jueves, 31 de enero de 2013

Luis Carlos Vélez, personaje del mes en La Bobada Literaria

A las integrantes de La Bobada Literaria también nos gustan los chiquillos coquetos.


El periodismo es un trabajo sucio pero alguien tiene que hacerlo. Y los noticieros son la cúspide del periodismo. La gente cree que vivir informada es enterarse de lo mal que está el mundo, ver un par de goles, autopromociones del canal, comerciales de Bon Ice y, sobre todo, los adelantos de la telenovela o el reality de moda. Suena fácil, pero por detrás de cámaras hay decenas de periodistas que no saben escribir ni un párrafo, presentadores que no saben leer esos párrafos, un ejército de técnicos que se gana el mínimo –y por lo tanto odia profundamente su trabajo– y directores dispuestos a demostrar que no se ganaron el puesto por ser hijos de periodistas famosos sino por su capacidad de hacer mal periodismo. Y que no saben escribir ni un párrafo.
Nuestro personaje del mes es uno de esos delfines de los medio(cre)s de comunicación colombianos, con la diferencia de que su papá es más detestable que Enrique Santos, Daniel Samper Pizano y Yamid Amat juntos: Carlos Antonio Vélez. Sí, este pequeñín es la lamentable consecuencia de que el cuentahuesos del fútbol colombiano haya cometido el error de reproducirse: se trata de Luis Carlos Vélez.
Graduado como economista –y periodista, porque es el negocio de la familia–, el pequeño Pis Carlos pasó de (pronúnciese en inglés) CityTV a CNN International. Allí, el pequeño Bovélez aprendió todas las técnicas de un periodismo menos riguroso que las investigaciones de Laura en América y se convirtió en un orgullo colombiano en el exterior, tanto que pensábamos que se iba a quedar allá por siempre. Lamentablemente, el Doogie Howser de las noticias volvió para demostrar que heredó de su padre la arrogancia, el peluquín y el afán de protagonismo. Y también para enseñarles a las nuevas generaciones lo que este –o sea Carlos Antonio– les había enseñado a las antiguas: que un buen periodista no es el que mejor informa sino el que más cosas se inventa y que el periodismo consiste en afirmar en lugar de preguntar para que el entrevistado le dé a uno la razón: 


Bovélez en acción: aquí se cree sus propias mentiras y se siente el Piers Morgan colombiano (aunque no es más que un pirata de las noticias). Su enseñanza: el objetivo del periodismo es que el entrevistado diga que sí.

Por si eso fuera poco, cuando Bovélez dice que “la gente dice” es él quien está opinando –basado en la mayor fuente de opinión de estos tiempos: Twitter– y cuando cree que está siendo muy sagaz con sus entrevistados, son ellos los que lo dejan sin argumentos, como lo hizo Gomeo Langluá en el anterior video. Y si todo se presenta como exclusiva y última hora, así sea pregrabado, haya salido en todos los demás noticieros y se programe como falso directo, el rating está garantizado. Pero uno de los mayores talentos de Louis Charles, además de ponerse un elegante pañuelo en la solapa, es robar más cámara que Jairo Dueñas –el Norberto’s del periodismo escrito– y salir cada cinco minutos a marcar territorio. Además, cuando no sabe algo, se embejuca:

 
Además de demostrar que la alternativa a la ignorancia es gritar a los demás, Bovélez nos enseña que no basta con exponerse, ahora está de moda sobreexponerse.


Como él es el que manda, nadie le puede llevar la contraria. Ni siquiera él mismo, que también se pone bravo cuando sus entrevistados no piensan como él quiere ni justifican lo que quería que justificaran para poderlos vilipendiar. Pero lo más importante es que “el tiempo es corto en televisor”.



Aclaramos que los subtítulos de este video, insertados por un indignadísimo y audaz periodista de La Silla Vacía, sólo demuestran que hay algo más bobo que los noticieros colombianos: la gente que ve noticieros colombianos.

A su corta edad (y estatura), Luis Cagarlos tiene toda una vida para hacer que la televisión colombiana del siglo XXI se parezca cada vez más a la peruana de los años noventa. Pero con cuenta en Twitter, donde las ideas no tienen más de 140 caracteres: la medida precisa del pensamiento del público. Para la muestra, una entrevista que le hicieron a MiniVélez en MiniCromos, donde dice –y confirma– que prefiere preguntar a responder:
¿Su secreto para madrugar y acostarse tarde?
Dormir en el carro.
¿Su frase de cabecera?
It is what it is. [Así, en inglés, porque qué oso tener una frase de cabecera en español, y más cuando se trata de una oda a la resignación cantada hasta por ChocQuibTown.]
¿El entrevistado más difícil?
El alcalde Petro.
¿Por qué? No le preguntaron, pero seguramente la razón fue que Petro no le dijo que sí, como hizo Abelardo de la Espriella en una entrevista en la que aprovechó para hacerse el que también sabe mucho sobre criminalística:




El maestro Pis Carlos nos enseña que la responsabilidad del periodismo es inferir, sin ningún criterio, cosas como "este señor no estaba solo", como el que inventó la Navidad. Periodismo responsable de Colombia para el inmundo.

