Ponerse guión entre los apellidos podría ser suficiente mérito para ganarse el honor de ser personaje del mes en La Bobada Literaria, pero Catalina Ruiz-Navarro (digámoslo sin rodeos, el guión entre los apellidos se lo inventó ella) tiene muchos más puntos a su favor: se cree la sombrerito número uno de Barranquilla, su apartamento en Bogotá es el epicentro hipster del país y, gracias a que los geeks no tienen más que novias de apellido .jpg, todos (los geeks) creen que está muy buena –incluyéndola a ella–.
A nosotras, que también somos unas geeks de lo peor, también nos gusta esta mujer que se autodefine como "struggling artist" y que bien podría ser la nueva Carolina Cruz-Osorio:
De Catalina, sobre todo, nos encanta su transgresor uso (o desuso) de las comas, manifestado en sus columnas de El Espectador (donde, además, parece que no tienen ganas de pagarle a un corrector de estilo):
"Primero, parece que para Romero Dorado conocer, a un miembro de la comunidad LGBT basta para no ser homofóbico".La anterior frase proviene de su columna "La paloma", una de sus obras cumbre más borrascosas. Pero volviendo a ella (la paloma), otra de las razones por las que nos fascina es porque su revolucionario estilo de, escritura genera ,frases tan divertidas como Esta:
"Es decir, la paz de la paloma es una paz acordada por las circunstancias. No depende de ninguna ,manera de la paloma, que si tuviera la oportunidad mataría a las demás".
"La explicación de Droscher es que la naturaleza ha dotado, a los animales capaces de hacer gran daño, de mecanismos de control que les permiten contenerse La paloma (...)"
Ocuparse de la hoja de vida de una mujer tan intelectual que duerme con gafas resulta casi tan deprimente como ocuparse de Hoja Blanca: artista visual y filósofa de Stylo's Javerianos, esta bomba intelectual dicta clases de periodismo de opinión en la Javeriana (y después nos preguntan por qué hablamos mal de esa universidad), es "maestra" en literatura de la Universidad de los Glandes y quiere ser semióloga, para poder citar con más incongruencia a Ladrillard y a Frucó. En la actualidad, además de ser columnista, es la jefe de prensa del Instituto Caro y Cuervo, donde seguro tendrían un ataque cardíaco si la leyeran. Para entender cómo llegó a ser periodista de opinión tenemos este testimonio:
Catalina tiene una destreza inigualable para ser despedida de trabajos tan fáciles como ser editora de Blog.com.co. De su paso por la prestigiosa Shock de Publicaciones Semana, quedó un rastro indeleble en SoHo, donde tuvo la oportunidad de ser la nueva Margarita Posuda (y no lo logró), reseñar Armando Records o escribir contra los casposos, demostrando que en SoHo tampoco tienen ganas de pagar un corrector de estilo (ni un editor):
"Pedimos whisky, no había Sello Rojo y nos dieron Something".
"Y sí, la caspa es como un nevado-obstáculo-infranqueable".
"¿Tendré una vida de escritora miserable que habla desde su ensañamiento contra la sociedad que la rechaza? No. Por eso se inventaron el champú".
Catalina, además, ha pasado (y posado) por butacas tan reputadas como la jefatura de prensa de la Feria del Libro –cargo que, no sobra recordarlo, fue ocupado también por una de nosotras, hecho que demuestra el inexistente criterio de selección de Corferias– y la dirección de Hoja Blanca, el único sitio donde los textos son más bobos que en este blog (calculen: hasta Gabriel Ruiz_Navarro estuvo ahí). Bajo la premisa de “publique sin palanca”, los amigos y familiares de Catalina hemos pasado por las pixeladas páginas de Boba Blanca con mucha más pena que doña Gloria, lo que nos lleva a proponer un cambio de eslogan por “publique sin talento”. A continuación, una fluida entrevista en el Campus Party en la que todo queda aún menos claro:
Así como existe una @ensayista, le sugerimos a @catalinadepordiós cambiarse el nick por @columnista: al igual que Elsy Rosas Crespo (su declarada Némesis), Ruiz-Na basa sus argumentos en citas ajenas, pero con mucha menos relación con lo que está planteando. Esas citas fueron llevadas al extremo con una genial técnica de escritura en una columna que tampoco leyeron los encargados de publicar El Espectador y que más parecía un trillado ejercicio de sus clases javerianas: intercalar dos discursos, sin importar si existe o no relación entre ellos:
"Era apenas una voz que me decía: "Por lo visto no piensa escampar nunca", y cuando miré hacia la voz, sólo encontré la silla vacía. «La policía de Tránsito reportó el cierre de 78 pasos viales.» Al atardecer del martes el agua apretaba y dolía como una mortajada en el corazón. «El funcionario también advirtió de la llegada al país del fenómeno climatológico de "La Niña", que en este segundo semestre tendrá incidencia en el aumento de las lluvias.»"Además, The mean reds (como se llama en Flickr porque seguramente quiere ser como Holly Golightly: bizca y bruta) descubrió una ingeniosa forma de titular: poner frases de canciones que no tienen nada que ver con lo que dice (por ejemplo, “La felicidad es una pistola caliente”y "Yo también tuve 20 años").
