En La Bobada Literaria también apoyamos a los jóvenes emprendedores y queremos ser tan rentables como los hijos de Álvaro Uribe Vélez o tan buenos negociantes como los Nule. ¡¡¡Por eso decidimos lanzarnos al mágico mundo de las televentas!!! (Los signos de admiración demuestran nuestra euforia). Sabemos que en este mundo la gente es capaz de comprar cualquier bobada inútil –desde un iPad hasta un libro de Vladdo o una suscripción a la revista Arcadia–, así que vamos a llenar nuestras arcas con productos que producen arcadas. Para empezar este maravilloso negocio, creamos un curso de arte conceptual con el maestro Bobo Ross:
miércoles, 2 de julio de 2014
Telebobentas: Bobo Ross
En La Bobada Literaria también apoyamos a los jóvenes emprendedores y queremos ser tan rentables como los hijos de Álvaro Uribe Vélez o tan buenos negociantes como los Nule. ¡¡¡Por eso decidimos lanzarnos al mágico mundo de las televentas!!! (Los signos de admiración demuestran nuestra euforia). Sabemos que en este mundo la gente es capaz de comprar cualquier bobada inútil –desde un iPad hasta un libro de Vladdo o una suscripción a la revista Arcadia–, así que vamos a llenar nuestras arcas con productos que producen arcadas. Para empezar este maravilloso negocio, creamos un curso de arte conceptual con el maestro Bobo Ross:
viernes, 13 de junio de 2014
Elecciones y mermelada
Como en La Bobada Literaria nos gusta tanto la farándula, contratamos a uno de los personajes más faranduleros del último mes en Colombia, Andrés Sepúlveda, para que nos ayudara a hackear a Antonio Caballero. Luego nos dimos cuenta de un problema: Caballero escribe sus columnas a máquina. Pero no importa: este hacker es tan talentoso que consiguió hackear la máquina de escribir del taurocolumnista más amargado de Colombia, que presentamos en exclusiva en el único blog que, a dos días de las elecciones, sabe quién va a ganar la Presidencia del país por cuarta vez consecutiva.
Debemos aclarar que Caballero todavía no la ha terminado pero la tiene casi lista: sólo le hace falta llenar unos espacios y queda lista la misma columna de otra semana (u otra columna de la misma Semana, que se repite cada cuatro años y que volverá a funcionar dentro de cuatro). Como queremos seguir faranduleando, este domingo los esperamos con Carlos Antonio Vélez para decir, con su mejor tono grecocaldense: "yo lo dije, yo lo predije".
La victoria del presidente electo _____________ [inserte nombre del presidente electo] no es más que una ilusión de cambio. En realidad, su programa de gobierno es tan catastrófico como la herencia que recibirá el próximo presidente, es decir el mismo presidente que ocupó la sede de gobierno _______________ [elija la opción: de 2002 a 2010 / durante los últimos cuatro años] –y que recibiremos todos los colombianos sin beneficio de inventario–, catastrófica en toda la línea.
Hay que verla en todos los terrenos tocados por los ocho años de gobiernos uribistas y cuatro de gobierno santista, que es lo mismo pero con otro nombre. En las obras públicas –y la mermelada, sin siquiera obras públicas–. En la agricultura –quiero decir: en la destrucción del agro colombiano– y la mermelada. En los servicios de inteligencia –y la mermelada–. En el inútil –y enmermelador– combate contra el tráfico de las drogas prohibidas. En las Fuerzas Armadas –armadas de mermelada– desmoralizadas por la cadena de cerca de tres mil "falsos positivos" cuyos responsables siguen sin ser juzgados y van saliendo poco a poco por el habitual vencimiento de términos con que concluyen los procesos delicados en Colombia. Y en la sociedad, que siempre usa la misma mermelada. En la mermelada en todos sus sabores y con todo su vigor corruptor, que es lo más visible de la obra de gobierno de Uribe y de Santos. Pero también hay que ver el estado lamentable en que queda la economía del país: no solo por la mermelada desaforada, sino por la ineptitud manifiesta que ha destruido el empleo, despilfarrado los años de bonanzas y regalando lo que Uribe llamaba la "confianza inversionista" y Santos la "locomotora" de lo que sea: cualquiera de ellas, representada en gabelas para el capital extranjero. Hay que ver cómo dejó Uribe las relaciones con los vecinos, hechas trizas por cuenta tanto del ataque al Ecuador como de las siete bases militares entregadas al servicio de las tropas norteamericanas. Y cómo sigue la salud cuatro años más tarde, con todo y su emergencia no prevista por nadie –y la mermelada–. Y cómo está, por último, la situación del orden público: esa que hace doce años un presidente anunció que solucionaría en 18 meses, y con el pretexto de la cual se hizo reelegir para cuatro años más en nombre de la "seguridad democrática", que si hubiera funcionado tendríamos a Uribe felizmente retirado cuidando de sus caballos. Una solución que no es tal cosa, sino prácticamente lo contrario: un aplastamiento del problema.
