lunes, 29 de noviembre de 2010

La RAE presenta nuevos cambios en el idioma de Juanes

La Bobada Literaria, como su adjetivo lo indica, vive muy preocupada por los asuntos de las letras y letrinas. Hace pocos días los medios reseñaron que la Real Academia de la Lengua –la única institución más inútil que la Fundación Contra Protagonistas de Nuestra Tele– había hecho cambios importantísimos a nuestro idioma. Son cambios que en realidad no cambian nada, como que escribir “sólo”, con tilde, no está bien pero si alguien quiere hacerlo no importa. De lo que nadie habló fue de la destacada gestión que cumplimos nosotras, a nombre del Instituto Caño y Cuervo, durante nuestra breve residencia en España a principios de este año.

El listado que presentamos a continuación implica una jugosa actualización del diccionario, dándole cabida a todas esas cosas 2.0 que nos hacen sentir lo más de hipsters. Exigimos que, la próxima vez que algún sagaz ensayista haga una profunda conferencia sobre cómo escribir en las redes sociales –que no es lo mismo que escribir en Word o en una máquina de escribir– incluya esta terminología.

amargado, da.
2. adj. Dicho de una persona: Que no le gusta Manu Chao o Lady Gaga, ir a InVitro o Armando Records, estar comentando en el muro de sus amigos en Facebook, leyendo absolutamente todo lo que aparezca en Twitter, etc. U. t. c. s.

Anónimo.
(Del gr. ἀνώνυμος, guachuguachu).
6. m. Nombre del autor preferido por los comentaristas en Blogger, en Wordpress y en páginas web de medios de comunicación. Es el jefe de redacción de comentarios de La Bobada Literaria.

campesino, na.
7. m. Persona que hace investigación de campo.

cuentacobrismo.
1. m. Obra u ocupación en la que jamás pagan lo justo pero sí descuentan un montón de impuestos que nunca se ven. Un cuentacobrista es quien ejerce el cuentacobrismo.

gato.
18. m. Mascota de los escritores y los intelectuales. Hay que bautizarlo con nombres de escritores.

guerrillero, ra. 3. m. y f. Aquel que se atreve a decir la verdad sobre Uribe y sus secuaces.

guion o guión.
15. m. Signo ortográfico que, puesto entre dos apellidos, convierte en escritor e intelectual a la persona que lo usa, eliminando de tajo la vergüenza de ser un provinciano.
16. m. Col. Escrito que todos quieren hacer para parecer interesantes –incluso modelos que no saben ni hablar, como Natalia París– y que sirve de guía para que los actores digan cosas sin sentido.

imbécil.
9. adj. Todo el que no está de acuerdo con usted.

mamerto, ta.
1. adj. Calificativo despectivo para todo lo que tenga un ápice de centro o de izquierda en su ideología.
2. m. y f. Persona que huele a lana virgen, canelazo y bareta y escucha a Silvio Rodríguez.
3. m. y f. Todo el que no esté de acuerdo con algo del pensamiento de derecha y se atreva a decirlo.
4. m. y f. Col. Peligroso enemigo de la patria.

mediocre.
3. adj. Algo que no le gusta a quien está leyendo un artículo en internet. Aplica también para “mediocridad”, aunque en sustantivo.

resentido, da.
3. m. y f. Persona que escribe sobre algo que no le gusta. Aplíquese sobre todo cuando eso que no le gusta tiene que ver con lo que convencionalmente está bien visto. Si por el contrario no le gusta lo que está mal visto, use la palabra “esnob”.

sabático, ca.
4. m. Perteneciente o relativo a Ernesto Sábato. Ejemplo: “Voy a tomar un año sabático” significa “Voy a leer a Sábato durante un año”.

sombrerito.
1. m. Persona que cree que poniéndose sombrerito y/o gafas Wayfarer es más interesante. U. t. c. adj.

troll. 1. m. y f. Persona que cree que todo el mundo le tiene miedo porque se burla de alguien en internet.

Uribe.
1. m. Mesías que salvó a Colombia de algo que aún no sabemos qué era. Asegúrese de incluirlo en los comentarios de cualquier artículo que haya leído –sobre todo si es en El Espectador, Semana o El Tiempo–, ya sea de política, corrupción, economía, nepotismo, viajes, chuzadas, entretenimiento, falsos positivos, opinión, pésimas reformas laborales, salud, educación, falta de educación, afrocondescendencia, transporte o vías en ruinas.

viernes, 26 de noviembre de 2010

La bobada Retro: Santiago Gamboa otra vez (ahora xxx)

Hoy queremos volver al autor que dio origen a La bobada retro, una de las secciones predilectas de nuestro atento público. Se trata, obviamente, de Santiago Gamboa, nuestro principal aspirante al Nobel, a quien habíamos recordado en otra ocasión. Santi –como le decimos cariñosamente– se ha convertido en una de nuestras obsesiones, tanto que tenemos un afiche de su sensual cara en la puerta de nuestro baño. Por eso, y porque no tenemos trabajo y ya no sabemos qué más leer, decidimos adentrarnos en su obra, maravilladas por su pluma.

Y cuál sería nuestra sorpresa cuando, en nuestra lectura colectiva de El síndrome de Ulises, nos encontramos con ella, su pluma, haciendo una descripción de su pluma que nos hizo sonrojar, pero sólo porque ya habíamos vomitado lo suficiente por la fiesta de la noche anterior. Cajas de dientes y el hecho de llamarle "mi lujurioso" a su pito son hechos que sólo son superados en pretenciones por la verga de Efraim Medina, que reposa en nuestras mesas de noche.

De su descripción sexual, eso sí, nos desconcertó una redacción más propia de un libro de cocina o de una canción de salsa de alcoba –no en vano, uno de sus apodos más frecuentes es Eddie Santiago Gamboa–, sobre todo cuando "se abren los muslos" como si fueran unos de pollo en el mesón de una cocina y por llamar "hendidura" a la vagina, como si fuera un tajo hecho con un Ginzu 2000.

