El Desafío Literario llega, por fin, a su final. Punto final. Puto final.

Como si se tratara de una telenovela de Dago García o alguna temporada de Factor X, el Desafío Literario se alargó más de la cuenta. Aunque recibimos fuertes quejas por parte de los blogovidentes y críticas de Oh Maricón, tenemos que excusarnos en la gran cantidad de anunciantes que llenaron nuestras arcas basados en el altísimo rating del mejor surreality en la historia de las letras y letrinas colombianas.

Ayer presentamos un fascinante resumen de los capítulos más inolvidables de este concurso, así que hoy vamos a ir directamente al grano: en una votación cabeza a cabeza, dos de los costeños más patéticos que ha parido esta ignota nación se riñeron en la final del programa, dejando como ganador al barranquillero cachaco, bloguero postmoderno, agiotista multimedia y pendenciero pacifista Gabriel Ruiz-Navarro, reconocido principalmente por su novela urbanística Sin dirección. Este es un fracaso más para Efraím Medina, quien salió corriendo de la casa editorial estudio lanzando improperios y dejando varias cámaras averiadas en su camino de regreso a las calles de Cartagena, donde lo esperaban una burra y La pantera rosa –¿o eran Batman y Robin?–.

Los votos estuvieron reñidos, pero 103 colombianos dijeron quién debe ser el más inteligentísimo escritor colombiano: 34 dijeron que debía ser Efraím Medina, 30 dijeron que Gabriel Ruiz-Navarro y 39 que Jaime Espinal, a pesar de estar descalificado a causa de unas horribles fotografías y de haber donado sus votos al barranquillero del grupo La Güeva.

Ocultando la emoción y con una displicencia fingida, Ruiz-Navarro se preparó para escuchar el discurso de Aura Cretina Geithner en lo que concierne a su premio sorpresa. Lo primero, por supuesto, es una dotación de guayaberas para salir en todas las fotos luciendo como un corroncho. Lo segundo es una credencial VIP por un año para entrar de la mano de Juan Álvarez a todas las ferias del libro, festivales culturales tipo kermesse y conversatorios en librerías y teatros de todo el país. No importa a dónde vaya con su nuevo mejor amigo y promesa literaria incumplida, Gabriel estará mojando coloquio durante el resto del año, demostrando que para ser escritor en Colombia sólo hay que posar y no escribir nada.

Por último, anunciando como primer ganador a Gabriel Ruiz-Navarro, presentamos el siguiente comunicado de prensa –digno de nuestra sección “el comunicado de prensa de la semana”–:

La Bobada Literaria, que cada vez tiene más influencia en la cultura nacional, se enorgullece en presentar su primer premio de novela inédita Sex Barrial, el primer concurso de novela que premia a los lectores conservando inédita la novela ganadora.

Esta será una prueba para el jurado, Gabriel Iriarte –el DMG de la literatura colombiana–, cuya incapacidad para no publicar malas novelas lo convierte en el personaje más idóneo para afrontar el reto de dejar toda esta basura en la oscuridad.

La novela, entonces, quedará inédita y entrará al catálogo Biblioteca Peye Sex Barrial. A partir del próximo año, en el concurso podrán participar todos los aspirantes a escritores y los ganadores de cualquiera de los premios Planeta.