miércoles, 18 de diciembre de 2013

La gala de los Premios La Bobada Literaria 2013

Siguiendo la tradición en el blog más tradicional y conservador de Colombia, este año volvimos a Gustavo Carne de Pavo D.C. para la entrega de los premios a lo más destacado del año en lo que el país más se destaca en el mundo: sus bobadas. Con la participación de Alejandro Ordóñez como relegado de rifas, fuegos y espectáculos, les presentamos los resultados de los premios más transparentes, procurados y rezanderos del país. Amén.

Inicio
Para los que creen que no tenemos corazón, debemos empezar por decir que el Premio Emo a lo más triste de la televisión estuvo tan triste que nos hizo llorar. Con un apabullante 55% de los votos, Álvaro Uribe demostró que sigue siendo el gallito de pelea favorito de las mayorías, quienes en esta ocasión dijeron que su elección como El Gran Colombiano fue lo más triste del año en la pantalla boba. El presidente más importante de la historia de la televisión colombiana se subió a la tarima con un discurso en sus manos negras titulado “¿Por qué soy El Gran Colombiano?”, que leyó desde un megáfono que sostenía Óscar Iván Zuluaga, que incluía varios numerales completamente en blanco y que cerraba con un rotundo “respeten”. En la audiencia, Vicky Dávila trinaba con pésima ortografía que su derrota era injusta y Pirry tomaba nota para su próximo programa con moraleja sin sentido al estilo de Padres e hijos.

El guaquero colomboafrancesado Fabián Sanabria subió a continuación a la tarima para anunciar el ganador del Premio Editorial de Arcadia a la polémica cultural del año. Tras un discurso lleno de polisemias, des-ambiguaciones y heterotopías, después de aclarar que él sí sabe cómo se pronuncian nombres como Coetzee o Houellebecq, anunció por fin que el ganador era “la plage illustré de Pilar Castañó”, lo que todos queremos pensar que se refería al plagio del libro de la experta en ser experta en moda en los medios colombianos y no a sus últimas vacaciones en las páginas de la revista Jet Set. Gabriela Salazar se llevó el galardón en su lugar y en el lugar de Katie Rodgers.

Daniel Samper Ospina fue el encargado de entregar la estatuilla del Premio Simón Posadera de periodismo, que quedó en manos del hijo de cualquier periodista famoso que consigue trabajo sin tener ni idea de nada, lo que desató una pelea entre el presentador del premio, el hijo de Fernández Bonnett, Yamid Amat Serna, Daniel Pardo y Alejandro Santos. Por suerte, la cantante Carmina Burana empezó a cantar inmediatamente para romper la pelea, con el patrocinio de la revista para melómanos Semana.

Después de la intervención de la voz más famosa del medioevo, no podía seguir otro premio que el Fhock al ta lento musical. El encargado de anunciar al ganador fue Juanes, el mejor guitarrista colombiano que ha tenido Ekhymosis. El P.AR.C.E. adaptó la letra de todas sus canciones para hacer el anuncio, y con el mismo sonsonete de siempre dijo que había un empate entre Rock al Parque, al que la gente no quiere ir ni gratis, y Carlos Vives, que nos enseñó que reinventarse es hacer la misma canción de siempre. Tras esto, Juanes decidió entregar arbitrariamente la estatuilla a Carlos Vives y agradecerle por la lección.

Desnudo
Andrés Jaramillo tomó el micrófono para entregar los Premios FloHo y Yonjuán al peor desnudo del año. “¿Qué estaría pensando un presidente que sale en calzoncillos en una casa de interés social?”, increpó a los medios el hippie más yuppie del país para anunciar que Santos había ganado con un 51%. Sin embargo, por ser Santos, de un momento a otro El Tiempo y Semana anunciaban en sus confiables páginas web que Juan Manuel había ganado con el 93% de los votos, lo que entristeció mucho a Jaramillo porque no podría preguntarse qué estarían esperando Laura y Jessy para salir en minifalda en FloHo o Yonjuán, opción que alcanzó el 24%.