Y hasta aquí llega esta entrada, con el rigor, la objetividad y la profundidad que caracterizan a los líderes de los medios colombianos. Como de costumbre, nos acusarán de envidiosas y dirán que si acaso nosotras somos capaces de dirigir a alguien más que la empleada del servicio. Pero les aclaramos que ni siquiera tenemos empleada del servicio, no somos capaces de dirigir nuestro tráfico intestinal y no envidiamos para nada al director de Noticias Baba de Caracol: trabajar para el Grupo Santodomingo, hacerles seguimiento a los camiones de basura de Petro y hablar lo mínimo de Santoyo, lidiar con zoquetes como Adriana Totono, convertir en noticia lo realista que se ve el bigote de Rafael Horóscopo, el patrón del mal, enviar a cuatro periodistas a cubrir el secuestro de una bebé mientras el salario mínimo sube $20.000 y ser hijo de Carlos Antonio Vélez son motivos suficientes para volverse neurótico. Además, ¿qué trabajo nos van a dar si nuestro apellido es Literaria?

viernes, 25 de enero de 2013

Ay, festival

Termina una semana más de bobadas y las integrantes de este blog seguimos desempleadas, repartiendo hojas de vida y algo más. Y como no tenemos nada que hacer, nos pasamos el día viendo Colombia's Next Pot Model y por eso en la encuesta anterior les preguntamos a nuestros lectores qué piensan del mágico mundo del modelaje. Como son muy inteligentísimos, ellos saben que una modelo no es una cárcel ni una cerveza afrodescendiente: 67% afirma que es una persona que estudia Comunicación Social en sus ratos libres. 53% también sabe que la función del modelaje es que los diseñadores puedan hacer ropa que nadie más se pone, mientras que 23% cree que sirve para presentar las buenas noticias del estreñimiento. Un apabullante 70% quiere ver modelar a Álvaro Uribe, en la Modelo, y apenas 17% quiere ver a Vicky Dávila para que muestre la cosa política. Por último, 28% dice que el título de Colombia’s Next Top Model es en inglés porque la gente fea es la única que habla español, mientras que 45% cree que es porque el inglés es fashion y el español, facho.
El pueblo se ha pronunciado pero qué sabe el pueblo de moda. Como los intelectuales sí saben de moda, están preocupados porque este blog no trata temas más profundos y cada vez es más bobada y menos literaria: ya está demodé. Por eso decidimos irnos unos días a Cartagena a respirar cultura (es decir, a oler perico) en la ciudad más culta entre Turbaco y Mamonal. A pesar de que nos hicimos pasar por integrantes de la Fundación Mismo Periodismo a ver si nos dejaban dictar alguna conferencia, nunca estuvimos lo bastante borrachos como para merecer ser considerados. Como nos quedamos con el sombrerito vueltiao comprao, decidimos consultar con ustedes, bobos lectores, de qué forma podremos algún día entrar a la élite de los eventos culturales de Cartagena. Y como también tenemos buen corazón, por cada voto donaremos un centavo a la Fundación Amigos de lo Ajeno.

¿Qué es lo mejor del Hay Festival?
Que los vendedores ambulantes de libros piratas aumentan sus ventas
Que la gente cambia de canal cuando hablan del evento en el noticiero
Que Daniel Mordzinski tiene mucho trabajo
Que en las páginas sociales sale Mario Vargas Llosa
Que Arcadia se siente menos sola en el mundo por una semana

¿Qué ha aprendido de Cartagena gracias a los eventos culturales?
Que a los cartageneros no les gusta la champeta sino Beethoven
Que “responsabilidad social” es tomarse fotos con un negrito di-vi-no
Que lo importante no es leer sino decir que se lee (aplica con música clásica, cine o cualquier cosa que clasifique como “cultura”)
Que el esnobismo no es exclusivo de los cachacos

¿Por qué hacen tantos eventos culturales en Cartagena?
Porque el Reinado Nacional de Belleza no es suficiente
Para que los niños pobres salgan bien vestidos en comerciales de RCN
Porque la gente bien de la ciudad tiene insomnio y necesita algo para quedarse dormida
Porque las playas están muy cochinas y la gente está muy pobre, entonces hay que hablar de otra cosa