Sin más preámbulos, los dejamos con el pipí más lujurioso de la literatura colombiana:
Le di un abrazo y la besé con ternura. Luego se quitó la falda y los calzones, abrió los muslos y me mostró la hendidura, que era rosada, con sólo un pequeño triángulo de vello. Hecho esto, agarró a mi lujurioso y lo acercó a su entrepierna, acariciándose con él, y cuando encontró el orificio movió la cadera hacia adelante y lo hizo entrar. Así estuvimos un rato, moviéndonos en silencio (recuerden que Susi dormía) y diciendo cosas al oído, ella palabras en ruso, joroschó, tak y no sé qué más, y yo besándola, hasta que sentí algo muy extraño, como si una parte de sus encías se desprendiera, lo que me causó un gran sobresalto, ¿qué diablos pasa?, exclamé, y ella, avergonzada, se separó de mí y dijo, no te preocupes, tengo una prótesis dental, olvidé advertirte.
Y para cerrar, y no perder la costumbre, los dejamos también con una excitante encuesta que hará las delicias de miembros grandes y chicos:

¿Cómo le gusta más que llamen a la vagina en la literatura?
Hendidura.
Sexo.
Sexo húmedo.
Chocha.
Cueva de Efraím Medina.

¿Cómo le gusta más que llamen al pene en la literatura?
Lujurioso.
Miembro.
Verga.
Yamid Amat Junior.
Efraím Medina.

Y, ya que Carulla nos invita a celebrar el "Thanksgiving Day" como los gringos wannabes que somos, no queremos dejar este Black Friday pasar desapercibido:

¿Qué va a hacer usted en el Black Friday?
Comprar a los periodistas para que no vuelvan a hablar de los falsos positivos y me dejen ser Presidente en paz.
Buscar una rebaja de penas.
Ir de shopping a Panamá porque en Colombia no hay garantías jurídicas.
Crear una lista negra de mamertos peligrosos porque todo el que no esté en la ultraderecha es izquierdista (y peligroso).
Descontarle el 40% a los pagos de los contratistas.

Además, para que no digan que nunca proponemos nada, empezamos ya a buscarle asilo a nuestro ex presidente:

¿Dónde debe asilarse Uribe?
En el Asilo Arkham.
En Sudán, el único país con más desplazados que Colombia.
En Corea del Norte, para que hable de democracia con Kim Jong-il.
En Alcatraz.

jueves, 25 de noviembre de 2010

El Mundo al Bobo: hoy, Petardo Abdallah desde París

Apenas publicamos hace quince días la crónica de Daniel Petardo sobre Buenos Aires recibimos un correo eléctrico de un joven escritor colombiano radicado en París que, viendo que estábamos inaugurando el más novedoso género de no ficción en Latinoamérica, quiso aportar su propia crónica al periodismo petardo y nos mandó su primera colabobación. Su nombre es Petardo Abdallah y, estamos seguras, causará sensación entre los editores más bobos de nuestro país.

La última tanga en París


Nueva sede del Centro Georges Pompidou, en Belleville, que no es muy "belle" que digamos.
Porque en París hasta un camión es una obra de arte.


Un diploma en literatura, una bufanda de lana, un gato con nombre de escritor y apellido de filósofo, fumar mucho, preferir el vino, usar gafas culo de botella, idolatrar suicidas, una boina de un solo color y no tener Master Card: lo único que me faltaba para graduarme como escritor era pasar una temporada de mi vida en París, preferiblemente en una buhardilla con olor a moho y con poco más que libros en lugar de muebles. Así que empaqué mi maleta, me despedí de mis amigos en InVitro y me vine a la ciudad de Balzac después de dos meses de espera e interminables explicaciones para que me dieran la visa Schengen.

La ciudad luz iluminó mis pensamientos con su poesía. Junto al Sena –que, por suerte, no tiene nada que ver con esa inmunda cloaca universitaria para pobres en Colombia– le clochard escribía en un pequeño Moleskine rojo y daba puños a las paredes con rabia lírica, expulsaba sus demonios con el misticismo de unas letras iracundas; yo caminaba por cada uno de los veinte around this mans en busca de las huellas de Rubén Darío, de Henry Miller, de Vargas Llosa, de Cortázar, de las botellas vacías que hubiera dejado Bryce Echenique. Incluso, perdí mi tiempo en busca de la tumba de Proust en el Père Lachaise.

Un día tuve que tomar una decisión pulpopólica entre el Café de Flore y Les Deux Magots. Terminé escogiendo este último para escribir unas líneas inspirado en los existencialistas que se sentaban allí a dialogar: después de escuchar durante horas a los turistas hablar sobre su día de compras en Lafayette, y sin haber escrito una sola línea porque mi cabeza estaba saturada con la genialidad de esta ciudad, recibí la cuenta del café y la propina. Tuve que pagarla lavando los platos de cientos de turistas durante quince días. Nunca pensé que un café costara 30 euros, pero ese es el precio del vuelo intelectual parisino.

Ya antes de llegar a París había aprendido en los libros –incluso en los de Santiago Gamboa– que todo escritor debe tener una musa, por lo que decidí buscarme mi propia madame en las rues de esta literaria ciudad: en la Gare St. Lazare un hombre le decía a su amigo que se arreglara un botón mientras algunas mujeres viejas que querían ser mis musas salían a la calle con muy poca ropa, olvidando que era invierno. A una de ellas le hablé de París, del amor de París, de Natalia París, de los enamorados de París que se besaban en la calle, en el ómnibus, en las terrazas floridas de los cafés, para ver si me ayudaba a encontrarlos. Me invitó a pasar a su chambre, pero le dije que no quería ninguna chamba y me fui de allí evadiendo los insultos que sonaban tan poéticos porque estaban en francés, rumbo a la colina, rumbo a la punta de París que divisa desde su divisadero más blanco toda la magnífica divisación de la amplitud de la ciudad que habría de volverme un novelista de pípiripao.


En el espectáculo del Lido se presentan las mujeres más hermosas de París.
Sus novios (en la puerta) las llevan en moto.

Pero antes de alcanzar a mi sagrado corazón en el barrio de Amélie, pasé por una estación que lleva el nombre del protagonista de Un tranvía llamado deseo en un barrio con nombre de escultor, y desde entonces me empecé a sentir un poquito como un escritor colombiano: lleno de referentes cultos que nadie entiende pero que lo hacen a uno parecer de lo más de interesante, hipertextual y hasta movido literario.

