Nace la revista Cartel Rural

Entre otros insultos, como ser lacayas de Andrés Hoyos, las miembras de La Bobada Literaria hemos sido acusadas de clasistas. Nada más lejano a la realidad: nuestro yate privado paga impuestos para que esa gentuza de Cartagena pueda tener un reinado anual y eventos como el Ay, festival y recibir miles de turistas gringos; además, nuestro apartamento en Los Rosales tiene vista a unos barrios feísimos y, todos los domingos, les damos una generosa limosna a los tullidos que se acomodan en la puerta de la iglesia –católica, apostólica y romana, obviamente– a la que asistimos religiosamente. Así, queda demostrado que somos gente de bien, jóvenes emprendedoras que se preocupan por la cultura y el futuro del país. Por eso, y porque como buenas artistas uniandinas también somos un poquito chocolocas, decidimos crear una nueva publicación para el rentable e interesante panorama revistero de Colombia, aunque su tema no le interesa a nadie: Cartel Rural*.

Se trata, nada más y nada menos, del primer magazín dedicado exclusivamente al hombre y la mujer del campo, con temas de actualidad que ni el Profesor Yarumo –y, muchísimo menos, el Profesor Yamhure– han tocado, como la resignación de saber que, mientras el gobierno siga por la senda uribista, los minifundistas jamás tendrán la oportunidad de acceder a un subsidio o, al menos, a la educación y la salud. Por el contrario, y como buenos cristianos, deberán aceptar con resignación el sometimiento a los designios de los terratenientes o venirse a Bogotá a conseguir más, más, más trabajo, más, con Juan Manuel, más, más trabajo en todos los semáforos que aún están sin atender y que son una oportunidad que la gente no ve: trabajo es lo que hay, porque además gracias a la seguridad democrática todos nuestros semáforos son seguros.

La revista también tendrá una sección cultural tan nutrida e impredecible como la de Semana, dedicada a revelar perfiles de artistas sumergentes de la talla de Melasto Cabas, el rapero de Sutamarchán, quien presenta a continuación y en exclusiva su canción “El cafetero”.

Un granito de café
al espejo se miró
“Yo quisiera ser paraco”
y enseguida se quejó.
Vino Uribe muy bonito
y como premio lo convirtió
en café Águilas Negras
alegría de sabor.
¡Peguémonos un tiro
sigamos unidos!

Por supuesto, la crónica social no podrá faltar en las páginas de Cartel Rural, que hará un cubrimiento mensual de las festividades populares más sabrosas del campo colombiano, todas auspiciadas, claro, por las cervezas que transportan por todo el país los camiones de Andrés Hoyos –sobre quien decimos esto para que no sigan difundiendo esa versión de que nos paga por hacer este blog; de hecho, ni siquiera lo conocemos–. El caso es que aquí les va nuestra primera social:

En la foto, Venancio Chipatecua baila después de siete guarapos.

Como se trata de hacer una revista hipster para el campo, los campesinos tendrán su propio espacio, denominado “Remiendo/No remiendo”, en el que podrán contarnos hasta qué punto remiendan sus ropas y a partir de cuándo se las donan a Enrique Serrano. Tendremos también un espacio para que el campesinado brille –titulado Refullgente– en el que nos mostrarán sus destrezas para varias de las cosas que mejor saben hacer: jugar tejo y rana.

Las editoras de la revista también estamos al tanto de las nuevas tecnologías, pero sabemos que, en el campo, los lectores difícilmente tienen cubrimiento de algún operador celular –como nos enseñó Víctor Mallarino–, y mucho menos computadores o conexión a internet, así que jamás crearemos una página web para esta publicación, que de todas formas tiene el sufijo “.com” para que los citadinos que se la encuentren piensen que es tan interesante como Cartel Urbano, tan halagador como su exposición de una de nuestras entradas y tan ingeniosa como la ingeniosa reseña de uno de sus insignes colaboradores.

Para nuestro segundo número esperen Mi pobre Angelino, un perfil de Angelino Garzón, llamado por el presidente electo para lidiar con los pobres sobre los que no tiene la más remota idea. Espere también un reportaje titulado El uribismo en el campo, una historia feliz, en el que nuestros cuatro millones de desplazados le agradecen su impecable gestión a Andrés Felipe Arias, sólo porque se parece a Uribe pero más solapado. Y, para terminar, todas las noticias del entretenimiento campesino, escritas por la autorizada y prestigiosa pluma de Armando Benedetti.

*Cartel Rural es una publicación de distribución gratuita disponible en videorockolas, canchas de tejo, llegadas de buseta, ciclorrutas y prostíbulos. Cualquier parecido con Cartel Urbano es pura coincidencia. Para suscripciones, quejas y reclamos comuníquese con las oficinas de la Caca Editorial El Tiempo, que muy pronto será la propietaria de todos los medios del país.