¿Qué nuevo evento se debería llevar a cabo en Cartagena?
Rock al Charco, en las playas de La Boquilla, con entradas de $300.000 y la presentación de Chayanne
Festival Maloliente, en Bazurto, con conferencias de Leo Cocina y Cobra y degustaciones de platos de $250.000
Colombialoba, en la plaza del reloj, en donde las modelos pueden desfilar y danialondoñear en un mismo espacio.
Alimentarte, porque el parque El Virrey de Bogotá se volvió muy peligroso.

jueves, 24 de enero de 2013

Sin verga no hay paraíso

Las integrantes de este blog nos cansamos de ser mujeres y decidimos unirnos a la comunidad LGBTI (aunque no sabemos bien a cuál letra). Todo empezó cuando quisimos hacer periodismo de inversión y pusimos a rendir unas líneas en InterChuspa, por lo que nos quedamos sin plata y nos tocó pedirle a Ramoncito que nos dejara publicar una crónica de periodismo quirúrgico en SoHo. Primero propusimos un blanqueamiento anal, pero a Samper Ospina le pareció muy culo –y eso ya es mucho decir–. Entonces hicimos algo más extremo: ponernos verga para dejar de ser mujeres o, por lo menos, para dejar de ser como la loca Margarita Posuda. El texto está escrito en primera persona singular porque con el jugoso pago sólo nos alcanzó para la faloplastia de una de nosotras. El resultado es de cierta envergadura.

Cubriendo mi propia faloplastia

La imagen está intacta en mi memoria, pero solo vuelve a mí hasta ahora. Tenía unos 11 años cuando jugaba a ponerme un banano entre los cucos. Desde entonces quise tener pipí para orinar parada sin mojarme las piernas. ¿Por qué acepté la cirugía? No tengo una respuesta concreta y cada vez que intento una nueva me suena más boba que mis propios escritos. Es obvio que no estaba satisfecha con mi apariencia y tampoco lo estoy ahora ni lo estaré jamás. De poder habría elegido ser un elefante rosado, un gallinazo o un collar de perra fina.

Día 0

Lo cierto es que les quedé muy bien hechecita a mis papás y les agradezco que me hayan enseñado a querer mi cuerpo, el que me tocó de pura mala suerte. La cirujana que me va a operar me conoce de toda la vida, porque los ricos somos así y tenemos un doctor que nos atiende desde que nacemos y nos apoya cuando queremos cambiarnos de sexo. Catalina entiende el entrelíneas de mis chistes y la acidez de mis opiniones, porque soy chistosísima y más ácida que un Bon Ice de mango biche. Eso me tranquiliza: si uno va a hacer periodismo de inversión –en este caso, invertir el sexo– qué oso hacerse una cirugía plástica donde se las hace la guisa de Marbelle. Yo manejo lo que es la clase, ¿tsí?
“Efraím Medina Dick” es el término que los médicos utilizan para referirse a este tipo de procedimiento, en el que el implante queda muy “montado” y la verga se ve como la que dice tener el escritor cartagenero, aunque en las fotos se vea como diez veces más pequeña.
La industria de las cirugías plásticas deja varios millones de dólares en Colombia, porque las caleñas son como las flores de plástico y sin tetas no hay paraíso, así que desde pequeñas a las colombianas nos enseñan a sacar pecho, así sea de silicona. Como yo me gasté la plata estudiando en Los Andes, nunca me alcanzó para operarme, hasta ahora que cuento con el gentil auspicio de SoHo, la única revista con peor gusto que Vea. ¿Cuántos de esos millones por melones? ¿Cuántos de esos melones los paga el dinero sucio del narcotráfico?
Debería tachar eso último porque parece escrito por Catalina Por Dios, pero prefiero caer en el cliché que siempre ha rondado mi cabeza: tiene faloplastia, (v)ergo es traqueto o prepago. Ahora yo seré parte de ese cliché. Y –no nos hagamos tarugos– acepté en parte porque me parece un buen ejercicio periodístico (suenan risas pregrabadas), pero francamente porque ese pene que me hace falta y que me pongo en cada calzón con dildo… ¡vérganos en tu reino!

Día D, de Dick

Estoy lista –no confundir con “soy lista”–. Estuve más nerviosa el día que saqué el pasado judicial que hoy. Ya quiero que todo pase y despertarme con ese desconocido(a) que promete hacerme un semental. Recuerdo la frase de David, ese personaje de Philip Roth que se convierte en una güeva, cuando piensa en la fama que su extraña condición le puede traer: “Y mi felicidad será delirante. Repito: mi felicidad será delirante”. Pienso en ir sin calzoncillos por la vida y en hacerme con mis amantes todas las pajas de las que me he privado. Mi felicidad irá por delante.
No soy más que una estructura ósea con vísceras y signos vitales. Y no me refiero a que estoy en el quirófano; siempre soy eso pero es que quería sonar muy poética porque me pusieron anestesia y lo último que supe es que mi mamá me decía que siempre había querido tener un hijo. Todo lo que pasó en la cirugía fue grabado y fotografiado para deleitar a los pajizos lectores de SoHo. Yo sólo sé que me despierto pasado el mediodía y sigo siendo completamente tarada, aunque creo que ahora me debo referir a mí mismo como tarado. Parece que me hubieran hecho una lobotomía y no una faloplastia, pero eso es de nacimiento.