Las mujeres aquí son como me las imaginé, y tenían razón los colombianos cuando decían que sirve tener pinta latina en Europa, pues todas ellas me miraban, coquetas: desde las más viejas que fuman con sus elegantes carteritas Luis Vuiton hasta las despampanantes jóvenes que demuestran que usar minifalda y silicona representa la nueva elegán de parí. Y pensar que el Moulin Rouge está ahí al lado, y que Boris Vian vivía por aquí, y que las fotos de Cartier-Bresson se tomaron por acá, y que cualquiera de estas mujeres podía ser una musa para mí. Me fui con una de ellas, de voz gruesa, manos grandes y una manzana de Adán sexy como la de las mujeres que solían acompañarme en mis solitarias noches en la Caracas con 57, pero con un delicioso acento francés que le daba sentido a la tosquedad de sus formas. Después me fui con otra más, y luego con otra y otra hasta que me vi perdido en innumerables ménage à trois en los que a veces había hasta cinco y seis personas. Oh, las parisinas, oh, París, ciudad de literatura donde no hay meras putas sino elegantes y literarias proustitutas.

Esas relaciones me causaban un profundo dolor, pero era incapaz de alejarme de ellas. Y cuando pensé que no podría salir de ese dulce abismo, apareció ella, que decía la erre como egue porque era gaga, la verdadera musa que buscaba: un diploma en literatura, una bufanda de lana, un gato con nombre de escritor y apellido de filósofo, fumar mucho, preferir el vino, usar gafas culo de botella, idolatrar suicidas, una boina de un solo color, no tener Master Card, irse de ese país de malvivientes que es Colombia y vivir en su propia buhardilla en París. Sólo le faltaba yo para convertirse en escritora.


Discoteca Internacional Charles de Gaulle, contigua al aeropuerto internacional del mismo nombre y perfecta para las largas horas de conexión. Su eslogan es "Rumbee sin escalas".

miércoles, 24 de noviembre de 2010

Francisco Santos, personaje del mes en La Bobada Literaria


Haber sido vicepresidente de Álvaro Uribe Vélez es razón suficiente para ser considerado un bobo vitalicio. En el caso de Francisco Santos, sin embargo, son tantos sus méritos que su "trabajo" durante los dos periodos presidenciales es apenas un renglón más en un largo prontuario de bobadas, una lista que incluye calumnias de opinión, zezear como niño consentido y hacer disertaciones de gárrulo en radio, a las que se suman ahora algunas de las mayores sandeces que se pueden decir en apenas 140 caracteres.

Es que hasta su perfil en Wikipedia, nuestra principal fuente de investigación, parece escrito por él mismo –aclaramos que no cambiamos ni una coma–: "... es primo hermano doble del actual presiende de Colombia Juan Manuel Santos Calderón. En el 2010, despues de ser Viceprecidente de Colombia regreasa al periodismo; esta ves en Radio, se dedica a la direccion de Noticias de RCN Radio en su programa RCN Niticias de la mañana desde las 4 a 10 de la mañana". Con esto se demuestra una vez más, como en el caso de Armando Benedetti, que para ser algo en política en Colombia no hay que saber escribir. Es más, ni siquiera hay que saber que ves, con ese final, es una conjugación de ver. O que para ser jefe de redacción de El Tiempo, como lo fue a mitad de los 80, cuando llegó de estudiar en Estados Unidos como el hijo de buena familia que es, tampoco se necesita una pizca de ortografía o de buena redacción. De hecho, ocupando ese cargo en el periódico de su familia fue secuestrado por Pablo Escobar dizque para presionar al Gobierno para suspender la extradición de narcotraficantes a Estados Unidos, cuando la verdadera razón fue la molestia del capo cuando en el periódico apareció escrito Ezcobar en lugar de Escobar.

Pero por encima de unos horrores ortográficos dignos del estudiante bobo de primero de primaria que parece que nunca dejó de ser, lo que realmente llama nuestra atención es la profundidad de su pensamiento. El 12 de noviembre, en Twitter, afirmó que "Al gobierno Santos le hace falta una agenda para la población negra. Quedó Conpes y borrador de proyecto de ley contra el racismo". Siete minutos después complementó con este otro trino: "Y nombrar por lo menos un ministro (a) negro (a). Y acabar megaproyectos de acueductos, alcantarrillados y energía por todo el Pacífico". Su solución al racismo, pues, consiste en regalar un Ministerio –¿qué tal el de cultura?–, con el mismo racismo velado e implícito en su anterior jefe: basta con nombrar a un ministro negro para que el gobierno sea incluyente. Claro, los megaproyectos se hacen solos, sobre todo si son cultivos de palma de cera.

Esa misma velocidad conceptual, digna del programa Primera Línea, caracterizó su vicepresidencia –o viceprecidencia, como le gusta más a él–, en la que dejó ese cargo en tal nivel que su sucesor natural no podía ser otro que alguien como Angelino Garzón, sin más discurso que haber sido sindicalista y haberse cambiado de bando para trabajarle al mejor (im)postor.

Catalogó de guerrilleros a todos los sindicalistas, no paró de rascarse su acelerada nariz, intentó hacer un mundial de fútbol en Colombia y se enojó porque no se lo dejaron hacer, intentó hacer Miss Universo en Colombia y le faltó poco para catalogar de guerrilleros a todos los que le tienen miedo a este país y en cada una de sus entrevistas decía más pendejadas que su doble primo y hablaba más acelerado que Maradona en sus años más polvorientos. Para la muestra, sólo esta bobada:





Y esta otra, en la que queda claro que si hay algo peor que Pachito en español es Pachito me habla en inglés (para evitar al presentador con tono de borracho vaya hasta el minuto 1:45 y, para comprobar que nuestro personaje siempre ha sido un hombre de aspiraciones, oiga atentamente su respiración en el minuto 5):



Como si fuera poca toda esta bobada, en abril de este año Puchito dijo, refiriéndose a la negativa de la Corte de Estrasburgo a extraditar al entrenador de paramilitares Yair Klein: "Habrá que buscar la manera para que este señor se pudra en la cárcel por haber participado en la conformación de grupos paramilitares". Su brillante frase fue el principal argumento de la defensa para lograr la libertad de Klein –otro éxito de la Seguridad Democrática–, pues evidenciaba la falta de garantías para su seguridad si fuera encarcelado en Colombia –un país muy seguro gracias a la Seguridad Democrática–.

Pero Pichito no ha sido irresponsable sólo políticamente: como periodista, y casualmente cuando el escándalo del día en el país era el asilo político de la persona clave para revelar quién ordenó las chuzadas del DAS, dijo que la Procuraduría iba a destituir a Samuel Moreno, luego de una extensa investigación que, probablemente, condujo en Messenger con José Obdulio. Aquí el audio, en el que Pachis demuestra su enana credibilidad. No en vano el locutor dice que "Francisco Santos está bien conectado" (guiño, guiño).

