viernes, 27 de noviembre de 2009

Desafío literario. Capítulo 9: cuentos cortos de ideas

No podía ser de otra manera: las crudas revelaciones sobre sus aberradas relaciones con las palabras dejaron peor parada a Ángela Becerra que su fijación por aparecer descalza en las fotos. No sólo nadie lloró mientras se la llevaba un ángel, sino que ante los rumores de que la producción estaba pensando en organizar a los concursantes en grupos por regiones, los escritores caleños celebraron la partida de esta fetichista de las letras tomando Aguardiente Blanco. Como se la llevó un ángel de amor, no podemos asegurar si volverá a atender su asadero en Sutamarchán, La becerrada de Ángela, o si volará a Barcelona a seguir intentando convertirse en la versión femenina y aún más precaria de Paulo Coelho. Entre los productores quedó una duda, ¿quiénes votaron por ella? Todo parece indicar que hay una masa lectora que la considera digna de estar fuera de nuestro absurdity, un grupúsculo de seguidores que ya han leído todas las sandeces de esta verdadera angelita perversa.

En cuanto a los rumores, en efecto, para captar rating entre las madres cola de familia y los desplazados que residen en la blogósfera, los productores de El Desafío Literario tuvieron la brillante y original idea de reunir por regiones a los escritores. Lo iban a llamar "la lucha de las regiones" pero corrían el riesgo de ser demandados por Garracol, entonces decidieron seguir con su pegajoso subtítulo: La lucha de la bobada. Así, los equipos quedaron conformados de la siguiente manera:

Los capitalistas:
Santiago Gamboa, Mario Mendoza, Eduardo Bechara y Laura Restrepo.

Los corronchos:
Efraím Medina, Gabriel Ruiz-Navarro y Juan Ensuncho.

Los calañas:
Antonio García y Alejandra López.

Los apaisados:
Jaime Espinal, Jorge Franco y Fernando Vallejo.

Y el primer desafío regional es un verdadero reto a estos autores: la prueba de cuentos cortos regionales. Aunque en todos los equipos hubo problemas de convivencia, los concursantes finalmente se pudieron poner de acuerdo y componer unas piezas colectivas que le aportarán su poco grosor a la historia de nuestra literatura y al sabor "Colombia es pasión" de Papas Margarita. Los resultados, como siempre, son sorpresivos e impactantes y reúnen todo el ta lento de estos genios, condensados más que la leche condensada. A continuación, los cuentos cortos de ideas, junto a cortos resúmenes de cómo fueron sus cortos procesos de creación y cortos comentarios con el corto criterio de la primera dama de la literatura en televisión, Clara Elvira Ospina (CEO), a quien el diluvio cogerá con un libro de Íngrid Betancourt debajo del brazo.

Los capitalistas
Cuando todo parecía indicar que sus enormes egos no los dejarían entenderse, pasó lo impensado y sus genialidades se juntaron casi de inmediato, lo que en palabras de Gamboa fue como si "hubiéramos entendido que pertenecemos realmente a un nivel superior". Bechara, como de costumbre, paso inadvertido, sacando a relucir que alguna vez hizo un taller de literatura y que La Movida Literaria le hizo un perfil. Sus paisanos, ganadores de premios que así no tengan respeto al menos dan MUCHO dinero, hicieron lo que hace el resto del mundo: lo ignoraron. El resultado es una pieza que muestra la oscuridad subterránea de la urbe, con los conflictos existenciales y la desesperación de quien no sabe escribir más que clichés.

