda, le daría mayor autoridad para seguir siendo el experto en la materia por excelencia, aquel que opina con mensa certeza sobre todos los temas:
Monotonía: El injustificable prejuicio ha reforzado en mí la creencia de que los lunes siempre son grises, y de que los viernes suelen ser soleados.

Miedos: Algunos le temen al ruido. Otros padecen de un irracional pánico al silencio. Y para aplacarlo lo llenan con palabras o canciones insulsas.

Originalidad: Es común que alguien nos diga que nos llamará en 15 minutos. Para evitar la repetición, prefiero hablar de 17 ó 13 minutos...

Soluciones: Tal como alguna vez hubo zonas de tolerancia, debería haber 'zonas de hurto consentido', destinadas a que los malhechores ejerzan su oficio.

Confusiones: Por un asunto caprichoso, y para superar el complejo del 10 y del 5, prefiero redondear las cifras con números distintos a esos dos.

Literatura: Yo sería un colaborador entusiasta y gratuito de Wikipedia, si me dejaran firmar y me dieran el debido crédito por mis aportes.

Relaciones internacionales: España –nuestra 'madre patria'– es la única madre que exige visa a sus hijos para ir a visitarla.

Gastronomía: Hay comidas con nombres repugnantes. Entre éstas destacaría el 'sancocho', el 'churrasco' y el 'salchichón'. Ello alienta mi vegetarianismo.

Fenómenos culturales: Me opongo de manera taxativa a la tropicalización forzosa de Bogotá, ciudad gélida, sabanera, enclavada en lo más hondo de los Andes.

Tendencias: Prueba del borreguismo del bogotano está en el hecho de decir 'pico y placa' en lugar de 'restricción de placas', torpe lema institucional.

Tiempo: Los días deberían comenzar –en forma oficial– a las 6:00 a.m. y culminar a las 5:59 a.m. ¿No sería eso más lógico?

Medicina: Los virus gripales deberían abstenerse de atacar a sus víctimas durante ciertas fechas, incluyendo cumpleaños y diciembres.

Salud: Los embates invernales han hecho mella en mi salud, y ya mi garganta acusa los primeros síntomas de una afección gripal severa.

Fútbol: ¿Por qué no entramos en razón? ¡Los oncenos balompédicos capitalinos han sido cobijados por una siniestra y eterna maldición!
Pero eso no es todo. Parte de semejante cliché de la contemporaneidad –así él diga que no es hipster, que lo de él es retro, vintage o simple nostalgia– debe ser tener un blog, y mejor si es en eltiempo.com, el medio que más ha demostrado cuidado en la selección de sus contenidos. Allí, Pomponi propone “Hablar con compulsión sobre Bogotá, convertirla en eterna modelo de fotografías bien y mal-intencionadas, contar historias inútiles que a muchos y pocos interesan, robar el anonimato a quienes deberían ser contados y descontados. De eso se trata. ¿No?”. En otras palabras, nos somete a todas aquellas importantes disquisiciones que no alcanza a cubrir en 140 caracteres, como en este post en el que además pone en evidencia, junto a las características ya enunciadas, la firmeza de sus convicciones y que lo que menos le interesa es posar, no, eso jamás:
Me mantengo obstinado en mi intención de no seguir alimentando este espacio, dada la irrespetuosa invisibilización de la que los 'bloggers' de El Tiempo hemos sido protagonistas, por cuenta del discutido rediseño. Aun así, la disciplina autoimpuesta de publicar cuanto menos un texto mensual aquí me lleva a ceder, cada 30 días, en mi propósito. Aquí voy, con una consideración cuya pretensión es anticiparse a la muerte.
Si es que tienen la paciencia para leer a alguien que se cree Alfredo Iriarte pero sólo atina a usar unas cuantas palabras rebuscadas, les dejamos como pruebas de la impotable profundidad de este ser entradas como esta, y esta y esta y esta o cualquiera. Sabemos que Andrés nos agradecerá que, por primera vez en la historia de su blog, lo leerán más de dos personas.