Día 1

Cuando llegué a mi casa me puse a ver el video, que luego pienso presentar en el Salón Nacional de Artistas. Cuando vi que sacaron la verga de una lata de salchichas viena descubrí por qué a Efraím Medina le toca alardear tanto. Luego la empezaron a pegar con babas, que es como también se pegan los textos de Efraím. A esa altura tuve que suspender el video y corrí al baño a vomitar. Me sentía el peor de los cretinos, el más despreciable escritor colombiano. ¿Cómo pude someterme a aquella carnicería?
Me vuelvo el lugar común que es una mujer hecha un mar de lágrimas (pero con verga), oigo las voces de todos los que me dijeron que no hiciera esto, lloro. Miro mi verga nueva, el aborrecible tamaño de un chorizo coctel, lloro. Volví a suspender el video; experimentar asco por uno mismo no es un buen deporte pero siempre atrae a los lectores, lloro. Borges decía que odiaba los espejos y la cópula porque multiplicaban el número de la especie; es cierto, Borges decía muchas bobadas y no viene al caso pero si lo cito sueno más intelectual, lloro.
Llamo a mi mamá y le digo “Tú me hiciste linda, yo era linda, ahora parezco un vil tuitero”, lloro. Ella trata de calmarme, aunque sé que en el fondo quisiera gritarme “se lo dije” y tirarme el teléfono, lloro.

Día 10

Búsquele la comba al palo, reza una frase hecha que me cae como anillo al nuevo dedo (guiño, guiño). Le pongo nombre: se llama Dago, como el hombre aguerrido que hizo las películas de una familia que atraviesa Colombia mostrando lo bien que se vive en este país.
Hay momentos en que creo que me voy a chiflar, o peor, que voy a chiflar a la cirujana preguntándole día y noche que si el prepucio esto, que si el glande lo otro. Los cirujanos deberían tener un título de psiquiatría o psicología. No en vano, en el programa de cirugías Nip/Tuck los cirujanos contratan a un psicólogo para que determine si los pacientes están equipados emocionalmente para someterse a una cirugía y asumir luego los pormenores (léase pormayores) del procedimiento.
Ahora me acerco al espejo con menos temor y una rara alegría se enciende de vez en cuando por ahí. No puedo negar que he bailado en un pie celebrando mis cambios. También he llorado a medianoche por no haberme negado a esos cambios.

Día 20

La cirujana lo predijo: “Después de los misterios dolorosos vendrán los gozosos y los gloriosos”. Yo, por mi parte, ya puedo ver Bananas en piyama tranquilo. También creo que llegó la hora de invitar a salir a mis groupies tuiteras. Entiendo al fin que esto no fue una crónica de inmersión. De hecho, ni siquiera fue una crónica. Y como SoHo todavía no me ha pagado –la cuenta se le demora 90 días hábiles, señor cuentacobrista–, ahora exijo que El Tiempo entreviste a mi verga.

viernes, 18 de enero de 2013

Colombia’s Next Top Bobada

El país está paralizado. No porque sea un maldito lisiado ni porque haya tenido un accidente y la EPS no lo haya querido atender. Tampoco por el cáncer de próstata de Juan Manuel Santos, porque afortunadamente ya nos curamos –él, su próstata y todos los colombianos–. Lo que sucede es que Colombia’s Next Top Model cautivó a todos los televidentes del Canal Baba de Caracol: aunque nadie pueda pronunciar su título, todos los colombianos vamos a modelar alguna vez en la vida. Con la sabiduría de Franklin Ramos, el Fabián Sanabria de la peluquería, este reality demuestra que definitivamente Colombia no tiene talento y que en este país lo único que hacemos es posar, aunque ni siquiera lo sepamos hacer. Como somos parte de esta hermosa nación, y hemos estado muy borrachas gracias al desempleo y no pudimos escribir nada más, presentamos esta semana una encuesta sobre el mágico mundo de las pasarelas y el tema más importante de lo que va del año en el país. Para votar, sólo hay que ir a la esquina superior derecha de este blog.

