Páginas

martes, 21 de junio de 2011

Escritor por un día. Hoy: Andrés Felipe Arias

En La Bobada Literaria nos encantan las bobadas literarias. Por eso, decidimos apoyar la multimediocridad del hombre contemporáneo y crear la nueva y novedosa sección “Escritor por un día”, a la que invitamos a personajes nacionales (mejor si son impolutos, intachables o cualquiera de esos adjetivos que hacen las delicias del uribismo) para que traten de guardar al idiota que llevan por fuera y saquen el escritor que todos llevamos dentro. Si Aura Cristina Geithner o Katherine Porto pudieron hacer poesía, Jorge Franco pudo escribir novelas, cualquier anécdota es digna de publicarse en SoHo e Isabella Santodomingo vende más libros que cualquiera de los autodenominados escritores colombianos, ¿por qué no pueden escribir textos de ficción las figuras más reconocidas de nuestro país?

Para inaugurar esta sección con altura (una altura bastante baja, cabe aclarar) no pudimos resistirnos a publicar un cuento titulado creativamente “Un cuento”, redactado por el único político más patético que Álvaro Uribe Vélez: Andrés Felipe Arias, que merece que le caiga todo el peso de la Ley Lleras por querer ser como el expresidente pero con camiseta polo abrochada hasta el botón de arriba. Lejos de la vena poética de su mesías (por suerte), este texto es una linda fábula en clave de cinismo sobre las injusticias cometidas contra hombres íntegros como él por los colombianos, pero sobre todo por El Colombiano*, un diario que no tiene ningún reparo en tergiversar la información hasta convertir la realidad en ficción, sobre todo si se trata de la peor realidad de todas: la uribista. Abróchense los cinturones porque lo que viene es una zozobra maestra, pilar del uribismo literario y digna de ser incluida en todas las antologías de cuentos chinos colombianos.

Un cuento

Andrés Felipe Arias Publicado el 18 de junio de 2011 en El Colombiano

Hoy quiero contarles un cuento. Hace poco, en una tierra no muy lejana, existía un banco de apoyos. En ese banco no se distribuían apoyos de cualquier tipo. Por ejemplo, no se entregaban apoyos asistencialistas, o de esos que se reciben sin comprometer esfuerzo alguno a cambio. Por el contrario, los apoyos que allí se distribuían debían generar empleo, crear riqueza y mejorar las condiciones de vida de todos los ciudadanos.

Todas las personas podían presentarse al banco y pedir un apoyo. Podían llegar blancos, negros, altos, bajitos, rojos, azules, pequeños y grandes. El banco había sido creado de tal manera que no pudiera existir discriminación o direccionamiento en los apoyos. Allí no funcionaban ni las roscas, ni las palancas, pues los apoyos se adjudicaban por convocatoria y por fórmula matemática. Es decir, ni el apellido, ni el color político de una persona importaban.

Ahora bien, para que una persona recibiera efectivamente su apoyo debía cumplir condiciones muy estrictas. Lo más importante era que demostrara una idea productiva generadora de empleo y de mayor calidad de vida para los ciudadanos. Por supuesto, nadie podía recibir más de un apoyo por idea productiva.

Un día unas personas inescrupulosas decidieron robar el banco. No lo hicieron a sangre y fuego como en las películas del viejo oeste. Lo hicieron de una forma ingeniosa, pero igualmente delictiva. Dividieron una sola idea productiva en cinco pequeñas ideas, y se presentaron a reclamar cinco apoyos. Engañaron al sistema y se salieron con la suya.

Es como si alguien llega a reclamar mil pesos que tiene ahorrados en un banco y cuando el cajero, por algún motivo, le entrega cinco mil pesos, la persona sale tranquila y oronda con la plata.

Sin embargo, alguien los denunció y los ladrones reconocieron su delito. Aceptaron que habían robado al banco, que habían engañado al sistema y que habían utilizado maniobras fraudulentas para recibir cinco veces más de lo que debieron recibir.

Inmediatamente comenzaron las pesquisas. Alguien tenía que pagar e ir a la guillotina. Así lo clamaba el público que observaba desde afuera y que quería sangre fresca. Pero especialmente clamaban por sangre de cierto grupo sanguíneo (de cierto Rh).