Infierno abismal
Llegado al abismo de su propia vida en medio de la poderosa certeza de una muerte lenta y seguro de que ni aún muriendo se libraría de sus demonios internos y de la incertidumbre de vivir en un mundo sórdido y agobiante, el periodista Ernesto Bernal Narváez miró hacia abajo. Era profundo y desesperado, como una arteria-alcantarilla que atraviesa la ciudad por debajo y recibe todas sus miserias. Sentía el olor dulzón del basuco y pensaba que era mejor vivir en Pekín. O en París. O en un delirio.
–¿Qué quieres de mí? –gritó de pronto como un demente en un elevado estado de locura y esquizofrenia. Como un demente que no pudiera determinar el más leve resquicio de felicidad o cordura.
No se podría saber a ciencia cierta a qué o a quién le gritaba, pero se sentía una poderosa presencia. Tal vez lo predijo una bruja de la Caracas con 39 o sólo fue un sueño incitado por la infinita sucesión de cigarrillos Pielroja o quizá haya sido la cabeza blanca y llena de canas de su madre moribunda en un lecho de muerte en el que la parca tocaría su puerta con su llamado mortal.
El abismo era el puente de la 53 con 30, con vista a la universidad que lo expulsó por sus ideas revolucionarias en medio de un complot contra todo lo que sonara inverosímil, el puente sobre el que él mismo había dicho en las noticias que era el destino predilecto de los suicidas bogotanos.
Al día siguiente su mismo noticiero informó que un hombre anónimo de 43 años, de aspecto cansado y con un rictus de locura en el rostro, se había tirado del puente de la 53 con 30. Ese era su abismo.

CEO: El cuento bogotano es una mezcla perfecta entre el talento de Laura Restrepo para construir frases largas y saramágicas, la poderosa percepción del mundo de las tinieblas de Mario Mendoza –y su capacidad para redundar hasta el cansancio– y lo fácil que le salen las palabras a Santiago Gamboa. Bechara no se nota, porque sólo aportó lo de la noticia que escuchó sobre los suicidas, pero puede ser como cualquier otro aporte.

Los corronchos
El proceso de los costeños fue más complejo. Mientras Juan Ensuncho Bárcena proponía la creación de un poema de cuatro estrofas que demostrara la belleza de su poesía –no entendió que el concurso era de cuento–, Ruiz-Navarro pensaba en escribir algo menos formal y contemporáneo, tan original que recordara al jamás fusilado Roberto Bolaño, y Efraím Medina proponía un desnudo grupal con un mal peluqueado. Su falta de madurez terminó, sin embargo, encontrando la forma de unificar a estas prometedoras promesas de nuestras letras y letrinas. El resultado es un relato mágica y arriesgadamente desordenado por Ruiz-Navarro, salpicado de la habitual crudeza y descarnado irrespeto a las instituciones de Medina –en este caso, el Biblioburro–, que tiene como protagonista a un bucólico y Bárceno poeta (al que, sin embargo, parece que finalmente no le dieron mucha cabida).

Biblioburro y yo
Al principio todo era un juego. Póngale la cola al burro, se llamaba, y lo jugábamos en las fiestas infantiles. Fue muchos años después, un día en el que ya me había bajado la bragueta y estaba presto a arremeter con mi verga de veinticinco centímetros, cuando entendí que justamente ese juego era el que nos había llevado a la deliciosa costumbre de comer burra. O de comer burro chancleteado, como habíamos visto a nuestros padres hacer. Ahora también estoy listo a arremeter, a meter, a ponerle una vez más la cola al burro. Porque muchos años antes, antes de ahora pero después de los otros, también había encontrado mis otras dos pasiones: la lectura, el ron y la poesía. También descubrí mi propensión a fracasar. Pero un buen día me di cuenta de todo lo que importa en la vida, no joda: la gestión cultural era la alternativa, un festival de cine o una serie de blogs, pero en medio de la gestión encontré una novedosa iniciativa de la alcaldía: el biblioburro, un asno tan intelectual que carga libros –y seguro ha leído más libros que yo–. Al principio era un juego. Ahora es mi vida, mi musa, mi amor y mi biblioteca. Mi Biblioburro chancleteado. Esta es la razón de mi poesía.

CEO: Qué belleza tropical. Parece escrito por un García Márquez posmoderno –y no me refiero a Safran Foer–, alguien que siente el calor de nuestra costa pero también ve su perspectiva intelectual –y no me refiero a Óscar Coñazos–. Ciro Guerra podría hacer una película con este cuento, yo le consigo el patrocinio (o latrocinio) en RCN.