Pero aún hay más: lo mejor que podía pasarle a este gran enano de la política y el periodismo era abrir una cuenta en Twitter y conocer un nuevo juguete: el BlackBerry. Si no, juzguen ustedes mismos sus trinos:

Y para los que quieren un periodismo unánime donde todo lo de la izquierda es bueno y lo demás es malo o corrupto una palabra: mamola.
1.288.225.035.000,00 via Twitter for BlackBerry®

Genero difícil la entrevista. Y en radio más. Hay que entender al entrevistado sea un minero inteligente o un contratista furioso.
12:31 PM Oct 21st via Twitter for BlackBerry®

Me encantan los trinos de la social bacanería. Muestran, otra vez, ligereza, desconocimiento, ignorancia y atrevimiento al hacerlo público.
1:42 PM Oct 8th via Twitter for BlackBerry®

Ahora empezarán las aves del pesimismo a desacreditar este logro, esta oportunidad de mostrar esa niña bonita que es Colombia.
8:55 PM Sep 29th via Twitter for BlackBerry®

El primer huevito que se coloca. 7 y 44. La falta de ética de la competencia me da risa. Si son así para esto que mas estarán haciendo?
10:13 AM Sep 23rd via Twitter for BlackBerry®

No olviden llamar al comandante de la Policía de Bogota para sus quejas. El telefono es 3106800778
10:42 AM Sep 16th via Twitter for BlackBerry®

Esta sarta de perogrulladas, atropellos al idioma y sabias frases de primaria que demuestran ligereza, desconocimiento, ignorancia y atrevimiento nos dejaron atónitas. Además, para los que dicen que los Santos ya tienen suficiente dinero y que no quieren robar más, Pichito es la prueba máxima de que la codicia no tiene límites: RCN le paga, mal contados, cien millones mensuales por decir bobadas. Nosotras también decimos bobadas pero no nos ganamos ni cien pesos. Sabemos que si lee esto, Francisco Santos nos va a acusar de mamertines y socialbacanes. Pero no nos preocupa, al fin y al cabo, ya lo dijo en Twitter:

Lamento informarle a mis queridos detractores que hay Francisco Santos en RCN para rato. Que lástima dañarle la celebración a los mamertines.



Y, para terminar, sin duda la mayor razón para incluir a este personaje en nuestra prestigiosa selección del bobo del mes es que ha cumplido a cabalidad con la frase de batalla de su programa de radio: "Voy a decir todo lo que sé". Después de más de 100 días de emisión queda claro algo: Puchito no sabe nada.

lunes, 22 de noviembre de 2010

Banco Pop

La Bobada Literaria tiene el gusto de invitarlos a BANCO POP, la primera exposición individual de 8000, el artista conceptual más aclamado por los críticos literarios y menos aclamado por los críticos de arte.

El evento, aunque parezca un mal chiste, se llevará a cabo en un parque de la localidad de Suba (gracias a un estimulante estímulo de la Secretaría de Cultura de Samu), en la Calle 167 con Carrera 49, apenas a tres cuadras de la estación de Toñerín de Transmiseria, el lunes 22 de noviembre a las 3 de la tarde. No habrá copa de vino ni nada para gorrear, pero sí le brindará al público la experiencia única de sentarse sobre una obra de arte en los bancos del parque.

Haciendo un audaz juego de palabras con la palabra “banco”, los protagonistas de los billetes son Jaime Garzón, Pablo Escobar, Gabriel García Márquez, Shakira, el “Pibe” Valderrama y Betty, la fea, creando una nueva iconografía que expertos como Pelucas Ospina o Jaime Cero han destacado diciendo que “8000 propone una resignificación semántica valorativa del espíritu narcisista de una sociedad que falla en la autocrítica y tiende a la sobrevaloración del superyó. Su inventiva refleja un interés por replantear la idea del binomio del significante y el significado que deja caducas las concepciones que van de Saussure hasta los deconstructivistas pasando por la psicología lacaniana, cuando pone en evidencia las cacofonías y obliteraciones del lenguaje a partir de su muestra BANCO POP, donde, retomando a Magritte, un banco no es un banco, y evocando a Warhol, sus quince minutos de exposición buscan una introspección refigurativa de lo pop”.

Como diría Condorito: “plop”.

No se pierdan esta novedosa novedad y vayan a ver los billetes antes de que el público, en un verdadero acto de apropiacionismo, se los lleve del parque.

Ya lo saben: Calle 167 con Carrera 49, desde el 22 de noviembre en la tarde hasta que la gente se los lleve.

Para más información, entrevistas con el artista o imágenes de la exposición, comuníquese con Elsy Ensuncho al correo labobadaliteraria@gmail.com













Aclaración de derechos de autor: Las imágenes pueden ser utilizadas citando la fuente. La exposición, insistimos, se logró gracias al estímulo de Localidades Culturalmente Activas (Localidad de Suba) de la Secretaría de Cultura de la Alcaldía Mayor de Bogotá.

viernes, 19 de noviembre de 2010

Damnificados

¿Qué artista debería encabezar el cartel del concierto para las víctimas del invierno en Colombia?
Anasol.
Eddie Santiago, autor de "tus besos fríos como la lluvia".
Fito Páez, porque su música es como llover sobre mojado.
Guns N' Roses, por componer el himno de la lluvia de noviembre en Colombia.
ChocQuibTown, porque cantan tan feo que tal vez parará de llover.

¿Por qué La Bobada Literaria no publicó nada esta semana?
Porque se les inundó la oficina.
Porque consiguieron trabajo en las obras de la Calle 26 y se fueron a Miami a asolearse.
Porque se fueron de embajadores a México con el otro José Gabriel.
Porque los secuestraron en Medellín.
Porque el perrito de Telmex les cortó el servicio por falta de pago.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Gabriel Ruiz-Navarro sale del baúl rosado

Cuando Gabriel Ruiz-Navarro llamó a la redacción de La Bobada Literaria con voz sosegada y calculadora –síntomas de emoción en un escritor– a decir algo sobre unas preguntas de reina, pensamos de inmediato que los organizadores del Concurso Nacional de Belleza se habían percatado de la afinidad de nuestros contenidos con las preguntas con las que cada año atribulan a sus participantes.

