Elsy Rosas Crespo, personaje del mes en La Bobada Literaria

Generalmente, para aparecer en nuestras pixeladas páginas no hay que esforzarse mucho. De hecho, personajes como Ensuncho no hacen absolutamente nada y son protagonistas de nuestras entradas. Sin embargo, algunas personas están tan ávidas de figuración que han visitado nuestras oficinas en el moderno edificio de cristal del Parque de la 93 para dejarnos sus paquetes; incluso, han llegado al extremo de enviarnos a Barcelona sus textículos, vía Adpostal, pidiéndonos que hablemos pronto de ellos.

Ese es el caso que presentamos hoy: se trata de Elsy Rosas Crespo, a quien sus amiguis llaman cariñosamente “El Cirrosis” por su parentesco y parecido con Elvis Crespo. Primero pensamos que Elsy era un invento de Juglar del Zipa, luego pensamos que era la novia de Juglar del Zipa, después –por su innegable belleza– que era una pretendida por Julián Ortega; pero, hasta que dedicó toda una jornada en Twitter para llamar nuestra atención, descubrimos que era real y que hay gente tan boba como para prestarle atención –incluyéndonos a nosotras plus, por supuesto– y para prestarnos atención –como ella, que próximamente creará un grupo en Facebook para que le devolvamos la plata–.

Aunque estamos muy ocupadas en el Desafío Literario, hicimos un arduo trabajo investigativo y supimos que esta personaja dedica al menos veinte horas diarias a desarrollar su personalidad virtual: escribe cerca de ochenta tweets al día, crea grupos en Facebook para causas tan trascendentales como que la revista El Malpensante le devuelva su plata y que Vicky Dávila deje de usar teleprompter, tiene una página en Formspring en la que al menos el 99% de las preguntas se las formula ella misma y se autodenomina en su blog como “ensayista”. Claro que es una ensayista: está ensayando cómo es eso de juntar palabras y que la gente llama “escribir”; el problema es que lo hace aún peor que nosotras (con alas) –y no es envidia de género, después de leerla lo último que una puede sentir por esta “mujer” es envidia–.

Y es que El Cirrosis está tan convencida de su importancia –por algo se autodenomina ensayista– que, por ejemplo, cuando responde por qué no le gusta Efraím Medina dice: “Ayer malgasté media hora de mi vida explicando las razones y es una verdadera lástima no haber tenido una grabadora a la mano”. Sí, qué pesar. Ahora la posteridad se perdió para siempre sus elucubraciones en torno a Medina. Allí, cuando se autorresponde qué piensa de su madre, demuestra que desde su áspera juventud se sobreestimaba: “Mi mamá me intimida: imagínese a una señora de 40 años bonita, alta y elegante –como era mi mamá– con una hija reflexiva como era yo a los 18; cuando ella tenía 40 yo tenía 18”. Más adelante se autopregunta y se autorresponde inquietantes cuestiones, como esta:

“Profe: ¿Cuál es la clave para tener una ortografía tan impecable como la suya?
Leer mucho”.

Por suerte nos quedan las 12 preguntas que se hace diariamente y los 32 grupos que ha abierto en Facebook y que componen su obra magna. También nos queda el orgullo de haber recibido la dedicatoria de este texto que la confirma como la autoproclamada Harold Bloom criolla, admiradora de Harold El Varado Tenorio pero más desatinada que Harold Viáfara.

No queremos malgastar más palabras en Elsy, sólo queremos decirle que estamos muy orgullosas de tener por primera vez a una mujer elegida como personaje del mes en La Bobada Literaria y que sabemos que las felicitaciones de Florence no demorarán en llegar. Más cuando es tan inteligente, tan reflexiva, tan mordaz, tan bella, tan modesta, tan trabajadora (Florence, no Elsy). Aunque apenas estamos a la mitad de los veintes, soñamos con envejecer tan bien como Rosas Crespas y llegar a los cuarenta convertidas en celebridades web, en el equivalente femenino de Ensuncho, con menos gracia que los poemas de Mario Jursich y más pedantería que Marianne Ponsford. Por último, queremos presentarle este retrato que hizo de ella 8000 –quien dejó de lado sus aspiraciones presidenciales para volver a su medio natural, el arte–, una obra intitulada “La suerte de la fea” que, desde ya, Jaime Cerón promete convertir en un clásico postmoderno del arte local.

PD: Queremos aclarar que antes de hacer nuestro sesudo listado de las 101 cosas que todo colombiano debe saber sobre la cultura, poco conocíamos de la genial Elsy, y lo poco que habíamos visto nos parecía peor aún que nuestras sandeces, lo cual es mucho decir. Como nos reportaron recientemente que en uno de sus interesantes tweets dijo que la habíamos plagiado, la queremos invitar–virtualmente, por supuesto– a que nos muestre qué genialidades le fusilamos, así sea para lamentar la coincidencia.