Era lógico: como estamos grabando el Desafío Literario en Cartagena de Indias –decisión que tomamos para darle estatus al reality y para tener más relación con las indias–, no podíamos ser indiferentes al festival de cine más viejo del continente. Lo que nuestros bobos lectores no saben es que, además, La lucha de la bobada estaba nominada a mejor concurso de la televisión colombiana; así que, además de ser viles transeúntes en la ciudad más culta del Caribe, fuimos testigos directos, infiltradas de honor a todas las galas junto a todas las galas de la televisión colombiana.
Lo primero que notamos es que el festival se ha vuelto más bien como el más viejo incontinente, aburrido y prosaico, con una competencia bastante incompetente y unas muestras en las plazas de la ciudad amurallada a las que van tres o cuatro prepagos a quemar tiempo mientras los turistas salen a buscarlas. Pero pa’ qué, este año pasaron cosas muy importantes, como la visita del hijo de un director muy importante, que no ha hecho nada importante –o nada en absoluto–, pero que igual es muy importante porque tiene el mismo apellido de su papá, un señor que hizo unas películas muy importantes por allá en los setenta, entre otros hechos importantes que vale la pena reseñar a continuación:
Los estrenos en Colombia de un montón de películas
Por primera vez en el país, pudimos ver películas tan aclamadas y esperadas como Alicia en el país de las marranadas, de Tim Burton, Up in the Air, Avatar 3: La venganza de Pocahontas, de James Cameron Díaz, El hombre bobo, de los hermanos Cogen, o La Carretera, versión gringa de Apocalípsur. Estos y otros estrenos tuvieron lugar en el marco del Festival de Cine de Cartagena –es decir, en las callecitas sucias que rodean los teatros y el centro de convenciones–: a $2.000, tres en $5.000. Hicimos la prueba en el Home Títere de la Casa Editorial Estudio y estos DVD piratas se veían más claros que cualquier sala de Cine Colombia, mejor subtituladas y sin compañeros de asiento preguntando si ese actor es el mismo de El Señor de los Anillos.
Los premios India Catalinapordios
El primer sábado del festival, la que las presentadoras de entretenimiento llaman “la crema innata” de la farándula televisiva de Colombia se descremó para el pueblo cartagenero, que pagó boletas de sus sueldos miserables para ver a estas boletas. Como buenas mujercitas, nosotras plus somos bien frívolas y no pudimos evitar hacer los siguientes comentarios:
- Aunque nadie entró en carroza, la alfombra roja estaba manchada de boñiga de caballo y olía a noches de cagartagena.
- Las mesas donde nos acomodaron a nosotras y a las otras estrellas tenían el mantel blanco y en sus asientos lo que es la piyama con moño rojo, cual matrimonio de la hija de la tía Gertrudis en Álamos Norte. Pudimos ver que Sara Corrales se sintió en su salsa gracias a esta fina decoración.
- Hablando de Sara, las que fuimos a gorrear trago nos quedamos literalmente con los elsyrosas crespos hechos: tocaba comprar el trago en el Hard Rock Café, a razón de $200.000 la media de whisky.
- Un indigente de la ciudad presentó su cédula y demostró que también se llamaba Lincoln Palomeque, lo que rompió el mito de que el actor nacido en Somondoco no tenía tocayos. Al indigente le dieron como premio una comida en la Bonga del Sinú, pero no pudo aprovechar el premio porque no tenía plata para el cover.
- Pirry fue la estrella de la noche: aunque no se ganó ningún premio, subió a recibir el galardón que se ganó Felipe Zuleta porque las caras de RCN tenían que estar mojando pantalla.