El Premio Óscar Golden al cine nacional fue entregado por el director talentosísimo de una película hermosísima que ganó un premio importantísimo en un país grandísimo reconocidísimo por su gusto impecable para las películas de los países en desarrollísimo. La estatuilla fue para Harold Trompetero por poner a Andrés López a protagonizar una película; Dago García, que quedó en segundo lugar porque al menos alguien distinto a su mamá ve sus películas, tomó nota para que Andrés López protagonice El paseo en 4.

El Premio La WC a la radio colombiana no podía ser entregado por otro que por Culito, quien pidió a su corresponsal en Niuyorc que le leyera el resultado: La doble Blu, porque son una graaaaan alternativa a la radio de siempre. Después de esto, para demostrar que su buen gusto no tiene límites, reprodujo uno de los poemas en francés de La W, lo que la audiencia confundió con el humor inteligente de Candela Estéreo e hizo que Fabián Sanabria aplaudiera extasiadé.

A continuación se subió a la tarima Gustavo Petro para presentar el Premio "El lugar equivocado" a la campaña del año. Después de tres horas de discurso, sólo cuando su esposa le pegó un coscorrón, anunció que el galardón quedó en manos de cualquier carrera 10K que recauda fondos para los niños pobres de Colombia vendiendo tenis hechos por niños pobres de Bangladesh. “It's Bangladesh, not Bangladech”, dijeron inmediatamente los responsables de la campaña que ocupó el segundo lugar, la creativa “It’s Colombia, not Columbia”, con la que se va a solucionar uno de los problemas más graves del país: que nuestro nombre es una errata.

Faltando todavía mucho para el final de la ceremonia y con la mitad del público más aburrido que si estuviera leyendo un libro de William Ospina, los organizadores del Campus Party presentaron en sus iPads el Premio Corferias al evento del año. The Color Run se quedó con el galardón (un puño en el ojo propinado por un ex boxeador que por falta de apoyo trabaja como vigilante de la cadena de supermercados), porque ensuciar la ciudad nunca fue más filantrópico. Para aspirar de nuevo al premio, la convención del Uribe Centro Democrático, mejor conocida como Uribexpo, prometió ser más patética el próximo año, para lograr lo cual anunciaron como sus próximos expositores a María del Pîlar Hurtado, Luis Carlos Restrepo y Andrés Felipe Arias.

Acto seguido, los creativos de Marca Colombia presentaron el Premio Lápiz de Aserrín a las artes, que recayó en el logo de Uribe Centro Democrático, un considerado reciclaje del logo del PIN. Ante el anuncio, los guardaespaldas de Justin Bieber se pusieron a llorar y a esconder la evidencia de una nueva victoria de Uribe, demostrando que hay algo peor que ser bilieber: ser policía.

El Premio Bolillo Gómez al mayor logro deportivo fue presentado por Luis Bedoya, quien trató de embolsillarse la estatuilla que le correspondía a los Word Games, from Cali to the word. Luis Carlos Vélez, la peor consecuencia del periodismo deportivo, quedó en segundo lugar y fue nombrado presidente de la Dimayor.

La casa casi estalla de la emoción cuando Carolina Sanín se subió a presentar el Premio Pirry por hacer pensar al país y anunció que el ganador era Andrés Carne de Hez, un parrillero hablando de minifaldas. Antes de que Carolina Sanín pudiera empezar a escribir una columna sobre los asaderos de res y las minifaldas, Alfredo Rangel y Roy Barreras se tomaron la tarima para insistir en que Colombia debería derribar los aviones rusos, cualquier avión ruso.

Para el Premio Vladdo al mayor vendehúmos del año se subió a la tarima el mismísimo Vladdo, pero nos tocó bajarlo porque no paró de hablar de sí mismo. Como una característica de los vendehúmos es que son fácilmente reemplazables, Pablo Arrieta tomó su lugar en un segundo y anunció que el ganador era Juan Manuel Santos, que nos mostró que el tal paro campesino no existe. Uribe exigió respeto y una estatuilla para su explicación de por qué es paramilitar, porque los tales paramilitares –dijo– tampoco existen.

El Premio Simón Gaviria al intelectual del año fue entregado por Simón Gaviria, quien no supo leer el resultado. Uribe, que se sabe hasta las coordenadas donde tienen a los secuestrados, anunció en Twitter que había sido el ganador en esta categoría por encima de Francisco Santos, quien por su incursión en la literatura quedó como siempre detrás de su mesías.