¿Qué es para usted una modelo?
Una cárcel
Una cerveza afrodescendiente
Yidis Medina, una bottom model
Alguien que en sus ratos libres estudia Comunicación Social

¿Para qué sirve el modelaje?
Para llenar las páginas de las revistas
Para presentar las buenas noticias del estreñimiento
Para que creamos que tenemos a las mujeres más lindas del mundo
Para que los diseñadores puedan hacer ropa que nadie más se pone

¿A quién le gustaría ver modelar?
A Gustavo Bolívar, porque nos enseñó que sin tetas no hay paja rusa y que la pedofilia también es una forma de amor
A Vicky Dávila, para que muestre la cosa política
A Simón El Gaviria, para ver si aprende a leer como parte de su formación integral como modelo
A Álvaro Uribe, en la Modelo

¿Por qué el título de Colombia’s Next Top Model es en inglés?
Porque la gente fea es la única que habla español
Porque hablar español es de indios
Porque el español ya pasó de moda
Porque el inglés es fashion y el español es facho

miércoles, 16 de enero de 2013

Sal con una chica que tuitea

Según un estudio realizado en el Centro de Estudios de Bobadas en Oxford (CEBO), solamente un artículo ha sido compartido en redes sociales más veces que las fotos de animales torturados que buscan rechazar la tortura animal: sal con una chica que lee / sal con una chica que no leepublicado en Colombia por la edición impresa de Facebook: El Malpensante. Es natural que el artículo guste tanto en Twitter, donde todos están convencidos de que son los que más leen y los que mejor escribimos, #oquéi? Por eso nos pusimos en la profunda tarea de hacer un perfil de la chica con la que soñamos (porque, como buenos tuiteros, nuestras novias son de apellido .jpg):      

Sal con una chica que tuitea
Sal con alguien que se gasta todo su dinero en hashtags promovidos, en comida para gatos y en ropa para fotografiar y poner en Instagram, y que tiene problemas en el clóset porque ha comprado demasiada ropa y cuando tuitea desde su celular se confunde porque le tiene cuenta a cada uno de sus gatos.
Invita a salir a una chica que tiene una lista de personas a las que le gusta leer porque le dan fav y que desde los doce años ha tenido una tarjeta de suscripción a una red social de búsqueda de pareja. 
Encuentra una chica que tuitea. Sabrás que es una ávida tuitera porque en su iPhone siempre llevará un tuit que aún no ha comenzado a escribir. Es la que siempre mira amorosamente los álbumes de Facebook, la que grita en silencio cuando le da retuit su traga tuitera. ¿Ves a esa chica un tanto extraña oliendo las páginas de un libro viejo en una librería de segunda mano? Aléjate, que esa no tuitea –y debe tener jodido el sentido del olfato–. La que tuitea, en cambio, no puede resistirse a las teclas blancas de un teclado, y más si están amarillas por el mugre. 

Es fácil salir con una chica que tuitea. Retuitéala en su cumpleaños, en Navidad y en cada mención de David Bowie. Dale un regalo de palabras, bien sea en un DM o en una canción, pero de menos de 140 caracteres. Dale a @Jodorowsky, a @paulocoelho y a sus versiones colombianas, @PirryTV y @andrewholes, y hazle saber que entiendes que los favs son amor. Comprende que ella es consciente de la diferencia entre realidad y ficción pero que de todas maneras va a buscar que su avatar se asemeje a Amélie. No será culpa tuya si lo hace, tú ni siquiera viste esa película completa porque te quedaste dormido.
Miéntele, si entiende de sintaxis o de Bogotá sin taxis también comprenderá la necesidad de #taxistastwitteros. Detrás de las palabras hay otras cosas: ola ke ases, cómo van tus cosas, para dónde vas, yo para allá no voy ni cagando.
Fállale. Fóllale. La tuitera sabe que el fracaso lleva al clímax (guiño, guiño) y que todo tiene su final, pero también entiende que siempre existe la posibilidad de reescribir un tuit viejo y que se puede volver a empezar una y otra vez y aun así seguir sintiéndose muy original. También es consciente de que durante la vida habrá que toparse con uno o dos villanos que la bloquean.
¿Por qué tener miedo de lo que no eres? Las chicas que tuitean no saben que las personas maduran, lo mismo que los actores infantiles o los músicos, excepción hecha de @Fanny_Lu.
Si te llegas a encontrar una chica que tuitea en Foursquare mantenla cerca, y cuando a las dos de la mañana la pilles llorando y abrazando el iPad contra su pecho, prepárale un té y consiéntela hablando mal de @AlvaroUribeVel. Es probable que la pierdas durante unas horas pero siempre va a regresar a ti.
Hablarán de los unfollows como si fueran importantes y compartirán aplicaciones para saber quién te sigue y quién no.
Le propondrás matrimonio con un tuit o en medio de un concierto en Youtube, o quizás formularás la pregunta por absoluta casualidad cuando Twitter esté sobrecargado; puede que hasta sea por Skype.
Sonreirás con tal fuerza que te preguntarás por qué demonios no es posible tuitear la risa sin quedar como un idiota que escribe jajaja o, lo que es peor, hahaha (que hace que suenes como tartamudo). Tuitearás la historia de ustedes, o la tuiteará @erizodemar, tendrán hijos con nombres extraños que empiezan con @ o # y gustos aún más raros, dictados por el TT. Ella les leerá a tus hijos su lista de favoritos y ellos organizarán cacerolazos en su jardín infantil contra la gente a la que no le gusta Justin Bieber. Caminarán juntos los inviernos de la vejez y ella retuiteará insulsos juegos de palabras en un susurro mientras tú sacudes la nieve de tus botas.
Sal con una chica que tuitea porque te mereces una mujer capaz de inventarse una vida más colorida que la que se puede dar. Si solo tienes para darle monotonía, chistes trillados e indignaciones a medio cocinar, te vendrá mejor abrir una cuenta falsa de Twitter. Pero si quieres el mundo y los mundos que hay más acá, en la pantalla, invita a salir a una chica que tuitea.
O mejor aún, a una que bloguea.

