Servicio sociocultural

En La Bobada Literaria estamos tan coprometidos como Samu L. Moreno en mejorar nuestro país. Como todos los cultos saben, en septiembre llegan los festivales de jazz a Bogotá y empiezan a proliferar los artículos firmados por Juan Cagaray, Antonio Cara o Cruz y el otrora joven periodista Jaime Andrés Mansalve. Todos los artículos dicen lo mismo: que, aparte de ser quien firma el baluarte del conocimiento musical, son sólo él o sus dos colegas los únicos capaces de transcribirnos los comunicados de prensa del Teatro Libre.

En su última columna de Cromos, titulada de forma excesivamente original “La hora del jazz”, Mansalve cita a Cara o Cruz: “El día del concierto uno mira caras y puede identificar a varios asistentes consuetudinarios” y a Cagaray: “A los músicos extranjeros les gusta venir a Suramérica por esa época”. Ahora, en la columna “El jazz de la hora” que la revista Semana dejó de publicarle a Cagaray para decir que viene Ron –no Ronald– Carter a Bogotá, Mansalve afirma: “El día del espectáculo uno mira a la gente y puede identificar varias caras conocidas”, y lo complementa Cara o Cruz: “A los jazzistas extranjeros les gusta venir a Latinoamérica por esa época”. En un ejercicio de nostalgia melómana, Cara o Cruz escribió para la difunta Javeriana Estéreo que Cagaray dice: “El día de la presentación uno mira a las personas y puede ver a varias caras familiares” y que Mansalve concluye: “A los artistas de afuera les gusta venir a estas tierras en septiembre”.

Ellos, y algunos privilegiados estudiantes javerianos, han conformado un selecto grupo de lumbreras del periodismo musical en el que hablan de los conciertos de Stockhausen y Barenboim a los que han asistido en Buenos Aires, los nuevos discos de Tzadik Records que han comprado en New York, toman una copa de whisky y mencionan a Philip Glass cada vez que es posible.

Pero cosas malas también ocurren en las vidas de los periodistas musicales, La Bobada Literaria supo de primera mano que Cagaray o Mansalve o Cara o Cruz ha perdido uno de sus manuscritos en un taxi que iba “rumbo a alguno de los medios de Publicaciones Semana” –el medio no fue especificado–. Por eso, nuestro servicio social es que, si usted tiene la fortuna de encontrar este original artículo sobre el jazz colombiano, nos lo haga saber escribiendo a paradigmasdelperiodismo@musicascultas.com.co y, por favor, no lo publique bajo el nombre de Luis Daniel Vega o Camilo de Mendoza, ellos ya lo debieron haber publicado.