- Gustá Bobo Lívar aprovechó nuestro despiste para escaparse de la Casa Editorial Estudio un par de horas. Aunque Él Capó se llevó casi todas las indias, Gustá no ganó, pero sí se subió a celebrar cada vez, como si el premio se lo mereciera él. De su mano y con un turbador turbante, Malo Moreno –la versión “bandida” de Robinson Díaz–, dio un elocuente discurso en el que repitió “hijueputa” al menos diez veces. La transmisión en directo se vio obligada a pasar un comercial de Frutiño, porque el horario todavía era infantil.
- Alejandra Borrero no llevó sus gafas para la presbicia y no pudo leer el teleprompter. En un gesto de genialidad, improvisó: sólo atinó a reírse y a decir “perdón, es que no me dieron libreto”.
- Aunque no nos gustan las mujeres, tenemos que aclarar que María Cecilia Sánchez –el orgullo de Santander de Quilichao– y Connie Camelo –el orgullo de Villa del Prado– se consagraron como las nuevas divas de la televisión: no saludaron a nadie, hicieron cara de cuando huele a boñiga de caballo y sacaron sus peores pintas, una con un vestido de la mamá y la otra con un vestido hecho con la tela del canasto de la mamá.
- Al parecer, después de hacer el amor con un oso de peluche, Natalia París se embarazó y está un poco “rolliza”, por decirlo de alguna forma.
- Pero lo mejor del evento, sin duda, fue la presentación de los cantantes de “El celular”. Fuera de chiste, lo único divertido de tan soporífera premiación, de la que nos fuimos apenas nos ganamos la merecida india Catalinapordios al mejor reality de la blogovisión colombiana. Lerolero, candelero.
Los verdaderos Oscar
En una ceremonia que no tiene nada que envidiarle a los premios Oscar Golden y con películas tan prestigiosas como las del Festival de Canes y Felinos, estuvieron en la misma competencia El Man, La sangre y la lluvia dorada y Los vientos del viaje. ¿Algo para agregar?
Lo primero que notamos es que el festival se ha vuelto más bien como el más viejo incontinente, aburrido y prosaico, con una competencia bastante incompetente y unas muestras en las plazas de la ciudad amurallada a las que van tres o cuatro prepagos a quemar tiempo mientras los turistas salen a buscarlas. Pero pa’ qué, este año pasaron cosas muy importantes, como la visita del hijo de un director muy importante, que no ha hecho nada importante –o nada en absoluto–, pero que igual es muy importante porque tiene el mismo apellido de su papá, un señor que hizo unas películas muy importantes por allá en los setenta, entre otros hechos importantes que vale la pena reseñar a continuación:
Los estrenos en Colombia de un montón de películas
Por primera vez en el país, pudimos ver películas tan aclamadas y esperadas como Alicia en el país de las marranadas, de Tim Burton, Up in the Air, Avatar 3: La venganza de Pocahontas, de James Cameron Díaz, El hombre bobo, de los hermanos Cogen, o La Carretera, versión gringa de Apocalípsur. Estos y otros estrenos tuvieron lugar en el marco del Festival de Cine de Cartagena –es decir, en las callecitas sucias que rodean los teatros y el centro de convenciones–: a $2.000, tres en $5.000. Hicimos la prueba en el Home Títere de la Casa Editorial Estudio y estos DVD piratas se veían más claros que cualquier sala de Cine Colombia, mejor subtituladas y sin compañeros de asiento preguntando si ese actor es el mismo de El Señor de los Anillos.
Los premios India Catalinapordios
El primer sábado del festival, la que las presentadoras de entretenimiento llaman “la crema innata” de la farándula televisiva de Colombia se descremó para el pueblo cartagenero, que pagó boletas de sus sueldos miserables para ver a estas boletas. Como buenas mujercitas, nosotras plus somos bien frívolas y no pudimos evitar hacer los siguientes comentarios:
- Aunque nadie entró en carroza, la alfombra roja estaba manchada de boñiga de caballo y olía a noches de cagartagena.