viernes, 11 de enero de 2013

Las galas de La Bobada Literaria

Empezó el año y, con él, la temporada de premios: los Oscar, los Grammy, los Gramos y la Nidia Catalina. Y como ahora somos tan faranduleros, inauguramos esta etapa de golpecitos en la espalda, alfombras rotas y sonrisas fingidas con los Premios La Bobada Literaria 2012, que se entregan en 2013.
Para seguir con nuestra tradición, nos hicimos las galas en Gustavo Carne de Pavo, el sitio más kitsch y play de Bobotá. Con el fin de recuperar la inversión que hicimos en infraestructura, dijimos que el público debía donar $2.000.000 a la Fundación Nasty Botero, que ayuda a la juventud en éxtasis, y así logramos que decenas de celebridades y gente de bien cayeran en la trampa. El evento contó con la presentación de Fabio Rubiano, a quien nuestros lectores más agudísimos acusan de estar en contra de la libertad de expresión, y por eso estuvo amordazado todo el tiempo.

Los premios
Para empezar, el Premio Corazón Glande con forma de cachetada fue entregado por Juan Manuel Dávila a Valery Domínguez, quien sólo atinó a decir en su discurso que los caballeros las prefieren brutas y que todo lo hace por amor (al dinero). También agradeció a sus contrincantes: Simón Gaviria, que firmó por amor a la vagancia, y Petro, cuya política del amor se fue a la basura.
Para el Premio Emo a lo más triste de la televisión subió Amparo Grisales a reclamar que hace dos años no programan Los pecados de Inés de Hinojosa en los canales nacionales. Al final entregó el galardón con forma de control remoto sin pilas a Laura Bozzo, la nueva directora de RCN y, sin duda, lo mejor de la parrilla de ese canal. Su discurso fue acompañado por una seguidilla de invitados mexicanos que se insultaban mutuamente en el estudio, como si fuera un foro de lectores de El Espectador. Enhorabuena para RCN, que lo único que pudo hacer para contrarrestar el fichaje de Luis Carlos Vélez por parte de Caracol fue traer a la heroína peruana.
Por su parte, Pacho Santos entregó el Premio La WC a la radio colombiana. Después de unas líneas (guiño, guiño) del exvicepresidente el orgulloso ganador fue Pacific Rubiales, que es tan malo que es Colombia. Sorprendentemente, el galardón no fue para Radiónica, la Candela Estéreo de los hipsters, sólo porque los hipsters no son tantos: apenas sumaron el 17% de los votos, sólo un poquito más que Los 40 principales con su hashtag #aymarikita. 
El mismo Pachito siguió en la tarima para el Premio Simón Posadera de periodismo, un reconocimiento que se llevó Luis Carlos Vélez, el único periodista peor que Carlos Antonio Vélez, y el único que cubrió en exclusiva la ceremonia, haciéndose el que sabía quiénes eran los nominados. Luis Carlos Sarmiento, por sorpresa, no fue reconocido como el mejor periodista del país pese a que es el dueño de El Tiempo y de Caracol y sólo le falta comprar Señal Colombia, pero no quiere botar así la plata.
Antes de que el público se durmiera, Andrés Se Peda hizo una presentación que sólo aplaudieron Fanny Lu, Carlos Vives y Ricardo Montaner, que se llamaban mutuamente “maestros”. Aprovechando que todos los demás sucumbieron al sueño, el mismo Andrés entregó el Premio Bobel de Literatura, que consiste en una beca para aprender a escribir con Camilo Jiménez. El ganador fue Álvaro Uribe Vélez, autor de una biografía en autodefensa propia, quien se subió a la tarima a darnos un discurso en la cara, maricas. Durante la votación nos informaron que unas personas vestidas como militares intimidaron a los votantes para que votaran por el expresidente, pero eso no lo creemos porque Uribe es nuestro mejor expresidente.
Y para demostrar que en Colombia la rosca no existe, Se Peda también le dio el Premio Fhock al ta lento musical a la maestra Fanny Lu, la cantante que ni fa ni lu, y que debería cantar el himno de Colombia para hacerlo pasar del segundo lugar que ocupó entre los peores al que realmente se merece: ninguno.  
Desde ultratumba, Óscar Golden entregó su premio dedicado al cine: el ganador imbatible fue Dago García, por hacer el cine que Colombia se merece, y el premio fue un paseo con John Leguízamo y El Pibe Valderrama, a quienes a estas alturas sólo les falta postularse como fórmula vicepresidencial de El Tunjo. Dago, exultante, se quedó en la tarima para demostrar que él también entiende de arte y entregar el Premio Guggenjaime Cerón a Shakira por la creación de Ublime, el nombre de su hijo con Piqué; en su discurso, la exargentina aseguró que se va a aprender el Himno Nacional de Colombia, ahora que sonó en Londres; la loba también le dedicó un aullido a Vladdo por el logo de Eldorado, que es casi tan feo como Aleida y merece estar en un ranking de lo más feo del mundo, igual que el himno del ublime.
En medio de su año sabático, Pirry apareció en paracaídas en el escenario para entregar su premio por hacer pensar al país. Después de llevarse la mano a la nariz para preguntarse quién fue el jurado de esta premiación e invitarnos a comprar bebidas energizantes, entregó el galardón con forma de Dolex Gripa a la próstata de Juan Manuel Santos, la demostración máxima del igualitario y eficiente sistema de salud colombiano. Antes de irse, Pirry lamentó que Manolo Cardona haya perdido, pero aclaró que, igual, la próstata de Santos habría protagonizado mejor el comercial de Postobón.

