José Obdulio Gaviria, personaje del mes en La Bobada Literaria

Después de penetrarnos, Pseudonymous nos dejó las conciencias (y las partes nobles) adoloridas y resentidas. Sin embargo, todo lo malo vuelve, y más en Colombia: desde Mauricio Cárdenas, el ministro Caprecom que ahora se sumó a la Unidad Nacional, hasta Amparo Grisales con el secreto de la eterna vejez y Dejémonos de vainas. Por eso, decidimos también volver: llamamos a Anthony, nuestro policía favorito, y nuestra cuenta fue recuperada más rápido incluso que la de Álvaro Uribe Vélez, a pesar de sus gritos de auxilio dirigidos al Señor Twitter.

Con la cuenta de nuevo en nuestras manos, hicimos uno de nuestros productivos conejos de redacción y decidimos que convertir a Juan Manuel Corzo en personaje del mes no tenía sentido: era darle demasiada importancia al tipo que por ser el idiota del momento será el chivo expiatorio de estas elecciones (ahora todos los políticos en campaña o en ejercicio omitirán sus opiniones sobre él, aunque votarán a favor de sus subsidios y seguirán robando a pesar de tenerlos). Y, cuando pensábamos que no teníamos con qué chorro de babas salir, y que tendríamos que recurrir a la siempre vigente fórmula de otorgarle de nuevo la distinción de bobo del mes a Vladdo, nos acordamos de uno de los grandes filosos de nuestros tiempos: José Obdulio Gaviria, el ascensor presidencial más alucinante (o alucinado) de nuestra historia (tanto, que llegó a decir que el mejor presidente de Colombia durante el primer decenio del siglo XXI tiene "una inteligencia superior").
Como quisimos hacer un proceso tan limpio y transparente como cualquier logro del uribismo (incluyendo el santismo), estuvimos licitando todo este mes hasta lograr publicar la entrada de septiembre en octubre, luego de chuzar las cuentas de Twitter de la competencia y de asilarnos unos días en ese territorio que tuvo a bien separarse de Colombia: Panamá.

En realidad José Obdulio Gaviria podría ser el personaje del milenio en La Bobada Literaria pero hubo un hecho que nos obligó a darle este pequeño homenaje y echarlo en el olvido a partir de hoy: como parte de su delirante guerra –o "posconflicto", como prefiere llamarla él– contra todo el que no levante su brazo derecho con la mano firme ante Álvaro Uribe Vélez, Gaviria invitó a sus seguidores en Twitter a leer “La verdad sobre Daniel Samper Ospina”, una de nuestras entradas más sesudas, inteligentes y llenas de uribismo. El 17 de agosto, gracias a nuestra brillantez, admitió "¡Pues sí! No había caído en cuenta. ¡Es Ramoncito!", refiriéndose a nuestro genial descubrimiento. Con el post de hoy, esperamos que alias JOG demuestre que los uribistas sí son varones y vuelva a invitar a sus lectores a conocer nuestro blog, esta vez leyendo la verdad sobre él. También esperamos que caiga en la cuenta de que él vendría siendo la tía Loli.

Uno no puede juzgar a la gente por lo que hacen sus familiares. Por ejemplo, José Obdulio no tiene la culpa de que su hijo Juan José trabaje en Editorial Planeta. O bueno, de eso sí es culpable.* De lo que no tiene la culpa es de ser primo de Pablo Escobar Gaviria y de los Ochoa o hermano de sus hermanos narcos, así como Daniel Samper Ospina no tiene la culpa de ser sobrino de Ernesto Samper (así tenga el mismo sentido del humor del expresidente) y los Uribe Moreno de ser hijos de Álvaro Uribe Vélez (aunque intenten ser tan cínicos como él). Por lo que sí puede uno juzgar a la gente es por los amigos que escoge (así sean mafiosos o políticos con un capital electoral poderosamente armado) y por cambiar de opinión como cambiar de calzoncillos, según las conveniencias de la temporada o las ofertas del mejor (im)postor.
El pasado de José Obdulio, más allá de los populares negocios de su primo Pablo, se remite a la militancia izquierdista –es decir, él hizo parte de esos que ahora llaman con desprecio “mamertos”, pero que en ese entonces eran Firmes– y a una prosa académica y rimbombante que haría las delicias del Instituto Caño y Cuervo de no ser por su evidente abuso de expresiones rebuscadas o supuestas metáforas que jamás vienen al caso.

El mismo día en que la bigornia española presentó su informe, el representante norteamericano McGovern salió a cantar en el mismo coro, pero desde Washington.