- Las mesas donde nos acomodaron a nosotras y a las otras estrellas tenían el mantel blanco y en sus asientos lo que es la piyama con moño rojo, cual matrimonio de la hija de la tía Gertrudis en Álamos Norte. Pudimos ver que Sara Corrales se sintió en su salsa gracias a esta fina decoración.
- Hablando de Sara, las que fuimos a gorrear trago nos quedamos literalmente con los elsyrosas crespos hechos: tocaba comprar el trago en el Hard Rock Café, a razón de $200.000 la media de whisky.
- Un indigente de la ciudad presentó su cédula y demostró que también se llamaba Lincoln Palomeque, lo que rompió el mito de que el actor nacido en Somondoco no tenía tocayos. Al indigente le dieron como premio una comida en la Bonga del Sinú, pero no pudo aprovechar el premio porque no tenía plata para el cover.
- Pirry fue la estrella de la noche: aunque no se ganó ningún premio, subió a recibir el galardón que se ganó Felipe Zuleta porque las caras de RCN tenían que estar mojando pantalla.
- Gustá Bobo Lívar aprovechó nuestro despiste para escaparse de la Casa Editorial Estudio un par de horas. Aunque Él Capó se llevó casi todas las indias, Gustá no ganó, pero sí se subió a celebrar cada vez, como si el premio se lo mereciera él. De su mano y con un turbador turbante, Malo Moreno –la versión “bandida” de Robinson Díaz–, dio un elocuente discurso en el que repitió “hijueputa” al menos diez veces. La transmisión en directo se vio obligada a pasar un comercial de Frutiño, porque el horario todavía era infantil.
- Alejandra Borrero no llevó sus gafas para la presbicia y no pudo leer el teleprompter. En un gesto de genialidad, improvisó: sólo atinó a reírse y a decir “perdón, es que no me dieron libreto”.
- Aunque no nos gustan las mujeres, tenemos que aclarar que María Cecilia Sánchez –el orgullo de Santander de Quilichao– y Connie Camelo –el orgullo de Villa del Prado– se consagraron como las nuevas divas de la televisión: no saludaron a nadie, hicieron cara de cuando huele a boñiga de caballo y sacaron sus peores pintas, una con un vestido de la mamá y la otra con un vestido hecho con la tela del canasto de la mamá.
- Al parecer, después de hacer el amor con un oso de peluche, Natalia París se embarazó y está un poco “rolliza”, por decirlo de alguna forma.
- Pero lo mejor del evento, sin duda, fue la presentación de los cantantes de “El celular”. Fuera de chiste, lo único divertido de tan soporífera premiación, de la que nos fuimos apenas nos ganamos la merecida india Catalinapordios al mejor reality de la blogovisión colombiana. Lerolero, candelero.
Los verdaderos Oscar
En una ceremonia que no tiene nada que envidiarle a los premios Oscar Golden y con películas tan prestigiosas como las del Festival de Canes y Felinos, estuvieron en la misma competencia El Man, La sangre y la lluvia dorada y Los vientos del viaje. ¿Algo para agregar?
y seguro se ganaron más oscar golden que avatar 3
ResponderEliminarYo también estuve; de hecho, traté de abordarlas, pero ustedes no se dejaron. Definitvamente son como todas las celebridades, de lejos parecen las más queridas del mundo, pero de cerca son de un antipático gigante.
ResponderEliminarQuerido Anónimo, no digas que somos antipáticas, tú sabes que estuvimos muy ocupadas dando autógrafos y cerrando acuerdos con nuevos participantes del Desafío Literario. Si nos volvemos a encontrar, seguro te daremos autógrafo y besito baboso con harto labial.
ResponderEliminaryo también las vi en Cartagena, ustedes tres (o cinco, con Camilo Jiménez y Andrés Hoyos) son chirriadíiiiiiiiiiiiiiisimas! lástima que no repartan besos como Aura Cretina o Amparito Grisales, esas sí son divas
ResponderEliminarBesos.
ResponderEliminar