El clímax
En el intermedio musical, el senador Roberto Gerlein presentó Excremental, su banda de metal gay. Al terminar su concierto, hecho sobre un catre, anunció el Premio Pacho Santos al intelectual del año, un galardón que nadie leyó y por eso le fue entregado a Simón El Gaviria, que demostró que lo mejor es que este país siga sin leer. Con lágrimas en los ojos, Simón admitió que jamás ha leído La Bobada Literaria pero que va a votar por ella.
Y siguiendo con el desfile de celebridades en nuestra alfombra rota, Jessica Cediel subió a la tarima para presentar su premio a la biopolémica del año. La ganadora de la estatuilla con forma de biopolímeros fue Alejandra Azcárate por su columna contra las gordas, que demostró que ella tiene exceso de grasa en las neuronas. En su discurso, que leyó desde un sofá desparramado, habló de la importancia cultural de la revista Aló y confesó que alguna vez fue gorda, razón suficiente para que las gordas se sientan mal. Después llamó a su amiga Isabella Santodomingo para que entregara el Premio Amparo Grisales a toda una vida de bobadas: el ganador, en una terna que tampoco fue leída por nadie, fue el Procurador Ordóñez, quien agradeció a Dios por haber querido que tan prestigioso reconocimiento llegara a complementar su prístina carrera.
Para el penúltimo galardón de la noche teníamos planeado tener como presentador a Roberto Pombo, director de la mayor bobada del país, pero Vladdo nos llamó indignado a decir que él tenía más puntos en Klout y que merecía ser el encargado de entregar el Gran Premio a la bobada del año. Pavoneándose y hablando de él mismo durante media hora, después de que más de la mitad del auditorio se fuera, el periodicaturista original les dio un avioncito sacado del clipart de Power Point a los rebeldes que destruyeron TransMilenio como protesta contra el pésimo servicio de TransMilenio. 
Al final, tras arreglarse la cosa política, Vicky Dávila llegó moviendosé para entregar el Gran Premio al bobo del año. Las tres tristes integranticas de este blog fuimos las elegidas por los lectores, certificado por un delegado de Rifas, Juegos y Espectáculos, pero el público nos acusó de haber amañado los resultados e hizo que nos avergonzáramos tanto como la vez que aparecimos, sin Jairo Dueñas, en la revista Cromos. Nuestro discurso de Victoria Dávila es esta entrada, que demuestra que también seremos la mayor bobada este nuevo año.

miércoles, 9 de enero de 2013

De Costeño a oscuro

El de José Alejandro Castaño no fue el mayor escándalo periodístico de los últimos años. La comunidad periodística no conoce aún el caso de José Gabriel Ruiz_Navarro, aquel escritor que empezó su carrera como periodista en La Bobada Literaria a fines de 2009 y que sorprendió al mundo editorial con el primer capítulo de su novela Sin dirección. Antes de eso, su nombre era conocido únicamente en las fiestas de barranquilleros en Bogotá a las que llegaba a acabar con todo el trago que encontraba. Gracias a este blog, ganó premios de periodismo en Necoclí, Boquerón, La Güeva y Sutamarchán y se convirtió en una celebridad bloguera. Compartió foros con otros escritores_celebridades con guión entre los apellidos, como Catalina Ruiz-Navarro y Nicolás Vallejo-Cano. Se convirtió en una autoridad en el tema de la no fricción en Iberoamérica. Pero la mala reputación entre sus colegas empezó a crecer: se decía que inventaba sus bobadas y que en este blog nada era cierto. Y a pesar de eso, las bobas seguíamos publicando sus entradas. Esta es la historia. Meo culpa.