Pero luego mencionó algo de FloHo, y pensamos que por fin el Ramoncito del periodismo quería hacer púbicas nuestras despampanantes humanidades en la revista que hizo del Photoshop el principal mérito de la belleza colombiana. El caso es que nos equivocamos, bobas como somos, y resultó que en realidad la llamada de FloHo era una invitación a devanarse los sesos junto a otros dos escritores de menor calibre respondiendo a preguntas para reinas en el ambiente de su biblioteca.

Los dejamos con unas respuestas tan excelentes que harían sonrojar a la que dijo que Confucio inventó la confusión, a la que dijo que la mariguana daba celulitis y al que dijo que el 95% de las obras en Bogotá no tienen ningún retraso.

Para ver a esta reina nacional de la bobada sólo tienen que hacer click aquí o copipeistear esto y ponerlo en el espacio donde normalmente escriben "Google":

http://www.soho.com.co/wf_InfoVideos.aspx?IdVideo=380

viernes, 12 de noviembre de 2010

Mini Bobada

Terminamos otra productiva semana de desempleo y nos preparamos para salir a pasear este lluvioso fin de semana. Claro, como somos bien gasolineras, los gastos van a correr por cuenta de nuestro club de flans, que nos invitaron a diferentes y coloridas poblaciones del país.

Para no perder el hábito de los viernes y porque el guayabo del jueves no nos deja pensar en nada más original, hoy presentamos los resultados de nuestras encuestas de la semana pasada:

1. Los colombianos somos tan wannabes que el 35% quisiera que Maripaz Jaramillo le haga un retrato pero si lo firma como “Andy Asshol”. El 28% de las mujeres quiere que las retrate Fernando Botero para que les dejen de decir anoréxicas.

2. Un contundente 40% del país cree que una galería es un lugar donde la gente sombrerito va a gorrear trago. Apenas un 25% sabe que, en plural, Galerías es un barrio de Bogotá lleno de bares inmundos.

3. En una final de infarto, con apenas un voto de ventaja, los colombianos quieren tener a Álvaro Uribe Vélez en la terna parafiscal –por ser tan primo de su primo–, pero otros muchos también quieren a Uribito, con el gentil auspicio de Agro Ingreso Seguro.

De reinas no vamos a hablar porque para eso está el Mini Cromos –revista que, juramos, no es escrita por el Enano®–; por eso, para terminar esta semana, queremos dejar un par de encuestas a propósito del mayor evento cultural del año y de nuestras polémicas entradas de la semana:

¿Cuál cree usted que debería ser el nuevo símbolo de Colombia?
Un hijo de Juanes y Shakira.
Las mulas (cafeteras).
La bandera de Argentina.
La cocaína.
Luis Alfredo Garavito.

¿Quién va a ganar el Reinado?
Las inundaciones, mientras coronan a una “niña” en Cartagena.
Álvaro Uribe Vélez, para ver si ahora sí hace algo lindo por el país.
Juan Manuel Santos, un rey a la hora de lavarse las manos.
Samu El Alcalde, el rey de la inmovilidad vehicular.
María Isabel Rueda, preguntas más bobas que en los reinados.

Votar es tan fácil como salir del país sin terminar un millonario contrato, así que no pierdan su tiempo, cojan una buseta por la Calle 26 y miren si alcanzan a llegar al aeropuerto. Pero antes de irse, seleccionen su opción favorita en la esquina superior derecha de este ridículo blog.

PD: Amigo @dudproject, ya creamos la página de Urtak (la encuentra más abajo en la columna derecha), pero eso de sólo poder responder sí o no nos pareció menos bobo que tener múltiples opciones de respuestas bobas. Igual, gracias por la idea y ahí queda para seguir bobeando.

jueves, 11 de noviembre de 2010

Embajadores de Colombia es Tamal


Logotipo de la campaña
Colombia es Tamal.
Por Bacteria.


Aunque no lo crean, en La Bobada Literaria estamos llenas de orgullo patrio. Vivir en Colombia es una experiencia única –pregúntenles a los secuestrados y a los falsos positivos si no– y es muy lindo que miles de guerrilleros, paramilitares, militares, policías y políticos hagan por este país lo que los otros cuarenta millones no podemos a pesar de nuestros esfuerzos cotidianos: hacerlo ver como un verdadero moridero. Tal vez por eso es que nos llenamos de orgullo cada vez que Édgar Rentería hace algo en ese deporte que nadie en el país entiende, cada vez que Shakira protagoniza un comercial en España, cada vez que Juanes se toma una foto con algún famoso de verdad o cada vez que Juan Pablo Montoya ocupa el puesto 47 en una carrera.

Como además estamos en la semana del reinado, aprovechamos el patrioterismo en que estamos sumidos –a pesar de que el país, en general, esté sumido en la miseria y el agua– e invitamos a María Claudia La Costura, ex directora de Colombia es Fachón, para que nos cuente quiénes deben ser considerados embajadores honorarios –principalmente para que cobren jugosos honorarios– de Colombia en el exterior. El requisito principal es que no sepan siquiera dónde queda Colombia; así, la cara linda de este albañal seguirá siendo la mentira de creer que somos el país más feliz del mundo.

Miguel Bobosé
El más famoso de los músicos colombianos obtuvo su ciudadanía apenas en 2009, pero desde antes había invertido tanto dinero en el mayor producto colombiano de exportación que su nariz merecía recibir las llaves de Medellín hace años, cuando se las sacaron del bolsillo a su antiguo patrón, precisamente en el tejado donde lo abalearon. Su mayor mérito para entrar a la lista de embajadores es su evidente falta de talento.

Anthony Burdel
Este chef colomboneoyorquino mostró en la televisión internacional que en este país nos comemos desde tortugas en vías de extinción hasta el Sagrado Corazón, siempre y cuando esté bien cocido. Por exponer cómo ha cambiado el país de los tiempos de Pablo Escobar a los tiempos en que los presentadores de Trouble & Living están asesorados por Colombia es Tamal, este borrachín cincuentón ha hecho más por el turismo nacional que los precios irrisorios de las drogas en territorio colombiano.

Julia Louis-Dreyfus
Haber encarnado a Elaine en Seinfeld o a la vieja Christine en The New Adventures of Old Christine son logros que palidecen frente al hecho de haber vivido en Colombia durante su infancia, así haya residido también en países tan remotos como Sri Lanka. Julia merece ser reconocida como la mejor actriz colombiana de todos los tiempos –por encima incluso de Alejandra Haz Karate–, pues ha demostrado en la pantalla que a sus colegas les hizo falta en la infancia una dieta a base de panela y ha dejado en alto el nombre de un país de comediantes como Juan Lozano.