Los calañas
Los caleños empezaron en desventaja por ser apenas dos. Y Antonio García –conocido en el mundo de las revistas como Toño y en la casa editorial estudio como Coño– y Alejandra López –que no sabemos cómo le dirán, excepto por alguien que le dice Aleloca– no se entendían. Además, no tenían nada que escribir sobre su Cali natal porque lo que vivieron ahí no fue nada comparado con sus patoaventuras en la Javeriana y la Sabana de Bogotá. La solución, por supuesto, adaptar un lugar común de la cultura caleña a los conflictos del hambre contemporáneo, que inicialmente se iba a llamar Cold Cold Cali pero al final cambió por aquello del calentamiento global. Ni Vargas Llosa le contestó a Coño ni Nahum Montt a López, así que se las tuvieron que arreglar solos. Pobrecitos.

Se me corrió el champús
Andrés Caicedo juega todo el día ping pong. Es Rata en el horóscopo maya pero hubiera querido ser León en el horóscopo chino. Ping pong. También le gustan la salsa y el cine. Lluvia o nieve. Nuestra ciudad, Cali. Cold Cold Cali. La ciudad del destino raro y la sangre fría para soportar su calor y su crueldad diaria. A veces super rumbera a veces super violenta, depende de la época del año, depende de cómo se esté moviendo la merca. Lluvia o nieve. Caicedo tiene que organizar una fiesta de disfraces para su cine club, pero también debe lidiar con una aventura doméstica y misteriosos hallazgos en su correo electrónico. Ping pong.
Ahora Caicedo está escuchando a Radiohead en el iPod y a Héctor Lavoe en el computador. Lluvia o nieve. Ping pong. Quiere salir a deambular las calles de la ciudad, pero su mente se mueve al ritmo del ping pong. El calor subió con los incendios forestales en los alrededores de Cali. Y no hay aire acondicionado. Ping pong. Las nubes de Pance forman figuras en el cielo del norte de Cali que oscurecen algunos días, Vargas Llosa las llamaría nubes calidosas. Caicedo tiene una amante inglesa, Nahum Montt la llamaría Lucy. Ping pong. Yo amo a Lucy y amo escribir cuentos sobres las nubes. Caicedo se emborracha, Caicedo escribe, Caicedo es Alberto Fuguet, Caicedo soy yo, pero yo vivo en Bogotá. Ping pong.

CEO: Este cuento toma lo mejor de este par de jóvenes escritores: la frescura del champús con la universalidad de los romances extraconyugales. El correo electrónico, la metaliteratura de las nubes, Radiohead, ¡qué actual! Un descubrimiento. Yo les daría un Rolex y un premio para que sigan escribiendo. Pero que no publiquen, por favor.

Los apaisados
Fernando Vallejo se negó a escribir con sus coterráneos. Dijo que "Jorge Franco es un pobre mariquita sin carácter y Jaime Espinal un granuja insignificante, y por eso no van a ser capaces de decir la verdad sobre este paisito de mierda y ese valle de lágrimas e infamias gobernado por un liliputiense bellaco salido del mismo valle de lágrimas e infamias llamado Antioquia". Finalmente, un extraño acuerdo detrás de cámaras –que incluyó una dotación permanente de perros y perritos callejeros–, hizo que Vallejo cambiara su amargura por una extraña felicidad y que Franco y Espinal se salieran con la suya: escribir juntos y sin la opinión de Vallejo un relato de amor desesperado.

No es una historia de Tijeras
Como a Rosario le pegaron un chicle en el pelo mientras le daban un beso, confundió el dolor del amor con el de las tijeras. De ahí en adelante desconfiaba de cada llamada telefónica.
- Quién era? - le pregunta a Sick mientras se toma su 7 UP.
- Era la peluquera, que me quiero hacer un peinado raro! - responde mientras se pinta las uñas y mira con angustia un reloj Bobado que siempre marca las cinco y diez. Entonces Sick recordó cuando la conoció, en medio del éxtasis de una fiesta de pepas. Su cuerpo su cara su pelo te amo su chicle en el pelo su manera de bailar te amo su forma de reventar la bomba del chicle te amo su mirada feroz su alegría sus putas llamadas telefónicas te amo sus aretes gigantes sus putas llamadas telefónicas su sangre dos merengones por mil su pelo te amo. Su sangre, y en esta casa siempre son las cinco y diez. Lo peor es que esta no era una historia de tijeras.