Mensos atrás

Cuando Millonarios jugó frente al Real Madrid en 2012 y perdió 8 a 0, al otro día hubo una caravana de recibimiento. “¡Los queremos muchachos, gracias por representar a los colombianos tal como somos!, vociferaban Juan Manuel Santos y cuatro de sus más allegados colaboradores en las afueras de la Casa de Nariño, y aplaudían y tiraban besos, y reían y bailaban el Aserejé como les enseñó Uribe. El sol, en todo lo alto, les derretía los rastros de bótox y les alargaba el tiempo de gobierno otros cuatro años”, escribió Ruiz_Navarro. Dos reporteros que iban en el mismo vehículo que él nos dijeron que quedaron con la boca abierta al leer la crónica que describía un cuadro que no existió: un cuadro bueno de Fernando Botero.
La nota de Ruiz_Navarro también describe ocho milagros que se registraron en la ciudad gracias a la apabullante derrota del mayor campeón del fútbol colombiano: “según pudo comprobar La Bobada Literaria, un parapléjico se paró de la silla de ruedas, un político no se robó un peso, un periodista dijo la verdad, una pareja cayó de un balcón sobre un vendedor ambulante y los tres se pararon y se fueron a comer perro caliente al Parque El Virrey”. Hay nombres y apellidos. Pero no hay fotos, no se dice la ubicación de los milagros, ni cómo el periodista encontró tales exclusivas; es decir, La Bobada Literaria no ha podido comprobar ninguno de los fenómenos.
A principios de 2012, El Maloliente le mostró a La Bobada Literaria una nota en la que describía el engaño del que habría sido víctima junto al centro comercial Plaza de las Américas por parte de Ruiz_Navarro: el autor había conseguido trabajo en la publicación y su función era mejorarle los ladrillos a Andrés Boyos, pero nadie contaba con que el premiado bloguero usaba los mismos bodrios para otro de sus empleos: promocionar las actividades del centro comercial y escribir mensajes de motivación para los empleados.
En el blog más prestigioso del país hicimos lo que nadie antes había hecho en Colombia: verificar la hoja de vida de Ruiz_Navarro. No era cierto que su apellido tuviera guion bajo; es más, ni siquiera era verdad que supiera escribir –como puede dar fe Camilo Jiménez–. Y, claro, como ninguna de las integrantes de este blog sabe escribir, entramos en crisis y decidimos despedirlo discretamente, como nos enseñó kien$ke, y acabando de paso con el blog. Esa fue la verdadera razón del final de La Bobada Literaria en mayo de 2012.
Días después El Maloliente publicó lo que iba de boca en boca en la revista Bocas: “La Bobada Literaria es el peor blog de Colombia y tenemos fundadas razones para sospechar que ese tal Ruiz_Navarro es un falso, si no por completo al menos en alguna de sus tres partes. En todo caso, ese fantasma, el de la invención de guiones entre los apellidos, ha perseguido a los intelectuales colombianos desde siempre”.

Historias recientes

A pesar de los rumores y del incidente de El Maloliente, Ricardo Silva_Romero incluyó a La Bobada Literaria entre las instituciones culturales más dignas del país y destacó la labor de Ruiz_Navarro como “el pionero del guión bajo entre apellidos”. Rige la pregunta de si el escritor tiene algún tipo de criterio.
Pasaron siete meses en los que este blog se entregó al pánico apocalíptico por culpa de Ruiz_Navarro –quien nos demostró con documentales de Discovery Channel que el mundo se iba a acabar el pasado 21 de diciembre– y tuvo que sortear en los estrados puñaleros una demanda por lujuria y falsa calumnia de los hinchas de Millonarios, que demostraron que no eran tan malos a pesar del 8 a 0 y que ganar la Copa Postobón era perder un poco.
En este tiempo también aprendimos que es mejor azotar enanos que contratar costeños que se creen columnistas y por eso hemos vuelto con más ganas de preguntarnos bobadas. ¿Por qué si al deportista que se dopa le quitan los títulos y lo suspenden, o si un funcionario público interviene en política lo inhabilitan, a un periodista que no sabe nada de nada lo nombran director de un noticiero? ¿Acaso no deberíamos todos doparnos? ¿Qué sentido tiene volver a hacer La Bobada Literaria?
El mundo no espera nada de nosotras. Salud por los comentaristas anónimos que cada día se esfuerzan al máximo por acercarse a la verdad: este blog fue y será una porquería.