Alejandra Azcárate tomó entonces el micrófono para presentar el premio con su nombre a la polémica más gorda del año. Juan Manuel Corzo subió a recibir la estatuilla para las primas de los congresistas, porque no les alcanzan sus jugosos salarios para representarnos con dignidad, y preguntó antes de bajar por cuánto podía venderla y si el reconocimiento no incluía también beneficios económicos. Esto dejó muy incómodo a Andrés Carne de Hez, quien les echó la culpa a los medios por no haber quedado en el primer puesto con sus declaraciones sobre la presunta violación en su restaurante.

Desenlace
Para la recta final, que incluye los premios más importantes del año, primero se robó la palabra Juan Manuel Corzo, quien presentó el Gran Premio Gustavo Petro a la bobada del año. Feliz, Corzo anunció que el ganador con casi la mitad de los votos era el concejal de Chía, que no tiene la culpa de que su carro ande más rápido que los de la policía, seguido de lejos –como en una persecución policial– por la aparición de Chávez en forma de pájaro.

Alejandro Ordóñez, ganador el año pasado de tan prestigioso premio, presentó camándula en mano el Premio Amparo Grisales a toda una vida de bobadas: el reconocimiento recayó en Nicolás Maduro, que es tan bobo que debería admitir que es colombiano. San Procurador añadió que ojalá lo haga pronto, para así poderlo destituir por cualquier motivo, inhabilitarlo por 50 años y negarle la entrada al paraíso. Óscar Iván Zuluaga, porque nunca había tenido tanto sentido la expresión "títere sin cabeza", quedó en segundo lugar con un 1% de diferencia, para que vaya aprendiendo a perder de cara a las elecciones presidenciales que se avecinan en 2014.

El anuncio que todos estaban esperando llegó al final de la noche desde la cárcel, donde Samuel Moreno nos contó que el Gran Premio Francisco Santos al bobo del año era, con un 67% de los votos, para Luis Carlos Vélez, quien no vino a recogerlo porque la ceremonia no se celebró en Sudáfrica, Brasil o Austria.

Y así, con menos gracia que la final del fútbol colombiano, culmina un año más de bobadas en Colombia. Esperamos que los mayas se sigan equivocando para volver con esta apasionante gala el próximo año.

martes, 17 de diciembre de 2013

Maestría en Plagio Calificado

Es indiscutible: el género periodístico de moda es el plagio. Y nosotras, como queremos estar de moda, buscamos a quién plagiar y nos encontramos en El rincón del vago con el ménsum de una maestría que ayudará a todo el mundo a publicar más fácil que en una columna de El Espectador. Por supuesto, cobraremos más que la Javeriana pero menos que Los Andes, así que ahorren porque en el 2014 los que plagian serán los nuevos líderes de opinión. A continuación, presentamos este plan de estudios bajo el eslogan de "plagiar no es sólo cuestión de comillas".

El noble arte del copy+paste, por Luz Mery Giraldo
No se deje engañar: busque en la RAE y verá que el plagio no es ningún delito. Y si llega a estar tipificado en algún código jurídico, nadie lo conoce porque aún no ha salido un análisis del tema en La Silla Vacía. Por eso, lo primero para triunfar en este reñido arte es copiar y pegar. Siempre hemos sabido que el fusil es el arma creativa (y esa frase también la plagiamos). Desde ya revelamos el secreto: selecciona un texto, da Control+C y luego va a Word y da Control+V (en dispositivos Apple use Command en lugar de Control). Las fuentes pueden ser Wikipedia, una tesis de grado, la cuenta en Twitter de alguien que se cree genial porque tiene Twitter o un blog tan poco original como este. En el caso de las imágenes, con el botón derecho puede seleccionar "Guardar imagen como" y listo: ya está listo para que lo contrate Santillana o para ser VJ. Si usted es una nerd discotequera, también puede traducir algún texto en inglés sin pedir permiso o siquiera molestarse por usar comillas. Y no se preocupe: los redactores de los principales medios de Colombia viven de hacer copy+paste y su único castigo es seguir trabajando en los principales medios de Colombia.

