Así fue la contratación de Gustavo Gómez para La Luciérnaga

Gustavo Gómez mirando con suspicacia a los tuiteros que lo amenazan.

Después de que se anunció que Arroba Gustavo Gómez es el encargado de dirigir La Luciérnaga hacia el piso, un anónimo nos llegó con un video en el que se lo muestra (a Gustavo Gómez; al anónimo no, por obvias razones) entrando en una oficina a hablar con dos directivos de un medio. Como el video es de los mismos creadores del que Cómez Górdoba tenía en el que se veía a Gustavo Petro arrollando a un peatón, no lo vamos a colgar en esta página; igual, queremos prestar un servicio social y reproducir el diálogo que tuvo lugar en la oficina. Para proteger la identidad de los interlocutores de Gus, simplemente aparecen como “Caracol”:

Caracol: Gustavo, te tenemos una propuesta.
—Bien pueda amenazarme a mí y a mi familia. No retrocederé. Responda ante las autoridades y la ley.

Caracol: Tranquilo, Gustavo, que no estamos en Twitter. ¿Sabe quién renunció a la dirección de su programa?
—¿Cómo así que renunció a la dirección de mi programa? ¿Es una trampa?

Caracol: No, Gustavo, no de su programa, sino del programa que ese alguien dirigía.
—Ah, no sé, pero me lo invento.

Caracol: Tranquilo, Gustavo, que no es necesario. No estamos al aire… Pongámoslo de otra manera: ¿qué es lo que siempre has querido ser?
—Pues el quinto Beatle, pero Arroba Manolo Bellón no me deja.

Caracol: Gustavo, no, pero eso es si tuvieras talento. En la vida real, ¿qué te gustaría ser?
—Me gustaría tumbar a Arroba Gustavo Petro.

Caracol: Mejor dicho, lo vamos a decir sin más rodeos: ¿quieres dirigir La Luciérnaga?
—Pero sólo si puedo hablar mal de Arroba Petro.

Caracol: Eso se da por descontado: ¡todos los medios tenemos que hablar mal de Petro por la razón que sea! Entonces, ¿te gustaría reemplazar a Hernán Peláez?
—Pues sí, pero ¿lo lógico no era que su hijo lo sucediera en el trono?

Caracol: Es lo lógico, pero todavía está muy peláez.
—Jajaja, qué juego de palabras tan audaz, deberían tener una columna en SoHo. Se me ocurren ese chiste que acaban de hacer y otras 26 razones.

Caracol: Gracias, Gustavo. Suponemos que es un elogio. Nosotros también tenemos que felicitarte por tu nuevo cargo.
—Gracias, ¿ya me puedo ir? Es que tengo que responder unos tuits y publicar un fotomontaje en el que Arroba Petro aparece torturando a un perrito.

Caracol: Sí, Gustavo, chao. Pórtate bien.
—Bien pueda amenazarme a mí y a mi familia. No retrocederé. Responda ante las autoridades y la ley.