Pomponi despliega, además, un inagotable e indudable carisma que le ha dado un primerísimo lugar en eventos de humor virtual –lo de virtual es porque no es real– en los que siempre presenta una original parodia que demuestra que el humor en Colombia pasa por un pésimo momento:



Y, también, cuando el público ya se está durmiendo, pone a rodar su reconocida parodia al tropipop, del que por sus pintas podría ser fácilmente uno de sus representantes.



Como nosotras también somos multimediocres –y sabemos que en cinco años vendrá alguien a burlarse de nosotras pero no logrará encontrar joyas como estas–, queremos mostrarles la faceta más seria y desconocida de nuestro bobo del mes, aún más rimbombante y artistíco: sus cuentos, escritos para ser leídos al estilo de Radio Sutatenza:



No sabíamos para qué parte dejar este último video, que es una síntesis de la carrera de nuestro artista multimediocre favorito, un perfil hecho por él mismo, una colcha de retazos de los videos que durante años ha recopilado Andrés (García) Ospina para no deprimirse con el hecho de ser él mismo:



Para terminar, ahora sí, los dejamos con un par de trinos parádojicos.
La buena forma de un escrito es herramienta de probada utilidad para enmascarar su pobre contenido. ¿No?

Tal como hay un programa de protección de testigos debería haber uno de cambio de identidad para los que hacen ridiculeces vía YouTube.

lunes, 17 de enero de 2011

¿A qué huele la literatura colombiana?

Después de las fiestas de fin de año, las miembras de La Bobada Literaria quedamos en bancarrota y, en un audaz acto de capitalismo, decidimos convertirnos en empresarias. Siguiendo el ejemplo de prohembras como Paris Hilton, Shakira y J Lo leímos El perfume y concluimos que nuestra nariz está muy bien desarrollada. Por eso, hablamos con los escritores colombianos más destacados en los medios y les propusimos algo que nos conviene a todos: crear sus propias fragancias, para que dejen de quejarse de que la literatura no da plata. Los resultados de esta sensacional propuesta de mercadeo cultural –para la que contamos con la asesoría de las mejores mercaderistas de Almacenes Tía–, los bautizamos, simplemente, Hugo Chaparro Boss.

Chanel #25
¿Alguna vez se ha imaginado a qué huele Efraím Medina? Por supuesto que no –y si lo hizo, de seguro vomitó–, pero le adelantamos que huele más a “mi verga de 25 centímetros” que a “su sexo jugoso”. Si quiere convertirse en el hazmerreír de las groupies literarias, no dude en comprar este delicioso perfume que, aunque no alargará el tamaño de su pene ni evitará la eyaculación precoz, sí lo hará alardear de sus nulas dotes en cualquier materia (sexual, literaria o musical). Viene en un frasco de 25 centímetros. Puede usarse como vibrador.

Rosas invisibles
El nombre de este perfume no es cursi ni se refiere a la desaparición de @ensayista, sólo es una marca saramágica, tan saramágica como Laura Restrepo y sus pretenciosas novelas. Combinando un montón de laca para el pelo y delirantes estereotipos sobre “el drama psicológico”, Rosas invisibles promete convertirse en la mayor muestra de por qué en Colombia no hay escritoras. Las primeras cincuenta compradoras de esta fragancia obtendrán un Premio Alfaguara por el mismo precio.

El Maloliente
Ser un dandi tercermundista nunca fue más fácil: déjese la barba, hable como si estuviera bravo e invite a todos sus amigos millonarios –no de Millonarios– a crear una versión cundiboyacense del New Yorker, con todo y un festival para la mensa minoría en el que hablarán de sus interesantes encuentros sexuales y su relación con el cigarrillo. Para completar, esta nueva fragancia tiene un poco del olor a casa vieja de Teusaquillo, algunas gotas cordiales y mucho olor al papel de las revistas que no vende. Este perfume se consigue directamente en las oficinas de El Malpensante e incluye una suscripción por tres años a la revista.