Los paramilitares extraditados
Su cinismo a la hora de confesar crímenes atroces e innumerables masacres, sumado a la evidente impunidad con la que pasarán a la historia, demuestran que, en materia de hijueputas, a Colombia no hay quien le gane. Si logramos una alianza estratégica con Hollywood, los paramilitares podrán inspirar películas tan sangrientas y escandalosas que harían vomitar a Tarantino y al equipo de la saga de Saw. Así pondremos al mundo a hablar de Colombia.

Ricardo Arjona
En materia de cursilería los colombianos dividen sus gustos entre Joaquín Sabina y Ricardo Arjona, pero sólo este último es capaz de conmover los corazones de secretarias y choferes de bus por igual. Cuando lo invitamos a formar parte de este selecto grupo, la única exigencia que le hicimos fue que, si tuvo el coraje de componerle una canción a la menstruación ¿por qué no una a Colombia?

Aura Cretina Geithner
Esta mexicana es tan mala actriz que aún en México parece sobreactuada. Por eso, y porque acá no nos cansamos de las lobas, Aura es la verdadera gata con bótox. Su misión como embajadora de Colombia es Tamal será dejar en claro que no todas las colombianas son Sofía Vergara, pero que todas las que triunfan por fuera del país están destinadas a vestirse y comportarse como pelanduscas.

George W. Bush
Este ex presidente de Estados Unidos –y, por lo tanto, de Colombia– fue tan mal gobernante que parece colombiano, pero ya que no es colombiano decidimos darle la nacionalidad. Guerras sin sentido, frases incoherentes, despotismo y desdén por la gente son un legado que parece calcado de los dirigentes nacionales, que, aunque lo sobrepasan en maldad, son tan irrelevantes que el mundo nunca se entera de su existencia.

César López
Lo bueno de que las drogas sean tan baratas en Colombia es que es muy fácil quemar las neuronas y convertirse en un genio de la música contemporánea, en la que lo último que se necesita es saber hacer música. Como tocar nalgas hizo dudar de las tendencias sexuales de César López, el ex Poligamia decidió recurrir a una varonil escopeta para dispararle al mundo su pésima música pero, principalmente, para colarse a todos los conciertos y tomarse fotos con músicos que no saben cuál es la diferencia entre Colombia y Columbia. Incluso, ellos creen que con eso de las escopetarras este país debería llamarse Culombia. Su fusilada escopeta musical es y seguirá siendo una gran embajadora de Colombia es Tamal.

Los Nule
Tres integrantes de una reputada familia italocosteña serán los encargados de demostrarle al mundo que esta patria boba no se reduce al tráfico de drogas y a una guerra civil de dos siglos. Acá también se roban la plata con una facilidad y un descaro dignos de conferencias, libros y cursos instructivos para truhanes internacionales. Estábamos cuadrando todo para que los Nule hicieran un cameo en un capítulo de Los Simpson junto al Alcalde Diamante pero, desde que Fox les giró un jugoso cheque por unos cientos de miles de dólares como adelanto, no nos han vuelto a contestar el teléfono ni los correos. Colombia, el riesgo era que los Nule se hubieran querido quedar.

martes, 9 de noviembre de 2010

El Mundo al Bobo: hoy, Daniel Petardo desde Buenos Aires

Lo único que nos faltaba para hacer de esta publicación lo más bobo del panorama editorial colombiano era cambiar la c en nuestro nombre por una k, pero como en La Bobada Literaria nos falta la c, decidimos recurrir a la segunda idea más boba que puede tener una publicación: contratar a un escritor para que nos mande periódicamente escritos de sus viajes. Barajamos varias opciones y, a pesar de la insistencia de Juan Pablo Meenheces –que quería alojarse por nuestra cuenta en cuanto Hotel España encontrara–, escogimos para esta tarea al periodista hipster Daniel Petardo, viajero empedernido y poseedor de una pluma que fluye gracias a las puertas que le abren otros Petardos, famosos en los medios y la política en Colombia.
En su debut, escogió hablar de Buenos Aires, el nuevo Melgar de los colombianos con más de cuatro pesos en la cuenta bancaria y el sueño de todo intelectualoide que prefiere pagarle a un instituto de garaje en Argentina para que le enseñen lo mismo que puede leer gratis en Wikipedia. Su crónica sabemos que empezará un nuevo movimiento histórico, tan trascendental como el periodismo portátil, bautizado el periodismo petardo. Disfruten esta delicia:
Mi Buenos Aires, querido

Moderno automóvil bonaerense modelo 2009, propiedad de Charly García.