Nada de esto fue un error, por Paulina Rubio-Navarro
Este será el segundo módulo y, por lo tanto, el más necesario de esta maestría. Su misión principal es enseñarle qué hacer en caso de que lo descubran plagiando. El secreto es ser chévere (o cool, porque las ideas suenan mejor en inglés, así sean estupideces sobre Miley Cyrus) pues esto le asegurará una masa de seguidores dispuestos a demostrar su falta de criterio defendiendo lo indefendible con tal de poder decir en Twitter, Facebook y Kienyké que son sus amigos (aunque en realidad no lo sean). Es probable que esas defensas sólo ayuden a empeorar las cosas. Por eso, será necesaria una última instancia: la rectificación. En este punto hay que tener cuidado: funcionará apelar al siempre bien visto arrepentimiento e incluso decir que se cometió un error, pero nunca aceptar que se trata de un plagio. En esta etapa funcionan frases del tipo "somos humanos y todos cometemos errores". De nuevo, si se es chévere (o se parece), usted tendrá todo asegurado: los mismos que seguirán diciendo en las redes sociales que son sus amigos lo aplaudirán por su valentía y lo validarán con frases como "para mí es suficiente". Recuerde que también hay formatos establecidos para pedir disculpas: los han usado políticos, sacerdotes, estrellas de rock, docentes y periodistas y a ninguno lo han acusado de plagio. Diga que fue un error, que lo reconoce y termine hablando sobre su profesionalismo, sus credenciales, su reputación, su compromiso. Después, siga plagiando sin temor. Si nada de esto funciona, diga que no fue un robo, que fue un préstamo indefinido. Recuerde: nada de esto fue un error.

Sólo sé que nada sé, por Pillar Castaño
Este taller le enseñará que con poca disciplina también se puede triunfar. Es más, este taller se concentrará en hacerle saber que la mejor receta para triunfar es la falta de disciplina. Usted no necesitará estar enterado de las tendencias de su campo de acción (sea la moda o lo que sea que esté de moda), por lo que cualquiera que se le aparezca con un portafolio (de fotos, ilustraciones, diseños, videos, tuits o hasta un periódico Portafolio) le parecerá lo mejor que ha visto en la vida y podrá ser parte de su proyecto. Más aún si quien le pasa el portafolio es la hija de una familia divinamente. Por supuesto, usted no gastará media hora de su tiempo investigando en Google quién hizo lo que le mostraron: eso está más pasado de moda que investigar en una biblioteca. Ahora lo que se usa es no saber nada para que, cuando descubran que todo era un plagio, usted pueda decir que no es su culpa. Lo que mejor aprenderá en este módulo es a apelar a un viejo criterio moral que nunca ha pasado de moda: "creí en la buena fe de las personas". Así, también, evitará aceptar su falta de conocimiento sobre aquello de lo que está hablando.

Cuquioxidismo intelectual, por Virginia Mayer Candelo
Descalificar a los demás siempre será la defensa más fácil, al menos al principio. Es que todos ustedes son envidiosos, amargados y carroñeros. El objetivo de este módulo es entender que alguien puede hacer el trabajo sucio por usted. En otras palabras, que alguien parezca idiota defendiéndolo a usted. Lo mejor es que usted no tendrá que preocuparse: seguramente ese alguien será un espontáneo que cree ser muy auténtico. Grite, revuélquese en el piso, pose para SoHo, ponga a la gente a tomar partido a favor o en contra de sus ideas (plagiadas). Además de subir el rating, lo dejará a usted con las manos limpias y a sus detractores como unos resentidos. Esta forma de autodefensa también aplica para el caso de que a alguien no le guste su genial trabajo.

Autoplagio y Twitter, por Daniel Samper Ospina
En una clase dictada por el plagio del Ramoncito de Dejémonos de vainas, usted podrá aprender que la mejor forma de plagio es el autoplagio: para no repetir el trabajo de su papá, repita usted mismo su columna cada ocho días pero con ligeras variaciones. Al estilo de los chistes de El Chavo del 8 pero sin gracia. Lo mejor de todo, según podrá aprender con su profesor, es que no necesita que esas variaciones sean originales: si las puede fusilar de Twitter, tanto mejor. Después de todo, sus lectores de Semana deben seguir en Twitter a los líderes de opinión de Semana y no a quienes usted robará los geniales chistes para su genial columna. Esta forma de plagio tiene garantizados los elogios (también conocidos como "risas pregrabadas") de Gustavo Gómez Górdoba y otros periodistas para quienes el sesgo es tan fundamental en el ejercicio del periodismo como el plagio.