Promiscua y mitómana
La fragancia de Mario Mendoza huele a azufre y a cloaca, en una mezcla de aromas tan incongruente como cualquier cosa escrita por el novelista más afectado y posudo de la literatura colombiana. De venta en el Pozetto, el perfume incluye una visita a las lóbregas tinieblas del Hades, un diploma como ex combatiente de Vietnam y un revólver para que asesine a todo el mundo con seis balas. Póngase la mano en la barbilla, mire al horizonte e intente descifrar por qué Mario Mendoza apesta tanto.

Flashback
Aunque desde hace dos siglos se viene utilizando el flashback en la literatura, sólo Jorge Franco utiliza esta “novedosa técnica” para construir novelas que ni como telenovelas funcionan y, desde ahora, la utiliza en un perfume que huele peor que el río Medellín. Sin mayores pretensiones, Flashback sólo tiene un olor: el de las hojas inservibles, tomadas de libros como Rosario Tijeras, Paraíso Travel y Melodrama. Aclaramos que, desde ya, RCN compró los derechos para utilizar este desagradable aroma. Ideal para ese tipo de hombre varonil que se depila las cejas y se encrespa las pestañas.

El olor dulzón del basuco
Cuando se habla de literatura urbana en Colombia es inevitable recordar esta descripción: “el olor dulzón del basuco”. Por eso, contratamos a Nahum Montt, el cadaver de Rafael Chaparro Madiedo y otros escritores irrelevantes –casi todos ellos ganadores de premios literarios sin importancia y asiduos asistentes a talleres literarios gratuitos– para que combinaran el olor a lana virgen de su ropa, un poco de incienso, algo de whisky barato y tienda cervecera y mucho de esa calle en la que, dicen, encuentran sus historias. Si usted quiere engañar a su familia y a sus amigos diciéndoles que es escritor, no dude en usar El olor dulzón del basuco, el perfume de moda entre los wannabes colombianos.

Putas aguas de mierda
Aunque al principio se resistió a participar en esta colección de productos de mercadeo, Fernando Vallejo accedió sin dudarlo cuando le dijimos que las regalías de su perfume iban a destinarse a salvar perros. Lo que no le aclaramos es que vamos a salvar perros calientes –principalmente púberes– de las fauces de los perros callejeros. De todas formas, esta fragancia es tan fastidiosa como leer al mejor escritor ex colombiano: mezcla de cianuro, raticida, ortiga y agua bendita, este veneno le garantiza a quien lo use que el 70% de sus palabras serán groserías y el 30% restante serán conectores de esas groserías.

Lujurioso
Santiago Gamboa presenta un aroma tan espeso como su pretenciosa narrativa. Con una mezcla de cremas contra el acné y esencias de la cultura china fabricadas en una oscura calle bogotana, Lujurioso –bautizado así en honor a uno de los párrafos más sexys de sus letras, cuando llamó así a su pretencioso pene–, no sólo lo hará ver más bello sino que lo convertirá en una bomba sexual irresistible y sangrienta: como en el párrafo de marras, los muslos de las mujeres se abrirán a su paso. Su aire de superioridad diplomática, además, lo llevará a ser el mejor escritor de la historia, así sus novelas sean cada vez peores.

Rancio
La fragancia de William Ospina combina los olores de cuando se abre un libro cerrado por siglos y cuando, al final del día, se desprende una cola de caballo hecha con el pelo mojado. Aunque huele a pecueca, este fragancia es ideal para el amante de párrafos farragosos, bufandas de lana virgen y un interés más bien repentino y wannabe por nuestra historia. Su resultado es el complemento perfecto del atractivo intelectual de ceño fruncido y cola de caballo rebelde a lo Lorenzo Lamas.