Después de darse cuenta, como Ned Flanders, de la baja rentabilidad del negocio de la izquierda, Gaviria –a pesar de su segundo nombre– dio un sutil giro a la derecha que lo dejó al fondo a la derecha, justificando nobles causas como la libre asociación de grupos armados constituidos por honorables latifundistas para combatir a los marxianos –esa causa la llama "antiterrorista", aunque acuda al terrorismo por otro lado y, al igual que Jesucristo y Hitler, diga que quien no está con él está contra él–. Sus ampulosos discursos se sumaron a una prístina campaña mediática que convirtió en ídolo de cobre a Álvaro Uribe Vélez, entonces gobernador y pacificador de Antioquia –departamento que, no sobra recordarlo, sigue siendo un remanso de paz gracias a su gestión–.
Con el enano© elegido Presidente de la República sin ayuda de ningún tipo de violencia, José Obdulio se convirtió en un respetado filósofo colombiano –es decir, en columnista de El Tiempo– y nos dio a todos una razón para vivir: leer sus calenturientas ficciones que, precisamente porque el LSD es ilegal, estamos convencidas de que se escriben bajo sus efectos. Con sólo leer sus títulos, queda claro que su figura literaria es, sin duda, la prosopopeye. Y esto que viene a continuación apenas es un breve resumen.

Cepeda es metódico y sistemático en su tarea de desacreditar todo lo que sea capitalismo y progreso. Pocas semanas antes hizo otro videoshow para presentar a esforzados empresarios antioqueños como viles señores de la guerra y el despojo. Antioquia Presente, el grupo empresarial antioqueño y varios otros profesionales del agro, fueron zaheridos y calumniados por el inquisidor. Y no he oído una queja o una protesta de las víctimas. ¡Lo que logra el terror!

Tomado de "El nuevo montaje", columna que desacredita a cualquier persona que dé un testimonio contra Uribe, así antes le hayan aceptado su testimonio como prueba contra algún enemigo de Uribe.

Las artimañas van desde nombrar como 'sindical' una organización o un oficio cualquiera a la que pertenecía un muerto (acciones comunales, de acueductos, escoltas, familiares de sindicalistas, abogados, estudiantes, concejales, desempleados, etcétera), para engrosar la estadística. En fin, tanto Botero como Mejía y Uribe no dejan dudas sobre que estamos ante un fraude sistemático y dirigido, que convirtió en 'verdad oficial' para los actuales gobiernos de los Estados Unidos y Colombia que el Estado colombiano es genocida.

Tomado de "Evidencias del fraude", columna en la que el cinismo está más allá de cualquier lógica y el movimiento sindical colombiano queda reducido a una farsa.

Ya no hay 'peligro' de que tengamos bases militares con cooperación logística americana; y el régimen de Chávez tiene patente de corso para hacer y deshacer en la frontera a través de sus agentes, las Farc. De la feroz e incansable lucha interna contra el terrorismo, regresamos al discurso apaciguador de los 'años bobos'. Por eso dice Lucho Garzón que "de estar en el poder, los verdes tendrían la misma agenda que el Presidente". Es decir, nos gobiernan las ideas y los hombres a los que el pueblo derrotó.

Tomado de "Los 'años bobos'", donde descalifica cualquier intento de amistad con Chávez y comete el error de creer que los años de uribismo no fueron bobos, como si Santos no hubiera sido el Ministro de Defensa de Uribe.

Un poema de Álvaro Mutis, que lleva ese título, es despiadado con los avivatos: "Ahí pasan los listos. Siempre de prisa, alertas, husmeando la más leve oportunidad de poner a prueba sus talentos, sus mañas, su destreza al parecer sin límites (...)". [...] Astutos y listos, desprestigian a las figuras de las campañas contrarias: a todos incriminan, urden artículos difamatorios en la extensa red de medios donde pueden influir, que van desde Canadá, pasan por Washington y llegan a la Argentina, en donde una pareja de astutos gobierna. [...] El rey de los listos, escribió en su programa presidencial: "Los niños y niñas tienen derecho a ser deseados o deseadas, por lo que es impostergable una política pública en materia de salud sexual y reproductiva" (capítulo 14 numeral 4). ¿Con qué nos saldrá ahora para explicar ese Manifiesto Pederasta? Cuando leí esa barbaridad, dije con Mutis: "De los listos no habla el Sermón de la Montaña. Esta advertencia del Señor debería bastarnos".

Tomado de "Balada imprecatoria contra los listos", donde no sólo tergiversa los versos de Mutis y el programa de gobierno del Partido Verde para demostrarnos que es muy listo, sino que se queja de los artículos difamatorios tan distintos de los que él, que es tan listo, hace con su impecable capacidad lectora.

No soy suspicaz; nunca infamaría basándome en interpretaciones paranoicas o simplonas o desquiciadas de chismes que se oyen por ahí.

Tomado de "Si yo fuera asesor", que demuestra que él no está loco, los locos son ustedes. Y que el señor tiene huevo.

