martes, 7 de diciembre de 2010

El mundo al bobo: Hoy, Daniel Petardo desde Londres

Después de su paso por Buenos Aires –en una deliciosa crónica que aún no nos ha terminado de contar– Daniel Petardo se fue al nuevo destino educativo de los jóvenes de la burguesía colombiana: Londres. La excusa de ir a aprender a hablar inglés sólo sirve para que les den la visa a miles de javerianos y uniandinos que, aunque en realidad no aprenden inglés, sí llegan enamorados de la cultura británica, de su rock soso y lleno de pretensiones y de hacer los trabajos sucios que jamás hicieron en Colombia (cuidar niños, asear oficinas, manejar bicitaxi o limpiar el vómito de los borrachos en un pub). Este es el relato, enviado por Petardo en exclusiva para La Bobada Literaria.

London Ay

Tienda en Londres donde se venden los mejores productos colombianos.

En Londres es fácil hacerse un salario de unas mil libras cuando uno tiene carisma y algo de suerte. Yo, que carezco de ambas cosas, no he podido encontrar trabajo y estoy por acabarme la plata que me consignó mi papá para venirme. Cuando se me acabe tendré que pedirle plata a mi tío, y luego a mi mamá y luego de nuevo a mi papá.

Es que no quise trabajar en Starbucks, porque no es inglés, y en Pret me hacían madrugar muy a las cinco a empacar sánduches que no me puedo comer. Y no voy a limpiar baños en The City –aunque sea mafia de colombianas–, no señor, ni a ponerme de bicitaxista –aunque sea mafia de colombianos que se la montan a los turcos y los polacos–. Sólo me queda escribir para ver si algún medio colombiano me paga. Después de todo, si a Adodolfo Zazableh le pagan por publicar, ¿por qué a mí no, si tampoco tengo gracia y soy un tartamudo de las letras?


A su paso por Londres, Enrique Peñalosa quiso instalar bolardos. La instalación estuvo a cargo de los hermanos Nule, que los dejaron botados.


Así que emprendo la ruta turística de Londres, porque antes no me había querido rebajar a mezclarme con los japoneses de cámara al cuello y salir de mi flat de Chelsea a menos que fuera para comer en Knightsbridge o hacer un picnic en Hampstead. Vamos a ir con una amiga de Los Andes al London Eye, que es una rueda de Chicago pero en Londres, y para empezar el shitytour, ella me sugiere recorrer el Tames y le pregunto de qué se trata. Me mira con cara incrédula y me dice que es el río imbécil; yo le digo que el río imbécil no se llama así ni en inglés ni en español, y terminamos entrando al Tate Britain, un museo jartísimo que queda muy cerca del agua. Pronto nos aburrimos del arte y salimos a la calle. Me sugiere almorzar en Elephant & Castle. Montamos en un bus de dos pisos, arriba en el primer puesto. Muy queridos, puestos más atrás unos encapuchados comparten el rap de sus celulares con los demás, así que termino viendo el paisaje urbano de Londres a ritmo de Dizzee Rascal. Como un trayecto de diez cuadras en bus toma al menos dos horas, también escucho los cánticos de los hinchas de algún equipo local. Al menos estos no se creen argentinos y sus barras no son tan bravas como las colombianas, creo que los Hooligans están sobrevalorados. Un rato más tarde, descubrimos que los únicos colombianos del bus no somos nosotros, en otras sillas hay varios estudiantes de la Sergio Arboleda y la Sabana. Gas.


En un alarde de historiador le digo a mi amiga que llegamos a El Infante de Castilla y ella me dice que no, que se llama Elephant & Castle. Dentro de un centro comercial que me recuerda los rincones más lindos de Galerías en Bogotá, mi amiga me lleva a una tienda donde venden empanadas, Pony Malta al clima y café Águila Roja a sólo dos libras porque lleva más de seis meses vencido. Pedimos el plato del día: bandeja paisa de frijoles secos y carne inmunda nomás a doce libras. Sin gaseosa: se puede tomar Colombiana o Postobón por otras tres libras.