Para terminar, anunciamos que estamos trabajando en las fragancias de Jotamario Arbeláez (que no huele a nada), la de Jaime Espinal (hecha con esmalte para uñas y babas de Margarita Posada), la de Luz Mery Giraldo (que es chiviada y se consigue en las bibliotecas de las universidades), la de Juan David Correa (con la que todo pasa pronto, y no pasa nada) y la de Juan Álvarez (que tiene problemas de movilidad literaria).

Eso sí, aclaramos que no queremos saber a qué huele la de Plinio Apuleyo Mendoza.

viernes, 14 de enero de 2011

Nuestro regreso triunfal a las pararelas

Porque usted lo ha pedido, La Bobada Literaria vuelve a publicar sus blogobobadas. El 2011 será un año inolvidable: como sabemos que el mundo se acabará el próximo año, aprovecharemos para embriagarnos y perder el tiempo más que de costumbre. Pero como traemos acumulado el olor del guayabo de diciembre y los primeros días de enero, nuestros cerebros están más podridos que de costumbre y, con dificultad, hemos logrado decir unas cuantas sandeces en Twitter con nuestras 140 neuronas y seguimos intentando montar nuestro espectacular flan page en Facebook.

Por ahora, revelamos los resultados de nuestra encuesta de fin de año, en la que nos aventuramos a predecir las mayores bobadas de este 2011. 414 de nuestros bobos lectores hicieron escuchar su clic y concluyeron que @AlvaroUribeVel será galardonado como el tuitero del año. Clic. Algunos leyeron mal y pensaron que sería el mejor tetero del año, pero "quedaron mamando". Por su parte, el pueblo demuestra que sigue lleno de falso positivismo y cree que la popularidad de Juan Manuel Santos llegará al 99% y que el 1% restante lo conforman esos odiosos y apátridas falsos positivos. En un honrorroso tercer lugar, esperamos que la mayor bobada del año sea la elección de Uribito a la Alcaldía de Bogotá; si no logra este importante puesto, sabemos que Andrés Felipe Arias alcanzará algún ingreso seguro en el 2011.

Otros valiosos hechos, como la explosión de la otra teta de Laura Acuña, el libro de La Bobada Literaria –editado por Condorito– y el asilo de José Obdulio pasaron inadvertidos en esta importantísima y trascendental encuesta en la que votar nada cuesta. Mucho más abajo quedaron el Premio Nobel de Literatura para Santiago Gamboa, las nuevas crónicas del periodismo petardo y el grado de bachillerato por radio de Armando Benedetti.

Hoy, para empezar el año con pie derecho y corazón grande, decidimos hacer la primera encuesta seria de nuestra historia, a propósito de los altísimos niveles de prosperidad que se ven venir gracias a Juanma e inspirados en la credibilidad e imparcialidad de Gallup, Napoleón Franco, la Turma Virtual y El Tiempo. Responder a nuestras preguntas es tan fácil como siempre: arriba a la derecha, presionando su opción predilecta.

¿Qué tan popular le parece Juan Manuel Santos?
Mucho.
Casi tanto como la cheer leader de la prepa.
Muchísimo.
Más que Lady Gaga.

¿Usted tiene empleo?
Si pasarme el día en Twitter y gorrearles comida a mis papás es empleo, sí.
Si vender basura Made in China en un semáforo es empleo, sí.
Si ser cuentacobrista y esperar meses para que me paguen algo es empleo, sí.
Si ver Supercampeones por City TV es empleo, sí.

Con el 4% de aumento en su salario –si es que lo tiene, amigo cuentacobrista– ¿qué va a hacer?
Comprar carro nuevo para ayudar a estancar más el tráfico y decir que todo es culpa de Samu.
Irme de vacaciones a Coveñas con mis hijos uniandinos y constatar que ya no hay paras. Esos son ex paras.
Comprar toda la discografía de Silvestre Nalgond porque soy silvestrista.
Esperar que la cerveza no suba el 10% para poder emborracharme el resto del año.
Caminar, porque me saldrá muy caro montar en TransMilenio.