Esfero Público

Íbamos a empezar la semana hablando de SoHo TV –la que suponíamos que iba a ser la mayor bobada de la televisión colombiana desde El mundo según Pirry–, pero después de ver esa versión floja de También caerás decidimos cambiar de tema. Definitivamente, tiene más gracia una patada en las güevas y sería un desperdicio escribir sobre las genialidades del niño Ramoncito del periodismo.

Entonces, entrando en la verdadera matera, descubrimos un ejemplo más de que fusilarnos está de moda: Esfera Pública decidió ampliar su lista de entradas bobas y publicó una nuestra sin contemplaciones, nuestra visita a ArtFo, enviada al portal favorito de los artistas por el Pato Lucas Ospina. Estamos realmente preocupados porque eso de fusilarnos se está volviendo recurrente.

Consultamos a Estefanía Sobakoff, quien dijo “En términos de contenido, la comparación entre blogs apunta de manera contundente al desequilibrio conceptual de la forma y la figura. Como primera medida la relación entre cantidad y calidad no es concordante con los criterios curatoriales. La Bobada Literaria es más grande y por ende más variada y su diversidad hace buen uso de la finalidad. Un blog cultural debe ofrecer múltiples posibilidades para los lectores. Esfera Pública, por espacio y cantidad de columnistas, es pequeña pero mantiene una línea en su oferta coherente a un coleccionismo especializado en la lectura sobre arte contemporáneo uniandino y posmoderno. Resta por calificar con adjetivos exclamativos al primer blog y con palabras mudas al segundo, tal como ese silencio sepulcral mencionado de cuando se va la luz, que se te somete a lo que hay y te impide visualizar las posibilidades”.

Sus palabras de apoyo, tan incongruentes como las de cualquier crítico de arte, las tomamos como una invitación a arremeter contra Esfera Pública. Así que vamos a hacer un acuerdo con los abogados de Jorge Franco, prometiendo que no volveremos a hablar mal de tan eminente escritor, a cambio de que ellos manejen las demandas pertinentes para que el blog de marras pague por su fusil. Aclaramos que algunos artistas de plástico nos han felicitado por ser merecedores de tan importante selección, que por suerte no fue una curaduría de Jaime Cerón, pero insistimos en la indignación que nos produce ser fusilados. Sabemos, también, que para la gente que está en el in-mundo del arte el fusil no existe, eso se llama “apropiacionismo”.