CEO: La mejor historia de amor desesperado desde Lulito. Suponemos que, desde que tiene metro, Medellín debería ser la capital del mundo, así que este cuento no necesita hablar de la ciudad, sólo de un amor universal. La experimentación y la ruptura de las normas gramaticales es tan original que se debería pronunciar "orinal", dos palabras que riman con Espinal. Podrían hacer un trailer para este cuento, porque para moña aún le falta pelo. O película.

16 comentarios:

  1. conmovedoras historias que confirman el talento de los escritores colombianos, podrían hacer una antología para Arango Editores...

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  2. Felicitaciones al surreality show por unir las plumas de nuestros mejores escritores... este ejercicio pasará a la historia de nuestras letrinas...

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  3. Juan Ensuncho Bárcena27 de noviembre de 2009, 9:51

    Esto me parece el colmo: yo fui el gestor de la mayoría de idea de Biblioburro y yo. Voy a hablar muy seriamente con Efraim y Gabo...

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  4. Juan, entiende: cada vez que comentas la cagas más...

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  5. Parece que Ensuncho decidió seguir el consejo de La Bobada y dedicarse a comentar.

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  6. Juan, ¿y ahora cómo vas a hacer si a tus múltiples ocupaciones (léase escribir y borrar estados en facebook todo el día, revisar sus 13 blogs y organizar un festival de cine ficticio -por cierto, ¿de qué carajos vives, hombre?-) se suma ahora el oficio de comentarista?

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  7. La última prueba estuvo reñida, pero no voy por nadie: los caspitalistas no salen de Osario Lizarazo, los corronchos tienen un jugador muy bocón que perjudica a los compañeros, los calañas están fusilando el estilo y los temas de mister carroña y a los apaisados le hizo falta leer Logoi. Yo los sacaría a todos y no volvería a hablar de ellos.

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  8. Opino lo mismo, deberían sacarlos a todos. Creo que la única que merece seguir es Aura Cristina Geithner.

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  9. ¡¡¡¡¡¡ Síííííí´, sangre, sangre !!!!!
    ¡Que corra la sangre!¡Que viva la menstruación!, digo, ¡¡¡la revolución!!!

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  10. Respuesta para el anonimo, ¿De que vive Juan Ensuncho? agreguenle a su historial, que es un vividor, solo busca mujeres incautas que lo mantengan porque él es incapaz de ganarse un sueldo con su trabajo (que nunca ha tenido)siempre esta gorriando, una comida, trago, ropa, casa, compañia, porque ni siquiera se le conoce pareja estable, no hay quien se lo aguante mas de un mes, a él y a su ego.

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  11. Es cierto que deberían irse todos. Sin embargo, si me ponen a elegir, yo botaría por los caleños, porque nunca dejaron de pretender ser posmodernos. Cuánto daño les hizo Andrés Caicedo!!

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  12. Esto me gusta cada vez más. A la lista de fans, ahora se suman los imitadores. Me encanta que estén tan pendientes de mi. Yo, tan vago, tan bueno para nada, tan vividor. Jajaja. Besos.

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  13. Mucho granuja mariquita venido del averno que es Antioquia ese Fernado Vallejo... con razón se lo mama con ganas a AUV(?)

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  14. Pues me parece un irrespeto que se burlen de las antologías de Arango. yo mismo prologué una y compilé una y como buen antologista aparecí en ella. Me parece que el que está detrás de esta broma es Sebastián Pinchado, que desertó de nuestra Movida y se lo veo le doy en la cara marica.

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  15. Vamos a tener que recurrir al FBI para averiguar quién está poniendo estos comentarios. La amenaza de Silver nos preocupa, sobre todo porque aquí no hay nadie de apellido Pinchado (si lo hubiera, nos burlaríamos mucho de él y ya hubiera renunciado).

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  16. "yo botaría por los caleños"
    si BOTA de esa manera, no vote por nosotros!

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