En South Bank, junto al Támesis, siempre es Navidad, al igual que en el barrio Galerías de Bogotá. Allá también convocan artistas para que intervengan el espacio público. En la foto, Plant Trees Art, el equivalente a Arborizarte.

Recargados, le digo a mi amiga que quiero hacer sightseeing. Me pregunta quéjejo. Le digo, en español, y me dice que qué pena, pero que lleva dos años en Inglaterra y apenas está en nivel de inglés intermedio, ya domina lo que son los colores, la diferencia entre "look right" y "look left" y balbucea algunas canciones de Radiohead. Me lleva entonces a Covent Garden, donde los rickshaw riders me acosan repitiendo “richo, richo” y yo los despacho con un castizo, “no, gracias, para montar en bicitaxi puedo ir a Coveñas o El Tintal” que parece ruborizarlos. Ella me entra a un pub donde trabaja un amigo colombiano que nos puede dejar la Foster´s más barata. El amigo nos presenta a dos amigas de Colombia. Intercambiamos preguntas sobre nuestras ocupaciones como colombianos en Londres; les digo que soy el fundador de un novedoso género periodístico, ellas nos dicen que son las continuadoras de un antiguo oficio de colombianos: cleaners. Aunque admiten que no entienden ni el anuncio de las estaciones en el underground, ellas dicen que les parece horrible el acento de los gringos y que les encanta el acento de los ingleses, incluso a una de ellas le suena la idea de escribir una novela que se llame Hot Hot London.

Guiño, guiño.


Prendidos, salimos del lugar luego de tomar unas doce cervezas pero pagar sólo dos, todo gracias a mi nuevo amigo bartender. Y pensar que en London Calling de la 93 uno se toma dos y paga por doce. Como pueden notar, mi inglés va mejorando con cada cerveza que me tomo y puedo hasta corear algo más que "wachuwachu" cuando suenan las canciones de Franz Ferdinand –que creo que son una sola canción–. Ya para el momento de salir nos hemos olvidado de nuestro objetivo, el London Eye, y caminamos en busca de una rumba. Ellas proponen la casa de un compatriota que vive en Kentish Town, pero mi amiga y yo queremos conocer un sitio nuevo, por lo que entramos a un barco en el Tames donde un DJ caleño pone "Carito me habla en inglé", "Quiere ver gas o ver gotas", "Yo no sé mañana" y otros éxitos de la transculturación. Sobra decirlo: esta fiesta está llena de colombianos, así que la rumba en Londres es lo máximo.

Cuando se acaba la rumba, cogemos un bus y subimos al segundo piso. Está lleno de gente dormida y flota en el aire un olor a vómito y marihuana. En mi cabeza podrían sonar canciones de Massive Attack pero en su lugar suena un tropipop paramilitar con su "para para pu para para". Me gustaría reaccionar con la suficiencia de James Bond, pero él nunca estaría en este bus. O estar tan drogado como Renton en Trainspotting, pero nunca fui capaz. Soy un patético personaje secundario. Las gotas golpean suavemente las ventanas y se deslizan parsimoniosamente sobre mi reflejo. Londres tiene una lluvia constante que no moja. A pesar de ser las 4 de la mañana, el tráfico no se mueve y el bus huele a Transmilenio a las 6 de la tarde. La inmovilidad me hace sentir como en Bogotá. Creo que voy a llorar en inglés.

En Inglaterra hasta las salchichas son honestas.

22 comentarios:

  1. Daniel Petardo es mejor que Petardo Abdallah.

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  2. No. Daniel Petardo es mejor que Daniel Pardo.

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  3. Realmente hasta ahora no conozco ningún uniandino que no sepa hablar Inglés o por lo menos que lo balbuceé. El artículo tiene errores de ortografía sobre todo en las tildes: ¨cuando se me acabé¨. Sin embargo tiene cosas divertidas.

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  4. Lo de los premios está muy reñido. En el único en el que no dudé fue en 'la bobada del año', con la ola verde, bobada para los bobos. Deberían divulgar más esta bobada, para que al menos haya más personas sensatas que se diviertan estas vacaciones.
    El del comentario de arriba es un perfecto imbécil. Ivan Vargas García: le rebajan en la matrícula de los Andes porque los defienda con su inglés empresarial? Petardo! Aburrido...