Lo bueno es que, como todo sabio, José Obdulio también reconoce los errores de Dios:

Lo mejor de todo es que Obdy (como le dicen sus amiwis) es el único que se cree lo que dice y por eso lidera el reputado Centro de Pensamiento Primero Colombia –algo así como la Universidad de la Vida, pero uribista, que aúna esfuerzos de grandes pensadores como Ernesto Yamhure, Plinio Apuleyo Mendoza y Fernando Londoño y deja caducas iniciativas de papel como la uribersidad de un periodicaturista que, al igual que estos pensadores, sin Uribe ya no tiene de qué hablar–. A pesar de los ocho años de la popular seguridad democrática ontológica, la llegada del gobierno del falso positivismo se encargó de demostrar que la ideología de Álvaro Uribe Vélez era, a lo sumo, un castillo de naipes; pero con todo, a José Obdulio no le da pena anunciar en Twitter que "somos un ejército de publicistas de las ideas de Uribe", uniendo de paso dos de las profesiones en las que más se evidencia la mediocridad en Colombia: el ejército y la publicidad. Por eso, y porque se quedó desempleado, el otrora filósofo devino en presentador de televisión con el espectacular programa Yo, José Obdulio (una prueba más de que usar productos Apple no te hace más interesante):

Gracias al arrollador rating de 0.04 puntos de su talk-shit-show, el canal Cablenoticias –hogar de otras alhajas periodísticas como La Barbería– le pidió a Gaviria que, ya que su sentido del humor es digno de Sábados Felices, cautivara al público joven entrando a esa cosa toda moderna que llaman el Twitter, ¿tsí? Los trinos –y los recurrentes retweets de @miabuelasabia– justifican la subida del rating a un inigualable tope de 0.041 puntos:

Medellín es una empresa familiar en quiebra

Centro de pensamiento presente en apoteósico lanzamiento del gobernador de Santander, Richard Aguilar. Uribe y Aguilar unidos en Santander

Se aclaró paisaje de Medellín. Algo contribuyó Centro Pensamiento Primero Colombia e intelectualidad uribista para ello.

Lean esta pieza de alta literatura: http://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/eduardoescobar/el-gran-fraude_10394586-4 Eduardo Escobar comenta el libro de Libardo Botero, El Gran fraude

Ingenuo Santos si cree q a él no lo perseguirán el Colectivo Alvear y Semilla y Memoria, es decir, las farc

Bigornia acusó a ejército asesinato de juez de Arauca 'porque investigaba asesinato de las niñas'. La guerrilla asesinó a juez y a las niñas

Como vemos, José O. no sólo rescató a la bigornia del olvido sino que siempre está dispuesto a descubrirnos el significado oculto de las palabras: en este caso, el segundo (segun la RAE) de trinar.
También que, cuando habla de debate nacional se refiere al álgido enfrentamiento ideológico entre intelectuales que dudan si Uribe es el Mesías o es Dios.

Claro que se están vengando del gobierno, del presidente Uribe, de las fuerzas armadas, del Alto Comisionado de Paz, de las autoridades carcelarias. A los héroes que lograron que acabara la pesadilla paramilitar los tienen hoy en primeras páginas y están citados a interrogatorio, porque los criminales los señalan como criminales. ¡Sí! Es la injusticia recurrente de la misma clase de gente veleidosa y 'principal' que condenó a Cristo; que renegó de Julio César; que maltrató, humilló y expatrió a Bolívar.

De su columna "El redentor crucificado", una de sus más alucinantes obras. 

En la farándula son de recibo comparaciones infames (un consultor político serio, recto y recio (yo), por ejemplo, puede ser comparado por una periodista de farándula con el jefe de una banda de sicarios ('Popeye')).

De su columna "Faranduleros", en la que demuestra su notable superioridad intelectual si se le compara con Carolina Cruz.

Pero la lucha por consolidar una ideología política en un país en el que la única ideología es el dinero fácil nunca será suficientemente inútil. Por eso, y porque todavía no ha cotizado suficientes semanas para pensionarse y cada vez son más los montajes en su contra, José Obdulio Gaviria seguirá haciéndonos reír con sus peroratas pendencieras y paranoicas –contra cualquiera que ponga en duda un ápice de la seguridad democrática, incluyendo al democráticamente seguro General Naranjito–, con autodefensas de lo indefendible –por ejemplo, Rito Alejo (porque los crímenes de Estado no existen) o la disquera DAS Records–, con prosopopeyes psicotrópicas que lo hacen ver como esos orates de las películas que pregonan el fin del mundo gritando en una esquina. Pero, como en este blog también somos justos, tenemos que exaltar la única de sus ideas con las que estamos de acuerdo: la de la pastilla que según Semana lleva en el bolsillo para suicidarse en caso de que le dicten orden de captura.

*Con esta afirmación sabemos que perderemos para siempre la invaluable posibilidad de convertir este blog en un ecológico desperdicio de papel como el de @Agamozo, @Agomoso o como se llame el bloguero más popular de El Tiempo (algo así como la cheerleader de la prepa).