Cuando llego a la pista del aeropuerto Pistarini soy el primero en aplaudir al piloto por el aterrizaje. Otro grupo de colombianos se une al alboroto y puedo oír que uno chifla con entusiasmo. Me han hablado maravillas de Buenos Aires: que se respira cultura, que se parece a París, que las mujeres son las más lindas de América Latina. Con esto en mente, me subo al taxi y le pregunto al conductor cuál es su escritor argentino favorito. Como todos aquí son tan cultos, me pregunta, capcioso, que cuáles hay. Le cuento de Borges, de Cortázar, de Arlt, de Aira, y me pregunta en qué equipos juegan. Le digo que en la fantasía y en “las novelitas intelectuales”, para seguirle el juego, hasta que me baja del taxi sin explicación junto al río de La Plata, un hermoso y ancho fluír de aguas oscuras, con un olor tan fino que explica por qué inspiró las canciones de Sosa Stereo.
Camino. Buenos Aires, me dijeron varios amigos que estuvieron seis meses o un año aquí estudiando Pedantería y Esnobismo, es una ciudad muy grata para caminar, así que emprendo el camino e inmediatamente empiezo a percibir el parecido con París: cada tres pasos piso mierda de perro y toda la ciudad apesta. Un ciudadano común y corriente, de ojos verdes y con rayitos, como cualquier otro argentino de las descripciones de mis amigas, se me acerca sonriendo. Le sonrío y me saca un cuchillo. Pienso que me quiere invitar a uno de los famosos asados argentinos, pero pronto veo que lo sacó con el fin de hacerse con mi maleta. Con ella a la espalda, emprende la huida saltando sobre la mierda de perro.
Horas después llego al centro de la ciudad y empiezo a caminar por Florida. Busco un hostal que pueda pagar con la plata que me quedó en el canguro y los pesos que todavía tengo en la cuenta que me abrió mi papá para poder viajar. Respiro hondo, y el aire me sabe a cultura, que huele como a frito. Librerías cada dos cuadras y gente en la calle bailando tango: inmersos en la tradición arrabalera de esta sensual música, veo a dos guapos argentinos en un baile que termina con uno de ellos en el suelo, sangrando. Le doy una moneda al que se mantiene en pie, y sale corriendo por la calle esquivando la mierda de perro. Su amigo mantiene el teatro. Lo aplaudo.
Por fin llego a un hostal. La mujer que me atiende seguro está impostando su acento porque no se parece a Cecilia Bonelli ni a las actrices de Verano eterno. Debe ser emigrada de Chile, país zafio y hogar de dictadores genocidas, tan distinto a la gran Argentina. Miro mi cuarto, tiro mi saco sobre el camarote para asegurar una cama, y salgo a comprar una Quilmes. Debe estar dañada porque sabe a cerveza aguada. Igual, la sed me obliga a tomármela casi de un sorbo y me abro paso hacia Recoleta. Veo los puestos de los hippies argentinos –que están todos recoletos– y las pulgas deciden hacer mercado en mi cuerpo. Rascándome, me dirijo al cementerio a visitar muertos. Encuentro la tumba de Eva Perón y pienso en Madonna. Veo más hippies esnifando un polvo y pienso en Maradona. Busco la tumba de Bioy Casares sin éxito. Me echo a dormir al sol.
Cuando despierto es de noche y rebuznan azules los asnos a lo lejos. El cementerio está vacío, salvo por un viejo con bastón que parece buscar en la oscuridad con ojos improbables. Me acerco y le pregunto si quiere que lo ayude a salir del lugar. Me dice en un español apenas inteligible que no, que está visitando a unos amigos. Le doy una moneda y me doy media vuelta; cuando me dispongo a salir veo que está sentado junto a la tumba de una Victoria Ocampo. Pendejo.
El cementerio está cerrado, así que salto al otro lado. Es hora de comer. Paro un taxi y le pido que me lleve a Puerto Madero. Comer en esta zona es baratísimo, aunque cobran la silla, el mantel, los cubiertos y un pedazo de carne –exquisita, como todo en este país– me sale por apenas 60 pesos. Menos mal no me robaron la tarjeta de crédito.
Regreso al hostal. Como no se hospedan argentinos acá, mi saco sigue en el camarote, pero al lado hay un israelí que huele a gorila y ronca como un oso. Como no puedo dormir, y ya dormí bastante en el cementerio, me voy a un boliche, pero resulta que no juegan a los bolos sino que apenas toman cerveza. Todos los colombianos dicen que la rumba acá es la verga; y, claro, está llena de colombianos. Mi primer día acá parece terminar en cualquier chuzo bogotano. Con todo y chuzo.

lunes, 8 de noviembre de 2010

La ciudad desolada, el concurso

Gabriel Ruiz-Navarro, el escritor descubierto en estas páginas gracias a su primera ópera prima, Sin dirección, sigue sorprendiéndonos. Ahora se convierte en la voz de una generación que ha visto la degeneración de su ciudad a manos de la peor generación de políticos colombianos de los últimos años. Con sus Haikus de desolación de la serie "Y yo", el autor por fin se aventura a mostrar los resultados de su exploración del profundo arte de los haikus, que aprendió durante su viaje por el Japón de la mano del maestro En Sun Chö.

Publicados en su blog de Hoja Blanca –el único portal que ha sabido reconocer su indiscutible talento para decir estupideces, y no porque lo maneje su parienta más célebre–, los reproducimos a continuación y los ampliamos con una ambiciosa intención: convocar el Primer concurso de Haikus de desolación urbana "La ciudad desolada", en el que cualquiera de ustedes podrá manifestar su desazón ante la situación que embarga a la ciudad. A continuación, el propio Ruiz-Navarro lo explica.

Desolación urbana

¿Qué pensarán de nosotros en Japón pon? Yo no sé, pero a veces me atrevo a pensarnos a nosotros en japonés. Por eso, y ante la coyuntura de una ciudad descoyunturada, les presento el fruto de horas de pensamiento frente a la ventana de mi apartamento en el Centro Internacional. Estos son algunos de los haikus de la serie "Y yo", que le dan voz a todos los que sienten la misma desolación urbana que yo, la misma impotencia ante nuestra ciudad destruida por una administración cataclísmica y las mismas ansias de desahogo que pasan por la rabia, el humor nasal y todas las emociones.

Las calles rotas,
el cielo gris
y yo aquí.

Los carros como apagados,
los conductores abotagados
y yo trancado.

El tiempo pasa,
y pasa y pasa
y yo tan lento.


Que la culpa es del uno,
que la culpa es del otro
pero en el trancón estoy yo.


Te llevo este
largo y gran cuchillo
para bandidos.


El culpable es él,
¿Quién es él?
Samu El.


Un hueco o dos
cojo con mi carro hoy
un hueco o dos.

Nule se rasca la barriga en el Mediterráneo,
Samu se rasca la cabeza,
¿y yo qué me rasco?


Y para completar
esta incompleta ciudad
la gripa.


Los obreros descansan
Los quejetas no descansan
Y a mí todos me cansan

En taxi no llego
En Transmi no llego
Con la Gata sí llego


Los de La U dan la U
Los del Polo se van a otro polo
Y yo voté por La W.


En Bogotá yo
vivo muy intranquilo
buses de ruido.


Ya lo saben, bobos lectores, envíen su haikú de desolación urbana a nuestro impredecible correo electrónico o, mejor, déjenlo como comentario. El mejor haiku será el ganador de un libro del mismísimo maestro En Sun Chö pero, sobre todo, nos ayudará a construir esta cartografía del desencanto bogotano.

viernes, 5 de noviembre de 2010

Sin título y otras bobadas

Pasó ArtBo, pasó La Otra, y quedamos en las mismas. Los eventos plásticos más importantes después del reinado nacional demostraron una vez más que hablar de arte en Colombia es como hablar de democracia en Cuba y que cualquier idiotez será considerada arte mientras esté firmada por alguien que se autodenomine "artista". En La Bobada Literaria no quisimos dejar pasar esta euforia autística y preparamos durante una ardua semana de trabajo una sesuda encuesta para conocer la sensibilidad artística de los colombianos.