Close English, por un equipo multidisciplinario
Ya está claro: gracias a Open English todo el mundo se volvió angloparlante, por lo que la traducción de artículos en inglés ya no es garantía de superioridad intelectual (menos cuando usted ni siquiera pone las citas entre comillas). Nuestro ólogo de cabecera, Fabión Sanabria, le enseñará que para plagiar en francés hay que hacer mucho más que usar pipa y foulard, Kenji Orito lo autoayudará con el japonés y Timochenko se reinsertará en la sociedad como profesor de ruso. Y si ninguno de estos idiomas le funciona, siempre servirá el confiable traductor de Google, dear and bobo student. 

Los ricos también plagian, por Gabriela Salazar
Este curso sólo lo podrán tomar los estudiantes que certifiquen que sus papás tienen el músculo económico suficiente para pagar una millonaria suma en caso de que los descubran. No se aceptan plagiadores pobres.

lunes, 2 de diciembre de 2013

Premios La Bobada Literaria 2013

En La Bobada Literaria queremos comprar a nuestros posibles detractores con un galardón que tiene menos credibilidad que el Premio Simón Bolívar, los Premios Shock o los Premios Macondo. Por eso, este año nominamos a los mismos de siempre pero resaltamos que nuestra bandera es la libertad de excreción. A diferencia del Latin Grammy, que es otorgado por una academia de peces, los jurados de esta premiación son ustedes, queridos bobiliebers, que sólo tienen que ir a la columna derecha y rogar que la inteligencia artificial de Google funcione.

Premio Emo a lo más triste de la televisión
Tres Caínes, con efectos especiales de tres pesos.
Vicky Dávila, que debería dedicarse al stand-up comedy.
Pirry, cuyos dramatizados son el nuevo Padres e Hijos.
La versión colombiana de Breaking Bad (no confundir con El patrón del mal).
La elección de Uribe como El Gran Colombiano.

Premio Editorial de Arcadia a la polémica cultural del año
J. M. Coetzee, que izó bandera a pesar de que los intelectuales de la Universidad Central no sabían pronunciar su apellido.
Fabián Sanabria, que demostró que la guaquería es patrimonio.
El plagio ilustrado de Pilar Castaño.
Las columnas de Carolina Sanín.
La reaparición de La Bobada Literaria.

Premio Simón Posadera de periodismo
Virginia Mayer, la Mayer Candelo de los medios.
El hijo de cualquier periodista famoso que consigue trabajo sin tener ni idea de nada.
Daniel Samper Ospina, que se autoplagia cada domingo (y es hijo de un periodista famoso).
Los genios de Jet Set que afirman que en la bolera San Francisco "el político Jorge Eliécer Gaitán se escondió durante el Bogotazo".
Los genios de Semana que hablan de "la cantante Carmina Burana".

Premio Fhock al ta lento musical
La cantante Carmina Burana.
Bomba Estéreo, que está a punto de protagonizar un comercial de Frutiño.
Rock al Parque, porque la gente no quiere ir ni gratis.
Carlos Vives, que nos enseñó que reinventarse es hacer la misma canción de siempre.
Monsieur Periné, que dicen que son buenos... pero no.

Premios FloHo y Yonjuán al peor desnudo del año
Santos en calzoncillos en una vivienda de interés social.
Miley Cyrus.
Manotas Char corriendo por las calles del Chicó.
Laura y Jessy, que no se han querido pelar para FloHo ni Yonjuán.

Premio Óscar Golden al cine nacional
Harold Trompetero, por poner a Andrés López a protagonizar una película.
Esa película, que no nos acordamos cómo se llama, pero que fue aclamada en algún festival de un país que no nos acordamos cuál es.
Esa película, que no nos acordamos cómo se llama, pero que estrenaron la semana pasada y ya no está en cartelera.
Dago García, porque al menos alguien distinto a su mamá va a ver sus películas.