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  5. Londres es el Melgar europeo!!!!

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  6. Nada como perderse, pero también rehacerse; Apolo es pura mierda sin Dionisos. Nada como enseñar y nunca adiestrar, en ese territorio que es la universidad. A veces reírse, a veces amargarse, por el efecto que producen la historia y la filosofía. Siempre implicarse los poros con el atardecer, con el aroma de los nardos, con el olor violeta de los bugambiles, con el altiplano. Educar los sentidos, revolverse con el aceite de oliva, con el vino. Nunca, téngase bien en cuenta, nunca vivir sin música, Pitágoras ya lo advertía hace siglos. Nunca vivir sin la mano de los amigos que se acuestan en la paja de mi ojo ajeno con tranquilidad. Nunca renunciar a creer en el amor, que es como creer en el dolor y en la ansiedad. Jamás ser sectario, dogmático, fanático: nunca dejar de escribir, ni en la prisión, ni en la mutilación. Amar la literatura como la madre, y nunca creerse nada, simple y llanamente comportarse, ser como se pueda.

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  7. Este man de arriba y de más arriba debería ser el bobazo del eón

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  8. Que mamera, estos comentarios ya estan llegando a los del nivel de El Tiempo. Joy Joy JOy

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  9. Este man de arriba y de más arriba y de más arriba es este paquetito delicioso: http://rastrodelaansiedad.blogspot.com/2010_03_01_archive.html

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  10. Un texto fusión. Un texto capuccino-panelazo, mucha espuma poca panela, recuerda Petardo que la panela te de fuerzas, y si consumes todo un ingenio a lo mejor podrías lograrlo, sólo a lo mejor.

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  11. ¡La mera verdad! Cuando un lugar se llena de Colombianos así, uno no la disfruta un carajo porque todos lo quieren llevar a ver lo mismo y a hacer nada, pero animo que aún puedes aprovechar de lo "cosmopolita" de la ciudad para conocer más gente y atreverte a hacer otras cosas...

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  12. Maldita sea! la gente se gasta todo ese dineral para ir a Londres, y se ponen a tomar Colombiana y a rumbear con un Dj caleño? Noo, la chimba, para eso se hubiera quedado acá

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  13. Este nuevo método literario de Daniel Petardo cada vez esta más sabroso...

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  14. Mira que has practicado bastante el ingles con tus conocidos colombianos XD

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  15. jajajaja cuando Londres se llene evidentemente de hijos de traquetos como pasó con los "mayamis" y los "nuyorks", la gente "play" a dónde irá a coger?...

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  16. Estoy de acuerdo, ese man es un 'patetico personaje secundario' y ademas pretencioso con sus citicas de massive attac y de trainspotting pa convencernos o tal ves convercer a los ingleses que sabe mucho de Inglaterra, yo no entiendo pa que putas se pega semejante viaje a dizque practicar ingles pa terminar juntandose con el gheto colombiano y hablar un buen espanglish, que coja oficio ese man!

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  17. jajajajajaja me encanta cuando los q comentan no entienden el delicioso sarcasmo del blog.... le montan tropel a una pared... jajaja excelente!!!

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  18. Definitivamente, para que cause el efecto que el escritor quiere, se tiene que haber vivido en Londres... sea como sea, es la realidad y a los que lo hemos vivido nos causa mucha, muchisima gracia saber que dentro de tanta variedad, nuestra cultura nos llevará siempre a hacer lo mismo! Te felicito, me hiciste reir bastante...Ah, cabe resaltar que estoy en Londres hace 10 meses... osea, opino con conocimiento de causa, como debe ser!!! :)

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  19. A Ivan Vargas Garcia yo soy uniandino y créame jaja que si hay muchos de pregrado que NO hablan inglés o balbucean y llegan a último semestre y no se gradúan por el requisito!!

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  20. Vamos a Londres a hacer lo que podemos hacer (y no hacemos) en Colombia, solo que pagando con libras y tres veces más caro.

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  21. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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