¿Saben ustedes quiénes subieron a la guillotina? Pues ni los ladrones, ni los cajeros, ni los vigilantes del banco llegaron a la guillotina. De hecho, ¡están en libertad! Corrieron con la suerte de no tener el tipo de sangre (el Rh) que la galería quería ver derramar.

Entonces, ¿a quiénes guillotinaron? A quienes contrataron las ventanillas del banco. Tal cual. Estas personas eran honestas y habían trabajado sin descanso durante la construcción del banco. Incluso decidieron tomar distancia del mismo para no interferir con su funcionamiento, y garantizar así su transparencia. Pero - ¡de malas! - tenían el tipo de sangre que el público quería sacrificar.

¿Con qué excusa los acusaron si no tenían nada que ver con el robo? Haber contratado directamente las ventanillas del banco. Estas inocentes personas alegaron que las ventanillas se habían contratado de esa manera toda la vida. Incluso demostraron que ese tipo de contratación era tradición y práctica inveterada en este tipo de construcciones. No importó. La contratación directa de ventanillas se volvió delito.

Los inocentes fueron guillotinados. La sangre corrió y el público se deleitó. ¿Y el banco? Se acabó. ¿Y el robo? Ya a nadie importó. ¿Y los verdugos? No supieron lo que hicieron. Dios los ha de perdonar.

Y colorín colorado, este cuento de horror ha terminado. Es un cuento de horror proveniente de un mundo al revés. Aunque hay quienes dicen que no es cuento.

*Por si las directivas de ese bastión del buen periodismo que es El Colombiano piensan que hacemos mal en reproducir sin permiso esta original pieza de ficción en nuestras páginas, nos permitimos sugerirles que se comuniquen con el autor del cruento que copiamos para que sea él mismo quien se encargue de remunerarlos con la plata de nuestros impuestos que tuvo a bien malversar. Seguro encontrarán que nos quedan debiendo.

29 comentarios:

  1. Creí que esto era por joda. No lo es. Es auténtico. Tengo miedo.

    ResponderEliminar
  2. La clave es esta: "...cuando el cajero, *por algún motivo*, le entrega cinco mil pesos..."

    ResponderEliminar
  3. jajajajaja...este es el cuento más chistoso que he leído, definitivamente que "escritores colombianos" ni que nada. Uribistas a las letras...

    ResponderEliminar
  4. Cosas que sólo pasan en Colombia.

    ResponderEliminar
  5. ¡Que creatividad la que aflora de las sienes del diminuto personaje! Bobas, queremos más escritores de la altura del agrario escritor que a bien tuvieron en traernos en esta árida ocasión.

    ResponderEliminar
  6. "A los verdugos Dios los ha de perdonar" jajajajjajajjajjaj PAÍS DE MIERDA.

    ResponderEliminar
  7. así es el fútbol... IMPREDECIBLE!!!!

    ResponderEliminar
  8. Maldita sea, esto es increíble. ¿A quién cree que le habla el señor dueño del cinismo? Nos cree tan pendejos y más lamentable aún, el papel del periódico El Colombiano, arrodillado ante un personaje tan absurdo como siniestro. Esto es Colombia, aquí hasta los cuentos y las fábulas son perversos

    ResponderEliminar
  9. Arias es un bobo, que texto tan insufrible., me imagino a unas paisas copetonas aplaudiendo después de la lectura.

    ResponderEliminar
  10. Me estaba riendo cuando pensaba que era de mentiras... Que triste que ni haya sido capaz de defenderse bien

    ResponderEliminar
  11. El pobre ha de tener estos dulces sueños para poder sentirse mejor. Lo malo debe ser cuando despierta y se siente todo un estafador.

    Si llegó a un puesto donde todos roban, y para lavarse las manos, lo tercerizo, igualmente estaba bajo su responsabilidad. Tan facil tener la conciencia tranquila por responsabizar a otros de sus obligaciones.

    ResponderEliminar
  12. No se si es más doloroso leer este cuento por su lamentable narrativa o por su contenido... el nudo literario es digno de la horca. Bobas comenzaron con mucha "bajura", no sé como van a hacer para el próximo número.