¿Quién le gustaría que pintara su retrato?
Nadín Ospina, porque soy todo un lego.
Fernando Botero, para que dejen de decirme anoréxica.
Ana Mercedes Hoyos, porque me estoy dejando las patillas.
Maripaz Jaramillo, pero si lo firma como "Andy Asshol".

¿Qué es para usted una galería?
La plaza de mercado de los pueblos.
En plural, un barrio de Bogotá lleno de bares inmundos.
Un lugar donde hacen inauguraciones para que la gente sombrerito gorree trago.
El término que, en arte, designa a los basureros.

Además de nuestra intelectualidad, también queremos mover nuestra cosa política (guiño, guiño) y contarles que el disfraz ganador de la noche de Halloween fue el de falso positivo –que consistía en tirarse en el piso, echarse tierra y cargar una cédula de Soacha– seguido muy de cerca por el disfraz de dummy de Ingreed. Pero el disfraz del año es, sin duda, el de Alcalde que se puso Samuel Moreno hace un par de años y que le confeccionó la mamita; sin embargo, para el próximo año el disfraz más exitoso puede ser el de periodista que le hizo el uribismo a Pachito Santos, el único petardo mediático más petardo que Pirry.

Por último, en uno de nuestros audaces juegos de palabras, presentamos la siguiente encuesta:

¿Quién debería estar en la terna parafiscal?
Álvaro Uribe Vélez, por ser tan primo de su primo.
Juanma, por lavarse las manos con los falsos positivos.
Valencia Cossio, por su hermano –funciona para cualquiera de los dos hermanos, el ex ministro y el ex fiscal–.
Uribito, con el gentil auspicio de Agro Ingreso Seguro.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Nuestra crónica de La Misma, feria de arte


Portada del catálogo oficial de FartBo y La Otra,
dos ferias de arte hechas por los mismos galeristas
que contratan al mismo diseñador experto en Word.
Incluye una cucharada de la fideo instalación
"No tengo talento pero soy buen artista", por 8000.

Mientras el edificio de la Facultad de Artes de la Universidad Nacional se cae por sus galardonadas fallas estructurales y el presupuesto para la educación pública se reduce cada vez más, los ricos del país fueron a las ferias de arte bogotanas –no confundir con los artezánganos de la Plazoleta de las Nieves– a gastar millones de pesos en geniales obras de arte contemporáneo hechas por geniales artistas uniandinos y algunos uninachos no tan geniales. Otros, fueron a hacer mercado en el stand de Nueveochenta, donde vendían huevos y chocolate para desayunos conceptuales.

No quisimos ser ajenos a semejante bobada. Por eso, le pedimos a 8000 que abandonara por un día la preparación de sus exposiciones individuales –que hace en individuales de comedores, para ver si el próximo año lo incluyen en el catálogo de alguna galería–, llamadas creativamente Banco Pop y CagArte, con las que inaugurará el género del CagArt y el RobArte. De su puño y letra, escribió en una servilleta y en exclusiva para La Bobada Literaria su crónica de ArtBo, mejor conocida en el circuito bobo como FartBo, ArtFo o JartBo, y sobre La Otra, que mejor deberían bautizarla La Misma. Como 8000 es uno de los principales egresados del Taller de periodismo con Gonzo, nos propuso ir disfrazado de obra de arte y, de paso, empezar a trabajar en una de sus nuevas ideas, que la historia –contada por Diana Uribe– perpetuará junto a otros movimientos como el PopArt y el OpArt: el BobArt.

Con un disfraz de Mario Bros 3 con una bola 8 gigante como cabeza, inspirado en la genialidad de 9000, 8000 llegó a las instalaciones del reciento ferial de Porquerias. Cuando se le mojó la servilleta, no quiso ser ajeno al uso de las nuevas tecnologías y nos envió un informe a punta de mensajes de texto desde una bodega conceptual en La Macarena.

Lo primero que lo desconcertó, dijo, fue que los artistas se están atreviendo. No puede ser otra cosa que atrevimiento pretender que una piedra amarrada en el centro de un espacio con miles de cuerditas sea una obra de arte. El problema es que es una obra de arte, y eso, esa capacidad de perder el descaro para hacer cualquier cosa, es lo que convierte al arte en arte y al arte en contemporáneo. ¿Obras hechas con ladrillo de bloque? ¡Qué novedad!

Pero lo que lo desconcertó más, después de haberse comprado un whisky en Gustavo Carne de Pavo –la mejor obra de toda la feria–, fue un nuevo concepto artístico que quiere estrenar en nuestra página antes de que se lo fusilen en Arteria: la desintalación, algo con lo que todos, parados frente a un televisor LSD apagado y sin quitarse la mano de la barbilla, estaban maravillados y que Jaime Cerón llamó “una inteligente propuesta que subvierte el sentido íntimo, intrínseco y ulterior de lo que hace años se dio a conocer como instalación”, pero que en realidad surgió casualmente cuando a algún videoautista se le olvidó conectar el DVD al mencionado televisor.

Gracias a al irresponsabilidad social empresarial, la feria oficial de la Cámara de Comercio también decidió abrirles un espacio a los artistas jóvenes con el pabellón ArteCágada, la oportunidad para que demostraran que, definitivamente, no tienen talento y para que 8000, según nos dijo, pensara que siente que ya no entiende el arte y que debería ganarse una beca Foolbright para estar más en la onda y dejar de hacer el oso en Flickr. Pero le dijimos que se conformara con ver los capítulos repetidos de NN en Señal Colombia, que son lo que está de moda en el circuito artístico-intelectual uniandino y unijaveriano.

Como no teníamos plata y ya poseemos un bodegón Ana Mercedes Hoyos –en la tarjeta débito de Davivienda–, usamos la plata de los cheques de Google Ads para que 8000 trajera una maravillosa obra de Adriana Duque o de Nadín Ospina que adornara nuestras oficinas en el moderno edificio de cristal de la 93, pero se la gastó en un par de whiskys más –a razón de $185.000 cada uno–.

Como rectificación de su error, estando ya en La Macarena nos dijo que nos enviaría una obra de la galería de Christopher Paschall, pero se confundió y nos mandó un traje de corbata de Gino Pascalli. Al final, el desconcierto de 8000 y de toda esta caca editorial sigue latente: ese whisky tan caro no sirvió ni para emborrachar un poquito a nuestro director de arte y quedó clarísimo que el arte sigue siendo lo mismo para los mismos. Por eso, incluso, 8000 no tuvo que esforzarse mucho para escribir esta crónica: simplemente nos mandó la misma del año pasado.