El lío en realidad es otro, y se instaló en la Casa de Nariño desde hace doce años. Qué digo desde hace doce, desde hace doscientos, cuando se empezó a fabricar en la sede del gobierno el principal producto hecho en Colombia: la mermelada. Gracias a esta mermelada ganó las elecciones ________________ [inserte apellido del presidente electo], que fue ministro de ____________ [inserte nombre de ministerio correspondiente: Hacienda / Defensa] de Álvaro Uribe Vélez, el presidente más corruptor y corrupto que se ha hecho elegir por las Farc para representar a los colombianos. Y se hizo reelegir con mermelada, pidiéndoles a sus enmermelados acólitos que votaran antes de que los metieran a la cárcel por la mermelada de los paramilitares. Su sucesor, por supuesto, hizo sólo lo que prometió cuando durante su campaña aceptó el espaldarazo del presidente que chuzaba a la oposición a sus espaldas: continuar su legado de ineptitud –y mermelada–. Santos, pues, nos dejó exactamente en el mismo punto en que estaba el país cuando comenzaron sus cuatro años de gobierno, que es lo mismo que hizo su antecesor, Uribe, lo que significa que estamos en 2002, con todo y proceso de paz de por medio. Pero con doce años más de guerra a las espaldas.
Eso debería tener de bueno, al menos, la disipación del uribismo, y en consecuencia la búsqueda de soluciones verdaderas a los verdaderos problemas. Pero parece ser que no es así, como lo muestran los resultados obtenidos por __________________ [inserte nombre del presidente electo] en la segunda vuelta de las elecciones. Pues esa es la otra parte de la herencia de Uribe: que heredamos también a ________________ [inserte nombre del presidente electo].
Debemos aclarar que Caballero todavía no la ha terminado pero la tiene casi lista: sólo le hace falta llenar unos espacios y queda lista la misma columna de otra semana (u otra columna de la misma Semana, que se repite cada cuatro años y que volverá a funcionar dentro de cuatro). Como queremos seguir faranduleando, este domingo los esperamos con Carlos Antonio Vélez para decir, con su mejor tono grecocaldense: "yo lo dije, yo lo predije".
Elecciones y mermelada
La victoria del presidente electo _____________ [inserte nombre del presidente electo] no es más que una ilusión de cambio. En realidad, su programa de gobierno es tan catastrófico como la herencia que recibirá el próximo presidente, es decir el mismo presidente que ocupó la sede de gobierno _______________ [elija la opción: de 2002 a 2010 / durante los últimos cuatro años] –y que recibiremos todos los colombianos sin beneficio de inventario–, catastrófica en toda la línea.
