Edward Snowden, íntimo amigo de la casa boboliteraria, también está indignado por las columnas de los columnistas sobre otros columnistas que en realidad no son columnistas sino blogueros con influencias. Por eso, y porque necesitaba plata para unas bichas de bazuco, el activista hackeó el WhatsApp de una reputada cheer leader de opinión colombiana y los hallazgos son escalofriantes. Tanto que decidió llamarlos Las infiltraciones de Peach Melba.
Si usted no aparece en estos Bobotá Papers es porque probablemente no haga parte de la élite de los líderes y las lideresas de opinión. En ese caso, consiga una columna en el periódico de su barrio; es decir, en El Tiempo, donde sólo basta con ser amiwis de algún editor para que lo dejen escribir. Mientras tanto, comente con indignación el siguiente chat:
Los extrañaba bobas. Como ahora se la pasan de grupies de AP.. pero lindo verlas otra vez por aca bobiando. Y si amiguis! Carito S. esta llevada ultimamente, dicen que esta sufriendo de Arcad(i)as.
ResponderEliminarCuando van a hablar de Iván "Escribo como si fuera un borracho cansón" Gallo?
ResponderEliminarTotal! apoyo la moción
EliminarSomos 3.
Eliminarme uno a la causa
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarjajajjajajjja esa es la mentalidad, "las supero", como si esto fuera una competencia, no entenideron este chat...
EliminarQué bueno verlas de regreso queridas Bobas. Lo mejor es cuando denuncian al petardo de Constaín, un lagartazo mayor que nada tendría que envidiarle a Sergio Esteban Vélez, Julian de la Chica o Fabián Sanabria. De hecho, es como la versión heterosexual (y asolapada) de esos eminentes maricones. Pero de "cuadriculado" no tiene un pelo; con mucho gusto les colaboramos con el prontuario de ese trepador, lambón y arribista de Constaín, que se hace el enano bobo, pero de bobo no tiene un pelo. Más de un secreto esconde, y tenebroso
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