Premio La WC a la radio colombiana
Los poemas en francés de La W, porque el buen gusto no tiene límites.
El hijo de Jaime Sánchez Cristo, que supera a su papá y a su tío.
El humor inteligente de Candela Estéreo.
La doble Blu, porque son una graaaaan alternativa a la radio de siempre.
Radiónica, porque nos salvó del fin del mundo.

Premio "El lugar equivocado" a la campaña del año
It’s Colombia, not Columbia, porque el problema de Colombia es que lo escriban con u.
Adivine cuáles vallas de Francisco Santos.
Cualquier carrera 10K que recauda fondos para los niños pobres de Colombia vendiendo tenis hechos por niños pobres de Bangladesh.
Todas las que ponen a Falcao como colombiano ejemplar.
Todas las que protagonizan Pirry o Andrés López.

Premio Corferias al evento del año
The Color Run, porque ensuciar la ciudad nunca fue más filantrópico.
La convención del Uribe Centro Democrático, mejor conocida como Uribexpo.
Estéreo Picnic, El show de las estrellas para hipsters.
El concierto de Charly García, que casi se ceratea al respiar el benigno aire colombiano.
Rock al Parque, un festival para la inmensa minoría.

Premio Lápiz de Aserrín a las artes
La ilustradora del libro de Pilar Castaño.
Justin Bieber, el grafitero con guardaespaldas.
El logo de Uribe Centro Democrático, un considerado reciclaje del logo del PIN.
El afiche de Rock al Parque, porque somos darks.

Premio Bolillo Gómez al mayor logro deportivo
Los Word Games, from Cali to the word.
Luis Bedoya intentando embolsillarse una medalla de segundo lugar.
La Pibepolítica, el escándalo político más corto del año.
Luis Carlos Vélez, la peor consecuencia del periodismo deportivo.
El ascenso del América a la A.

Premio Pirry por hacer pensar al país
Alfredo Rangel y Roy Barreras, por decir que Colombia debería derribar los aviones rusos.
La canonización de la madre Laura, el segundo santo paisa después de Pablo Escobar.
Twitter, que demuestra su importancia histórica cada vez que Justin Bieber es TT.
Andrés Carne de Hez, un parrillero hablando de minifaldas.
Audi Salamanca, que no tiene la culpa de que los taxis colombianos carezcan de airbags.

Premio Vladdo al mayor vendehúmos del año
Uribe (Centro del Universo), que nos explicó por qué es paramilitar.
Juan Manuel Santos, que nos mostró que el tal paro campesino no existe.
El sastre del Papa, otro de nuestros orgullos católicos.
Raúl Cuero, que patentó en la NASA el concepto de "quedar como un cuero".

Premio Simón Gaviria al intelectual del año
Francisco Santos, por su incursión en la literatura.
El concejal de la familia, la principal prueba de que Dios no existe.
Uribe, que se sabe hasta las coordenadas donde tienen a los secuestrados.
Andrés Pastrana, porque con la publicación de sus memorias por fin arrancó su proceso de paz.

Premio Alejandra Azcárate a la polémica más gorda del año
La llegada de Starbucks al país.
Las declaraciones de Andrés Carne de Hez sobre la violación en su restaurante.
Las FARC, que ahora hacen la revolución en yate y Harley Davidson.
Las primas de los congresistas, porque no les alcanzan para representarnos con dignidad.
La maravilla de ser Pilar Castaño.

Gran premio Gustavo Petro a la bobada del año
La aparición de Chávez en forma de pájaro.
El concejal de Chía, que no tiene la culpa de que su carro ande más rápido que los de la policía.
Manotas Char, el Charles Manson colombiano.
La desaparición y posterior aparición de Doña Gloria.

Premio Amparo Grisales a toda una vida de bobadas
Nicolás Maduro, que es tan bobo que debería admitir que es colombiano.
El diario El Tiempo, un banco del Grupo Aval.
Óscar Iván Zuluaga, porque nunca había tenido tanto sentido la expresión "títere sin cabeza".
Gustá Bobo Lívar, el historiador de un país en el que todos reprobaron historia.

Gran Premio Francisco Santos al bobo del año (basado en los personajes del mes de este blog)
Luis Carlos Vélez.
Luis H. Aristizábal.
Nicolás Arrieta.
David Bohórquez.
Jaime Espinal.