Hay que verla en todos los terrenos tocados por los ocho años de gobiernos uribistas y cuatro de gobierno santista, que es lo mismo pero con otro nombre. En las obras públicas –y la mermelada, sin siquiera obras públicas–. En la agricultura –quiero decir: en la destrucción del agro colombiano– y la mermelada. En los servicios de inteligencia –y la mermelada–. En el inútil –y enmermelador– combate contra el tráfico de las drogas prohibidas. En las Fuerzas Armadas –armadas de mermelada– desmoralizadas por la cadena de cerca de tres mil "falsos positivos" cuyos responsables siguen sin ser juzgados y van saliendo poco a poco por el habitual vencimiento de términos con que concluyen los procesos delicados en Colombia. Y en la sociedad, que siempre usa la misma mermelada. En la mermelada en todos sus sabores y con todo su vigor corruptor, que es lo más visible de la obra de gobierno de Uribe y de Santos. Pero también hay que ver el estado lamentable en que queda la economía del país: no solo por la mermelada desaforada, sino por la ineptitud manifiesta que ha destruido el empleo, despilfarrado los años de bonanzas y regalando lo que Uribe llamaba la "confianza inversionista" y Santos la "locomotora" de lo que sea: cualquiera de ellas, representada en gabelas para el capital extranjero. Hay que ver cómo dejó Uribe las relaciones con los vecinos, hechas trizas por cuenta tanto del ataque al Ecuador como de las siete bases militares entregadas al servicio de las tropas norteamericanas. Y cómo sigue la salud cuatro años más tarde, con todo y su emergencia no prevista por nadie –y la mermelada–. Y cómo está, por último, la situación del orden público: esa que hace doce años un presidente anunció que solucionaría en 18 meses, y con el pretexto de la cual se hizo reelegir para cuatro años más en nombre de la "seguridad democrática", que si hubiera funcionado tendríamos a Uribe felizmente retirado cuidando de sus caballos. Una solución que no es tal cosa, sino prácticamente lo contrario: un aplastamiento del problema.
El lío en realidad es otro, y se instaló en la Casa de Nariño desde hace doce años. Qué digo desde hace doce, desde hace doscientos, cuando se empezó a fabricar en la sede del gobierno el principal producto hecho en Colombia: la mermelada. Gracias a esta mermelada ganó las elecciones ________________ [inserte apellido del presidente electo], que fue ministro de ____________ [inserte nombre de ministerio correspondiente: Hacienda / Defensa] de Álvaro Uribe Vélez, el presidente más corruptor y corrupto que se ha hecho elegir por las Farc para representar a los colombianos. Y se hizo reelegir con mermelada, pidiéndoles a sus enmermelados acólitos que votaran antes de que los metieran a la cárcel por la mermelada de los paramilitares. Su sucesor, por supuesto, hizo sólo lo que prometió cuando durante su campaña aceptó el espaldarazo del presidente que chuzaba a la oposición a sus espaldas: continuar su legado de ineptitud –y mermelada–. Santos, pues, nos dejó exactamente en el mismo punto en que estaba el país cuando comenzaron sus cuatro años de gobierno, que es lo mismo que hizo su antecesor, Uribe, lo que significa que estamos en 2002, con todo y proceso de paz de por medio. Pero con doce años más de guerra a las espaldas.
Eso debería tener de bueno, al menos, la disipación del uribismo, y en consecuencia la búsqueda de soluciones verdaderas a los verdaderos problemas. Pero parece ser que no es así, como lo muestran los resultados obtenidos por __________________ [inserte nombre del presidente electo] en la segunda vuelta de las elecciones. Pues esa es la otra parte de la herencia de Uribe: que heredamos también a ________________ [inserte nombre del presidente electo].
martes, 20 de mayo de 2014
Montaje
Ha pasado un mes desde nuestra última encuesta porque estábamos trabajando arduamente en desprestigiar a los candidatos a la presidencia de Colombia. Nuestro trabajo, por supuesto, fue en vano: no sólo los Peñalosas, Santos, López y Uribes por persona interpuesta se desprestigian ellos solitos –cuando no se están echando tierra los unos a los otros– sino que, en verdad, nunca han tenido el más mínimo prestigio. Por eso, volvemos a nuestra boba tarea. Es decir, a escribir bobadas cuando no estamos bebiendo.