Pero aún hay más: para quienes tienen sueños eróticos con su sensual figura (recuerden, Catalina es la Elsy de los hipsters), también tenemos poesía:
Y, como si fuera poco, sus argumentaciones son tan sólidas que le resulta muy fácil justificar una clara amenaza de muerte, como la de Nicolás Castro contra los Uribe Moreno, en el hecho de que Castro es bobo y, por lo tanto, tiene derecho a hacer bobadas; lo que no ha entendido la protohipster barranquillera es que una amenaza de muerte, por más cool que sea estar en contra de los detestables uribitos, no es una bobada.
El Telégrafo
Pues bien,
Yo miro este mar de flecos trenzados
Y mi piel de papeles revueltos
Se aturde con tu imagen.
No se ya
Porque te escribo en presente,
Dulce muerto ibérico,
Yo soy tu ataúd de amapolas,
Y la redondez mínima
De tu voz felpada
Crea tangentes continuadas.
Mis pasos
En este cielo de daiquiri
Son un galope desde tu nombre;
Yo camino hasta la aurora imantada
De este planeta de iguanas,
Pero esta vez
No te mostraré otro astro.
Atascada en tus orillas
Estoy construyendo ciudades
¡Escucha mis latidos en Morse!
Te llaman, te reclaman,
Como pájaros
Volando en los negros cables rotos
De mis ojos.
Pero más cool que eso es mostrar las piernas para atraer lectores. Del anterior link nos fascina también el lema "Más sexy que una biblioteca, más inteligente que un vestido de baño", fundamental en nuestra historia porque inspiró una de las frases de nuestro perfil, aquí a la derecha.
Cuando Cata no puede justificar las cosas en lo bobos que son sus protagonistas (o ella misma), acude al otro extremo: justificarlas con frases de filósofos tomadas de WikiQuotes para ocultar las falencias de su discurso. Y cuando ese discurso ya falla del todo, entonces opta por decir que no puede probarlo en una columna y da por terminado el asunto con una frase sacada del cajón más consultado por los miles de columnistas de El Espectador (para la muestra, "quien lo vive es quien lo goza", frase con la que casi concluye su visión del Carnaval de Barranquilla). Es que la tecnología moderna es así.
"Yo no soy ninguna experta en los problemas políticos iraníes, pero me enteré por Twitter, y eso me obligó a prender la tele y ver esas manos catapultando escombros. Ahora resulta que Irán me interesa, porque, aunque no sé quién tiene razón, siento mucha curiosidad por la protesta. Twitter magnifica las repercusiones políticas de las protestas y eso es bueno porque dificulta el accionar de los gobiernos totalitarios, que gobiernan por la fuerza, y controlando el consenso de la opinión y los medios. La tiranía, en otras palabras, es un monologo, y Twitter, con su esquizofrenia de voces, lo ha herido de muerte".Para que no digan que somos unas envidiosas, queremos aclarar que le auguramos de corazón el mejor futuro a Catarruín. Sabemos que esta vieja amiga de la casa boboliteraria tarde o temprano será ministra de cultura o, por lo menos, secretaria de cultura del Papi Char en su natal Barranquilla, y lo más seguro es que nos toque trabajar para ella. Sabemos que, a diferencia de Ensuncho, Catalina entrará al Olimpo de la cultura costeña junto a ilustres payasos como Óscar Coñazos o Heriberto Fiorillo y que muy pronto Alberto Salcedo Ramos tendrá que escribirle un perfil para el libro de Editorial Planeta Dios es costeño.