    ResponderEliminar
  13. ¿sera que se cree su propio cuento? esta el que miente para los demás pero, ¿y si por eso duerme tranquilo cada noche? imagino que igual pasa con el director técnico del equipo de la U, que ya enestico también lo encuadran... porque aunque ellos mismos no se encuentren el pecado, por el nivel de autoengaño en el que estarán, la ley se aplica y la justicia (aveces) es la que persevera

    ResponderEliminar
  14. jajajajaja
    Que le caiga todo el peso de la ley lleras por ser una mala copia y ni también porque no supo como hacer para que los colombianos se comieran su cuento.

    ResponderEliminar
  15. Que payasada... Y que cuento tan chimbo Uribito!

    ResponderEliminar
  16. Lo único cierto de esto, es que es un cuento.

    ResponderEliminar
  17. y yo que pensaba que este blog no podia caer mas bajo. Confiesen bobas, el enano(marca registrada) es este mismo????porque si no lo es deberian contratarlo. se lució con la bobada!! ahora como van a superar ustedes esto?

    ResponderEliminar
  18. post scriptum: afortunadamente los trolls de los foros del tiempo y el espectador, no han evolucionado al blogger... de twitter no salen

    ResponderEliminar
  19. Las perlas como esta del Colombiano estan en varios, mas aun en la mayoria de los medios de aqui, leer la prensa colombiana es una bofetada al intelecto, sin contar el descaro y los puntos de vista super sesgados.

    Todos tenemos opiniones pero tratamos de lucir imparciales pero la mayoria delos medios colombianos no se toman la molestia de lo segundo.

    Y respecto a Andres Felipe Arias sinceramente no hay palabras para describir, el cree que los demas somos retrasados, de hecho es lo que mas ofende de el, mas aun de lo del dinero.

    ResponderEliminar
  20. DEL-RE-CON-TRA-PU-TAS. GRACIAS POR TENER HUEVOS.

    ¿Y este man qué viene siendo del niño poeta?

    ResponderEliminar
  21. hubiera sido mejor que se inscribiera en el concurso nacional del cuento sin importar que no fuera docente o alumno (aunque con esa narrativa) seguro se ganaba el premio... Con este tipo de fabulas se esta desperdiciando toda esa creatividad para inventar cuentos...

    ResponderEliminar
  22. ¡Qué hermosa venial vena literaria! ¡Qué bella aprofasía asintomática de cínica desvergonzura, de maestría sin tacha! ¡Qué descaro, señores, qué descaro, esconder a semejante Gigante de las Letras detrás del apocado hommo policticus uribestiaris! Pero sobre todo, me encanta la manera magistral como esconde la ponzoñosa fuente de su veneno criminal, para señalar a los cómplices como inescrupulosos, y referirse a sí mismo (sin hacerlo), como víctimas inocentes de la plebe... Gracias, querido Pincher, por aprender del Maestro a derramar venenos y odios asolapadamente, y a pelar el cobre y mostrar la vena azul en semejante templo del periodismo como El Colombiano.

    Que el Divino Niño JObdulito y el Mártir Mesías Uribio te iluminen en tu camino. ¡Amén!

    ResponderEliminar
  23. Yo tambien pense que era una tomadura de pelo pero esa mierda si fue en serio, y lo mejor es que es un cuentico colorin colorado y dejemos asi, que dejen sano al man, es espeluznante!!, lo unico que supera esto es que el uribe escriba una novela con un tema sobre los magnificos (los paramilitares de la tv, no los de verdad), uribe queda que ni pintado para autoadjudicarse el papel de Hanibal Smith!

    ResponderEliminar
  24. Que alguien le diga que la convocatoria para el 5to concurso nacional de cuenta RCN fue extendida hasta el próximo martes!!

    ResponderEliminar
  25. No...bien el cuento....pero todavia no entiendo la parte esa de "por algun motivo"...eso suena a misterio y el era muy gracioso hasta ese "por algun motivo" que al final del cuento no se desvela....hmmmm. Sera que habra en ese parrafo una introduccion a un segundo cuento? El misterioso caso de los mil pesitos que se convirtieron en 5mil?

    ResponderEliminar
  26. Todo indica que es más fácil condenarlo por este garabateo infantil (apología a él mismo), que por su operar al alvaro* del Monopoly al que jugaba con aquellos; los más respetables, los más divinamente.

    *sic.......k

    ResponderEliminar
  27. Estamos en Locombia definitivamente

    ResponderEliminar