La última vez que hubo elecciones en este blog, la idea era elegir entre cuatro respuestas igual de malas que los candidatos a la Presidencia: a la pregunta de por qué La Etnnia no debe ir a Rock al Parque, la mitad de nuestros lectores opinó que la razón es que no se llama The Ethnnicity ni Monsieur Le Etnnié, mientras que 19% dijo que la causa para impedirle tocar en el Simón Bolívar es que las siglas del festival son RAP y eso ya es suficiente rap por un fin de semana. A la pregunta de qué es el rock, 26% dijo que sólo el metal, porque el fundamentalismo es así, en tanto 28% aseguró que es Juanes, quien además debe ir a Rock al Parque para poder poguear "La camisa negra".
Pero antes del montaje de Juanes en Rock al Parque y del desmontaje de La Etnnia de la tarima, queremos preguntar en esta semana de elecciones:
¿Qué es para usted un montaje?
Hacer pasar por guerrilleros a jóvenes civiles de Soacha.
Desmovilizar a más paramilitares de los que jamás existieron.
Proponer a un candidato melifluo y baboso para manejar el país a través de él.
Cualquier cosa cierta que haga quedar mal a Uribe y al uribismo.
Todos los artículos que hablan de la excelente gestión de Juan Manuel Santos.
¿Qué va a pasar ahora con Óscar Iván Zuluaga?
Va a aumentar la cuota de uno a dos tamales para quedar presidente.
Estudiará Ingeniería de Sistemas en el Instituto Pentágono.
Contratará a un hacker para que le descifre el Código Penal.
Lo mismo que con todos los uribistas: se va a asilar para evadir una vez más la ley.
¿Quién es Óscar Iván Zuluaga?
¿Quién le da más motivos para querer irse de Colombia?
Juan Manuel Santos, porque me llena de falso positivismo.
Óscar Iván Zuluaga, porque remeda a Uribe peor que Vargas Vil.
Enrique Peñalosa, porque de verde sólo tiene lo sapo.
El voto en blanco, porque lo promueve Gustavo Bolívar.
Clara López, porque se las da de proletaria y es más burguesa que todos los anteriores.
La última vez que hubo elecciones en este blog, la idea era elegir entre cuatro respuestas igual de malas que los candidatos a la Presidencia: a la pregunta de por qué La Etnnia no debe ir a Rock al Parque, la mitad de nuestros lectores opinó que la razón es que no se llama The Ethnnicity ni Monsieur Le Etnnié, mientras que 19% dijo que la causa para impedirle tocar en el Simón Bolívar es que las siglas del festival son RAP y eso ya es suficiente rap por un fin de semana. A la pregunta de qué es el rock, 26% dijo que sólo el metal, porque el fundamentalismo es así, en tanto 28% aseguró que es Juanes, quien además debe ir a Rock al Parque para poder poguear "La camisa negra".
Pero antes del montaje de Juanes en Rock al Parque y del desmontaje de La Etnnia de la tarima, queremos preguntar en esta semana de elecciones:
¿Qué es para usted un montaje?
Hacer pasar por guerrilleros a jóvenes civiles de Soacha.
Desmovilizar a más paramilitares de los que jamás existieron.
Proponer a un candidato melifluo y baboso para manejar el país a través de él.
Cualquier cosa cierta que haga quedar mal a Uribe y al uribismo.
Todos los artículos que hablan de la excelente gestión de Juan Manuel Santos.
¿Qué va a pasar ahora con Óscar Iván Zuluaga?
Va a aumentar la cuota de uno a dos tamales para quedar presidente.
Estudiará Ingeniería de Sistemas en el Instituto Pentágono.
Contratará a un hacker para que le descifre el Código Penal.
Lo mismo que con todos los uribistas: se va a asilar para evadir una vez más la ley.
¿Quién es Óscar Iván Zuluaga?
¿Quién le da más motivos para querer irse de Colombia?
Juan Manuel Santos, porque me llena de falso positivismo.
Óscar Iván Zuluaga, porque remeda a Uribe peor que Vargas Vil.
Enrique Peñalosa, porque de verde sólo tiene lo sapo.
El voto en blanco, porque lo promueve Gustavo Bolívar.
Clara López, porque se las da de proletaria y es más burguesa que todos los anteriores.
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